Uno de los mejores jugadores en la historia de los Bengals podría terminar su carrera en otro equipo si la franquicia no da un paso adelante y en firme. Andrew Whitworth, uno de los linemen más codiciados del mercado, dejó caer que buscará firmar por un candidato a la Super Bowl cuando se convierta en agente libre, aunque continúa pensando que seguirá en Cincinnati.
NFL free agency 2017: Andrew Whitworth prepared to leave Bengals for Super Bowl contender https://t.co/ciTqAn0Wzn pic.twitter.com/BD4OApvlo6
— Alex Marvez (@alexmarvez) February 21, 2017
No sólo dejó el left tackle caer que escuchará ofertas cuando se abra el mercado, sino que también dejó entrever que su decisión estará influenciada por los planes de los Bengals con respecto a sus propios agentes libres, como el right guard Kevin Zeitler y el cornerback Dre Kirkpatrick. El caso del primero es especialmente importante porque la voz oficiosa de los Bengals en su web, Geoff Hobson, lleva ya un tiempo sugiriendo que el equipo no quiere pagarle lo que vayan a ofrecerle otros conjuntos. Cincinnati no valora a los linemen interiores y Zeitler, uno de los mejores en toda la NFL, probablemente acabe en otro lugar en el que estén dispuestos a abonarle algo parecido a lo que se llevaron Kelechi Osemele o David DeCastro recientemente – spotrac le estima 11,5 millones por curso. De hecho el de Wisconsin es uno de los agentes libres más deseados, excepto por Cincinnati…
La línea ofensiva de Bengals, clave en los cinco años seguidos en los que clasificaron para los Playoffs, corre el riesgo de ser desmantelada este verano y todo en gran parte por culpa de la propia dirección. Whitworth, a sus 35 años, ya cobró ocho millones de dólares en 2016, por lo que un aumento en dos o tres durante dos temporadas no sería ningún problema para la franquicia. Zeitler superó esa cantidad el año pasado, por lo que tampoco supondría un muy mayor coste, por mucho que se escuden en que ya renovaron al left guard Clint Boling por un buen montante con anterioridad. Los jugadores drafteados para reemplazar a estos dos y Andre Smith son incógnitas totales siendo buenos, ya que Cedric Ogbuehi – primera ronda en 2015 – ha sido tan horroroso como right tackle que le han cambiado ya al lado izquierdo para tratar de salvarle. Jake Fisher – segunda ronda en 2015 – no ha sido mucho mejor en la derecha, y Christian Westermann – quinta ronda en 2016 – no jugó en 2016 cuando tuvo oportunidad porque Bengals prefirió poner como guard ante la ausencia de Boling por lesión al center suplente, que es también agente libre. Por no decir que Cincinnati tiene al peor center titular de toda la NFL si no contamos al de los Browns.
Dejar escapar a Zeitler, que con apenas 26 años debería ser un cimiento importante para la franquicia para los próximos cinco años, no sólo reduciría ostensiblemente las posibilidades de Bengals de volver a ser candidatos a todo en 2017, sino que sería un torpedo en la línea de flotación de todo el ataque y un atentado contra el ya manido espíritu de la franquicia: draft & develop. ¿De qué sirve draftear jugadores con talento en la primera ronda si luego no se van a renovar? Esto parece haber sido la gota que ha colmado el vaso para Whitworth, que en el ocaso de su carrera, y aún siendo muy efectivo en su posición, quiere jugar para un equipo ganador.
Según spotrac, los Bengals dispondrán de entre 43 y 45 millones esta primavera, y con 11 elecciones de draft deberían ser capaces de ahorrar más dinero en los márgenes cortando veteranos inefectivos como Rey Maualuga. Sin embargo, el modus operandi de la franquicia desde 2011 sugiere que donde todo el mundo ve una enorme cantidad de dólares para apuntalar un equipo que tiene ya buen nivel, la dirección ve «que no se pueden pagar 10 millones a todo el mundo». Y con todo, sabiendo que Mike Brown, dueño del equipo, y Marvin Lewis, no son nada partidarios de tantear el mercado de agentes libres, probablemente acabemos viendo este dinero sin gastar o invertido en algunos veteranos de los que son tan aficionados, como Karlos Dansby o Eric Winston.
Visto lo visto, Whitworth tiene razones para estar preocupado con el futuro inmediado del equipo, y sus aficionados también. Dinero tienen, voluntad parece que no.
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