Luego de una temporada de sensaciones mixtas, pero con la constante de la eliminación de playoffs por 17° año consecutivo, los Bills nuevamente se ven en la encrucijada de tener que hacer cambios importantes en el staff técnico, mientras el Front Office sigue intacto, tema que veremos en próximas entregas.
Una vez pasado el incendio luego de la salida de Rex Ryan, la histórica – por lo patética – conferencia de prensa de Doug Whaley y la llegada de Sean McDermott al puesto de entrenador en jefe, es bueno mirar la temporada que ya terminó para la #Billsmafia, para que en futuras crónicas hablemos sobre eso: el futuro.
La Ofensiva:
Los Bills tienen los cimientos de la franquicia soportados por el QB Tyrod Taylor. Un jugador discutido, pero también adorado por sus defensores. Por un lado, algunos lo ven como el futuro – que no implica necesariamente que sea bueno – de la franquicia, ya que ha tenido algunos números dignos. Pero bien sabemos que los números pueden ser tomados para favorecer o desmerecer la performance de un jugador. TT tiene pocas yardas, pero también pocos turnovers. Brazo fuerte y un elusividad que le permite tener muchas yardas por tierra. Ha roto récords de yardas de carrera para un QB de los Bills en 2 años consecutivos y ha estado en el top 10 en zona roja.
Por otro lado, se le ha criticado sus lecturas en jugadas de pase, su falta de visión, su precisión, sus pocas yardas (los Bills están dentro de los 3 peores equipos por yardas aéreas por partido) y fundamentalmente, su desaparición en momentos importantes. No ha sido capaz de sacar al equipo adelante en momentos críticos, cuando se requiere la aparición de un líder. Faltó liderazgo contra los Jets, en Miami y Oakland. Faltó la jugada grande en Seattle. Su mejor partido fue contra Miami, con 329 yardas por aire y 60 por tierra. Fue capaz de sacar una ofensiva de último minuto para dejar al equipo en ventaja. Pero el football es un deporte de equipo, y la defensa, ese día no lo acompañó.
El tema de su contrato – con cláusula de salida – , y la llegada del nuevo Head Coach hace que su futuro sea muy incierto. La falta de definición sobre el futuro Coordinador Ofensivo amplifica esta sensación. Es posible que haya un respaldo a su continuidad dado que Sean McDermott viene de los Panthers, quienes tienen a Cam Newton en los controles. Pero Taylor no es Cam. Por lo dicho en su presentación, lo conoce bien y sabe que puede aportar. No queda claro si es poco o mucho.
El juego de carrera nuevamente tuvo momentos notables. Primeros en yardas en la liga, primeros por lejos en yardas por carrera (casi le saca media yarda al segundo lugar), y con un exponente de lujo. LeSean McCoy dejó un 2015 lleno de lesiones para tener un 2016 muy estable y contundente. 1267 yardas y 13 touchdowns nos hizo pensar en el retorno del gran jugador de los Eagles. Por otro lado, Mike Gillislee no lo hizo mal. 100 carreras, 8 TDs y un promedio de 5,7 yardas por acarreo lo convirtieron en el tercer mejor corredor luego de Tyrod Taylor. Los tres hicieron olvidar por completo al gran prospecto que era Karlos Williams, quién fue liberado luego de sus continuos problemas con sustancias prohibidas. El dato curioso fueron las -3 yardas en 12 intentos para Reggie Bush.
En el juego aéreo, la pobreza máxima. Charles Clay fue el líder en recepciones y segundo en yardas, pero no dejó muchas cosas de impacto. Sólo contra Miami – en casa – fue un factor que cambió el partido. Robert Woods sigue mostrando una incapacidad para ser un WR #2 con todas las de la ley. Drops, lesiones, mal desempeño en la zona roja hacen difícil su continuidad en el plantel. LeSean McCoy fue el tercer objetivo, 50 recepciones, su gran mayoría detrás de la línea de scrimmage. Marquise Goodwin no ha demostrado todo lo que nos indica su tremenda velocidad que incluso lo han llevado a probar los trials para los Juegos Olímpicos. La sorpresa fue Justin Hunter, quien sólo tuvo 10 recepciones, pero 4 Touchdowns, varios de ellos de hermosa factura.
La línea ofensiva, tan importante para que un equipo sea algo en la liga, no tuvo el salto de calidad que se esperaba. Y probablemente, por la falta de exponentes adecuados para el sistema. Si bien Richie Incognito mantuvo un nivel aceptable durante toda la campaña, y nunca se vio realmente sobrepasado, el resto del personal se vio involucrado en lesiones ya ausencias que hicieron perder la consistencia.
El eterno Eric Wood sufrió una lesión casi terminando la temporada. Su reemplazo Groy tuvo muchos problemas en la adaptación inicial, viéndose completamente sobrepasado, pero finalmente se afirmó y fue un digno participante del cierre de campaña. Tyrod Taylor sufrió casi un sack casi cada 10 intentos de pase, pero también es cierto que su afán de mantenerse con el balón le hacía demorar mucho en dar los pases. El cuerpo de receptores no fue especialmente hábil en encontrar separación de sus marcadores y por eso el QB se quedaba con el ovoide.
Que no se crea que la OL de los Bills es deficiente. Las yardas por tierra hablan de una gran capacidad para abrir espacios en la línea susceptibles de ser aprovechados por los diferentes corredores. Pero el gran amigo de todos fue Jerome Felton. El ex de los Vikings estuvo fuera del equipo por un tiempo, incluso el hermano de Gronk, Glenn Gronkowski ocupó su lugar. Pero Jerome fue el escudero, el fiel amigo que abría los espacios para el avance del portabalón. Y cuando le tocó avanzar con el ovoide en situaciones de 3ro o 4to intento y pocas yardas, cumplió con creces. Permitió mantener vivos bastantes drives que parecían perdidos.
La Defensiva
La defensiva de la Bills Mafia fue la gran decepción. Y por segundo año consecutivo. El sistema que tanto resultado dio con Jim Schwartz y Mike Pettine, liderando la tabla de sacks y poniendo jugadores en lo más alto del ranking de tackles, simplemente se ha venido abajo estos últimos dos años.
Y lo que más pesó fue la inconsistencia. Partidos cercanos al nivel amateur frente a Jets, donde el QB Fitzpatrick hizo lo que quiso con la secundaria, o frente a Seattle, donde la incapacidad de defender pases complejos y en situaciones extremas fue particularmente notoria, como se vio en dos increíbles recepciones de Jimmy Graham. En Oakland, luego de defender bien la primera mitad, el equipo se vino completamente abajo, permitiendo 29 puntos consecutivos de los locales comandados por el entonces sano Derek Carr.
La línea de 3 frontales, tan del gusto de Rex, no fue dominante nunca. Sólo Kyle Williams tuvo un nivel excepcional a sus 33 años. Se rumorea un posible retiro, espero que no ocurra. Dareus pasó por suspensión y sus 3.5 sacks son muy escasos si comparamos su producción habitual (al menos de 2014 hacia atrás). La defensa contra la carrera pasó momentos muy malos, sobre todo en los 2 partidos de 200 yardas de Jay Ajayi y las más de 250 de Le’Veon Bell en la semana 14.
Los linebackers tuvieron grandes momentos. Lorenzo Alexander, un jugador que vagó por muchas franquicias en la liga, mostró un rendimiento notable, liderando al equipo en sacks durante la temporada, y comandando la el ranking de la NFL en las primeras jornadas. Zach Brown fue otro jugador conseguido en la agencia libre que tuvo un excelente desempeño y opacó un poco a los más flojos, Jerry Hughes y Preston Brown.
La secundaria, perdió a su alma en la semana 7. Aaron Williams, el Safety, sufrió un duro golpe de parte de Jarvis Landry y se ausentó el resto de la temporada. Nunca se encontró reemplazo decente. Las cinco intercepciones de Stephon Gilmore pueden decir mucho, pero la verdad es que su rendimiento sólo subió de muy malo a mediocre. En su año de contrato, Gilmore mostró una falta de actitud con el equipo, que por momentos era desesperante. No es seguro que le ofrezcan nuevo contrato, porque Kevon Seymour puede ser un reemplazo adecuado, pero requiere más formación. Funciona muy bien en cobertura, siendo bastante hábil para romper pases, impidiendo la separación del jugador ofensivo, pero aún presenta problemas en su técnica de tackleo. Otra opción puede ser conseguir algo en el draft, pero nadie está en la mente de Doug Whaley como para predecir si piensa algo similar.
Los Equipos Especiales
Colton Schmidt, el punter, comenzó bastante bien la temporada, salvando situaciones de posesión muy profunda en propio campo con despejes muy buenos. Finalizó la temporada como un jugador promedio. Brandon Tate fue una solución barata para el tema de los retornos. En un departamento desmoronado por los muffs y fumbles del ahora Eagle, Leodis McKelvin, Tate fue un bálsamo, aliviando a la afición que mostraba mucha tensión cada vez que Leodis se plantaba en su propio campo. Jugador seguro con las manos y hábil para eludir rivales, Tate terminó la temporada de forma correcta.
Dan Carpenter decepcionó por segundo año seguido. Amigo de golpear los postes, el ex de Miami nunca pudo reeditar su gran temporada 2014, donde fue capaz de ganar partidos en la agonía. En 2016 falló puntos extras y Field Goals importantes. Creo que Buffalo debe encontrar reemplazo para esta posición. Jordan Gay podría ser probado allí.
En próximas ediciones veremos las necesidades que tiene el equipo de Western New York. Veremos si Sean McDermott puede cambiar la triste historia de los Bills en este siglo.
Claudio Jorquera Pulgar
@chonet
@buffalobillsCL
que alegría ver a Shady de vuelta
Que gran cantidad de descripciones acerca del desempeño de los jugadores, siento como que hubiera visto la temporada jaja. Buena nota.
Excelente análisis de la temporada.