Análisis del draft de los Tennessee Titans

¡Ya estamos a medio camino! ¡Ya falta menos para que vuelva el football a nuestras vidas! Pero como todavía quedan algunos meses hasta que todo se ponga en marcha, nosotros seguimos en nuestra cruzada por no dejar que os aburráis y traeros distintos artículos para teneros siempre al día.

En su momento analizamos el roster y la FA, y ahora, como no podía ser de otra forma, le llega el turno al Draft. Un Draft que para los Titans fue inusualmente corto. Empezábamos con 6 picks y acabamos, tras 3 trade-up, escogiendo a solamente 4 jugadores. Nunca en la Historia de los Titans habíamos elegido tan pocos rookies (el anterior récord era de 6 en 2003 y 2014), pero hay que felicitar a Jon Robinson por sacar tanto talento con tan poco capital y no hipotecar ninguna elección futura.


Pero dejémonos de prolegómenos y vayamos a conocer a nuestros nuevos chicos:

R1 #22: Rashaan Evans (ILB, Alabama)

Fuente: Titans

Descripción

Evans tiene una de las mejores combinaciones posibles: un cuerpo fuerte y construido para ser ILB, posee la experiencia y velocidad de un pass rusher y ve el juego como QB. Físicamente, Evans es un portento. Aunque el hecho de no correr las 40yds. en la Combine hizo que muchos dudaran de su velocidad, la verdad es que viendo su tape es un jugador muy rápido, con mucho rango, capaz de moverse sin problema de lado a lado del campo. Tiene una muy buena agilidad y explosividad, que no sólo le sirve para entrar con eficacia en el blitz (poseyendo además una técnica de rush bastante amplia, donde destaca su spin move), sino para moverse muy bien en espacios reducidos y entre rivales para llegar hasta el RB en situaciones de carrera. Es un buen placador con una técnica bien trabajada. En cobertura es donde se abren más interrogantes, ya que en Alabama apenas ha desarrollado este aspecto y deberá ganar conceptos, pero con Jayon Brown no tendrá que desempeñar ese papel muy a menudo. En la parte mental/estudio del juego, Evans ha dado grandes pasos en su último año, pero deberá seguir trabajando para alcanzar su techo. Sólo un año como ILB a tiempo completo hace que tenga todavía muchos conceptos por perfeccionar, aunque sus instintos son buenos, capaz de identificar bien la jugada y no dejarse engañar por play-actions o acciones de engaño. Tiene la mentalidad perfecta para la cultura del equipo y su “multidimensionalidad” hacen que encaje como un guante en nuestros estándares.

NCAA

Jugó como QB y DE en High School, pero en su primer año en Alabama pasó a ser OLB. No tuvo mucho tiempo de juego en su año freshman (15 placajes y 1 sack), pero fue un referente en ST, donde lideró al equipo con 12 placajes. En su año sophomore jugó algo más, logrando otros 15 placajes y 2 sacks, ambos a Deshaun Watson en el CFP Championship Game. En 2016 dio el paso a ILB, aunque aun rotando como OLB y sus números crecieron hasta los 53 placajes, 4 sacks y 1 fumble forzado. Pero sería en 2017 cuando se hizo con el puesto de titular en el corazón de la defensa de Alabama, y lideró al equipo con 74 placajes (13 de ellos para pérdida de yardas), 6 sacks y 3 pases deflectados. Por tanto, tiene sólo un año como titular en su bolsillo, pero serlo en una defensa como la de Alabama, con la competencia que tuvo, no es fácil.

Proyección en el equipo

Sobre el papel y en la teoría, Evans debería ser un 3-Down-ILB, encargado de sustituir a Woodyard, que, a pesar de su buen rendimiento, por edad deberá ir rotando con Jayon Brown. Pero los viejos esquemas son eso, viejos. El “front multiplicity” de Vrabel y Pees usará la versatilidad y características de Evans para moverle como ILB y OLB, de forma parecida a la que Pees usó a Suggs en Baltimore.

Nota: A

R2 #41: Harold Landry (OLB, Boston College)

Fuente: ESPN

Descripción

Landry no es el rusher más grande o físico del Draft, pero tiene muchas otras características que hacen que su tamaño quede en un segundo plano. Y una de ellas es su explosividad. Landry reacciona muy bien al snap y sale con mucha potencia, lo que, unido a su velocidad y atleticismo, hace que gane el edge al Tackle rival. Además, Landry destaca por su flexibilidad. Algunos analistas le han catalogado como un “bailador del limbo” por su capacidad de doblarse sin perder velocidad ni equilibrio, haciendo todo de manera muy fluida y natural. Sus largos brazos le ayudan enormemente, ya que es capaz de llegar al QB y provocar algunos fumbles al tener la inteligencia de atacar el balón. Sin embargo, también tiene muchos aspectos que pulir. Como decimos, su explosividad, velocidad y agilidad son muy buenas y unas características básicas para un edge rusher peligroso, pero su aporte es casi nulo atacando gaps internos, necesita mejorar su técnica de manos y, sobre todo, ser persistente, ya que suele abandonar la jugada si su primer envite falla. Su falta de tamaño hace que si el OL rival logre controlar su impulso inicial, quede estancado al no tener ni fuerza ni repertorio de movimientos para deshacerse del bloqueo. Tiene experiencia en cobertura, y su buena agilidad hace que se desenvuelva bastante bien. Contra la carrera deberá demostrar una mayor implicación, ya que tiene problemas para sellar el edge. También deberá mejorar su técnica de placaje.

NCAA

Contribuyó desde su llegada a Boston College, jugando 13 partidos (todos ellos en la rotación) como freshman, logrando un total de 11 placajes y 1.5 sacks. Su año sophomore supuso su despegue, haciéndose con la titularidad en 9 partidos. Sus 15 placajes para pérdida de yardas, 4.5 sacks y 3 fumbles forzados le valieron estar en el All-ACC Team. Pero 2016 sería su confirmación entre la élite de los rushers, con 22 placajes para pérdida de yardas, 16.5 sacks y 7 fumbles forzados en 13 partidos. Estuvo en el All-American team y repitió en el All-ACC. En contra de lo que muchos pensaban, regresó para su año senior, donde una lesión de tobillo y un cambio de entrenador y sistema frenaron sus números. Aun así logró 8  placajes para pérdida y 5 sacks en 8 partidos.

Proyección en el equipo

En la “vieja” terminología sería lo que se conoce como “tweener”, un edge rusher capaz de ser DE y OLB. Su experiencia en una 3-4 no es muy elevada, y deberá hacer la transición de DE en 4-3 a OLB en 3-4, pero Derrick Morgan ya pasó por ahí y salió de maravilla. De todas formas, en una defensa que pretende variar mucho en cada jugada, no sería extraño verle alineado en más de una posición. Y con Morgan y Orakpo, no sólo envejeciendo, sino en su último año de contrato, deberá hacerse con los galones del pass rush casi de inmediato.

Nota: A

 

R5 #152: Dane Cruikshank (DB, Arizona)

Fuente: SoBros

Descripción

Cruikshank es, quizás, uno de los DB más versátiles e interesantes de este Draft. Físicamente es un prospecto con una buena combinación de tamaño y velocidad, capaz de emparejarse con WR rápidos y en el siguiente snap con TE físicos. Tiene unos pies muy ligeros y unas caderas bastante fluidas que le ayudan a moverse bien en espacio. Le falta, quizás un poco de fuerza y peso, pero nada que el gimnasio no pueda solucionar. A su físico, se une su experiencia de juego como cornerback abierto, en el slot, de safety y de linebacker, por lo que conoce el funcionamiento de la defensa muy bien y entiende su rol en ella. Además, Cruikshank es bastante hábil leyendo la jugada, evitando caer en fake plays y localizando enseguida el balón, lo que le ayuda a deflectar bastantes pases en man-to-man debido a su tamaño o a reaccionar rápido en cobertura zonal gracias a su velocidad. Sin embargo, Cruikshank tiene muchos defectos técnicos que han de ser trabajados. En rutas complejas o con baits tiende a perder su posición, dando oportunidad a una big-play. Placando necesita mejorar ampliamente, ya que sus ángulos y altura son malos y le cuesta derribar al jugador. También deberá aprender a controlarse. Su juego es muy físico, lo que le ha costado muchas Pass Interference, y su trash-talk varias penalizaciones por Taunting. Muy buen blitzer jugando desde la posición de Safety. Podría ayudar mucho en ST.

NCAA

Con malas notas académicas saliendo de High School, fue JUCO durante sus años freshman y sophomore. Allí enderezó su carrera, académica y footballística, y fue nombrado para el first-team all-California en 2015. Para su año junior (2016) llegó a Arizona, donde le reclutó nuestro actual RB Coach, Tony Dews, que por entonces era WR Coach en Arizona. Cruikshank fue titular como CB en los 12 partidos que jugó, logrando 60 placajes, 7 pases deflectados y 2 Int (líder del equipo en estos dos últimos campos). En 2017 fue movido al puesto de SS (aunque también jugó como slot-CB), logrando 75 placajes, 1.5 sacks, 3 Int (todas a Rosen y Darnold) y 5 pases deflectados.

Proyección en el equipo

De nuevo estamos ante un jugador demasiado polifacético como para encuadrarle en un solo puesto. Teóricamente es un SS, pero tiene capacidades para ser LB híbrido entrando al blitz o sellando el edge frente a la carrera, y también puede emparejarse con TE/RB como Slot CB en cobertura. Cyprien deberá tener cuidado, porque tiene pinta de ser su sustituto natural.

Nota: B+

 

R6 #199: Luke Falk (QB, Washington State)

Fuente: Titans

Descripción

La planta de Luke Falk es, sin duda, la que muchos entrenadores querrían para su QB… aunque también hay muchos aspectos que no les gustaría ver. Pero vayamos por partes. El ataque “air-raid” que Falk ha jugado en NCAA le ha permitido obtener unos números estratosféricos que hay que deshinchar un poco. Es cierto que Falk destaca por su precisión y ball placement, que son extraordinarios gracias a unas mecánicas y un release muy bien trabajados y desarrollados, que ayudan al receptor a ganar yardas tras la recepción. Sin embargo, el 74% de los pases que lanzó en College fueron para menos de 10 yardas. Eso abre muchas dudas sobre su capacidad para lanzar pases medios y largos. Su brazo no es muy potente y, si la mecánica no le ayuda, suele lanzar pases muy flotados con peligro de ser interceptados. Además, tiene muchos problemas de lecturas. Aunque su presencia en el pocket es buena, no es capaz de leer los blitzes a tiempo, sentir la presión, o encontrar la “hot route”, por lo que se mueve mal y tarde en el pocket y queda a merced de los rushers rivales (125 sacks en su carrera). Tampoco tiene mucha experiencia en play-actions o hand-offs desde el Center.

NCAA

Fue nombrado First-team All-Utah en su año senior en High School, lo que no le valió de mucho, ya que no recibió ofertas de FBS. Entró en Washington State como walk-on y fue redshirt su primer año allí. En su año sophomore subió puestos en el Depth Chart y acabó jugando 6 partidos, 3 de ellos como titular (64.2% completos, 1859 yds., 13 TD, 7 Int). En 2016 el “air-raid” de Washington State le catapultó al First-team All-Pac-12, con 69.4% completos, 380.5 yds/partido, 38 TD y 8 Int. Sin embargo, su 2017 fue intermitente y fue sentado varias veces. Aun así logró 66.9% de completos para 3593 yds., 30 TD y 13 Int en 13 partidos. Posee multitud de récords en la Pac-12 y en 2017 ganó (tras ser finalista en 2015 y 2016) el Brandon Burlsworth Trophy al mejor walk-on. También fue finalista del Manning and Johnny Unitas Golden Arm Awards.

Proyección en el equipo

Aunque él cree que puede ser un QB franquicia, lo más seguro es que sea un QB suplente de calidad y pueda ganar el puesto a Gabbert como QB#2. Tiene mucho trabajo por delante, pero podría dar buenos dividendos en el medio plazo.

Nota: C+

 

UDFA 

Akrum Wadley (RB, Iowa) Sorprendió que no fuera drafteado. Su juego es espectacular de ver, explosivo, con muchos cortes, cambios de dirección y placajes rotos. Sin embargo, Wadley no tiene el tamaño y fuerza para ser un RB#1 en NFL. Su explosividad y su habilidad para salir del backfield y atrapar balones le pueden dar un rol en terceros downs. Además, tiene experiencia como retornador.

 

Larry Rose III (RB, New Mexico State) Un RB pequeño y ligero que, a pesar de marcar unos números espectaculares en High School, sólo New Mexico State le ofreció beca en la FBS. Fue titular desde su año freshman, firmando +2700yds. en dos años, pero lesiones sus años junior y senior frenaron su progresión. Sus buenas manos atrapando balones hace que pueda hacer una transición a WR. Experiencia retornando.

 

Devin Ross (WR, Colorado) Formó parte de un trío de WR en Colorado muy productivo, pero en el que ninguno destacaba especialmente. A pesar de que su tamaño no es ideal, posee una gran velocidad que le convierte una buena arma profunda.

 

Cameron Batson (WR, Texas Tech) Prototipo de Slot-WR que, de haber ido a la Combine, habría marcado el tiempo más rápido en las 40yds. Posee una gran explosividad y agilidad, lo que unido a su inteligencia (graduado cum laude), le hacen destacar en rutas cortas y con tráfico. Es muy pequeño (5’8) pero juega muy físico para compensar su falta de tamaño.

 

Deontay Burnett (WR, USC) Como Batson, Burnett es un típico Slot-WR. Su tamaño no es especialmente destacable pero juega muy físico, tiene un gran control de su cuerpo y pelea por yardas extra. Tiene unas buenas manos y su explosividad y agilidad le convierten en un buen objetivo en rutas cortas. Sin embargo no tiene la velocidad o movimientos necesarios para ser una amenaza profunda, lo que limita su uso.

 

JT Luper (WR, Central Oklahoma) Llega de la FCS, donde ha sido un hombre entre niños. Se ha enfrentado a dobles y triples coberturas y aun así en 2017 fue el segundo jugador de la NCAA con más yardas de recepción (incluye FBS y FCS). Es inteligente para entender la cobertura rival y tiene unas buenas manos, pero su route-tree ha sido limitado. Podría tener valor como gunner en ST o retornador.

 

Jordan Veasy (WR, California) A diferencia de los otros WR, Veasy en un WR grande (6’2). Empezó tarde en el football, ya que antes jugaba al beisbol. Es un buen route runner pero tiene mucho por aprender en la posición, sobre todo, a usar su cuerpo mejor, ya que tiene buen físico y velocidad. No ha jugado ninguna temporada completa, por lo que su experiencia es limitada.

 

Ethan Wolf (TE, Tennessee) Producto local, Wolf pone sobre la mesa unos números que, sin ser espectaculares, son sólidos. Tiene buen tamaño y atleticismo para la posición, experiencia (ha jugado los 4 años de College), recibe bien y es un bloqueador decente. ¿El problema? Que con Walker, Smith, Stocker y Supernaw tiene muy complicado ganarse un hueco.

 

Tejan Koroma (C, BYU) Fue llegar a BYU y ser titular en el centro de la OL. Desde entonces, no se ha perdido ni un partido en 4 años. Sin embargo, Koroma es pequeño (6’0), lo que le limita mucho ante NT más grandes y fuertes. Su falta de tamaño lo compensa con un gran wingspan (6’5) y un buen atleticismo y fuerza, pero en NFL lo tendrá complicado.

 

Nico Falah (C, USC) Buen físico y atleticismo para ser IOL. Aunque está listado como C, que es donde más ha jugado, tiene experiencia como RG, LG y RT, algo que valoramos mucho. Es considerado como uno de los Centers más underrated de esta clase y algunos analistas piensan que puede llegar a ser titular. Aunque es un bloqueador sólido, sufre bastante en espacios abiertos o saliendo al segundo nivel.

 

Aaron Stinnie (G/T, James Madison) Jugó baloncesto en High School, sólo sus dos últimos años jugó a football… y lo hizo como DL. En 2015, como sophomore, pasó a ser OL, en un movimiento que le ha beneficiado mucho. Ha jugado como LT titular 3 años, pero es posible que en NFL pase a ser G. Tiene fuerza y agilidad, pero necesita trabajo y refinamiento de su técnica para ser un jugador sólido capaz de contribuir.

 

Elijah Nkansah (T, Toledo) Tiene un tren superior muy fuerte que le permite controlar a sus rivales nada más contactar con ellos. Posiciona muy bien sus manos y tiene una buena agilidad de pies que le permiten cerrar el edge ante rushers rápidos. Sin embargo, ha jugado casi únicamente en two-point stance y tiene problemas a la hora de bloquear para la carrera, donde sale a relucir su poca rapidez y pobre lectura del juego.

 

Mike Ramsay (DT, Duke) Si Dean Pees (DC) diseñara un jugador para la DL, probablemente se parecería mucho a Ramsay. Tiene un cuerpo y un atleticismo diseñados para ser un NT puro. Tiene buena explosividad y agilidad gracias a que controla muy bien su fuerza y movimientos. Además, aunque sea NT, tiene una técnica de pass rush bastante refinada, logrando 5.5 sacks en 2017.

 

Andrew Ankrah (DE, James Madison). Defensive player of the year en su conferencia de FCS, su hermano Jason Ankrah estuvo en Titans en 2015. Ha jugado tanto de DE como de OLB, sumando 26 sacks en 3 años. Deberá mejorar su técnica como rusher, que es muy precaria y ser más consistente contra la carrera, pero tiene una buena base.

 

Matt Dickerson (DE, UCLA) Su paso por UCLA fue bastante gris. Aunque jugó 4 años, su producción no es muy alta y en 2017 se rompió la clavícula. Por físico es un End en una 3-4, pero no tiene la masa suficiente para servir de ancla contra la carrera ni la agilidad para ser rusher. Aunque tiene fuerza y sabe usar sus manos y moverse bien, necesita mucho trabajo para contribuir en un roster de la NFL.

 

Nick DeLuca (OLB, North Dakota State) DeLuca fue el único jugador de la FCS en ser nominado para el Butkus Award en 2016, que se entrega al mejor LB de la NCAA. Sin embargo, una lesión ese mismo 2016 y otra en 2017 le han frenado en seco. No tiene la agilidad o velocidad para ser LB en la NFL, pero podría contribuir en ST gracias a sus buenos instintos e inteligencia.

 

Sharif Finch (OLB, Temple) El UDFA mejor pagado por los Titans. Aunque le falta físico y habilidad para ser un edge rusher productivo, Finch es un buen run stopper y cae bien en cobertura. Tiene un buen tamaño que usa para placar a su rival de manera segura y firme. Un as en ST, con 5 punts bloqueados en 3 años. Ha tenido problemas crónicos en sus rodillas.

 

Ryan McKinley (CB, Montana) Con un buen tamaño, McKinley es un CB muy físico y agresivo con el receptor rival. Tiene unas caderas bastante ágiles y localiza bien el balón. Sin embargo sufre en rutas profundas debido a su poca velocidad. Placa bien, demostrándolo tanto ayudando contra la carrera como jugando en ST.

 

Elijaah Goins (CB, Ohio State) Llegó como walk-on en 2014, pero no jugó ni un snap hasta su temporada junior (2016)… y lo hizo como WR. En 2017, como senior, pasó a ser CB. Su tiempo de juego es limitado, pero su buena velocidad le permitió ayudar en ST.

 

Rico Gafford (CB, Wyoming) Muy rápido (4.2 seg. en las 40yds de su Pro-Day), compitió en 100m lisos en High School. Fue JUCO, llegando a Wyoming en 2016 donde fue titular los dos años que estuvo allí, siendo uno de los líderes de la secundaria.

 

Damon Webb (S, Ohio State) El talento de la secundaria de Ohio State dejó a Webb en el banquillo durante sus dos primeros años. En 2016 pasó de ser CB a ser S, donde sí pudo competir gracias a su inteligencia y lectura del juego. Le falta velocidad para ser FS y deberá añadir peso y fuerza para ser SS, pero si se trabajan sus instintos podría contribuir en la rotación.

 

Step Durham (DB, Georgia Tech) Ha trabajado mucho de manera privada esta offseason para mejorar su técnica, ya que, físicamente, Durham es bastante sólido, con buena agilidad y velocidad. Además, es un CB bastante físico que ha dejado algún destello como blitzer.

 

Joshua Kalu (DB, Nebraska) Empezó de CB, pero fue movido a S en 2017 en un movimiento que le ha venido bien, porque como CB sufría ante WR físicos y/o rápidos. Aunque su producción ha sido sólida y constante, nunca muy elevada. Deberá demostrar que puede jugar en ST si quiere pelear un puesto.

 

Austin Barnard (P, Samford) P titular y K suplente (aunque nunca llegó a actuar). Barnard tiene buena pierna (43.4 yds/punt) que ha demostrado en sus 3 años en NCAA.

 

 

Adrián de Blas Ruiz, @titans_esp.