Andrew Luck ha vuelto a ser ese QB que tanto nos maravilló hace unos años. Tras dejar atrás una grave lesión muscular en la zona lumbar que le obligó a perderse más de la mitad de la temporada pasada, este año ha demostrado un gran estado de forma volviendo a unos números similares a los de 2014. En aquella temporada acumuló 40 TD/16 INT y 4671 yardas de pase, mientras que este año ha firmado 31 TD/13 INT y 4240 yardas.
Esta mejora ha provocado, entre otras cosas, que T.Y. Hilton haya conseguido ser el WR con más yardas de recepción (1448), superando a grandes nombres como Odell Beckham Jr. o Antonio Brown.
El pasado draft se centró básicamente en mejorar la línea ofensiva con el propósito de proteger a Luck de las defensas rivales. La línea sigue siendo algo mediocre y pese a la inexperiencia de la mayoría de los jugadores, algunos rookies como Ryan Kelly (Center) o Le´Raven Clark (Tackle) han mostrado buenos destellos. Cabe destacar sobretodo a este último, el cual en Agosto no parecía lo suficientemente preparado para jugar en la NFL. Pasó la mayor parte del tiempo entre Septiembre y Noviembre entrenando intensivamente con Joe Gilbert (entrenador asistente de la linea ofensiva) hasta que una lesión de Jack Mewhort le hizo ser titular en la semana 15. Tras 201 snaps, el ex-jugador de Texas Tech tan solo permitió un hit y un sack.
Otro de los factores de la buena temporada de Andrew Luck es el gran año de Frank Gore. El veterano running back de 33 años ha sumado a su historial una nueva temporada de más de 1000 yardas recorridas y 4 TD. Su mejora en el juego ha sido notable con respecto al año pasado y esto ha ayudado a nuestro QB, ya que no ha centrado tanto la atención de los defensores rivales. Pero la edad le empieza a pesar a Gore, por lo que muchos mocks colocan en el pick de primera ronda del equipo del estado de Indiana a un RB. Los dos principales opositores al puesto son Leonard Fournette (LSU) y Dalvin Cook (FSU). Ambos han mostrado una gran imagen en college y su calidad vendría como anillo al dedo a la ofensiva de Indianapolis. Muchos aficionados comentan que este sería el último paso para que Andrew Luck consiga desarrollar todo su potencial y pueda llevar de nuevo al equipo hasta los PlayOffs.