Esta semana ha surgido una noticia, que podemos decir, arranca la temporada de los Browns. Dicha noticia es la renovación de linebacker Jamie Collins. Esta noticia es muy buena mirándolo desde el punto de vista objetivo de un aficionado general, que siga la NFL. Pero amigo yo soy de los Browns, y como todo aficionado a este equipo, aunque optimistas todos de nacimiento, incluso a veces rozando la ingenuidad, tenemos cada cierto tiempo un instante de realismo súbito. En ese momento, pienso en como suelen empezar y acabar las temporadas en Cleveland, y te acojonas.
Por ejemplo, Collins es un gran jugador, pero si vemos su rendimiento desde que llegó al equipo, hemos visto cositas buenas, pero no ha sido el jugador determinante que esperábamos cuando llegó. Claro que la defensa era un solar, y un solo jugador es difícil que suba el nivel de toda una unidad.
Se especula con que podría llegar Trumaine Johnson en la agencia libre. Un cornerback de la confianza del nuevo coordinador defensivo y que sería un upgrade brutal para esta mermada secundaria. Pero claro, es inevitable pensar en el último cornerback que llego al equipo en el periodo de agentes libres, Tramon Williams. Tramon, que llegó para hacer una dupla consistente con Joe Haden, lleva un par de años pasando con más pena que gloria por los partidos que ha disputado. Incluso, se le ha relegado al puesto de nickel corner en el último tramo de la temporada debido a los problemas que ha tenido a la hora de defender a los receptores abiertos.
En el mercado hay dos jugadores que nos vendrían de perlas para una posición donde tenemos un auténtico agujero, la de safety. Tanto McDonald como Berry, sobre todo el segundo, serian unas grandes incorporaciones para el equipo, pero también tenemos una referencia no muy lejana, Donte Whitner. Este safety, formado en el college «alma mater» del estado de Ohio, Ohio State, demostró cómo un jugador en un buen estado de forma, puede caer en la más absoluta de cadencia en aproximadamente un año. “Hitner” que así le llamaban gracias a su capacidad de placar, en Cleveland se convirtió en un “atrapador” de merluzas de manual. Un jugador que vino a ser un referente, que acabó saliendo del equipo sin más pena que gloria, como tantos otros…
Pero si hay algo que nos acojona de verdad, que nos hace flojear las piernas y que sucede año tras año es… la búsqueda del QB franquicia. Nombres como Tim Couch, Brady Quinn, Colt McCoy, Johnny Manziel o Robert Griffin III entre muchos otros, han venido a ser la piedra filosofal sobre la que construir el proyecto definitivo que nos haga reverdecer laureles y volver a ser la gran franquicia que fuimos hace tiempo, demasiado tiempo. Y todos nos han dado el mismo resultado, ninguno. Y ahora, tras las declaraciones de Hue Jackson, donde afirma que irá a por un nuevo QB en el draft, os podéis imaginar, tenemos el ojete que no nos entra un pelo de gamba.
Pero aunque no podamos evitar tener estos terribles pensamientos, estamos hechos de una pasta especial, pero que muy especial. Tanto, que de aquí a un mes, acogeremos con los brazos abiertos y repletos de ilusión a cualquier agente libre que digne a firmar por el equipo. Tanto, que la noche del draft nos emocionaremos con las elecciones de Cleveland, afirmando que esta clase es la mejor que hemos tenido desde tiempos inmemoriales. Tanto, que cuando empiece la temporada, aseguraremos que vamos a luchar por una división, la nuestra, que siempre nos ha visto como el hermano pobre al que se le pueden sacar victorias fáciles.
Porque somos unos soñadores incorregibles, por eso papá, somos de los Browns.
GO BROWNS!!!
