Desde la lesión de Carson Wentz, al comienzo del training camp, Jacob Eason ha sido dueño y señor de los snaps del primer equipo de los Colts. Sin embargo, desde el lunes de esta semana ese privilegio es compartido con el rookie Sam Ehlinger. Dando comienzo a una interesante batalla de quarterbacks que podremos visualizar este domingo en el primer partido de pretemporada ante los Carolina Panthers.
Frank Reich asegura que “no es que Eason haya hecho algo mal. Esto es una meritocracia y Sam lo ha hecho muy bien y decidimos repartir (los snaps)”. Lo cierto es que el rendimiento de Jacob Eason en los entrenamientos ha sido irregular, un día está lanzando bombas de 40 yardas a Zach Pascal y al siguiente encadena tres pérdidas de balón consecutivas.
Por el contrario, el rookie de la Universidad de Texas ha sido mucho más regular, completando cerca del 80 por ciento de sus pases y leyendo mucho mejor las progresiones. Cabe destacar que Sam, hasta ahora, se ha enfrentado a la segunda unidad y con un esquema mucho más simple. Aun así, hace varios días que los aficionados y reporteros venían pidiendo una oportunidad para el carismático ex-Longhorn.
En juego está la oportunidad de sustituir al titular Carson Wentz mientras dure su rehabilitación, lo cual es una magnífica oportunidad para estas jóvenes promesas. Ninguno de ellos se ha enfrentado aún a una defensa NFL en un partido. Tienen mucho que demostrar y mucho que ganar: ¿Se atreverían los Colts a sentar a uno de ellos si este rinde a un gran nivel? La respuesta seguramente sea sí.
El dinero que se le está pagando a Wentz garantiza su titularidad una vez se recupere. Pero, desde luego, un buen rendimiento del suplente presionaría al titular y al staff técnico.
La batalla es interesante porque los dos jugadores son muy diferentes. Sam Ehlinger tiene una mayor experiencia en college -46 partidos con los Texas Longhorns- y se nota en la rapidez con la que progresa por las diferentes lecturas en comparación con Eason, que jugó solo 29 partidos en su paso por las universidades de Georgia y Washington.
Ehlinger es un quarterback móvil muy atlético, capaz de utilizar sus piernas como un arma ofensiva más. Es un lanzador preciso en cortas y medianas distancias, pero carece de la potencia de lanzamiento que se espera en la NFL. Esta carencia de fuerza es una ventaja que no dudarán en aprovechar los CBs veteranos de la liga.
Sin embargo, Sam compensa esto con disciplina e inteligencia. El sexta ronda destaca sobre todo por su capacidad de liderazgo y esto lo hace un jugador muy popular en el vestuario y en las gradas.
Jacob Eason no es tan atlético, no moverá con frecuencia las cadenas con sus piernas; pero tampoco es Philip Rivers. Tiene la agilidad suficiente para navegar el pocket y tiene una decente capacidad para detectar la presión. Quizás demasiada, y esto provoca que al sentir el pass rush tome decisiones precipitadas al lanzar. La toma de decisiones es la mayor debilidad de Jacob, por suerte es algo que se puede aprender.
Al contrario que la habilidad de su brazo. Desde high school los scouts se han enamorado de su potencia y mecánica de lanzamiento. Su potencial siempre ha sido enorme, y por eso fue «drafteado» en la cuarta ronda del draft el año pasado; pero ya va siendo hora que empiece a demostrarlo.
El dilema del entrenador jefe de los Indianapolis Colts Frank Reich es claro: Por un lado está Sam, que es un jugador más hecho y pulido, con un suelo mayor pero con el techo limitado. Y por el otro lado está Jacob, cuyo techo es muy alto pero necesita más trabajo y por tanto su suelo es menor. La solución del dilema, por supuesto, no es tan clara.
El primer examen público lo tendremos este domingo, cuando los Colts reciban a los Panthers tras dos días de entrenamiento conjunto. Lo más seguro es que el titular en el primer partido de pretemporada sea Jacob Eason, pero seguramente veremos al rookie Ehlinger en la segunda mitad. Una competición de lo más atractiva en la posición más importante del deporte.
Wentz y Nelson dan esperanza
Al margen (literalmente) de esta épica batalla de quarterbacks suplentes, Carson Wentz y Quenton Nelson protagonizaron este lunes el entrenamiento. Sorprendieron con una aparición en la banda sin cojera y sin ningún artilugio de protección en sus pies lesionados. No hay duda de que esta imagen desató una oleada de optimismo e ilusión entre los aficionados de Indianápolis.
Ambas estrellas del equipo cayeron en días consecutivos de la primera semana de training camp con lesiones muy similares, necesitando cirugía en ambos casos. Tras la intervención quirúrgica, el plazo de recuperación para los dos fue de un rango de cinco a doce semanas. Este amplio margen sugiere que ambos jugadores podrían estar para el primer partido de la temporada regular, o perderse casi la mitad.
En el caso del guard all-pro, la incorporación al sistema ofensivo será mucho más fácil ya que ha jugado en él los últimos años y no necesitará proceso de adaptación. En cuanto no sienta mucho dolor, jugará; y según lo que sabemos de Nelson esto será más pronto que tarde.
El caso del nuevo quarterback de Colts es diferente. Aunque tenga un pasado con Reich, no conoce el nuevo playbook y echará de menos la oportunidad de haber desarrollado complicidad con sus receptores durante los entrenamientos de pretemporada. La adaptación será más complicada y además deberá estar más libre de dolor que Nelson para poder desempeñar las labores que exige su posición. Por lo que la predicción del que escribe estas líneas es que tardaremos un poco más en ver a Wentz en el campo.
Es obvio que la presencia de estos jugadores en el entrenamiento, sin ninguna evidencia visual de sus lesiones, es alentadora. Pero quedan cuatro largas semanas para que comience la liga, y durante esas semanas los protagonistas en Indy serán Jacob Eason y Sam Ehlinger.
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