?CFP NATIONAL CAMPIONSHIP?
#3 OHIO STATE BUCKEYES Vs. #1 ALABAMA CRIMSON TIDE
#GoBuckeyes ? Vs. #RollTide ??⚪️
? 12/01/21
? 02:00 / ? ESPN
? HARD ROCK STADIUM, MIAMI GARDENS (FLORIDA)
El 10 de junio de 1992 comenzaba en el Rasundastadion de Estocolmo la Eurocopa de fútbol, que se disputaba en Suecia. A ese torneo llegaban 7 selecciones, que habían luchado en los céspedes de toda Europa por un puesto, más el equipo anfitrión. En un principio, la selección yugoslava había conseguido su pasaporte para el torneo, pero la execrable Guerra de los Balcanes hizo que el conjunto plavi fuera excluido. Dinamarca no había conseguido la clasificación, pero -tras la exclusión del equipo balcánico- la UEFA les ofreció la participación en el torneo.
Algunas de las estrellas danesas como Brian Laudrup, Peter Schmeichel, Henrik Larsen, o Flemming Povlsen estaban de vacaciones. El seleccionador danés, Richard Moller-Nielsen convocaba de urgencia a sus jugadores a una reunión en Copenhague, donde les comunicaba que se iban a Suecia a disputar la Eurocopa. Absolutamente nadie daba crédito por las huestes vikingas como equipo favorito a llevarse el torneo, más después del empate contra Inglaterra (0-0) y la derrota ante Suecia (1-0) en las dos primeras jornadas. Sin embargo, un gol de Lars Elstrup contra Francia en la última jornada de la primera fase los hizo clasificar para semifinales.
En semifinales, se veían las caras contra el vigente campeón, la demoledora Holanda, con jugadores de la talla de Marco Van Basten, Ruud Gullit o Frank Rijkaard. El conjunto de Moller-Nielsen conseguiría su pase a la final, tras una taquicárdica tanda de penaltis.
La final se antojaba más complicada aún, pues los daneses se enfrentarían al rodillo alemán, el campeón mundial. El Ullevi Stadium de Goteborg era testigo de una de las mayores gestas del deporte mundial, gracias a una victoria majestuosa (2-0) de un equipo que jugaba sin presión y sin nada que perder.
Del mismo modo, Ohio State saltará al emparrillado del Hard Rock Stadium con muchísimo que ganar y con la vitola de equipo que va a ser destrozado por otro rodillo, pero esta vez rojo carmesí. Las huestes de Ryan Day ya dieron el campanazo en semifinales, dejando en la cuneta a otro equipo “oranje”, los Tigers de Swinney y Lawrence. Los paralelismos entre la mágica historia de Dinamarca y la temporada de los Buckeyes saltan a la vista. Ohio State consiguió su clasificación para la final de la B1G en los despachos, no en el terreno de juego. Las propias autoridades conferenciales cambiaron los estatutos de la competición para dar la oportunidad al programa de Columbus de batirse el cobre con Northwestern, en detrimento de Indiana. Todo cuento suele tener un final feliz, pero cuando de por medio aparece el diabólico Nick Saban y sus titánicas mesnadas, lideradas por el reciente ganador del Heisman, Devonta Smith, el desenlace puede ser trágico para Ohio State. ¿La solución? La madrugada del próximo martes.
OHIO STATE
Ryan Day dio una auténtica lección el pasado sábado, en las semifinales contra Clemson, con un perfecto planteamiento, que minimizó las posibilidades ofensivas de Clemson, martirizando y haciendo “mortal” a la defensa tiger. El descomunal desempeño de la línea ofensiva buckeye, hizo que jugadores de la talla de los rushers Myles Murphy Bryan Breese parecieran miembros de un jardín de infancia, dada la superioridad de Davis o Munford.
Justin Fields ejecutó un partido -sencillamente- perfecto de principio a fin, maximizando las posibilidades de sus estiletes aéreos y subiendo -de forma espectacular- su caché de cara al próximo NFL Draft. Sus 385 yardas de pase, 6 touchdowns y solo una interceptación muestran, a las claras, la categoría de jugador de Fields, haciendo olvidar su desempeño en otros partidos importantes en los que se vio a un muy inestable e inseguro Justin. El encuentro del próximo martes será clave en su futuro en el mundo profesional. Un nuevo alarde ante la indómita defensa crimson tide catapultaría su rédito el próximo 29 de abril.
El ataque de los Buckeyes está promediando nada más y nada menos que 43’4 puntos y 544’9 yardas (272’3 aéreas y 272’6 terrestres) por encuentro. Conforman un equipo poderoso en todas sus líneas, partiendo por una offensive line top, con el right guard Wyatt Davis y el left tackle Thayer Munford como miembros más destacados de esa poderosa guardia pretoriana. Davis y Munford constituyen un auténtico seguro de vida para Justin Fields.
En la parcela aérea, como mejores socios de Fields, hay que poner de manifiesto a los receptores Chris Olave (660 yardas y 7 TDs), que hizo un partido sublime ante Clemson (132 yardas, 2 TDs), y Garrett Wilson (673 yardas y 5 TDs). A esta dupla hay que añadir la figura del tight end Jeremy Ruckert, que martirizó a los Tigers en red zone con 2 anotaciones.
Del lado terrestre, se antoja nuevamente clave la actuación de esa maravillosa dupla configurada por los corredores Master Teague III (449 yardas y 6 TDs) y Trey Sermon (675 yardas, 3 anotaciones), que parece en estado de gracia, tras sus 193 yardas y 1 TD frente a Clemson.
En el lado defensivo también tienen un plantel muy poderoso, pero quizá no tan dominante como otros años -recuérdese a Chase Young, Jeffrey Okudah o Nick Bosa-. Es una defensa que permite 21 puntos por partido, con 358 yardas (261’3 aéreas y tan solo 96’7 terrestres). La defensa contra la carrera tendrá la mayor prueba del año, ya que se enfrentan a un impresionante sistema de ataque por tierra, con Najee Harris como auténtica punta de lanza. No obstante, el desafío de parar a Etienne y Lawrence se saldó con matrícula de honor.
En esa rocosa defensa hay que poner de relieve a los linebackers Tuf Borland (34 placajes, 1’5 capturas), Pete Werner (46 tackles, 1 sack, 2 FF) y Baron Browning (24 tackles, 1 FF, 1 FR y 2 pases defendidos), al defensive end Jonathon Cooper (22 placajes, 3’5 sacks, 1 pase defendido, 1 FF), al defensive tackle Tommy Togiai (23 tackles, 3 sacks, 1 FF y 2 pases defendidos) y al CB estrella Shaun Wade (21 tackles, 2 interceptaciones, 1 TD y 3 pases defendidos). La única duda de Ryan Day para el encuentro es el defensive tackle Haskell Garrett, que es el tercer defensa buckeye en número de capturas.
ALABAMA
Alabama continúa su camino arrollador hacia el título nacional y no deja heridos ni prisioneros en el combate. De la mano de esa tripleta ofensiva excelente, Mac Jones, Devonta Smith y Najee Harris, nadie parece poder parar a esta devastadora Marea Carmesí. Todo se intuye de cara para la tropa liderada por Nick Saban. Además, los astros parecen confabular a su favor, pues Devonta Smith -con todo merecimiento- obtuvo el pasado 5 de enero el trofeo Heisman al mejor jugador de la temporada de College Football. Primer receptor en alcanzarlo tras 29 años (Desmond Howard fue el último wide receiver en obtenerlo en 1991).
El partido ante Notre Dame fue una auténtica balsa de aceite, siendo dominado por Alabama de principio a fin. Incluso se notó cierta relajación de los Crimson Tide en momentos del partido, pues los Fighting Irish enarbolaron la bandera blanca de la rendición al final del tercer cuarto.
El quarterback Mac Jones ha rozado la perfección esta temporada: 4036 yardas de pase, 77% de pases completados (275 de 357), 36 TDs y 4 interceptaciones. Jones tendrá una prueba de fuego ante una de las mejores secundarias de la liga, con Shaun Wade en un estado de forma estelar. Los Buckeyes solo permiten 261’3 yardas aéreas por encuentro, aunque el envite de la madrugada del próximo martes será su auténtica prueba de fuego: Devonta Smith y John Metchie III. Jones requerirá de una gran labor de su guardia pretoriana, pues el pass rush de Ohio State dio una auténtica lección ante Clemson, y Trevor Lawrence aún tiene pesadillas con Togiai, Cooper y Garrett. Por tanto, uno de los grandes match up del partido será ese titánico enfrentamiento en las trincheras.
Sin duda, esta ofensiva de Alabama es la mejor de las últimas décadas. Tener a dos jugadores, como Devonta Smith y Najee Harris, en un estado de gracia tan impresionante maximiza las posibilidades de los pupilos de Nick Saban. La temporada de Devonta Smith es simplemente alucinante, con 1641 yardas y 20 TDs, añadiendo una anotación por tierra y un título de Heisman, tras 29 años de sequía para los receptores. Su compañero de diabluras por aire es John Metchie III. El receptor sophomore ha logrado 835 yardas y 6 TDs y, junto a Devonta, forma un dúo de wide receivers de auténtico ensueño. El joven sophomore ha hecho olvidar al ágil y veloz -futura primera ronda del próximo NFL Draft- Jayden Waddle.
Najee Harris es un auténtico bulldozer en el backfield, con una capacidad atlética, técnica y física que lo convierte -de largo- en el mejor corredor de la futura promoción del NFL Draft 2021. Frente a Notre Dame no cuajó su mejor partido y corrió para unas interesantes 125 yardas. Sus números totales en esta temporada son una auténtica locura: 1387 yardas de carrera, 24 anotaciones y una media de 6’1 yardas por acarreo. Estadísticas a las que hay que sumar 346 yardas de recepción y 3 TDs.
El defensive front de Alabama es uno de los mejores de la nación, con 35 sacks. La línea ofensiva de Ohio State tendrá una difícil misión. No obstante, el excelente estado de forma de la OL buckeye, unido a la elusividad de Justin Fields fuera del pocket, presupone que este no será un factor determinante en el encuentro.
La secundaria formada por el increíble freshman Malachi Moore (44 tackles, 6 pases defendidos, 3 interceptaciones, 1 FF, 1 FR, 1 FTD), Jordan Battle (63 placajes, 4 pases defendidos, 1 interceptación), Daniel Wright, DeMarcco Hellams y Patrick Surtain II serán muy importantes en la partida para minimizar el peligro aéreo que entrañan Olave y Wilson y, sobre todo, para ayudar a desconectar el peligroso juego de carrera formado por esa dupla que se complementa a la perfección: Sermon y Teague.
El defensive line sophomore Christian Barmore se ha erigido, con sus 7 sacks, en una auténtica máquina de presión para los QBs rivales. Por último, debemos destacar a esa excelsa pareja de linebackers, Christian Harris (73 tackles, 4’5 capturas, 2 pases defendidos y 1 interceptación) y Dylan Moses (74 placajes, 1’5 sacks, 3 pases defendidos, 1 interceptación, 1 FF), cuya labor será definitoria para anular el sistema terrestre de Ohio State, minimizar la movilidad de Justin Fields y anular el peligro de los tight ends.
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