Llegaba Cleveland a Arrowhead con la intención, nuevamente como ya hizo meses atrás en el partido divisional de playoffs, de demostrar que pueden competir contra uno de los mejores (sino el mejor) ataque de la liga.
De hecho, no sólo tocaba demostrar que podían competir, sino que podían ganar. Así debe ser si quieren empezar a ser considerados como contenders al anillo.
El partido tuvo dos tramos bien diferenciados y diversas claves que pasaremos a analizar.
La primera parte de los de Kevin Stefanski fue simplemente espectacular. Un ataque demoledor, creativo, apabullante y resolutivo. Kansas era incapaz de defender ni el ataque terrestre ni el aéreo de los Browns.
Mayfield se movía en el pocket de manera sobresaliente moviendo a la defensa hacía donde quería para lanzar justo al sitio contrario.
Chubb, Hunt y la línea ofensiva se movían al unísono, de igual forma que habían acabado la temporada pasada. El mérito de Bill Callahan es absolutamente extraordinario. Hasta Njoku parece recuperado y esa es una muy buena noticia. Y todo ello sin OBJ que no se vistió para el partido.
Pese a ese rutilante desparpajo del ataque, Cleveland era incapaz de frenar a Mahomes, Hill y Kelce. Sólo ellos destrozaron la defensa una y otra vez. Dos jugadores no pueden hacerte más de 250 yardas y 3 TD. Tienes que tener un plan, puede que no para pararles, pero sí para limitarles (Arians lo consiguió).
Individualmente la defensa ha mejorado enormemente. John Johnson estuvo soberbio en (casi) todo el partido pero un “error” suyo (o genialidad de Mahomes y Hill) permitió en un flash que Kansas anotara en una big play. Ward y Hill también estuvieron a un nivel prodigioso.
Harrison, en una estupidez impropia de un profesional, fue expulsado y el cuerpo de linebackers se veía superado constantemente por pases a la zona media y underneath.
Y si en ataque si se observa un trabajo, donde todos y cada uno tienen claro su papel. No parece así en defensa.
Cierto que parar a Kansas es muy difícil de parar, pero también es cierto que desde esta cuenta llevamos tiempo diciendo que Joe Woods es el eslabón débil del equipo. Da la sensación que no es capaz de adaptar las armas defensivas a las situaciones cambiantes del partido. Que la defensa se basa en individualidades y no en el todo.
El cuerpo de linebackers sigue sin mejorar y pese a que evitaron, en su mayoría de ocasiones, big plays, si permitían pases que generaban yardas suficientes como para iniciar un nuevo set de downs para los de Andy Reid.
Si la primera parte de Cleveland fue soberbia (22 – 10 arriba al descanso), en la segunda se deshizo como un azucarillo. Un apunte. El último drive de Cleveland de la primera parte fue inexplicable. A apenas 5 yardas para field goal range, Baker se dedicó a realizar tres pases profundos que, junto a penalizaciones, evitaron que un field goal relativamente sencillo se convirtiera en un punt. Tres puntos que habrían cambiado el escenario en la segunda parte y, especialmente, en la parte final del partido donde en lugar de un TD habría bastado un FG. Pero eso es el cuento de la lechera.
El estruendo de Arrowhead, uno de los campos más complicados para los rivales, y los tiros en el pie de Cleveland fueron suficiente para que Kansas se llevara la victoria. Una segunda parte ramplona, fruto también de la lesión de Jedrick Wills (nada más y nada menos que el Left Tackle titular) impidió a Cleveland desarrollar su juego. La originalidad y alegría dio paso al temor y a los errores.
Un fumble de Chubb. Un error poco habitual de Gillian y una intercepción final absurda de Mayfield dieron al traste con la remontada.
Y, como siempre, toca hablar de Mayfield. Su primera parte fue perfecta. Le faltó, quizás, algún TD en su haber pero movió las cadenas a su antojo. El playbook de Stefanski era una obra de arte.
La segunda parte, con sólo 7 puntos anotados, queda en el debe del equipo (no sólo en el de Baker), pero si es cierto que si pretende cobrar 40 millones o más al año se le va a exigir ser un QB capaz de resolver partidos en los drives decisivos. Sin embargo los game-winning drives son más bien escasos y frente a rivales de poca entidad.
Extrañó también el poco uso de DPJ o Higgins que podían haber generado oportunidades en la segunda parte.
Game winning drives de Baker Mayfield en la NFL:
Si haces una primera parte de ensueño, la segunda puede no ser igual de fantástica pero si debe ser lo suficientemente buena como para garantizar la victoria manteniendo la ventaja obtenida.
En el recuerdo queda la segunda parte en el primer partido de playoffs ante Steelers donde casi remontan un 35 – 10 obtenido en la primera parte.
Las claves
- Los errores de Cleveland fueron suficientes para que Kansas, que no cometió ninguno, se llevara la victoria.
- La defensa contra el pase. Cleveland fue capaz de parar la carrera pero no así el pase. Myles y Clowney apenas pudieron generar presión y cuando lo hacían Mahomes conseguía escapar de la misma y evitar mayor castigo.
- La inoperancia para parar a Kelce y Hill. Pese a lo difícil del asunto, Joe Woods no supo, en ningún momento, como utilizar sus armas para limitar la producción de las dos superestrellas de los de Missouri.
- Equipos especiales. Cleveland sigue sin destacar en ese aspecto. Mediocridad y, ayer en concreto, uno de los aspectos individuales de la derrota.
- Capacidad de remontar/cerrar partidos. El único pero a Stefanski. El trabajo de primeras partes memorables no puede generar victorias agónicas / derrotas por la mínima.
Es sólo un traspié, ante uno de los mejores equipos de los últimos años, en Arrowhead. Si tiene que pasar, mejor a principio de temporada. Mejor con tiempo para analizar qué falla y cómo podemos mejorar.
El ataque es brillante. La defensa tiene mimbres para ser élite pero debe acoplarse y ser capaz de adaptarse a los partidos.
Hay equipo para pelear, para ganar y para disfrutar. Pero ayer, pese a ser ante Kansas, fue una derrota que recuerda la historia que nos persigue.