Cansado tras una maratoniana jornada de trabajo, me dispongo a volver a casa. Enciendo el coche y el rugido del motor queda ahogado por la melodía de una célebre canción española que emana de la radio. Es catorce de febrero, día de los enamorados. Alejandro Sanz y su “corazón partío” me acompañan en el trayecto de regreso a mi domicilio.
Recuerdo su cara decorando las coloridas carpetas de mis compañeras de instituto. Sus canciones sonando a todo volumen en el cuarto de mi hermana. Mi cerebro, el complejo órgano que rige nuestra simple existencia, hace una asociación inesperada al escuchar la letra del artista madrileño. Porque, en este emblemático día de Cupido, las notas del genio español me llevan a pensar en el equipo de mis amores, los Miami Dolphins.
EL ADIÓS DE DAN MARINO
La retirada de Dan Marino dejó el “corazón partío” a los seguidores de los Dolphins. Veinte años después de su inevitable adiós seguimos buscando “tiritas” para detener la hemorragia que produjo su marcha. “¿Quién me va a entregar sus emociones?” continúan preguntándose a día de hoy los aficionados de Miami.
Imagino que las preguntas que formula Alejandro Sanz en el habitáculo de mi coche han obtenido respuesta . El disco Más, que incluye la canción que suena ahora en mi vehículo, se publicó en 1997 y quiero pensar que el compositor español ha encontrado a estas alturas la cura de su mal de amores. Los Dolphins, sin embargo, siguen enfermos. Han pasado dos décadas y veintiún jugadores en la posición de quarterback de Miami desde que Marino abandonó los terrenos de juego, en un ciclo que parece no tener fin. Los seguidores de los Dolphins siguen añorando al mítico número trece y parecen no dejar de repetir en su cabeza “¿Qué fue de la ilusión y de lo bello que es vivir?”.
EL ÚLTIMO PARTIDO
El 15 de Enero del año 2000 es la fecha en la que el músculo cardiaco de los seguidores de Miami se rompió definitivamente. Los Dolphins se enfrentaban en el Alltel Stadium a los Jacksonville Jaguars en la ronda divisional de los Playoffs de la AFC. Ningún espectador del encuentro era consciente de que estaba asistiendo al último partido de Dan Marino. La despedida del genio no pudo ser más dolorosa e impropia de un jugador de su categoría. Los Dolphins sufrían un bochornosa derrota por 62-7. Marino tuvo una actuación para el olvido con únicamente once pases completados para 95 yardas y un pase de Touchdown, siendo interceptado en dos ocasiones.
En la segunda parte del encuentro se vivió el momento clave. Jimmy Johnson, entrenador de los Dolphins durante aquella temporada, sustituyó a Dan Marino para dar entrada a Damon Huard. Nunca más veríamos a Marino con la camiseta de Miami sobre un campo de fútbol americano. “Pero miénteme, aunque sea dime que algo queda entre nosotros dos” parecía pensar la multitud al ver a Marino en la banda del estadio y tomar conciencia de que la luz de su estrella comenzaba a apagarse para siempre. Aquel nefasto partido fue también el último de Jimmy Johnson al frente de los Dolphins.
El 13 de marzo del año 2000 Marino anunció su retirada definitiva. Dan eligió el día del mes que coincidía con el número que portó en la espalda durante toda su carrera y que lo había convertido en leyenda. Con un traje azul y la serenidad que otorga la madurez y el trabajo bien hecho, Marino comparece ante los medios de comunicación para informar que ha llegado el momento de decir adiós.
Esa rueda de prensa supuso un punto de inflexión en la historia reciente de la franquicia .“¿Quién me va a curar el corazón partío?” siguen cuestionándose los incondicionales forofos de los Dolphins cuando piensan en la posición de quarterback del equipo.
LOS SUCESORES DE MARINO
“Después de la tormenta siempre llega la calma, pero sé que después de ti, después de ti no hay nada” . Este pensamiento debía aflorar en la mente de los asistentes al estadio de los Dolphins cada domingo al ver en la posición de quarterback a Jay Fiedler durante la temporada del año 2000.
No se puede reemplazar a una leyenda, a un jugador elevado a la categoría de mito viviente que durante diecisiete temporadas defendió los colores de Miami.
Jay Fiedler se enfrentó a un reto mayúsculo. Jugador no drafteado de la universidad de Dartmouth, Jay pasó por Eagles, Vikings y Jaguars antes de recalar en Miami. Fiedler asistió también al último partido de Dan Marino. Fue partícipe de la dolorosa y humillante derrota que propinaron los Jaguars al equipo de Jimmy Johnson. Saltó al césped, como quarterback suplente de los Jaguars, durante la segunda mitad de aquel encuentro maldito para la historia de los delfines.
Aunque nunca se acercó al nivel de su predecesor, Fiedler puede presumir de ser uno de los sucesores de Marino que más éxito cosechó. Llegó a Miami en la primavera del año 2000 para competir con Damon Huard. Consiguió ganar la batalla por el puesto durante la pretemporada y se convirtió en el primer quarterback titular de la franquicia en la era post Marino.
Secundado por una defensa con jugadores de la talla de Zach Thomas, Jason Taylor, Sam Madison y Patrick Surtain los Dolphins de Fiedler consiguieron un balance de once victorias y cinco derrotas durante las dos primeras temporadas de Jay. Fiedler ostenta todavía el honor de ser el último quarterback de Miami que logró obtener una victoria para los Dolphins en un partido de postemporada.
Su periplo en Miami se prolongó durante cinco temporadas. Fiedler jugó 62 partidos con los Dolphins, 59 de ellos como titular, consiguió 11040 yardas de pase con 69 pases de anotación y 63 interceptaciones.
UN ERROR TODAVÍA RECORDADO
“Pero, sabes que en lo más profundo de mi alma sigue aquel dolor por creer en ti”. Esta frase que entona Alejandro Sanz en el interior de mi automóvil debe resonar en la mente de Nick Saban cada vez que se acuerda de Daunte Culpepper.
Corría el año 2006, los Dolphins, dirigidos por el actual técnico de Alabama, se debaten entre un par de jugadores. Daunte Culpepper, que había sufrido la temporada previa una severa lesión en la rodilla, es uno de esos jugadores. Drew Brees, mermado por una preocupante lesión en el hombro, es el otro nombre de la lista. El dictamen médico decantó la balanza. El paso del tiempo nos permite afirmar, sin temor a equivocarnos, que los informes de los galenos eran erróneos. El desenlace de la historia es conocido por todos. Culpepper únicamente jugó cuatro partidos con los Dolphins. Drew Brees y su maltrecho hombro conquistaron un anillo de campeones y tras una brillante carrera deportiva su nombre descansará el día de mañana en el salón de la Fama.
Miami estaba decidido a no tropezar dos veces en la misma piedra cuando en el verano de 2008 fichó a Chad Pennington. El ex jugador de los Jets llegaba a los Dolphins tras superar dos cirugías en su hombro derecho. Pennington nos obsequió con una gran temporada durante aquel año. Consiguió once victorias, 3653 yardas y 19 pases de anotación que le hicieron merecedor del Comeback player of the Year. Pero como dice nuestro artista más internacional “ya lo ves, que no hay dos sin tres, que la vida va y viene y que no se detiene”.
Aquel año fue un espejismo. El infortunio acompañó a Chad el resto de su carrera. Sufrió dos lesiones más en su hombro derecho y una rotura en un ligamento de la rodilla que finiquitaron su carrera deportiva. El seguidor de Miami se ilusionó por primera vez con Pennington, fantaseaba con haber encontrado un sustituto que mitigara el enorme vacío que dejó Dan Marino ocho años atrás. El revés sufrido con las lesiones de Chad todavía perturba a los aficionados de la franquicia.
La ausencia de Chad Pennington no pudo aprovecharla su tocayo Chad Henne para asentarse en la posición de quarterback titular del equipo. Elegido en la segunda ronda del draft del año 2008, Henne dispuso de multitud de ocasiones para demostrar su valía. Cuatro años después de su llegada hacia las maletas con destino a Jacksonville en busca de una segunda oportunidad.
RYAN TANNEHILL
“Para qué me curaste cuando estaba herido si hoy me dejas de nuevo el corazón partío”. Esta dolorosa frase puede aplicarse al rememorar la etapa de Ryan Tannehill en Miami. Elegido en la octava posición del draft del año 2012, Ryan se convertía en el primer quarterback seleccionado por los Dolphins en primera ronda desde que en 1983 decidieran apostar por el prometedor jugador de los Pittsburgh Panthers.
Tannehill representaba un motivo de ilusión y esperanza para los sufridos seguidores de los Dolphins. Desde el principio intuimos que no iba a alcanzar la gloria del dorsal número trece, sin embargo, consiguió aportar estabilidad y disputó completas sus primeras cuatro campañas. Demostró ser un buen jugador, capaz de manejar el ataque del equipo y el cuerpo técnico le premió con una merecida renovación antes de expirar su primer contrato profesional.
Pero la felicidad parece no durar mucho en la franquicia del sur de Florida. En 2016, cuando disputaba una de sus mejores temporadas, sufrió una lesión parcial en el ligamento de su rodilla izquierda durante la semana 14 de la NFL. Miami luchaba por clasificarse para la postemporada, pero sería Matt Moore, el encargado de defender el honor del conjunto en las últimas jornadas de la competición. Moore culminó la labor de Ryan y guió a los Dolphins a disputar un partido de postemporada frente a los Steelers.
En la pretemporada del año 2017 el hincha de los Dolphins ansiaba ver de nuevo a Tannehill a los mandos del equipo. Una nueva lesión en la rodilla izquierda volvía a dejarnos el corazón partío. El quirófano esperaba a Tannehill y Jay Cutler atendía la llamada de Adam Gase para abandonar el retiro y volver a ponerse un casco y una coraza. “Dar solamente aquello que te sobra nunca fue compartir sino dar limosna” parecía confirmar Cutler cada domingo con sus actuaciones que demostraban que su retirada previa había sido la decisión acertada.
Todavía disfrutaríamos de un año más de Tannehill en Miami. La temporada 2018 fue la última de Ryan como jugador de los Dolphins. Molestias en su hombro derecho le llevaron a presenciar desde el banquillo las actuaciones de su sustituto, Brock Osweiler, durante varios partidos.
Finalizada aquella campaña el cuerpo técnico decidía prescindir de los servicios de Adam Gase y confiaba el rumbo de la franquicia a Brian Flores. Tannehill encontraba un nuevo hogar en Tennessee. Abandonaba Miami como el tercer quarterback de su historia con más yardas conseguidas. Trabajador incansable y profesional excelente, la última temporada lo hemos visto renacer de sus cenizas en Nashville.
FUTURO ESPERANZADOR
La temporada de debut de Flores como entrenador de los Dolphins ha sido una campaña de transición. Brian ha querido inculcar su espíritu ganador y dejar su sello personal con una plantilla escasa de talento. El año comenzó con sonrojantes derrotas que hacían atisbar un futuro oscuro en el horizonte y con ecos de tanking sonando como melodía de fondo.
Flores rescataba a Josh Rosen del desierto de Arizona pero a la hora de la verdad ha confiado la dirección del equipo al carismático y experimentado Ryan Fitzpatrick.
El próximo draft es un fecha marcada en rojo en el calendario del seguidor de los Dolphins. Las señales apuntan que Miami intentará encontrar al enésimo heredero de Dan Marino .
Ojalá el ciclo llegue a su fin veinte años después y la franquicia encuentre al jugador que “llene de primaveras nuestros eneros”. El quarterback que devuelva al equipo a la gloria deportiva y se convierta en la tirita definitiva de nuestros corazones partíos.
He llegado al garaje de mi casa sin darme apenas cuenta. Apago el motor de mi vehículo y el silencio repentino invade la estancia. Cierro los ojos y a mi mente acude el recuerdo de otra canción del cantautor afincado en Miami, porque dos décadas después los Dolphins continúan “looking for paradise”.
En esta época de escasez de noticias NFL y por culpa del Covid-19, de todo tipo de deporte, se agradece este tipo de artículos.
Ahora que viene una temporada bastante negra, espero que sigais escribiendo este tipo de artículos, se agradece mucho.
GRACIAS.
Muchas gracias por tus palabras Eduardo ! Me alegra mucho que hayas disfrutado con la lectura del artículo. Como bien dices, ojalá sirvan para hacer más llevadera a muchas personas la delicada situación a la que nos enfrentamos
Gran artículo Hugo. Desde tu punto de vista, cuál debería de ser la apuesta de QB para el futuro?
1) Trade de mucho stock del draft por Joe Burrow
2) Trade al 2 ó 3 por Tua
3) Esperar y cruzar dedos de que Tua caiga en el 5to
4) Herbert
5) Love
6) Hacer stock e ir con todo en 2021 por Trevor?
Opciones hay, pero es una decisión tan importante que no se puede pasar a la ligera
Muchas gracias Lalo por tu comentario , me alegro de que te haya gustado el artículo. Para mi Burrow y Tua son los dos mejores QBs de la promoción y tienen mucho talento , ahora bien creo que lo importante es elegir al jugador que el staff de Miami considere que puede cambiar el rumbo de la franquicia , ese jugador que ellos crean que es especial .
Si tienen claro quién es ese jugador no me importaría para nada que subieran a por el .