¿Crisis en la ciudad del Jazz?

Los New Orleans Saints se han colocado con un envidiable 12-2. En línea recta final de la temporada tras su victoria sobre los Carolina Panthers el pasado lunes por la noche. Los Saints están a una victoria de garantizarse el primer puesto de la NFC y son los favoritos de en las casas de apuestas. Sin embargo, parece que mucha gente no está satisfecha con el rendimiento del equipo estas últimas jornadas. La seña de identidad del equipo durante las últimas temporadas, el ataque, no parece fluir de la misma manera que el mes anterior. Cuando parecía virtualmente imparable y reventaba defensas con pasmosa facilidad. ¿Hay algún problema con los Saints?

¡Es Andrew!

Muchos señalan la falta de acierto de Drew Brees durante los últimos partidos como uno de los factores para este bajón en ataque.  Lo cierto es que Drew Brees no ha estado tan brillante como al inicio de temporada durante esta mala racha ofensiva, pero quizás haya una serie de factores que nos ayuden a comprender esta variación en su rendimiento. El primero y más importante es el calendario.

Desde el partido que los enfrentó a Los Angeles Rams, los Saints han disputado 3 partidos en 11 días. Tres fuera de casa en los siguientes 25, dos de ellos contra rivales divisionales. Quizás a muchos no os llame la atención, acostumbrados a calendarios de otros deportes como el baloncesto o el baseball. Pero hay que recordar que el football es un deporte de contacto extremo, en el que los tiempos de recuperación del cuerpo son mucho más prolongados que en dichos deportes. Además, no es lo mismo recuperarse dentro de las instalaciones del equipo, con medios y personal dedicados expresamente al cuidado de los jugadores que hacerlo “on the road”.

Y su edad…

Este factor se ve agravado por el simple hecho de que Brees es un jugador de 39 años.  Es normal que con este calendario su rendimiento se vea afectado y es normal que el equipo busque que sufra lo menos posible. Es precisamente esta realidad la que nos lleva a un segundo factor: el cambio en los esquemas ofensivos.

Chris Graythen/Getty Images

¡Es Sean!

Durante esta racha una de las quejas habituales entre los aficionados de los Saints, es la toma de decisiones poco lógicas por parte de Sean Payton. Abuso de screens en jugadas de tercera y largo. Power runs con cajas muy pobladas. Aumento de rutas planas en detrimento de buscar balones más verticales. Lo cierto es que el HC del equipo de New Orleans no está haciendo nada que no hiciera ya el año pasado. Cuando el resultado y las sensaciones eran exactamente las mismas. A pesar de lo que pueda parecer, este cambio en la estrategia ofensiva tiene un propósito. Los Saints han dominado el reloj por una media de 5 minutos y medio.  Considerando solo las victorias: 9:21. No deja de ser curioso como un QB al que se le ha señalado en más de una ocasión de egoísta y “caza-récords”, adopte este rol mucho más secundario. Controlando el reloj.  Precisamente en una temporada y en un momento en el que muchos lo consideraban candidato principal al MVP.

Y su estrategia…

Brees es un jugador diseñado para los fuegos artificiales. Su zona de confort son los pases largos. Los partidos de altas anotaciones y las hojas estadísticas con números estratosféricos. A poco que hayáis visto alguno de estos últimos partidos, es obvio que Brees no se encuentra cómodo. En ocasiones podría decirse que hasta se le nota frustrado. Pero cuando hace falta, en esas jugadas en las que Payton le da rienda suelta y una ruta de su agrado, Drew vuelve a tener ese brillo en la mirada y esa magia en el brazo.

Es ilógico pensar, con todo lo que nos ha demostrado el QB de Austin a lo largo de su carrera, que los Saints deban preocuparse por su rendimiento en playoffs. Como dijo el 12 de la franquicia quesera: R E L A X.

 

@NKSPlays