Es 1 de octubre de 2017, el sol empezando a esconderse en Carson, condado de Los Angeles. Los Chargers acaban de perder su cuarto partido consecutivo desde el inicio de la temporada. En un estadio que dice ser “propio” pero que está lleno de aficionados del equipo visitante. De nuevo, un encuentro en el que la diferencia final en el marcador ha sido tres o menos puntos. Con ésta es la tercera vez de cuatro en la que se repite esta situación. Hasta aquí ha llegado la temporada de los nuevos pero viejos Chargers. Ésos que no saben qué más inventarse para dispararse en el pie. Para perder como sólo ellos lo saben hacer.
¿Se le puede dar la vuelta a un inicio asi?
A un récord 0-4 imposible de darle vuelta. ¿O no? Sólo un equipo ha logrado entrar en playoffs después de claudicar en los cuatro primeros desafíos de la campaña. Casualidades de la vida fueron los propios Chargers de 1992. Dos meses y medio después los Chargers del diminuto estadio de Carson están con un balance de 7-6. Co-liderando la AFC Oeste junto a los Chiefs. Que se han ido desinflando como un globo con el paso de las semanas. Los mismos a los que se enfrentarán en un duelo fratricida este mismo sábado en Arrowhead. Sin lugar a dudas será un encuentro de playoffs anticipado.
¿Cómo puede pasar un conjunto de sumar un 0-4 inicial a conseguir posteriormente un 7-2? Siendo además ese par de derrotas partidos apretados y disputados hasta el final, en uno de ellos prórroga incluida. Éstos ante los otros dos conjuntos más en forma de la Conferencia Americana: Patriots y Jaguars. Por supuesto hay varios factores que han influido en este despertar. Para poner todos ellos en contexto debemos recordar que el staff técnico es completamente nuevo. Esto lleva un tiempo de adaptación a los esquemas y a la forma de jugar que los entrenadores requieren. Ah, y que no se nos olvide: por el camino quedó un tal chinito que parecía que iba a ser el Oliver Aton del fútbol americano y que lo único que demostró fue ser una copia barata de Bruce Harper.
El factor Bosa
En esta pieza vamos a centrarnos en la defensa, seguramente una gran desconocida para el público en general. No os voy a engañar, no está al nivel de otras como la de Jaguars o Eagles. Eso son palabras mayores, pero cada vez está más cerca. Sin embargo, su crecimiento desde septiembre hasta ahora es abismal y cada domingo que pasa está jugando mejor. Esto hace que en un hipotético pase a playoff el equipo sea aspirante para todo. Los que me leen ya sabrán que creo que sin defensa no tienes nada que hacer en postemporada y los Chargers no sólo tienen una sino que además es tremendamente buena y competitiva.
Hay un hombre, que es Joey Bosa, que se lleva todos los focos. No es para menos ya que el defensive end ha sido el mayor de los culpables del salto de calidad que ha pegado la defensa de Chargers desde que fuera drafteado en 2016. Bosa es ya una estrella de la liga, candidato perenne al premio de mejor jugador defensivo del año y lo mejor de todo es que su techo parece estar todavía muy alto.
Y el factor Ingram
Pero hacen falta varios nombres más para contar con una defensiva de garantías. Por suerte para los de California éstos existen. El primero de ellos es Melvin Ingram, el otro caza-mariscales del equipo. La segunda pieza del tándem formado por él y por Bosa, que les convierten en la pareja de rushers más peligrosa de la competición. Entre ambos suman 20,5 capturas, pero el peligro va más allá de esta cifra. Son muchas las ocasiones en las que ninguno de los dos consigue el sack. Sin embargo, molestan lo suficiente al quarterback como para que termine lanzando un incompleto. También, la atención que ambos jugadores generan sobre la línea ofensiva contraria es tan grande, que de ello se aprovechan los demás compañeros de la linea defensiva, o secundaria. Sin ir más lejos los Chargers figuran quintos de toda la liga en cuanto a sacks.
Ingram y Bosa
Hay pocas dudas en cuanto a que Bosa e Ingrma forman la mejor pareja de pass rushers de la liga. Ya no es solo lo que suman en cuanto a sacks y hits, también hay que tener en cuenta la cantidad de jugadas en las que el resto de la defensa se aprovecha de su trabajo #Chargers pic.twitter.com/pPW1GKwBHc
— Stefano Prieto (@Stefano_USA) 15 de diciembre de 2017
En el vídeo de arriba vemos como Bosa e Ingram se sitúan uno junto a otro, situación que resulta demoledora para la OLs. En este caso lo hacen a la izquierda de la linea defensiva y podemos observar cómo colapsan el pocket por ese lado en un abrir y cerrar de ojos. El quarterback logra escapar de la presión pero se encuentra a los otros dos linieros defensivos, Corey Liuget y Chris McCain, quienes terminan completando la captura.
La secundaria y formaciones pre-snap
La otra gran cualidad que posee esta defensiva es el buen manejo que tienen de las coberturas zonales. Seña de identidad del coordinador defensivo Gus Bradley. No es fácil adaptarse a este tipo de esquemas, más aún cuando se juegan de forma tan variada e incluso combinada. Bradley también llegó esta temporada al staff, de ahí que a los jugadores les haya costado varias semanas adepatarse a lo que el coordinador estaba demandando de ellos. Ahora ya han asimilado todo lo que se les estaba pidiendo desde la banda y hoy por hoy es un espectáculo ver cómo se desarrolla cada snap defensivo de los Chargers.
Las alineaciones pre-snap son de lo más variopintas y lo mejor de todo es que estas son capaces de cambiar a segundos de que comience la jugada con el objetivo siempre de confundir al ataque y sobretodo al quarterback, para quien resulta casi imposible descifrar lo que la defensa va a hacer. En este juego de ajedrez que es el fútbol americano y en el que son las ofensivas las que en la mayoría de las ocasiones llevan la delantera, la defensa de los Bolts le está dando la vuelta a la tortilla siendo ella la que tome la iniciativa en la mayoría de los snaps.
Moviendo la cobertura
Este es un ejemplo, pero en muy habitual el cambio de formaciones pre-snap con el objetivo de confundir al QB sobre el tipo de defensa que van a desarrollar, tomando así la iniciativa de la jugada #Chargers pic.twitter.com/3uNrpkY0lF
— Stefano Prieto (@Stefano_USA) 15 de diciembre de 2017
En la secuencia de arriba tenemos un tercer down en el que la defensa se sitúa inicialmente en lo que parece una cover 2, posiblemente zonal. Pero en el último momento el safety Jahleel Addae sube y cambian a una cobertura individual en cover 1. El quarterback no es capaz de reaccionar a tiempo y el pase dirigido precisamente hacia el jugador del que Addae está encargado de cubrir termina en incompleto.
¿Y contra la carrera?
Todas estas circunstancias hacen que la defensa frente al pase sea brutal y muy difícil de batir. Cierto que en el apartado terrestre el equipo no anda tan bien, pero hay varios motivos por los que los fans no deben preocuparse.
- Primero, porque el ataque está subiendo puntos al marcador de manera sostenida. Esto obliga a los rivales a ser agresivos si quieren aguantar un ritmo de anotación alto.
- Segundo, porque Denzel Perryman ha regresado de su lesión a un nivel muy alto y es un gran bastión en el segundo nivel defensivo a la hora de detener cualquier acarreo. Desde que el linebacker volvió de la lesión se ha notado una gran mejoría en este apartado y en los tres encuentros (en los que ya ha disputado un 80% de los snaps defensivos) el ataque rival no ha llegado a las 90 yardas terrestres.
- Tercera y última circunstancia, es que el propio Bradley prefiere conceder yardas terrestres en determinadas circunstancias con el objetivo de echar el cerrojo al juego aéreo. ¿Cómo es eso? Los de Los Angeles son el tercer conjunto de la NFL que más paquetes Dime emplea, es decir, que juega con seis defensive back. Los Chargers se forman así alrededor del 40% de las ocasiones y la gran noticia es que claramente son la defensa que menos yardas por jugadas permite en este tipo de situaciones (5,4).
El blitz
Además, el formar con este tipo de paquetes ligeros junto con el cambio de formaciones pre-snap hace de la amenaza del blitz otro gran atractivo de esta defensa. En este tipo de acciones está tomando un gran protagonismo el rookie Desmond King, quien se está convirtiendo en un comodín para Gus Bradley desde la posición de nickel back como podemos comprobar en la siguiente jugada.
Los Chargers se sitúan en un inicio con dos safeties y siete jugadores en la linea de scrimmage pero en el último instante uno de ellos baja a la zona de safeties mientras que el resto de jugadores en cobertura defienden una zona determinada. El zone blitz se completa con King entrando a la presión desde la izquierda de la línea defensiva y consiguiendo así el sack. Muy difícil de leer todas estas circunstancias para un QB rookie como Kizer.
Es una de las DEF que más juega en dime (6DB) y la de largo más efectiva con este tipo de formaciones. Prefieren conceder yardas por tierra pero cerrar por completo el juego aéreo. Además, se aprovechan de esta situación para hacer daño con el blitz #Chargers pic.twitter.com/okBbGsBepu
— Stefano Prieto (@Stefano_USA) 15 de diciembre de 2017
Recuperando el balón
Aquí no acaba todo lo que esta gran defensa puede ofrecer, aun hay más. Los Chargers se están convirtiendo en una máquina de provocar turnovers. A día de hoy la la sexta defensiva de la competición en este apartado y ya son cinco los encuentros consecutivos y ocho de los últimos nueve en los que al menos han provocado una pérdida de balón del rival (dos pérdidas como mínimo en siete de ellos). Estas cifras son alucinantes y lo que ya era una defensa sólida ahora vemos como también es una defensa oportunista.
En la siguiente secuencia los Browns están en 3 y gol en la yarda 15 de Chargers. Esto les obliga a atacar la endzone si quieren anotar el touchdown en este drive. La defensa jugará en cover 4, desviando así cualquier posibilidad fácil de lanzar hacia la zona de anotación. Vemos de hecho cómo Kizer en un primer instante tiene pensado pasar hacia el receptor abierto a la derecha, pero cuando ve que está cubierto desiste y comienza a progresar en sus lecturas. Esto da el tiempo suficiente para que Bosa, jugador que nunca le pierde la cara a la jugada, se rehaga de una primera embestida y termine llegando al quarterback y provocando un fumble que finalmente recupera Perryman.
Sack y Fumble
Son una máquina de provocar turnovers en cualquier zona del campo. Mínimo una recuperación de balón en 8 de los últimos 9 partidos (dos takeaways o más en siete de ellos). Además es la segunda DEF que menos puntos concede #Chargers pic.twitter.com/OK1YRzeoeC
— Stefano Prieto (@Stefano_USA) 15 de diciembre de 2017
Un CB que ya es elite
No quería terminar esta pieza sin hablar un poco de un jugador que pasa muy desapercibido para lo que está consiguiendo desde que llegó a esta franquicia. Se trata de Casey Hayward. Un cornerback que desde que aterrizó en los Chargers no ha hecho más que crecer. Ha demostrado que en Green Bay se equivocaron no ofreciéndole la renovación.
Poco se habla de él cuando hacemos la lista de mejores cornerbacks de la actualidad y creo que ya va siendo hora de otorgarle esta calificación. Hayward es una máquina de interceptar. En 2016 terminó liderando está categoría con 7 picks y este año ya lleva 4, siendo alguno de ellos de muy bella factura. El punto es que Hayward no es solo oportunista capaz de provocar turnovers. Su crecimiento como shutdown corner, es decir, como un defensor capaz de secar al receptor, está fuera de toda duda.
Los ojos en el quarterback
Mención especial para Casey Hayward. Capaz de defender a cualquier tipo de receptor además es un máquina de interceptar. Velocidad, agilidad, skills y sobretodo inteligencia, lo hacen ser ya un CB élite de la liga #Chargers pic.twitter.com/h82kYo9fUW
— Stefano Prieto (@Stefano_USA) 15 de diciembre de 2017
En el vídeo anterior observaremos como la defensa jugará en cover 2 en la parte superior encontrándose Hayward junto a la banda (en la parte de abajo juegan en cover 4). Centrémonos en el cornerback, quien está encargado de caer a la zona flat. Como vamos a ver el pase irá al receptor de su lado que correrá profundo y de quien debe encargarse en un principio el safety de esa mitad del campo. No obstante, Hayward no deja de leer en ningún momento al quarterback lo que le permite detectar su intención. Reacciona a tiempo, se olvida de su responsabilidad inicial y salta muy rápido hacia atrás para terminar consiguiendo la intercepción en una gran estirada. Jugadón de Hayward.
La defensa de Chargers está pasando muy desapercibida, algo que en realidad creo que es muy positivo para ellos. El equipo lleva un mes aplastando rivales, aunque es cierto que el ataque está acaparando las portadas con un Keenan Allen en plan estelar, un Hunter Henry que está empezando a tomar el testigo de Antonio Gates y sobretodo un Philip Rivers en modo MVP. La defensa ha tenido mucho que ver en todas estas victorias. Es muy difícil anotarle a estos Chargers, de hecho son la segunda defensa que menos puntos permite (17,3). Esto llegado diciembre es el mayor de los argumentos que puedes tener para competir por algo grande. Ojo a estos Chargers que están viniendo desde atrás.
Por Stéfano Prieto (@Stefano_USA)