El comienzo de temporada de los Texans no ha sido nada sencillo. Nuevamente ha tenido que transitar un espinoso camino entre lesiones y mayormente los inacabables problemas con su línea ofensiva. Aún así, y a pesar de perder los primeros tres partidos de la temporada, el equipo ha logrado reponerse e igualar el récord.
Para cualquier observador imparcial, ganar tres partidos consecutivos en esta NFL tan pareja puede ser señal de que el equipo se está posicionando en la lucha por alcanzar los playoffs. ¿Pero es este realmente un equipo que finalmente ha logrado enderezar el rumbo? Y mi respuesta es “no por ahora”. A continuación desarrollaré las principales razones de mi respuesta.
Equipo inconsistente
En el desarrollo de los partidos el equipo ha tenido momentos muy buenos, así como otros donde tanto la ofensiva como la defensiva se han visto desbordados por los rivales.
El partido en Indianápolis es un claro ejemplo de ello, donde se fueron al medio tiempo con un gran margen de ventaja y en la segunda mitad no pudieron conservarla, llevando el partido al OT donde finalmente (y en parte gracias a las decisiones del HC de los Colts) han logrado sacar la victoria.
Ofensiva limitada
Más allá de los conocidos problemas de Houston para armar una OL decente, a esto se le suma un mal playcalling y algunas malas elecciones de Watson. En la redzone es donde se han visto los mejores ejemplos de estos problemas.
Jugadas surrealmente creativas que terminan en la nada o con Deshaun Watson esquivando tackles rivales, hacen que cada goal down nos saquen años de vida a los aficionados de los Texans.
El pobre Deshaun arriesga su integridad física jugada a jugada intentando arreglar por sí sólo las deficiencias de su línea ofensiva. Si no es con una corrida como gallo en el corral es tirando un over/underthrown pass de 20 o 30 yardas que está al borde de la intercepción.
Es cierto que tiene un gran brazo pero por lo que he podido ver de él, las rutas largas no son su mejor opción porque su puntería en esos casos no es la mejor. Son jugadas de 50/50.
Personalmente creo que deberíamos traer un coordinador ofensivo, para ayudar a un Bill O’Brien que no se ha mostrado capaz de llevar a cabo las dos funciones.
Rivales similares (o peores) en cuanto al nivel
Por otra parte creo que los rivales a los que nos hemos enfrentado en estos partidos no son medida del nivel propio. Nos han costado horrores ganar estos partidos contra rivales muy limitados. Los Colts sin Hilton no son gran cosa, los Cowboys son un equipo muy similar en cuanto a regularidad y los Bills nos han complicado con Peterman reemplazando a Josh Allen.
Recién el domingo en Jacksonville enfrentaremos a una de las mejores defensivas y ahí podremos ver realmente para qué estamos.
Es indudable todo el material que tiene Houston en su roster. Salvo por su débil línea ofensiva, casi todos los sectores del campo están cubiertos con una defensiva sólida (de las que ganan partidos y si no que le pregunten a los Bills), un kicker confiable del que nos hemos valido mucho para ganar y ha respondido con creces en situaciones límite, y el mejor cuerpo de receptores para mi) de la liga, con un Coutee que se ha salido en sus primeros tres partidos (coincide con los tres que ganamos).
Si bien estos tres triunfos nos favorecen matemáticamente de cara a la lucha por llegar al mes de enero, hay muchísimo por mejorar sabiendo que hay muy buenos jugadores. La situación del equipo ahora no es tan buena ni con el 0-3 era tan mala.
Pero si en Houston se dan cuenta a tiempo y reaccionan sobre los errores, abróchense los cinturones y agárrense fuerte porque la nave Texan despegará con rumbo al planeta Playoffs.