Do it the Burls Way, La historia de Brandon Burlsworth

28 de abril de 1998. 22 años de vida al volante. Carretera 412. Una carretera llena de curvas y puntos ciegos. Una carretera que conoce bien. Nuestro protagonista, conduce rumbo a Harrison, para ir a recoger a su madre e ir a la Iglesia. Llega tarde. Está a veinte minutos de su destino. Un trailer. Después otro. Una vida segada. Un sueño roto. El sueño de toda la ciudad de Harrison. El sueño de todos los Razorbacks.

 

Esta historia empieza donde acabó la vida de Brandon Burlsworth. Cerca de Alpena, un camión articulado sesgó la vida de, quizás, no el más famoso de los walk on que ha habido, sino EL walk on por antonomasia.

Sus valores y su legado permanecen por siempre presentes tanto en Harrison, como en la universidad de Arkansas, como en el equipo que lo seleccionó en tercera ronda del draft, los Indianapolis Colts… pero, ¿Quién era Brandon Burlsworth?

 

No vale, decían…

Brandon Burlsworth a día de hoy podría ser cualquier chico al cual, estando en la escuela, le dicen que no vale para la práctica de su deporte. Aun así, Brandon, nacido y criado en Harrison, tenía el deseo de jugar a football… y a fe que lo hizo. A pesar de no ser el más dotado físicamente y no ser un dechado de virtudes técnicas, tenía un corazón que suple todas sus carencias. Su propio hermano decía que Brandon no era un atleta y su entrenador de instituto, Tommy Tice decía de él que era blando y lento. El propio Tice pensaba que no jugaría…

Pero aun así lo hizo. El año sophomore se lo pasó en la banda y al llegar el año junior… “el estirón”. Si a ese estirón le sumas ética de trabajo durante el verano… El pensamiento que todos tenían empieza a cambiar. Ya empezaba a dominar en el campo. Tanto ofensiva como defensivamente.

Y llegado el año senior, consiguió llamar la atención de dos universidades, dos universidades pequeñas que en aquella época jugaban en D-II. Todos estaban contentos. Podía seguir jugando a football y le pagaban los estudios, lo cual ayudaría sin duda alguna a su familia y más concretamente a su madre. 

 

Arkansas… solo Arkansas…

Pero no, no era lo que él quería. Su sueño era ser un Razorback. Él no quería ir a cualquier otra universidad. Era de Arkansas, él quería estar en Arkansas, y su sueño, era jugar para Arkansas. 

“Si mi hermano iba a hacer todo lo posible para ello, yo tenía que hacer todo lo posible para ayudarle a cumplir su sueño” Son palabras de Marty Burlsworth, el hermano mayor de Brandon. Un hermano mayor que estuvo siempre ahí para ayudarle si era necesario. ¿El porqué? Sangre. Lealtad. Familia. 

 

Marty y Brandon, siempre unidos / twitter.com

 

Su hermano le ayudó a cumplir su sueño. Había un pero a todo esto. No era ni lo suficientemente alto ni lo suficientemente pesado para lo que buscaban las universidades de D-I. Aun así, Marty, llamó a Arkansas, al coordinador de reclutamiento. “Seguro, tráelo a un partido” fue la respuesta que obtuvo. 

Ya habían estado en el Donald W. Reynolds Razorback Stadium. Pero ahora era completamente diferente. Otra posición… habían ido y Brandon lo había hecho para quedarse. Cuando vio salir a la línea ofensiva, sonrió… “me gusta” atinó a decir.

Quedaba lo importante… la beca. 

Al final, fue invitado como walk on. El sueño se estaba cumpliendo. Era lo que él quería más que nada. No quería ningún arrepentimiento. No habría ningún arrepentimiento. Eran los Razorbacks.

 

 

Una llamada

Uno de los entrenadores llamó a Marty. 

  • Queremos a Brandon aquí, pero si no sabe manejar la situación, puedo mirar de mandarlo a una universidad más pequeña. Yo quiero que se quede, pero él decidirá y cuando decida lo sabremos
  • No se preocupe entrenador, no se vendrá abajo – respondió Marty
  • Lo sé, sé que está trabajando duro, pero él decidirá y cuando decida lo sabremos
  • Entrenador, apúntelo. El no caerá

 

 

Que es un walk on y distintas clases de walk on

Antes de seguir, hay que aclarar un término que ya has visto, y que seguramente no sea la primera vez que lo lees. Walk on. ¿Qué es un walk on?. Nos podemos quedar con la definición más simple si quieres… Un atleta que forma parte de un equipo y no recibe beca alguna. Después de definirlo, ya habría que diferenciar las distintas clases de walk on que hay. La primera sería preferred walk on y vendría a ser que tú, como walk on, recibes un puesto en el equipo y todo el apoyo posible, salvo la parte económica claro. La segunda sería unrecruited walk on. Sería un “all by myself”.

Entrar por tu propio pie y labrarte el porvenir en el equipo por tu cuenta, sin que los entrenadores te conozcan. Es la menos común de todas porque normalmente los entrenadores y/o coordinadores están ya al tanto de quién va o no al equipo. La tercera sería la de Brandon. Recruited Walk on. Tu puesto en el equipo no está garantizado… quizás pases tu primer año como redshirt… Pero al menos sabes que vas a probar en el equipo y que los entrenadores te quieren en él. 

Tras haber explicado lo que es un walk on, cabe decir que después de pasar su primer año como redshirt, ya entradas las vacaciones, la familia recibía una llamada. Era la universidad. Brandon recibía una beca completa. La alegría era inmensa. El trabajo duro diario, los estudios… todo había dado su fruto y había ocasionado que se le otorgara una beca. En los Razorbacks estaban maravillados con todo lo conseguido por nuestro protagonista. Incluso en Harrison, en su localidad natal, fue noticia este hecho. 

 

 

Ética de Trabajo y más ética de trabajo

La beca fue el culmen a una ética de trabajo sin parangón. Una ética de trabajo que siguió marcando su camino y que le ayudó a cultivarse. Transformó su cuerpo. Ese cuerpo rechoncho de más de 300 libras adelgazó a 260 libras aproximadamente para luego volver a ganar lo perdido… en músculo. Ese cuerpo se había transformado y había logrado que tanto entrenamiento en gimnasio, tanta dieta, tanto estudio… derivaran en la consecución de tan ansiada beca.

Pero su ética de trabajo no acababa ahí. Aparte de hacerse un hueco en la plantilla como titular y seguir maravillando a sus entrenadores e inspirar a sus compañeros, Brandon no descansaba. Los veranos, él no paraba. Trabajar, entrenar, clases particulares… Así eran sus vacaciones. Este estilo de vacaciones dio sus frutos como bien se ha podido ver con la beca. Y más frutos estaban por venir

 

Brandon Burlsworth, numero 77 y capitán de los Razorbacks, dirigiendose al centro del emparrillado junto con sus compañeros / theplayerstribune.com

 

Inspirador como pocos gracias a su ética de trabajo, fue nombrado uno de los capitanes del equipo antes de empezar su temporada junior, en 1997. Temporada en la cual fue seleccionado como First Team All Sec, galardón que repetiría al año siguiente junto con el de All American. Ya no solo eran impresionantes sus logros conseguidos en el emparrillado sino también fuera de él. Al empezar su último año, lo tenía todo listo y preparado para graduarse. Su trabajo de final de carrera estaba listo también. Solo faltaba saber si Brandon estaba listo para la NFL.

Esa ética de trabajo le llevó a ser el primer razorback en acabar el MBA antes de que acabara la temporada. Esa temporada acabó en la Citrus Bowl, que les enfrentaría ante los Michigan Wolverines, comandados por Tom Brady.

 

 

¿Compramos cosas de los Colts?

No era casualidad que los agentes empezaran a revolotear por Harrison intentándole fichar incluso antes de empezar su año senior. Cuando empieza a pasar esto, es que eres cosa seria y eres carne de NFL. Cuenta su hermano que, llegado el momento, Brandon le pidió ayuda. Él no estaba seguro por todo lo que había que hacer, pero era su hermano. Así que en febrero de 1999, los hijos de Barbara ya estaban en Indianapolis, en RCA-Dome hoy llamado Lucas Oil Stadium, para hacer el NFL Scouting Combine. Pasando al lado de una de las tiendas en el estadio se preguntaron… “¿deberíamos comprar algo de Colts?” “Si, deberíamos”… 

Imaginad cómo debieron reírse aquel fin de semana del draft, cuando en tercera ronda, el teléfono en casa de Burlsworth sonó. Eran los Colts, que eligen a Brandon con el número 63. 

 

 

El que se parecía a Drew Carey

Howard Mudd, fallecido a mediados de 2020, era el entrenador de la Offensive Line de aquellos Colts que habían elegido a Brandon. Estaba loco por ese jugador desde que lo vio en el tape que tenía de él. Casualidades o no, Mudd dijo que para esa temporada buscaban a alguien para que jugara en el guard. Y que cuando empezó a ver el video de Brandon, se quedó prendado… esa intensidad, cómo movía el cuerpo… Destacaba sobre todo que no paraba hasta escuchar el silbato del árbitro. No paraba, siempre estaba ahí, desde el principio hasta el final. 

No se sabe si fue la divina providencia, la casualidad o que alguien marcaba los designios de Brandon (así lo hubiera pensado Brandon, pues era un hombre de fe), que los entrenadores de los Razorbacks querían visitar el complejo donde estaban los Colts y ver cómo los entrenadores de la NFL hacían su trabajo. Mudd accedió… con una condición.

Tenían que contarle todo sobre Brandon Burlsworth.

Le dieron la información necesaria. Y no se quedaron cortos, para nada. Es más, Howard buscó algún fallo, algún pero… y no lo encontró. El chico era adorado y muy querido por sus entrenadores y compañeros. Remarcaron por encima de todo una cosa… “Cualquier cosa que le digas que no puede hacerlo, se esforzará para hacerlo”

No hacía falta más… Incluso Bill Polian, el General Manager de aquellos Colts, estaba con muchas ganas de elegirlo en el draft. Tal es así que no aguantaron mucho más y se lo llevaron en tercera ronda.

“Estaba realmente interesado en trabajar con aquel chico que tenía un aire con esas gafas a Drew Carey”

 

Cierto aire a Drew Carey… / thefamouspeople.com

 

Howard recordaba cómo en la última conversación que tuvo con él, le dijo dos cosas. La primera, que se mentalizara para ser titular, pues lo iba a ser. La segunda, relativa a la educación de Brandon. Siempre contestaba con Sir, Yes, Sir… y ante eso, le dijo “Quiero que te aprendas, que mi nombre es Howard” La respuesta de su jugador… “Sir, yes, sir”

 

 

Fe. Familia. Football.

Este era el orden. La familia siempre unida tanto a ver a Brandon, como a la iglesia. Incluso Brandon prefería ir a la iglesia antes que ver un partido de football. Entendemos ese nivel de unión, gracias a la relación que guardaba con su hermano, gracias a la devoción que profesaba, gracias a su afán de superación y su ética de trabajo. Su entrenador de instituto decía que había que tener cuidado con lo que se le decía, pues creería lo que dijese su entrenador, su madre y su predicador. ¿El ejemplo? Sus entrenadores en Arkansas le dijeron que sus piernas podrían ser más fuertes… Acabó haciendo sentadillas con un peso  de 700 libras (más de 300 kilos).

Fe en sí mismo… y en sus creencias, en su iglesia… La fe y la familia lo eran todo para él. 

 

 

El último trayecto.

Diez días después de haber sido elegido por los Colts, Brandon fue a Fayetteville a ver a sus antiguos compañeros Razorbacks. Iría y volvería en el día, así podría estar con su madre para ir a los oficios de la tarde en la iglesia. Tenía que volver a Harrison, pero llegaba dos horas tarde. Su madre, Barbara, preocupada, llamó a Marty, el cual la intentó tranquilizar. Tenía un pálpito, porque esto no era propio de Brandon, pero esperaba que no se cumpliera. Poco después fue a casa de su madre y allí se encontró a la policía. Su madre estaba en shock. Su pálpito se había hecho realidad. Un tráiler había arrollado el pequeño Subaru de su hermano, a la altura de Alpena, en la carretera 412, sesgando su vida al instante. El peor día de sus vidas estaba teniendo lugar. 

Si ya es difícil describir el amor por un hermano, es imposible de explicar su pérdida.

Llegado el día del funeral, jamás se imaginó la familia Burlsworth tanto amor y tanto apoyo. Tuvieron que celebrarlo en el gimnasio del instituto por la cantidad de personas que les acompañaban. Y aun así no fue suficiente… Dos autobuses llenos de Razorbacks y todo el pueblo de Harrison estaban con ellos. Seguramente, gente que ni la propia familia conocía también estaba allí mostrando su apoyo, aunque solo fuera porque la historia de Brandon les tocó el alma.

 

 

Un legado eterno

Solo dos números que hayan llevado jugadores de Arkansas han sido retirados. El primero, el número 12 cuyo portador fue Clyde “Smackover” Scott. El segundo, el número 77 de nuestro querido Brandon. A esto hay que sumarle que su taquilla nadie la retomo y nadie la tocó. Permaneció en un estado impoluto en el vestuario Razorback para enseñar a los jugadores que llegaban un ejemplo a seguir, tanto como jugador, como persona y como estudiante. Llegado el momento la taquilla fue encapsulada en una vitrina y a día de hoy está expuesta al público para que la vea todo el mundo. Los Colts honraron su memoria portando en el casco sus iniciales junto a la herradura. 

Marty, meses después del funeral, cumplió uno de los deseos de su hermano. Su hermano quería ayudar a los chicos de su comunidad y en general. Quería albergar campus de football, enseñar sus valores… quería llevarlos a partidos de la NFL… Así es como nació la Brandon Burlsworth Foundation que como bien se definen, son una organización que tienen la misión de apoyar tanto física como psicológicamente a los niños y en particular, a aquellos que tienen pocas oportunidades.

 

Los «Burls Kids», junto a la taquilla de Brandon / aymag.com

 

La fundación tiene distintos programas, como “Eyes of a Champion” que ayuda a los niños de Arkansas sin seguro o que no les pagan directamente ni las gafas ni los exámenes oculares. Pero el programa principal son los Burls Kids. Esa es una de las visiones que tenía Brandon. Llevar a partidos de football a los niños más desfavorecidos, a aquellos que no tenían oportunidad de disfrutar de lo que él había podido disfrutar… Los Burls Kids siempre están los partidos de Arkansas y los de los Colts.

Aparte de premios y becas, entre otras muchas cosas, quizás lo que más destaque también en la fundación es el Burlsworth Trophy. Un trofeo que se le entrega cada año al jugador de football que más ha destacado y que empezó su carrera como Walk on. Jared Abrederis, Hunter Renfrow o Baker Mayfield han sido alguno de sus ganadores. Este último en dos ocasiones.

 

Do it the Burls Way

Brandon Burlsworth hizo mucho en los 22 años de vida que tuvo. Nadie se imagino que hiciera tanto. Y aún sigue haciéndolo. Sigue inspirando a chicas y chicos por igual. Su legado continúa y continuará enseñando como una persona con una ética de trabajo encomiable y que no se rindió nunca, venció a aquellos que dudaban de él y a las dificultades que se encontró en su camino. 

Howard Mudd rememoraba como Houston Nutt, entrenador de Brandon en Arkansas, hablaba de él en el funeral. “El trabajó duro y estaba preparado para todo en su vida… él estaba incluso preparado para esto” 

Cuando estás haciendo cosas, es fácil distraerse, es fácil ir a por lo suficiente… es demasiado fácil coger esos atajos para acabar cuanto antes. Brandon no era así. Brandon trabajó para pasar de ser aquel chico pequeño, lento y rechoncho, a ser todo un All American. Esa ética de trabajo hizo que se ganara cada snap que jugó con sus amados Razorbacks y lo que le llevó a ser uno de los capitanes y un ejemplo como profesional y sobre todo como persona. Y es por eso que Houston Nutt siempre usó la figura de Brandon para las siguientes hornadas de Razorbacks. Al igual que Brandon lo hizo a su manera, Houston Nutt les enseñaba a hacerlo a la manera de Brandon y les inspiraba con una frase que jamás quedará en el olvido. Do it the Burls Way

 

ElChicodelDAI

 

 

 

P.D. Hace unos años, se hizo una película sobre Brandon Burlsworth. Aquí os dejo su tráiler oficial

 

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