Dolphins, sinónimo de sufrimiento

Los Miami Dolphins viajaban por segunda semana consecutiva, está vez tocaba ir a Cincinnati para enfrentarse a los Bengals. ¿Nos tocaría sufrimiento?

 

Foto: Miami New Times

Previa al partido

Llegabamos a la quinta jornada de la presenta campaña. Ambos equipos llegaban con el mismo balance positivo (3-1). Miami ganaba los tres primeros partidos. Después, acababa derrotado en el cuarto en su viaje a Nueva Inglaterra contra su criptonita: los Patriots.
Los de Florida llegaban bastante tocados. No solo por la notable derrota anterior, sino que además habían perdido muchos hombres importantes por la gran cantidad de lesionados que están teniendo.
A pesar de que a los Bengals se les daba como favoritos para este encuentro, el partido se fue al descanso con un resultado contrario a lo predicho.


El partido

El encuentro comenzó bastante igualado, un «tuya-mia», sin entrañar ningún tipo de riesgo. Lo más destacable, fue la intercepción de Kiko Alonso con la ayuda de Reshad Jones. La línea de Miami que se encontraba en el punto de mira de los aficionados, estaba consiguiendo dar tiempo a Ryan Tannehill. Llegaba a tener el balón en las manos durante 6 segundos.

En el segundo cuarto es donde el partido cobró vida. Tannehill conectaba un pase con el running back Kenyan Drake para conseguir el primer touchdown de la tarde. La defensa aquamarina estaba a la altura, incluso consiguieron bloquear un FG a Randy Bullock para mantener el 7-0 en el marcador. En un punt de Kevin Huber, el retornador Jakeem Grant conseguía un touchdown de 70 yardas.  Colocaba a los Dolphins 14-0. Con ese marcador ambos equipos iban al vestuario para el descanso.

El tercer cuarto, se podría decir que tampoco hubo mucho que ver. Ambos equipos conseguían anotar un gol de campo cada uno. Primero Miami para sumar 3 puntos y poner 17-0. Luego Cincinnati para conseguir sus 3 primeros puntos del partido y ponerse 17-3.

 

Que sufrimos

Con el último cuarto, vino el espectáculo. Por parte de ambos equipos, pero con diferente resultado. Los locales remontaban el partido y los visitantes hacían el ridiculo más absoluto. Primero conseguía conectar Dalton, con el línea defensivo Charles Harris encima, un pase para Mixon. El marcador sería 17-10 para los Dolphins todavía. En el siguiente drive, una jugada tan absurda y con mucha suerte. Una que denota la poca convicción o decisión que puede tener Tannehill en momentos de apuro. Tras esquivarse a un defensor, se quiere deshacer del balón lanzandolo contra el casco de su compañero Durham Smythe que sale rebotado a las manos del defensa Michael Johnson y lo retorna para empatar el partido.

Los Bengals consiguen ponerse por delante por primera vez en el partido con otro field goal, 20-17. Pero a falta de poco más de 2 minutos para acabar el partido, llega el triste final. En otro pase que intenta realizar Ryan, mantiene el balón otros 6 segundos, al lanzar el pase logran tocarle el brazo y sale disparado a las manos del defensa Sam Hubard. Este lo retorna nuevamente para touchdown. A pesar de que Miami intenta meterse en el partido con el poco tiempo que le queda. Tannehil lanza un pase para ser interceptado nuevamente y cerrar el partido con derrota.

Foto: el Nuevo Herald

 


Conclusión

No se le puede echar toda la culpa al quarterback de Miami. Incluso a pesar de la falta de sangre fría y decisión en los momentos que más se le necesita. Mucha culpa se le puede dar al head coach Adam Gase, ya que lleva partidos cantando jugadas que hasta para los aficionados nos parecen inadecuadas. Poniendo un par de ejemplos, si el equipo está ganando el partido, aunque no digamos cómodamente, pero si podríamos decir que sin sufrimiento alguno. En una 3ra y 2, no se debe intentar un pase cuando corres el riesgo de que sea incompleto.
Y si, aún puedo poner un ejemplo más completo. En un drive, el corredor Frank Gore hace una carrera de 4 yardas, en un segundo down otra carrera para 5 yardas, quedando en una 3ra y 1. Si la media del veterano corredor está siendo de 4,5 yardas, no se puede cantar un pase, y menos que sea de más 40 yardas. Quedándose en una 4ta y 1 dentro de territorio bengalí y lanzando un punt.

El ataque de Miami permitió 14 puntos, que fue lo que dio la vuelta al partido. Y a pesar de que se esperaba un partido más desigualado, los Dolphins dieron a sus aficionados «una de cal y una de arena». Siguiendo con la tradición de que, ser aficionado de los Miami Dolphins equivale a sufrir todas las semanas.