La analogía entre el Draft de la NFL y la navidad nunca deja de parecerme acertada. Una vez al año, los equipos tienen la oportunidad de, dependiendo de como se hayan «portado» en la anterior campaña, pedirle a los dioses del football un número de jugadores que figuren en sus listas de deseos. La única diferencia entre la festividad y la NFL es que los equipos que se portan/rinden peor tienen más posibilidades de elegir a quien quieran.
Este año los Atlanta Falcons, portándose relativamente bien, han conseguido obtener el que para muchos es el mejor de los regalos que podría traer este Draft: Bijan Robinson. Con un talento desbordante, Robinson se erige como «él» pick de unos Atlanta Falcons que encaran la próxima temporada con una ofensiva de ensueño. Sin más dilación, he aquí los nuevos «juguetes» del equipo del estado de Georgia.
Selecciones:
- Ronda 1, pick 8: Bijan Robinson, RB, Tennessee
- Ronda 2, pick 38: Matthew Bergeron, OT, Syracuse
- Ronda 3, pick 75: Zach Harrison, EDGE, Ohio State
- Ronda 4, pick 113: Clark Phillips, CB, Utah
- Ronda 7, pick 224: DeMarcco Hellams, S, Alabama
- Ronda 7, pick 225: Jovaughn Gwyn, OG, South Carolina
Ronda 1, pick 8: Bijan Robinson, RB, Tennessee
Como he vaticinado hace escasas líneas, la primera (y mejor) selección del Draft de los Dirty Birds fue un runningback. Bijan Robinson es considerado, al igual que lo fue Pitts en su momento, uno de los mejores jugadores de la presente edición del Draft. Su habilidad innata para correr con el balón y atraparlo, le convirtieron en el pick número 8, y primera selección, de los Atlanta Falcons. Aun así, la decisión de elegir un corredor con esa elección hace pensar que quizás, tras todas las incorporaciones de la agencia libre, el front office puede haberse precipitado. Un running back no es la mejor de las elecciones si estás en un proceso de reconstrucción. Algo me dice que estos Atlanta Falcons creen que añadiendo a Bijan pueden ganar la división. La apuesta ha sido total.
Además, Ridder respirará tranquilo ahora que cuenta con un repertorio a su alrededor de ensueño. Sin duda, la agilidad y los instintos de Robinson harán que la ofensiva rojinegra sea una pesadilla. La ilusión que se palpa en la afición es mayúscula. Súbanse a bordo de la «Bijaneta», está a punto de partir y no espera a los pasajeros rezagados.
Ronda 2, pick 38: Matthew Bergeron, OT, Syracuse
En la segunda ronda del Draft, los Atlanta Falcons se hicieron con los servicios del canadiense Matthew Bergeron. Su perfil es interesante. Nacido en Victoriaville, una esteparia ciudad canadiense cerca de Quebec, Bergeron inició su carrera por todo lo alto. Como freshman, fue titular en cinco de los doce encuentros de la temporada 2019 para los Orange, siendo el único estudiante de primer año en los últimos 20 años en jugar en el exterior de la línea ofensiva. A partir de ahí, su ascenso se catapultó y pasó a proteger el lado ciego de su QB el resto de temporadas.
Cuenta con un físico envidiable: 2 metros de altura, casi 0,85 cm de envergadura de brazos, 144 kilos. A pesar de ser titular indiscutible para los Orange, Bergeron cumple los requisitos necesarios para rellenar el cráter que tienen los Falcons en su línea ofensiva: el left guard. Sin duda, la selección de Bergeron viene a rellenar ese hueco y su titularidad está prácticamente decidida, ya que cuenta con nula competición.
Ronda 3, pick 75: Zach Harrison, EDGE, Ohio State
Si Matthew Bergeron es un portento físico, el tercer pick de los Atlanta Falcons, Zach Harrison, es una rara avis de la naturaleza. Con los brazos más largos registrados en cualquier liniero defensivo desde el Combine de 2014 (cerca de 92 centímetros), el que fuera un prospecto de cinco estrellas para los Buckeyes llega a los Dirty Birds tras una carrera colegial apartada de los grandes registros. Harrison ha logrado cosechar 24 placajes para pérdida, 11 sacks, 4 fumbles forzados y una intercepción en el lapso de sus cuatro años de carrera en Ohio State. Números que, a la postre, parecen ensombrecer un talento físico estelar.
Su envergadura y altura dotan a los Atlanta Falcons de tamaño al cuerpo de rushers de Atlanta que precisaba de ayuda urgente. Además, con la llegada de Calais Campbell, un jugador de perfil parecido a Harrison, el buckeye puede aprender a la sombra de uno de los grandes linieros defensivos de nuestra era. Harrison es un proyecto de futuro que, de lograr marinarse, podría catapultar el pass rushing de los Falcons.
Ronda 4, pick 113: Clark Phillips, CB, Utah
Si anteriormente hablábamos de jugadores cuya envergadura tapaba el sol, la cuarta selección de los Atlanta Falcons debe medirse, en comparación, a una escala micro. Clark Phillips, jugador de la universidad de Utah, mide alrededor de 1,75 metros de altura y sus proporciones rivalizan con las deseables en la posición. Aun así, su capacidad de playmaking es abrumadora. En su etapa colegial, fue titular en los 31 partidos que disputó, logrando registrar nueve intercepciones, cuatro de las cuales retornó para touchdown. Según Joe Marino, analista en TheDraftNewtwork, Phillips es uno de los mejores jugadores defensivos de la promoción. Además, fue nombrado el mejor jugador defensivo de la Pac-12 en 2022.
Su estatura hace dudar que pueda medirse con algunos de los receptores más grandes de la liga, pero su capacidad atlética e instintos lo convierten en un prospecto intrigante. Atlanta, que ha revitalizado su secundaria con jugadores como Jeff Okudah o Jessie Bates, complementa la posición con un gran jugador de puro talento y una ansia competitiva suma.
Ronda 7, picks 224 y 225: DeMarcco Hellams, S, Alabama; Jovaughn Gwyn, C, South Carolina (respectivamente)
En la última ronda del Draft, los Atlanta Falcons eligieron a dos jugadores seguidos con los picks 224 y 225. En la primera selección eligieron al versátil safety de Roll Tide, DeMarcco Hellams. Las cualidades de Hellams residen, sobre todo, en su capacidad para bajar a la caja y cerrar pequeños espacios para acceder al jugador que porta el balón. Según Lance Zierlein, analista de la NFL, Hellams puede convertirse en un buen suplente y jugador de equipos especiales. Es en ese segundo cuerpo donde Hellams parece aportar la profundidad necesaria para que los Falcons vuelvan a triunfar en ese apartado del juego.
Inmediatamente después de elegir a Hellams, Jovaughn Gwyn cayó en las zarpas de los Dirty Birds. A pesar de convertirse en una fuerza en el right guard, su proyección en Atlanta reside exclusivamente en su capacidad para reconvertirse en un center. Su baja estatura (1,90 metros) hacen prácticamente inviable su adaptación a la liga. De todos modos, su buen juego de pies puede facilitar su traslación al centro de la línea. Su mejor versión se da en el juego de carrera, espacio dónde, quizás, podría lograr incorporarse a una rotación que no cuenta con primeras espadas. Sin duda, los esfuerzos de Hellams y Gwyn se concentrarán en lograr un lugar en el roster final.