Después de un inicio titubeante para los Dallas Cowboys el equipo comenzó a carburar hace cosa de un mes, asemejándose a ese conjunto de 2016 que aniquilaba a los rivales por aplastamiento. Este comienzo lento se debió a varios factores: cambios importantes en la línea ofensiva, los problemas extradeportivos de Ezekiel Elliott y las carencias de una secundaria completamente nueva.
Tres bajas más que sensibles
No obstante, con el regreso de la OL a los niveles que todos recordábamos del año pasado y con un Elliott mucho más centrado en lo que pasaba dentro del terreno de juego, los Cowboys entraron en sintonía. Tanto que pasaron a ser directamente uno de los rivales a batir de la Conferencia Nacional. Armonía sin embargo que apenas ha durado un mes. Y es que comenzó a apagarse la semana pasada con la confirmación definitiva de que el running back estrella debería cumplir la sanción de seis partidos impuesta por la liga por un supuesto abuso a su ex pareja.
Sin Elliott en el campo se sabía que Dallas iba a sufrir. A muchos incluso nos costaba verles luchando por los puestos de playoffs, puestos que a día de hoy se han convertido en una quimera por culpa de dos bajas. Dos ausencias que sumadas a las del corredor son una losa demasiado pesada a la que sobreponerse. Éstas, ambas por lesiones, son la del left tackle Tyron Smith y la del linebacker Sean Lee. En definitiva, los Cowboys no podrán contar durante varias jornadas con los tres jugadores más importantes y determinantes con los que cuenta en el depth chart.
Vamos a tratar de analizar lo que supone para Dallas estas ausencias. Y comprender el drama al que se enfrentarán con sus supuestos backups, los cuales van a tener la tarea imposible de sustituir a tres jugadores de primerísimo nivel. Está claro que en esto del football no se debería usar la palabra imposible, pero me cuesta mucho imaginar a unos Cowboys sin esos jugones de los que tanto dependían.
La vida sin Tyron Smith
Si hacemos una encuesta sobre qué ausencia se notó más el domingo pasado frente a Falcons, seguramente gane por goleada Tyron Smith. El por qué es muy sencillo. Su sustituto, Chaz Green, concedió seis sacks como seis soles. Convirtió a Adrian Clayborn, defensive end de Atlanta, en el héroe de la noche. Es evidente que Green está muy lejos de ser Smith, pero en este caso yo no quiero traspasarle el 100% de la culpa al jugador. Estimo que también se pudo hacer mucho más desde la banda. Y es intolerable que Jason Garrett se quedara de brazos cruzados ante tal sangría. Que no tratara de colocar algún otro atacante que ayudara al left tackle, ya fuera alguien desde el backfield o el propio Jason Witten. Recordemos que es uno de los mejores tight ends de la competición en funciones de bloqueo.
Es por esta razón que pienso que la de Smith es la baja “menos” dolorosa de las tres. O por lo menos la que se puede paliar de una forma más efectiva. Quiero pensar que la noticia de la lesión les pilló a contrapié. Fue dos días antes del enfrentamiento, sin tiempo para preparar a Green. Veremos si el staff pone cartas en el asunto y si en el próximo partido, el Sunday Night Football que les enfrentará a los todopoderosos Eagles, vemos a un Green más adaptado a la posición.
La vida sin Ezekiel Elliot
La telenovela de Elliot y su posible sanción por fin llegó a su fin. Llevábamos desde el mismo kickoff de la temporada sufriendo este cuento de nunca acabar. El jugador era sancionado el lunes y el jueves-viernes conseguía la cautelar. Lo que parecía que sería una guerra interminable ha terminado con una situación complicadísima para los Cowboys, ya que pierden al corredor en el tramo más importante de la temporada.
Ahora saldremos de dudas y veremos si detrás de esa OL corre cualquiera, como muchos analistas llevan tiempo vendiéndonos. Yo creo que Elliott es un jugador diferencial y que es imposible encontrar un running back igual dentro de la plantilla. Es cierto que la OL es la mejor de la NFL y que facilita mucho la vida tanto a Elliott como a Dak Prescott. Pero de ahí a afirmar que cualquiera puede hacer la misma función va un mundo. Zeke gana yardas por sí solo, casi por inercia. Y en muchas jugadas en las que la OL ha fallado igualmente termina sacando algo positivo.
Además, es capaz de jugar tres downs como pocos corredores en la liga. La forma en la que te va machacando poco a poco es un intangible que puede que se les esté olvidando a los que afirman que no es un jugador tan importante. Para una defensa, tener que sufrir a Elliott durante todo un partido, en el que te va golpeando y golpeando hasta que hincas la rodilla, no solo es una piedra de toque demasiado grande. Te obliga a adaptarte a ello y a elaborar un gameplan específico para única y exclusivamente tener una mínima opción de detenerle.
La vida sin Sean Lee
Y que os voy a contar de Sean Lee que ya no sepáis. Existen dos defensas de Dallas: una con Lee y otra sin él. Me cuesta recordar una defensa en la que un solo jugador fuera tan determinante. Como bien dijo el bueno de Tony Romo en el partido que le tocó cubrir de su ex equipo hace dos semanas, Sean Lee es el jugador más infravalorado de la liga.
Su IQ es enorme. Hay muy poca gente que entienda tan bien el football como lo hace él. Es capaz de adelantarse y leer con una gran anticipación lo que el ataque va a ejecutar. Es asombroso verle en zonas del campo que para otro linebacker sería imposible llegar. Además, su técnica de placaje es de las mejores de la competición. Por todos estos motivos es evidente que jugar a su lado es bastante fácil. De ahí que algunos pensaran que Jaylon Smith estaba haciendo una gran campaña después de debutar este año tras pasarse toda su temporada rookie en el dique seco.
Con Lee fuera, todas las carencias tanto de Jaylon como del resto de compañeros de posición pasan a un primer plano. Jaylon está completamente perdido por el emparrillado. Los Hitchens, Wilson o Durant, más de lo mismo. Con Lee fuera las costuras de la defensa de Cowboys han quedado al descubierto y les auguro un futuro muy muy complicado de aquí a que regrese de su lesión el linebacker.
Al borde del abismo
Entre la baja de Zeke y la de Lee no me sabría decantar cual me parece más determinante. A priori lo del defensor canta más, sobretodo porque sobre sus hombros reside todo una defensa. No hay ningún jugador que pueda suplir todo lo que él da sobre el campo. Mientras, en el ataque sí que existen otras figuras que pueden tirar del carro, véase Dak Prescott o Dez Bryant. En cualquier caso y como ya he indicado, Elliott me parece igual de insustituible. Por ello, dejaría la importancia de estas ausencias en un cincuenta-cincuenta.
Difícil reto el que tiene por delante Jason Garrett y todo su staff. No va a ser nada sencillo sacar algo positivo de esta situación. Y por poner todo un poco más difícil, en el próximo partido tendrán enfrente a sus odiados Eagles. El que, a día de hoy, es el mejor y más completo equipo de toda la NFL. Los Cowboys pueden quedar frente al abismo.
Por Stéfano Prieto (@Stefano_USA)