Tradicionalmente, se suele considerar la ronda de eliminatorias divisionales como “el mejor fin de semana de football”. Para los fanáticos como un servidor, cualquier fin de semana con football es el mejor, pero ciertamente, la repetida sentencia contiene gran parte de razón. En las apenas 30 horas que van desde el kickoff de la primera eliminatoria de ronda divisional al pitido final de la última de ellas, se conjugan las artes footballísticas de los 8 mejores conjuntos de la competición. Una orgía para los sentidos. Un bombardeo de emociones.
Como suele ser habitual, lo mejor del 2019 se deja para 2020. Los Reyes Magos de Oriente nos dejaron unos wildcards plagados de emoción y sorpresas (lo de la calidad, ya tal). Partidos muy igualados (dos prórrogas) y competidos, donde cualquier desenlace fue posible, y cuya resolución genera más dudas que certezas. ¿Última galopada de Brady y Brees? ¿Madurarán los Bills? ¿Qué hubiera sido de Eagles sin lesiones? Cuestiones que nos ocuparán la offseason, así que de momento las aparcamos para centrarnos en los actores supervivientes.
Vikings@49ers. Los playoffs vuelven a la bahía 7 años después.
Los 49ers han sido los mejores de la Conferencia Nacional. Lo dicen los números y las sensaciones. Shanahan ha configurado una ofensiva donde no es necesario que Garoppolo tenga que ser un dios romano. Su tridente de corredores fue un quebradero de cabeza constante para defensas rivales y jugadores de fantasy. Nadie sabía quién sería el principal. Lo cierto es que funcionó como un reloj, y nadie en su conferencia corrió más que ellos. Esto abre el abanico para el juego de pase, con un imponente Kittle; un sorpresivo Juszczyk actuando cual clave wifi para desbloquear las defensas, y un wide-receiver rookie como Samuel, inesperado no por su calidad, sino por lo poco que ha tardado en demostrarla.
Pero donde se han mostrado realmente poderosos ha sido en defensa. Segunda mejor de la liga, sólo detrás de la intratable defensiva patriota. De hecho, suena como futuro head-coach de la NFL Robert Saleh, su coordinador de origen árabe de peligrosa infancia (vivía en Detroit).
Enfrente estará Vikings, cuya principal virtud es no tener ninguna virtud principal. Su ofensiva se basa en el juego de carrera, con Cook y Mattison complementándose muy bien. Pero cuando necesitan meter una marcha más, disponen en Diggs y Thielen de dos estiletes seguros en cualquier área del campo, y Rudolph cuando el terreno se acorta. El punto débil es el QB Cousins cuando debe convertirse en protagonista.
El entrenador es Mike Zimmer, lo que garantiza una defensa sólida. Es impresionante cómo mueve los componentes de la línea para generar presión solamente con 4 jugadores. A esto hay que sumar una secundaria rápida y pegajosa. Entre ambas unidades, un muro de linebackers liderado por Kendricks y Barr.
Se avecina un encuentro duro, de trincheras, de balón moviéndose más cerca del suelo que del cielo. Un duelo precioso.
Titans@Ravens. ¿Quién dijo que correr era de cobardes?
Tras el empacho de comilonas navideñas, empacho a juego terrestre. Ambas escuadras han hecho de la carrera su hábitat natural. Cada una a su estilo, pero imparables en sus propósitos de año nuevo, que son los mismos del año viejo. Tennessee se basa en la potencia de Henry y una línea ofensiva magistralmente coreografiada. Baltimore en la amenaza constante de Lamar Jackson. Si le cierras los caminos, se la jugará Ingram. Y viceversa.
No obstante, mal haríamos despreciando el juego aéreo que, si la situación lo requiere, pueden desplegar Tannehill y Jackson. El quarterback titán, insospechado titular cuando comenzó la temporada, ha destapado el talento de Arthur Juan (A.J.) Brown. El wide-receiver novato lideró su promoción en yardas y touchdowns. Por su parte, Jackson, el máximo favorito para el trofeo MVP, tiene como principal socio a Andrews, el tight-end con más touchdowns de la temporada.
Las respectivas defensas no lo pondrán nada fácil. Titans contuvo a Brady y los suyos, y aunque últimamente se quiera minimizar afirmando que no fue para tanto, lo cierto es que nadie aparte de ellos lo había conseguido. En Baltimore, la defensa es una religión. De menos a más a lo largo de la competición, ha recuperado el vigor habitual. Ser el equipo más anotador de la liga no le ha impedido ser el tercero que menos puntos encaja.
Defensa y juego de carrera. Sólo faltaría que la climatología contribuyese a la épica para hacer que los nostálgicos del football clásico no pudiésemos diferenciar si es realidad o un sueño de madrugada.
Texans@Chiefs. Espectáculo quarterbackeril asegurado
Texans se planta en esta eliminatoria después de una impensable remontada. Su mérito fue nunca hincar la rodilla (ni siquiera cuando debieron hacerlo en un touchback). Cuando tenían todo en contra, resurgieron los jugones: Watt, Watson, Hopkins, Mercillus,… Su moral debe estar por las nubes. Pero necesitarán también elevar su nivel de juego a esa altura. Enfrenten tendrán un quarterback que se las sabe todas, y no al bisoño Allen que todavía confunde el football con el rugby.
El susto que se llevaron los Chiefs con la lesión de Mahomes les ha venido hasta bien. Saben que no necesitan la magia del talentoso quarterback para llevarse los partidos. Han sabido suplir la marcha del runningback Hunt con una combinación de corredores, mientras que la defensa ha elevado su intensidad en el último mes. Saben que su oportunidad pasa por vengar la afrenta sufrida a manos de los tejanos, quienes les derrotaron en su propio feudo en la jornada 6.
De todos, quizá sea éste el mejor reclamo para los aficionados casuales a la NFL. La espectacularidad de sus quarterbacks, y el resto de figuras a ambos lados del balón (Kelce, Hyde, Hill, Cunningham…) augura un encuentro emocionante y muy entrentenido.
Seahawks@Packers. Necesitados de la mejor versión de Rodgers y Wilson
La ambulancia en que se han convertido los Seahawks deberá llegar con cadenas al enfrentamiento en Green Bay ante la previsión de nieve. Tras su plaga de lesiones, los de Seattle deberán recurrir a la heroica a lomos de su bestia Lynch y la picardía del quarterback Wilson. No les va mal como visitantes. El balance de 8-1 de esta temporada así lo atestigua.
Mientras que Wilson podría haber sido nombrado MVP de la liga de no ser por la estratosférica campaña de Lamar Jackson, la temporada de Rodgers ha pasado un tanto desapercibida. Es el único de los “viejos rockeros” que queda vivo tras la eliminación de Brady y Brees. Pero Lambeau es su sala de conciertos particular, y los playoffs su festival favorito. Saquen sus cuernos, porque se espera recital con los mejores éxitos.
Si el frío lo damos por seguro en Green Bay, la igualdad cuando juegan los Seahawks de Carroll también. La climatología volcará la ofensiva hacia la carrera, donde los locales parten con ventaja, pero Seattle es un experto en “hacer la goma”, en parecer que se va del partido pero siempre vuelve, así que nada habrá decidido hasta el final. Un partido para paladares selectos, con mucha atención a los detalles: pérdidas de balón, field-goals complicados, etc.
Nos espera el mejor fin de semana de football. Cuatro partidos emocionantes con desbordante calidad en sus protagonistas. La última gran traca final de la temporada 2019 en la NFL, a la que después sólo quedarán 3 encuentros. No te lo puedes perder.