La temporada de Chicago se ha ido por el garete. Puede sonar tremendista de un equipo con balance 3-3 pero es la cruda realidad. Una realidad dura para una parroquia que se veía como un legítimo aspirante a la Super Bowl. Nada más lejos de la realidad. Cuando todos los fans de los osos esperábamos un paso adelante del ataque (no era difícil pues el año pasado fueron los 21) la cosa se ha desmoronado (los 30 en yardas por juego) sin que nadie lo viera venir. El ataque se ha vuelto inoperante y la defensa – esta sí de SB – parece estar dando síntomas de pasar del tema. Las críticas tienen nombre y número; el 10 de Mitchell Trubisky.
Para nada este artículo es una defensa de juego; falta de segundas lecturas, malas decisiones bajo presión, dificultades para lanzar a la izquierda, imprecisiones en media distancia, y cuarto down lanzado directamente fuera y una alarmante miopía para encontrar a sus receptores cuando estos logran distancia. Que en su draft saliera elegido antes que Mahomes y Deshaun Watson no le ayuda. Pero, como decía, Trubisky no es ni el único problema de ese ataque ni me atrevería a decir que el principal. Trubisky está sobrepasado por los acontecimientos. Él quiere llorar (se le ve). Los aficionados de los Bears queremos llorar (os lo digo) y lamentamos que mientras jugábamos al Gran Hermano con el Kicker nadie alertase del hundimiento de ese ataque.
Sin ser un especialista ni mucho menos, estos son los 3 problemas evidentes y tristemente creo que irresolubles a corto plazo del ataque de los Bears. Y ninguno es Trubisky.
La línea ofensiva
Por ahí se ha caído el equipo. Una línea inútil para abrir espacios para el juego terrestre, que apenas aguanta un par de segundos antes de que un defensor ponga sus manos sobre MT10. Charles Leno marcando penalizaciones como un loco sin adaptarse al nuevo reglamento, Kyle Long demasiado afectado por las lesiones y los años, un cambio de posiciones entre el center y el LG que no ha aportado nada, unos suplentes en los que parece no se confía… Por acá es por donde el año se nos va a hacer largo a los `fanaticosos´.
El juego de carrera
Totalmente abandonado, la carrera no parece ser una opción para Matt Nagy. Es cierto que cuando la ha usado no ha funcionado excesivamente bien pero con una defensa que puede mantenerte en cualquier partido tú debes implantar el juego de carrera como sea. En el último partido, frente a los Saints, lanzó 56 pases e 63 jugadas. Herramientas no le falta, Cohen, Montgomery y Davis deberían formar un backfield por encima del promedio de la NFL. En cualquiera de los casos, si no vas a correr no sé qué haces gastando tu primera ronda del draft en un corredor para luego tenerlo infrautilizado en la mayoría de los partidos. Máxime cuando tienes otras necesidades, ahora obvias pero entiendo que conocidas antes por los coaches, como la línea, los TE o incluso la secundaria.
El game plan y el play calling o el play calling y el Game Plan
Está es sin duda la que más me duele. Se supone que tenemos un genio ofensivo como HC y lo único que se ve es una involución total con respecto a la campaña pasada. Dejando a un lado el juego de carrera se han olvidado las jugadas de engaño, las pantallas… No sé cómo este ataque podría ser más plano. Da la sensación que Nagy no se prepara los partidos. O al menos que los rivales los traen bastante mejor preparados tácticamente que nosotros. Y para colmo nos estamos hartando de ver drives de comienzo del partido, tras el descanso o jugadas tras un tiempo muerto que son completamente nulas. Tras hacer el ridículo en Londres y con una semana de descanso, tu primer drive en casa, con el que abres el partido, dura minuto y medio y acaba con un despeje desde dentro de tu 30 (bloqueado para TD para más inri). Poco más que decir.
En fin, que ojalá esté equivocado. Que ojalá Trubisky nos calle la boca a todos. Que ojalá este verano se fiche uno de esos veteranos que están colgados por ahí para no desaprovechar una defensa de campeonato, pero creo firmemente que los problemas de estos Bears van mucho más allá de su QB.
P.D.: ¿Cómo hemos pasado de tener al entrenador del año a un HC que se ve obligado a declarar en rueda de prensa “I’m not an idiot”.
Sergio García Cestero (@sergcio)