El retorno del «Teddy»

Era el 30 de agosto de 2016, y el futuro de los Minnesota Vikings brillaba. Con una defensa élite, moldeada por el ya venerado Mike Zimmer, y el prometedor Teddy Bridgewater al frente de la ofensiva, el equipo se colocaba en las quinielas por la Super Bowl. Todo era sonrisas… hasta que la «Maldición de Minnesota», ésa que se encarga de no dar ninguna alegría deportiva al estado de la Estrella del Norte, decidió pasarse por el training camp vikingo. Y llevarse consigo tanto la rodilla del joven quarterback como la ilusión de una temporada que ya se daba por perdida (luego llegaría Sam Bradford, el 5-0 inicial y la debacle final, pero ésa es otra historia).

Pero rebobinemos hasta el presente, como con los antiguos VHS. ¿Y qué nos encontramos? Con que Teddy volverá a entrenar hoy, 18 de octubre de 2017. Tras casi perder la pierna por la gravedad de la lesión, y desaparecer del mapa durante su recuperación. Vuelve contra todo pronóstico nuestro QB en el mejor momento posible, por muchas razones. Analicemos el impacto de su regreso.

Teddy vuelve a sonreír, y nosotros con él (Foto de Matthew Deery)

 

Para Teddy:

Seamos claros, el principal beneficiado de todo esto es el jugador. Poneos en su pellejo. Tienes una prometedora carrera deportiva por delante y, tras romper la rodilla, te dicen que no volverás a jugar al football. Ante esta situación mucha gente se conformaría con volver a andar y gracias. Pero ya sabemos que los jugadores de NFL están hechos de otra pasta, y Teddy siempre dijo que regresaría. Y aquí está. En plena forma, según dicen. Dispuesto a demostrar que su carrera no había terminado, sino que simplemente había quedado interrumpida, temporalmente.

Además, Bridgewater está pendiente de una extensión de contrato (aunque el actual se extendería un año más, gratuitamente, según en qué semana es activado). Es así que su regreso llega en el momento ideal para poder convencer a todo el mundo que aún le queda football dentro, prologando así (en Minnesota o no) su carrera.

 

Para la franquicia:

Lo siento, pero tengo que pediros otra vez que volváis la vista atrás. ¿Os acordáis del dantesco panorama de los Vikings a principios de 2014? Habíamos despedido a Leslie Frazier (un entrenador majo pero inútil), y teníamos como QBs a Christian Ponder (siempre venerado por mí, pero también inútil) y a Matt Cassell (véase GIF). Vamos, lo que se dice un solar. Pero entonces llegó Mike Zimmer, y con él Teddy Bridgewater. Y empezamos a ver la luz al final del túnel.

Tras el primer training camp todo parecía indicar que los Vikings, por fin, habían encontrado a su QB franquicia. Aquél con el que crecer, poco a poco. Aceptando sus errores y aplaudiendo sus destellos. Y aún lo vemos así la mayoría de aficionados vikingos. Por supuesto, habrá que comprobar en qué estado vuelve. Pero nuestra confianza sigue depositada en él, y por eso su regreso es tan importante para la franquicia.

 

Para el equipo:

Y qué decir del efecto de Teddy en el equipo… La plantilla estaba totalmente volcada en él justo antes de la lesión. Era la cara del equipo, y el capitán. El joven quarterback no sólo había demostrado una mejoría constante en el terreno de juego, sino que también maduraba como líder en el vestuario. Hasta el propio Zimmer, tan parco y «seco» de apariencia, se emociona visiblemente cuando habla de Bridgewater. De su quarterback, al que ligó públicamente su éxito como entrenador de los Minnesota Vikings. Para todos ellos, el retorno de GUMP («Greatest Under Major Pressure», apodo que viene de sus tiempos en college) es una inyección de moral muy importante.

Pero es que además, desde el punto de vista deportivo, su reincorporación es una bendición. Con Sam Bradford intentando evitar el retiro forzado regenerando su rodilla, sólo nos queda el talentoso pero inexperto rookie Kyle Sloter cubriendo las espaldas a Case Keenum, quién tira ahora del carro (de forma más que notable). Si Teddy llega con la rodilla sólida, y en buena forma, puede hacerse con la titularidad devolviendo a Keenum a su puesto de back-up, y dejando a Sloter madurar lentamente. Una situación más que envidiable, dados los enormes problemas de ciertos equipos en una posición tan crucial.

Es por ello que el «fichaje» de Bridgewater puede suponer una enorme ventaja para los Vikings en la NFC Norte. Y es que ante unos Packers sin Aaron Rodgers, unos Lions con Stafford tocado, y unos Bears con un QB rookie al frente, la llegada de Teddy puede aupar a los de Minnesota al frente de la división. Casi nada.


Por todo ello, y teniendo en cuenta una vez más la gravedad de la lesión, sólo nos queda hacer como Teddy: dar gracias a los dioses del football.

 

Por fin Teddy vuelve a sonreír. Y, con él, todos nosotros.

 

SKOL VIKINGS!

 

Álvaro Fernández Fernández (@CDMinnesota) y Carlos (@Vikings_es)

4 comentarios sobre “El retorno del «Teddy»

  1. Recuerdo pensar antes de que se lesionara en que iba a ser una pena ganar la Superbowl un año antes de disputarla en casa.

  2. Para todos: estamos de enhorabuena! Esperamos que pueda volver a brillar, somos mucho de Teddy (hasta que se cruce con nosotros, claro está!).

  3. El cariño y la empatía que despierta Teddy en la NFL es algo maravilloso, y que se me olvidó comentar en el texto. Bridgewater es un buen chico, y carisma pura, lo que le hace un líder fácil de gustar.

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