Con esta son ya tres las recomendaciones que os he dado. Hoy me voy a permitir una licencia, con toda esta polvareda que ha levantado la reciente destitución del seleccionador Español de fútbol (pido perdón de antemano por el símil, por si no gusta pero ya veréis como viene al caso) quiero poner en valor, más que nunca, la unión de un vestuario. Y diréis, ¿Qué tiene eso que ver con la película? Mucho.
Unos datos de vuestro interés: La película trata sobre la mayor racha de victorias que haya visto un emparrillado, 151 triunfos que empezaron en 1992 y terminaron en 2003. Equipo de la Salle, Spartans. Un equipo de High School donde los egos empiezan a aflorar, hablamos pues, de una película donde los hechos son reales. ¿A quién no le gusta eso?
Como intentaba hacer ver en el símil que usé en el primer párrafo todo tiene un hecho que desencadena los malos tiempos. En el caso de la película, la falta de su coach es la que eclosiona una serie de sucesos que hacen que todo vaya a mejor, la unión, la unión hace la fuerza y ese sentimiento de amor hacia esas personas con las que compartimos nuestro día a día, nuestras victorias y derrotas ayudan a alcanzar grandes metas, sin lugar a duda.
Únicamente me queda deciros que la veáis y la disfrutéis y puede ser que de esa manera comprendáis la moraleja a la que quiero llegar que no es más que esta: Pase lo que pase en los entornos de lo que al deporte se refiera, la impermeabilidad, la cohesión y las ganas de entender que un individuo no es suficiente para llegar a una meta común no se compran, se aprenden. Disfrutadla.
Reparto:
Jim Caviezel (Bob Ladouceur)
Alexander Ludwig ( Chris Ryan)
Michael Chiklis (Terry Eidson)
Director: Thomas Carter
Música de John Paesano
Nota: 8