Hay vida en Cincinnati

Hace poco más de un mes, la especie humana fue capaz de posar un vehículo en la superficie marciana. Un paso de gigante en la búsqueda de formas de vida en otros planetas, cuando todavía nos falta tanto por conocer del nuestro. No sólo a nivel microscópico (la aparición y transmisión de la enfermedad covid-19 es buen ejemplo) sino a mayor escala (encontrar la manera de convivir sin poner en peligro el equilibrio de la naturaleza). Incluso, tratar de explicar cómo entes, aparentemente inertes, de pronto cobran vida. No me refiero al fenómeno zombi tan de moda, sino a la directiva de los Cincinnati Bengals durante la agencia libre.

Tradicionalmente indolente, afanada únicamente en conservar sus propios jugadores tratando de ahorrar lo máximo posible en el proceso, ya el año pasado sorprendió con dispendios impensables en el mercado primaveral. La perspectiva de un potencial QB estrella como Burrow generó estos efectos cuasimilagrosos. La inercia de tan poderoso bálsamo de fierabrás se ha prolongado este año, con ligeros matices. Ya no es tanto conservar lo propio, o asaltar la banca en búsqueda de incorporaciones rutilantes. Se trata más bien de intentar no perder demasiado en el anual canje de cromos que supone la agencia libre de la NFL.

 

Un análisis detallado de la agencia libre bengalí muestra que, más que reforzar la plantilla con adquisiciones relevantes, se han ido tapando agujeros a medida que se han generado, o se han dejado generar, o se ha adelantado a que se produzcan. Veamos algunos ejemplos:

 

Las gallinas que entran por las que salen

Hendrickson (DE) X Lawson (DE): Retener al DE Lawson era probablemente la principal prioridad de la directiva bengalí para esta offseason. De hecho, durante algún tiempo se especuló con la posibilidad de ponerle la etiqueta de jugador franquicia. Finalmente, la oferta que le hicieron no satisfizo al ex-tigre de Auburn para quedarse en la jungla de Cincinnati y emigró hacia la Gran Manzana. La directiva tuvo que ejecutar el plan “B” (aunque algunos sospechamos que desde el principio era el plan “A”) y fichó al ex-Saint Hendrickson. En mi opinión, aunque Bengals pueda ganar en solidez (Lawson era muy propenso a las lesiones), pierde calidad en el puesto de edge-rusher.

 

Awuzie (CB) X Jackson (CB): Al otro principal agente libre tampoco fue capaz de retenerle la directiva de Cincinnati. Jackson era de los mejores cornerbacks que acababan contrato. Awuzie, con todo el cariño, no. Nueva pérdida de talento para el ya mediocre plantel bengalí. No obstante, me gustaría dejar una reflexión. En la NFL actual, con proliferación de formaciones de 5 defensivebacks como base, ¿es preferible tener una pareja estelar de cornerbacks, o mejor prescindir de algo de nivel en los CB1 y CB2 para conseguir una unidad más amplia, con más calidad en las posiciones de CB3, CB4, etc.?

 

Hilton (CB) X Alexander (CB): Quizá, aparte de los seguidores acereros, pocos tendrían en su radar a Hilton como uno los mejores CBslot. Pues lo es. Aquí sí creo que el nuevo bengal mejora al anterior.

 

Allen (SF) X Williams (SF): Shawn Williams, tras toda su carrera profesional en Cincinnati ya ha dado todo lo que tenía (que tampoco era demasiado, puestos a ser sinceros). Con poco que aporte Ricardo Allen como suplente de Vonn Bell, ya sale ganando Bengals.

 

Trey Hendrickson (#91) ya no tendrá que preocuparse de «sackear» a quarterbacks bengalíes… sino a todos los demás (foto de John Grieshop/Getty Images).

 

La venda antes que la herida

Reiff (RT) X Hart (RT): Uno de los movimientos que mayor satisfacción dejó en la parroquia bengalí. No tanto la llegada de Reiff, un LT cumplidor que ya anunciado que jugará cambiado de posición, sino porque su fichaje supuso (¡por fin!) el despido de Hart. Uno de los peores tackles ofensivos de la competición, su falta de actitud y pésimo rendimiento tenía indignada a toda la afición de Cincinnati. La propia directiva justificaba su permanencia, no por su calidad (inexistente), sino por lo complicado de encontrar un sustituto. En esta agencia libre ha sido fiel a su palabra, y el despido se produjo poco después de la contratación del ex-Vikingo.

 

Ogunjobi (DT) X Atkins (RT): Atkins es probablemente el mejor defensor que ha tenido la franquicia de Cincinnati en su historia. Sin embargo, la edad y el complicado encaje que tenía en el nuevo sistema defensivo, redujo su participación a niveles meramente testimoniales y el despido estaba anunciado. Su corte, apenas anunciado el fichaje de Ogunjobi, evidencia que la directiva ya le había sentenciado, y únicamente esperaba traer un sustituto para hacerlo oficial.

 

Apple (CB) X Sims (CB): Como decía antes, las lesiones en esta posición tan castigada provoca que el CB4 tenga que aparecer por escena más de lo recomendable. Pocos hubieran entendido en Cincinnati la continuidad de un cornerback tan ineficaz como Sims. Apple, pese a que su carrera ha quedado muy por debajo de las expectativas con las que salió de Ohio State, es una ligera mejoría… aunque lo que realmente esperamos de él sea verle muy poco en el campo.

 

La afición bengalí echará mucho de menos estas actuaciones estelares de su particular «desmonio de Tasmania», Geno Atkins.

 

Cincinnati recompensa a los suyos

A pesar de no haber acometido las dos renovaciones más importantes (Jackson y Lawson), Cincinnati no dejó escapar jugadores que, con toda su carrera en la Queen City, han rendido de forma destacada en equipos especiales. Wilson (SF) es uno de los mejores retornadores de kickoff de la competición. Evans (LB) es un valioso placador en equipos de cobertura de retorno. Ambos llevaban 4 años en el equipo y continuarán al menos otro más.

 

Pero esta fidelidad palidece ante las dos siguientes renovaciones. Harris, el longsnapper, disputará su 14ª temporada en la NFL, las últimas 13 en el conjunto atigrado. Pero el punter Huber regresa un año más a su casa, la única que ha conocido en sus 12 años en la liga. La única además donde ha vivido, ya que nació en Cincinnati, creció como punter en una escuela local, y se graduó en la Universidad de Cincinnati, de donde fue drafteado por los Bengals.

 

Las modestas oficinas de los Bengals, más parecidas a una biblioteca infantil, es un lugar conocido para Kevin Huber, ya que ha firmado varias renovaciones ahí en sus 12 años en la franquicia atigrada (foto: @Bengals)

 

Ganadores del casting “Cincinnati-2020

Si decimos que la temporada 2020 fue rara nos quedaríamos muy cortos. La plaga de lesiones, y las bajas que hubo que cubrir como consecuencia del covid-19, originaron que pasara un desfile de jugadores de fortuna por la pasarela de Cincinnati. Trotamundos en busca de oportunidad que, alguno de ellos, por su buen rendimiento, encontraron para prolongar un año más su sueño de vivir del football americano.

 

Así nos encontramos, por ejemplo, con las renovaciones de Spain (OG), Daniels (DT), Perine (RB), Thomas (WR), Bledsoe (DE) o Davis (CB). Todos ellos destacados cuando debieron intervenir de forma inesperada ante la ausencia de los líderes en sus respectivas posiciones. Especial atención a Brandon Allen, quien partiendo como 3º de la lista de QBs, adelantó a Finley, al punto que éste fue traspasado a Houston por una 6ª ronda, mientras que Allen se consolida como segundo de Burrow.

 

Un equipo no sólo se hace con grandes estrellas, sino acondicionando el mejor banquillo posible para cuando la dureza intrínseca e inevitable de este deporte obligue a descansar a los titulares. Máxime este año donde tendremos un partido más de temporada regular.

 

Ryan Finley nos dejó su espléndida sonrisa… y poco más. Draftedo en 4ª ronda, no fue capaz de demostrar su valía en Bengals y ahora tendrá una nueva oportunidad en Houston (foto: @Bengals).

Diagnóstico de las muestras

Tras analizar el balance de altas y bajas en esta etapa de la agencia libre, podemos concluir que Cincinnati ha quedado más o menos como estaba. Se han producido mejoras en la línea ofensiva, pero la defensiva parece ahora más vulnerable. En la secundaria, se ha sacrificado calidad por cantidad. Un resultado que deja un tanto fríos a sus aficionados, quienes esperaban algo más de contundencia en este periodo, aprovechando la ventaja competitiva de contar con más espacio salarial que sus oponentes.

No obstante, aún nos queda otra fase más con la que consolidar la plantilla: el draft. Recordemos que en la unidad de receptores, Cincinnati ha perdido a Green, Ross y Erickson, y aún no ha sumado ningún nuevo componente. Tampoco el cuerpo de tight-ends, bastante limitado ya en 2020, ha incorporado refuerzos. Por otro lado, la naturaleza de los contratos de esta agencia libre, que en previsión de que se dispare el tope salarial en 2022 ha ocasionado que sean mayoritariamente por un solo año, hace necesario ampliar las opciones de banquillo de cara a futuro. Sin duda, se avecinan días apasionantes para el equipo de Cincinnati en el draft. Pero eso, amigos lectores, ya será objeto de otro artículo.

En definitiva, da la impresión que el objetivo de Bengals está nuevamente fijado en el draft, aprovechando su ventajosa posición en las elecciones. Se confía en el desarrollo de los jóvenes, guiados por la maestra batuta de Burrow. Y si quedan huecos por cubrir, serán cubiertos tras el draft por veteranos de 2ª fila que todavía se encuentren sin equipo. En cualquier caso, todos estos movimientos apuntan a que sí hay vida en Cincinnati. Otra cosa será determinar si esta forma de vida es inteligente o no.

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