Pues sí, después de la puñalada que nos dieron ayer a los aficionados de los Texans podemos decir que tenemos un problema. O quizás me esté equivocando y sean dos, o tres. Pero lo que podemos dar por sentado es que con la situación actual del equipo la temporada está acabada. Simplemente nos queda el trámite de cubrir estos partidos lo más dignamente que podamos y esperar a la off-season. Es hora de ver qué problemas tenemos, y como son muchos vayamos por partes.
Unas estrellas rotas
Aunque os extrañe, y pese a lo que pueda pensar la mayoría, este problema no me parece el más importante. Y es que depende de la suerte, y puede ocurrirle a otros equipos. Además, es un problema de difícil solución. Me refiero a las lesiones que hemos tenido esta temporada. Y sí, sé que son muchas y en jugadores muy importantes. Pero incluso sabiendo que el azar nos ha jodido esta vez, es algo que puede ocurrir. Y que hay que asumir que este año nos tocó a nosotros y el año siguiente será a otro equipo (este punto no aplica si eres de Ravens).
Junto al efecto deportivo de las lesiones, hay que decir que han sido dos duros golpes emocionales para la afición. Primero Watt, el ídolo de la ciudad. Un héroe que veía cómo después de intentar recuperar su mejor versión se le acabó el año cruelmente hace unas semanas. El mismo día que también se lesionó Mercilus. Y ahora Deshaun, nuestro salvador. El hombre que le había devuelto la esperanza a la ciudad de Houston. Un rookie que estaba llamado a romper todos los récords, y que también se perderá lo que queda de temporada. Qué le vamos a hacer…
Un dueño que sobra
El segundo problema, aunque tiene importancia, tampoco tiene una fácil solución. Y es el propietario del equipo, Bob McNair. Últimamente no está quedándose en la sombra, y ha dejado más de una declaración fuera de tono. La última incluso provocó el descontento de muchos jugadores. Algunos llegaron a perderse un entrenamiento a modo de protesta, como fueron Hopkins y Foreman.
Un staff decepcionante
El problema que vamos a comentar ahora sí me parece el más importante. Y aquí tengo que tragarme mis palabras, ya que yo he sido defensor de O’Brien. Pero visto lo visto esta temporada, lo único que se merece es que le den la patada. Y sí, sé que puede que mis palabras suenen muy duras. Pero es que ha cometido no un fallo muy grave, que puede pasar incluso en estos niveles, sino dos veces el mismo fallo. El cual, además, nos ha costado dos partidos que teníamos ganados antes rivales de renombre. Os pongo en situación.
→ Partido contra Patriots
El partido era prácticamente nuestro. ¿Y qué hace Bill? Quitarle el balón de las manos a su mejor hombre en ataque para hacer unas carreritas. Es decir, ser conservador. ¿Que acabó ocurriendo? Que Brady hace de las suyas. El único que debió pensar que Brady no ganaría ese partido debía ser O’Brien, de verdad. Porque el resto, viendo que le quedaba a Brady un minuto para cruzar el campo, lo veíamos venir. Y lo acabó ganando.
→ Partido contra Seahawks
Bueno, podemos pensar que en esos momentos Watson no había demostrado tanto como ahora. Y que por tanto prefería jugársela con Miller. Pero el mayor pecado de O’Brien ha sido en el partido de Seattle. Sabiendo ya de lo que es capaz Watson, y viendo que la última vez la decisión conservadora no funcionó… No sólo eso, sino que además ves que te enfrentas a otro QB clutch. Pero nada, oye. Otras tres carreritas y que Wilson haga el drive ganador. Y claro, lo hizo. Culpa también de nuestra defensa, que no está rindiendo al mismo nivel que años atrás (bien sea por las lesiones, por la pérdida de calidad en la secundaria con la marcha de Bouye o porque Vrabel no le llega a Crennel ni a la suela de los zapatos).
En resumen, nuestro staff técnico hace aguas, y es algo que deberíamos cambiar para la próxima temporada.
Por todo esto, es hora de empezar la cuenta a atrás para que llegue la temporada que viene, y poder ver las maravillas que traen JJ, Whitney y Deshaun. Porque aunque no tengamos ni 1ª ni 2ª ronda para este draft, tenemos algo mucho mejor: el regreso de nuestras estrellas.
Espero que el próximo sea un buen año, ya que la ventana de Watt se va cerrando y es algo que no podemos desaprovechar. Respecto a lo que queda de año intentar no pasar mucha vergüenza ajena con la velocidad de Savage y la “ayuda” que le dé su Offensive Line.