Jason Garrett… QB salido de Princeton, jugador para los Saints, Cowboys, Giants, Bucs, Dolphins, y jugó también en la CFL y en la WLAF. Garrett comenzó su carrera como entrenador en los Dolphins, en 2005, como entrenador de QBs. En 2007 llegó a los Cowboys, como coordinador ofensivo, y en 2010 tomó el puesto de HC interino a principios de noviembre. A partir de este momento comenzaría la relación tóxica de la que Jerry Jones no puede, o no quiere salir.
Los Inicios de Garrett
En su primera temporada completa como entrenador, en 2011, Jason Garrett registró un récord de 8-8, y lo mismo hizo las próximas dos temporadas. Récord de 8-8 en las primeras tres temporadas de un HC (y en 2013 teniendo a Tony Romo, Dez Bryant, Jason Witten, Travis Frederick, Tyron Smith, Ronald Leary, Miles Austin, Sean Lee, DeMarcus Ware, entre otros) ya es suficiente mérito como para NO SEGUIR entrenando a los Dallas Cowboys. Aún así, Garrett siguió al frente del equipo, y en 2014, esta decisión parecía haber sido la correcta. Los Cowboys registraron marca ganadora de 12-4, y llegaron al juego divisional, en el que perdieron 26-21 contra los Packers, en ese triste final para los Cowboys, que hasta el día de hoy sigue dando que hablar.
¡Obviamente Garrett tenía que seguir! ¿Cómo no hacerlo? después de tremendo temporadón. Pero en 2015, a pesar de que el equipo había arrancado bien con una victoria frente a los Giants, Tony Romo se lesionó en la semana 2. Tres QBs pasaron por el puesto titular en Dallas esa temporada, cuatro contando a Romo… Brandon Weeden, Matt Cassel y Kellen Moore. Pero entre todos solo pudieron lograr un récord de 4-12. ¿Fue esto una razón para echar a Garrett? Quizá si, pero el carnaval de quarterbacks sirvió como justificación y fue lo que lo salvó en esa temporada.
Una segunda oportunidad para volver a empezar
Año 2016, uno de los mejores equipos de Dallas de los que tengo memoria… Tony Romo, Ezekiel Elliott, Tyron Smith, Ronald Leary, Travis Frederick, Zack Martin, Doug Free, Dez Bryant, Terrence Williams. No hay mucho para decir sobre esta temporada… ah si, Tony Romo y Kellen Moore se lesionaron en pretemporada, por lo que el puesto de QB estaría a cargo de Dak Prescott, un QB novato de 4ta ronda, quien junto con Ezekiel Elliott llevó al equipo a un récord de 13-3 (mejor récord en la historia de la franquicia) y al juego divisional, que nuevamente perderían contra Green Bay, esta vez, con un field goal a último segundo. Otra vez el trabajo de Garrett estaba seguro… ¡Incluso ganó el premio al Head Coach del Año!
Luego del hype que traía el equipo desde 2016 (y con razón eh…) en 2017, el desempeño del equipo fue de lo más penoso. Los Cowboys terminaron con un récord apenas positivo debido a que la última fecha, los Eagles jugaron con Nate Sudfeld como su QB, teniendo derrotas extremadamente humillantes como contra Broncos, Falcons, Eagles y Chargers. Pero nuevamente, estaba presente la excusa ideal para cuidar el trabajo de Garrett y Linehan: La suspensión de 6 partidos de Zeke. Los Cowboys acabaron con marca de 9-7, sin entrar a playoffs, y aunque los trabajos de los coordinadores estaban seguros, se hizo una limpieza en casi todos los entrenadores de posición, siendo Gary Brown (entrenador de RBs) el único en mantener su puesto.
2018… ¡este es el año!
En 2018 no se tenían grandes expectativas para los Cowboys mientras Jason Garrett y Scott Linehan siguieran ahí, y aunque las expectativas eran pocas, los Cowboys se encargaron de no cumplirlas… hasta mitad de temporada. Garrett y sus muchachos se fueron a la Bye Week con un récord de 3-4, y en esa semana de descanso se realizó el trade de Amari Cooper.
Los Cowboys perdieron el primer partido con Amari Cooper frente a Titans, pero luego de esto, se encaminaron en una racha ganadora de 5 partidos, que dejó a los Cowboys con un récord de 8-5. El equipo de Dallas terminó la temporada con un récord 10-6. Después de la seguidilla de partidos ganados, la única derrota fue contra los Colts, por 23-0.
Aún así, los Cowboys fueron a playoffs. Vencieron a los Seahawks de Russell Wilson en el juego de comodín por 24-22, pero en el juego divisional, CJ Anderson fue una aplanadora, y la defensa de Dallas no pudo contenerlo. Los Cowboys perdieron 30-22, y así su temporada se fue al tacho.
Se te acaba el tiempo, Jason…
Luego de despedir a los entrenadores de posición y a Dez Bryant, se le estaban acabando las excusas a Jason Garrett, pero aún tenía una más: Scott Linehan.
Linehan fue el próximo despedido bajo la era Garrett. Su ofensiva simple y sin imaginación era lo que estaba matando a los Cowboys, así que echarlo era la solución. Tiene sentido… ¿no?
Así, Kellen Moore, quien fue entrenador de QBs en 2017, toma el puesto de coordinador ofensivo para la temporada 2019.
Los Cowboys comienzan la temporada con récord de 3-0, una ofensiva explosiva que no habíamos visto en años, un Dak Prescott sensacional, QBR perfecto en el partido inaugural de la temporada, una defensa no tan buena como la del año pasado, pero que cumplía bastante bien.
Pero el hacha de la verdad (o de Jason Garrett y su plan de juego conservador) cayó sobre la cabeza de los Cowboys. Se enfrentaron a equipos desafiantes como Saints y Packers, pero lo único que hicieron fue olvidarse de lo que los estaba haciendo exitosos en las semanas anteriores. Se olvidaron de los play-actions, de la ofensiva vertical, y de muchas otras cosas. ¿Es esto culpa de Kellen Moore? La respuesta es NO. Este comportamiento conservador lo venimos viendo hace casi 10 años, es demasiado claro que Jason Garrett es responsable por estas cosas.
El principio del fin
El punto de quiebre comenzó a forjarse con la derrota frente a los Patriots. Pero claro, son los Patriots. Tienen una defensa élite, una derrota estaba contemplada en los planes. Luego lo mismo contra los Bills, una gran defensa, así que está todo bien. Pero la derrota frente a Chicago simplemente es inaceptable. Los Cowboys vienen con una tendencia a engrandecer a QBs mediocres o promedio, pasó con Sam Darnold, Jeff Driskel, Case Keenum, Josh Rosen, y ahora con Mitch Trubisky.
Este fue el punto de quiebre en la relación de Garrett y Jerry Jones. Y aunque el dueño y GM de los Cowboys no quiera echar a Garrett en este momento (quizá por esperanza, quizá por el afecto que le tiene, quizá por el material de chantaje que Garrett seguramente posea), es inevitable que el año que viene, va a haber una limpieza total en el equipo de La Estrella Solitaria.
¿Por qué duró tanto tiempo Garrett?
Lo que quizá salvaba anteriormente a Garrett, era que sus jugadores lo adoraban y su relación con Jerry Jones, obviamente. Era un gran motivador, los muchachos a su cargo hubiesen hecho cualquier cosa por él. Pero ahora, por motivos que solo se saben puertas adentro, perdió el apoyo del equipo. Ya no se le tiene confianza, y varios insiders de Dallas, aseguran que Stephen Jones ya estuvo hablando con Urban Meyer y con Lincoln Riley.
Finalmente, me encantaría que el nuevo HC, sea Urban Meyer, Lincoln Riley, Chris Petersen, o el que sea, mantenga a Kellen Moore y a Jon Kitna. Pero lo más probable es que no, así que al menos a ponerse contento cuando pase lo inevitable con Garrett.