En los últimos meses, dentro del carrusel de entrenadores que ha habido dentro de la NFL, uno de los nombres que más fuerte ha sonado para algunos equipos como los Denver Broncos y, sobre todo, los Houston Texans ha sido el del defensive coordinator de los Philadelphia Eagles, Jonathan Gannon. Jonathan Gannon Jonathan Gannon Jonathan Gannon
Finalmente, y después de haber sido finalista para el puesto de head coach de los Texans, Gannon está de vuelta con los Birds.
Desde el punto de vista de generar estabilidad en una franquicia algo convulsa desde la consecución de la Super Bowl LII, este movimiento (mejor dicho, la falta del mismo) se dirige en la dirección correcta. Recordemos que la llegada la temporada pasada de Jonathan Gannon se presumía como el primer paso de un camino dirigido a modificar la estructura defensiva de la franquicia, no como un fichaje plug and play.
El preparador de Cleveland (Ohio) venía avalado por su experiencia como assistant defensive backs coach bajo los órdenes de Mike Zimmer en Minnesota (2014-2017), y defensive backs coach con los Colts (2018-2020).
Además, en Indianapolis tuvo la oportunidad de trabajar con el nuevo flamante head coach de los Chicago Bears, Matt Eberflus, quién se ha destapado como una de las mentes defensivas con más impacto en los últimos tiempos en la NFL.
Llegados a este punto, hagamos una retrospectiva de cómo ha sido la llegada de Gannon a los Eagles, y de cómo ha sido su impacto en la parcela defensiva.
Jim Schwartz vs Jonathan Gannon
En primer lugar, y antes de entrar en materia, quisiera mostrar mi respeto hacia Jim Schwartz, un hombre que cuando cogió los mandos de la estructura defensiva de los Eagles, ésta se encontraba entre las cinco peores tanto en yardas concedidas (pase, carrera y totales), como en puntos por partido.
En un par de años, consiguió invertir la tendencia y situar su wide-9 4-3 en el Top 5 en todas las métricas defensivas. Además, todos sabemos cómo su sistema tocó techo en 2017 con la consecución del tan ansiado ‘Vince Lombardi’ en aquella mágica Super Bowl LII.
Sin embargo, en los últimos años hemos sido testigos no sólo del desgaste, sino de cierto grado de deterioro, hasta llegar a niveles alarmantes. En su última temporada en Philadelphia (2020), los Eagles se situaron en los últimos puestos de todas las estadísticas defensivas medibles.
Y lo que es peor, a la falta de referentes claros (cómo se echa de menos a gente como Jordan Hicks o Malcolm Jenkins), se añadía la intuición de que el tipo de sistema planteado por Schwartz no era el más adecuado para el tipo de juego que se lleva imponiendo en la liga este último lustro.
Es un hecho evidente que el juego de pase ha tomado una preponderancia aplastante sobre sistemas basados en la carrera. Tal vez el ejemplo más paradigmático hayan sido los Buffalo Bills de esta temporada 2021, donde en más de un partido, su run game ha rozado la inexistencia.
Este tipo de juego presta una gran importancia a la consecución de big plays, e incluso en algunos casos concretos, el éxito o fracaso se deposita en la consecución de éstas.
El sistema de Schwartz, basado en una defensive line muy potente con el segundo nivel sellando los posibles gaps abiertos por la OL rival, permitía tener ciertas debilidades en la secundaria, ya que no se consideraba un aspecto de suma relevancia.
Por ello, este esquema apropiado para contrarrestar un tipo de ofensiva basada en un juego de carrera con preponderancia de gap blocking. En el juego de pase, la idea principal era la de colapsar el pocket, así como el tener cierto control sobre el posible juego underneath rival.
Hoy en día, gente como Mahomes, Stafford, Allen, Burrow o Herbert (por mencionar tan solo los más representativos), con porcentajes de pases en profundo completados anteriormente muy poco vistos, están forzando a mover el centro de gravedad de las defensas del front seven hacia otras posiciones. No hay más que recordar el sufrimiento de Philadelphia a la hora de defender combinaciones de rutas smash o levels, donde buscaban estresar la defensa verticalmente.
Es por ello, que alguien como Gannon, quien ya en su primera rueda de prensa con los Eagles afirmó que no poseía un sistema fijo, y que su objetivo era plantear un tipo de juego defensivo basado en la versatilidad (4-3 o 3-4 dependiendo no sólo del rival, sino de la jugada en concreto, o el hecho de prestar especial atención a la hora de entrenar aspectos como el ocultamiento o “disfraz” del tipo de cobertura), parecía una opción apropiada de cara a adaptarse al rumbo actual de la NFL.
Inicio de temporada complicado
Sin embargo, en los primeros partidos, la sensación de muchos aficionados era que esto no funcionaba: desajustes, fallos en las asignaciones y, sobre todo, unos huecos enormes en las zonas hook y curl que los QBs rivales se encargaban de explotar buscando rutas underneath.
A modo de ejemplo, en las primeras siete jornadas los Birds permitieron que 5 quarterbacks rivales tuvieran un porcentaje de pases completados superior al 80 por ciento (récord en la NFL). Y en el encuentro contra Las Vegas Raiders, Derek Carr fue capaz de completar la dolorosa cifra de 16 pases consecutivos.
La sensación general que se extendía era que la defensa era débil, no lo suficientemente agresiva, especialmente teniendo en cuenta que se venía de un sistema basado en el pass rush y la generación de presión al quarterback. Incluso Fletcher Cox (defensive tackle) mostró su descontento con el esquema defensivo después del partido contra los Raiders.
Aparecen los brotes verdes (Kelly Green, por supuesto)
En esta situación llegamos al partido contra los Denver Broncos, quienes se presentaban con un Teddy Bridgewater situado en el tercer puesto de la liga en acierto en el pase (70%).
No obstante, a partir partido contra los Broncos se evidenció cierta vuelta a las esencias. Se prestó más importancia al pass rush y se incrementó el porcentaje de uso del blitz, y Bridgewater tuvo su peor actuación en lo que se llevaba de temporada.
Es cierto que contra algunos QBs mencionados anteriormente, como Mahomes o Allen, este recurso generalmente se ha mostrado como poco práctico.
Ello es debido a la habilidad de éstos tanto para deshacerse rápidamente del football, como para escapar y conseguir el tiempo necesario para encontrar un receptor. Y en muchas ocasiones, el blitz se ha traducido en una big play, aquello que Gannon está decidido a evitar.
Pero, por otra parte, si nos fijamos en los quarterbacks de los equipos que comparten división con los Eagles (Heinicke, Jones y Prescott), ninguno de ellos se puede considerar que se encuentren en la misma categoría que los Allen y compañía.
El hecho de permitirles completar pases fáciles y no generarles suficiente presión se traduce en un maquillaje de sus carencias, y un ensalzamiento de sus no demasiadas virtudes. Dicho de otra forma, se defiende buscando evitar unas posibles big plays que en su caso se antojan bastante difíciles de conseguir por sus aptitudes técnicas.
En el momento en que Gannon introdujo cambios conceptuales respecto a este aspecto y, por otra parte, simplificó la variedad de esquemas utilizados, se apreció una mejoría considerable. También dio la impresión de que tomó consciencia que la materia prima de la que disponía en Indianapolis no es la misma de los Eagles, y supo adaptar su sistema al personal disponible.
A modo de ejemplo, os dejamos este breve vídeo, en el que se aprecia una coreografía magistral a la hora de disfrazar una Tampa 2.
…this was a wild Tampa-2 disguise by Jonathan Gannon
Might be one of the coolest calls/executions of the year. pic.twitter.com/HtOAdyvWyZ
— Ben Fennell (@BenFennell_NFL) January 7, 2022
Finalmente, los resultados se dejaron ver, y se terminó la temporada regular en el Top 10 defensivo de la liga, un salto más que reseñable dese los últimos puestos de 2021.
¿Cómo afrontar el 2022?
Considero que la idea principal a seguir en este 2022 es la de profundizar en la versatilidad del esquema defensivo, pero prestando más atención a algunas de las virtudes de la defensa de los Eagles en la pasada década, como una defensive line poderosa con presión al quarterback.
Por otra parte, y de cara a poder generar esa variedad promulgada por Gannon, es mandatorio el adquirir piezas que lo permitan. Complementariamente, debemos adaptar nuestra estructura defensiva a los jugadores disponibles, ya que no lo olvidemos, son ellos los principales protagonistas de este juego.
Debemos ir ganando versatilidad defensiva, y para ello debemos ir mejorando nuestro roster para conseguirla. Por ello, y si Hurts va a ser el quarteback la próxima temporada, no parece lo más razonable el darle más armas que tal vez no utilice.
Una estrategia razonable que seguir en este Draft podría estar basada en añadir piezas que permitan convertir la defensa en élite, y utilizar la agencia libre para suplir otro tipo de carencias.