La apisonadora de Jacksonville

Ni se sabe la cantidad de años que llevamos afirmando durante la off-season que los Jacksonville Jaguars repuntarán. Exactamente la misma en los que el propio equipo se encarga de dejarnos mal a todos. Empeñándose en seguir siendo el hazmerreír de la liga, viajando sin rumbo alguno. Yo soy el primero al que la euforia le ha podido en más de una ocasión, llegando incluso a situarles en playoffs en los pronósticos que elaboro días antes de que se dé el pistoletazo de salida. Pero la campaña pasada terminé muy decepcionado con ellos. Tanto que me prometí a mí mismo no volver a confiar, hicieran lo que hicieran durante la larga travesía por el desierto. No hasta que me dieran durante toda una campaña motivos fehacientes para hacerlo.

 

Cumpliendo la promesa…

Así llegamos a agosto, mes en el que empezamos a introducirnos nuevamente en la vorágine de la competición. Y mes en el que comienzo a elaborar las previas de los distintos conjuntos. Y cómo no, le acabó tocando el turno a los Jaguars. Fui repasando el roster uno por uno, jugador por jugador, unidad por unidad,… Y me encontré la disyuntiva a la que no me quería enfrentar. Tenía ante mí una de las plantillas que más talento acumula de toda la NFL. Sí, un año más.

Sin embargo, y sorprendiéndome a mí mismo (soy una persona a la que le encanta dejarse llevar por cualquier hype), me mantuve firme. Siendo muy escéptico acerca de lo que podían llegar a conseguir esta temporada. Fui capaz de cumplir mi propia promesa. Esta vez no cometí el mismo error de siempre; lo había conseguido. Aunque he de decir que estuve muy tentado en repetirlo, en volver a caer en la trampa. Reconozco que me ayudaron mucho esos primeros encuentros de pretemporada en los que todo lo que sucedía en Jacksonville fue un auténtico horror.

 

… aunque me lo ponen difícil

De esta manera alcanzamos la fecha uno de competición. En ella, Jaguars se enfrentaba al rival divisional que ha dominado la AFC Sur el último par de años, Houston Texans. La paliza que se llevaron los tejanos aquel día fue tal que no parecía ni creíble. Estoy convencido que más de uno y más de dos tuvimos que refrescar varias veces el box score para convencernos del resultado. Fue un atropello brutal de la defensa Jaguars sobre la ofensiva contraria. Tanto, que la cuenta de Twitter de la franquicia, cansada de las burlas que han sufrido los suyos durante tanto tiempo, cambió su nombre de usuario al de “Sacksonville”. Maravilloso.

Desde entonces han pasado seis semanas. Tiempo de sobra de comprobar a qué juega exactamente el equipo de J-ville. Su head coach, Doug Marrone, lo tiene completamente claro. Y no será porque no lo avisó: defender y correr como si no hubiera mañana. Es evidente que no van a descubrir la quintaesencia jugando así. Pero el objetivo que se han marcado con ello, que no es otro que esconder las carencias que arrastra su quarterback titular, Blake Bortles, lo están cumpliendo a rajatabla. El ataque se basa única y exclusivamente en la carrera, sostenida a las mil maravillas por uno de los grandes personajes que han aterrizado en 2017 en la liga, el running back Leonard Fournette. En un artículo que nos dejó la semana pasada el gran Rubén Ibeas en su web NFL en Estado Puro podemos comprobar cómo funciona exactamente este ataque.

 

Sacksonville

Yo he venido hoy aquí a hablar de la defensa del equipo, la cual por fin está asombrando y rindiendo al nivel que se esperaba de ella desde hace mucho tiempo. De hecho, la defensa es la verdadera culpable de las cuatro victorias que han conseguido hasta ahora los Jaguars. Cuatro victorias en las que literalmente han aniquilado al rival, pasándolo por encima de principio a fin sin dar opción alguna. Cierto es que en la segunda mitad de la última temporada ya se vislumbró lo que esta defensa podía ser, dejando detalles que llamaban al optimismo. Pero el cambio de staff técnico durante el verano podía haber frenado en seco esta evolución. Cambio de staff entre comillas, ya que aunque largaron a Gus Bradley, anterior entrenador y responsable supremo de la defensa, fue Todd Wash, ex coordinador de línea, quien se hizo cargo de la defensiva.

La apisonadora presionando al rival

Casualidad o no, aquí cada uno que llegue a sus propias conclusiones, esta línea defensiva de Jaguars se ha convertido en una total apisonadora. Los 33 sacks conseguidos hasta el momento hacen total justicia del apodo de “Sacksonville”. Es cierto que 20 de ellos los han sumado en tan solo dos desafíos (Texans y Colts). Pero es que, además de esta estadística, hay que tener muy en cuenta otros datos. Como el total de snaps en los que se logra meter presión al quarterback, evitando que éste logre completar la jugada con éxito. Los Jaguars ejercen esta presión en el 32,5% de las ocasiones. Este porcentaje es permite ser la tercera mejor defensa de la competición en este apartado. Y como ya sabemos todos, cuando un quarterback siente la respiración del rival es cuando peor juega. Y cuando comienzan a llegar los fallos…

En la anterior jugada tenemos un ejemplo de la enorme presión que son capaces de provocar los Jaguars con solo los cuatro de delante. No le llegan directamente al quarterback, pero dos jugadores colapsan el pocket en cuestión de segundos. Mientras los otros dos reaccionan perfectamente ante una posible carrera del QB, de manera que la ganancia de yardas por parte del ataque es nula.

 

Campbell, DPOY

He apuntado el nombre del coordinador defensivo como una de las causas de la explosión de esta defensa y en particular de la línea defensiva. Pero para mí el verdadero culpable del gran funcionamiento que está teniendo esta unidad no es otro que Calais Campbell. El defensive end, flamante fichaje llegado en la última agencia libre desde Arizona, es el actual líder de sacks de la liga (10). El plus que le ha dado a esta DL es tremendo.

Si muchos pensaban, entre ellos todas las franquicias que pasaron de él en la free agency, que a sus 31 años su mejor momento ya había pasado, estaban muy equivocados. Campbell está en el punto más alto de su carrera. Tanto su juego como sus números lo confirman. Sus diez sacks son ya su mejor marca como profesional y los ha conseguido faltando aún la friolera de nueve partidos. Pero es que también va camino de igualar o superar sus marcas tanto de tackles como de fumbles forzados. A día de hoy, aunque esto es muy personal y queda más de la mitad de la temporada, Campbell debería ser el Defensive Player of the Year.

Campbell lo hace parecer fácil

En la siguiente secuencia podemos ver uno de los diez sack de Campbell. En este caso, el jugador se sitúa en el interior de la línea, en 2i technique, como defensive tackle (tiene la capacidad de abordar el pocket prácticamente desde cualquier posición). Campbell realizará un stunt con el defensive end de su lado. Así, su speed move le permite doblar la esquina a gran velocidad superando a su par y llegando “fácilmente” al QB.

 

La explosión de Fowler

Hay otros jugadores dentro de la DL que también están destacando y sumando buenas stats, como pueden ser Yannick Ngakoue y Malik Jackson. Pero yo me quedo con otro defensive end al que le ha venido de perlas la llegada de Campbell. Alguien que después de un 2016 más que decepcionante por fin están comenzando a rendir a la altura que se esperaba de él. Más aún considerando que fue seleccionado en la tercera posición global del draft de hace dos años. Se trata de Dante Fowler, ex jugador de la Universidad de Florida y que estaba llamado a dominar la liga entre los pass rushers.

Como he dicho, en 2016 no dejó apenas nada que rescatar y en 2015 no disputó un solo snap debido a una lesión que le apartó de los emparrillados durante toda la campaña. Ahora, más de dos años después, estamos viendo al Fowler que todos conocíamos del College Football. Y estoy convencido que la llegada de Campbell ha tenido mucho que ver en esto. Fowler no solo está teniendo la oportunidad de aprender de una bestia como Campbell. Es que además la atracción que éste genera en las líneas ofensivas rivales facilita el trabajo a un Fowler que siempre está solo en un uno contra uno a la hora de entrar al pass rush.

La técnica y velocidad de Fowler

En el siguiente vídeo podemos ver a Fowler en plena acción en una de las situaciones en la que es más peligroso, saliendo desde 9-tech. El defensive end es un magnífico speed rusher, y este sack llega gracias a un speed move en el que además añade un rip move de manual. Baja el centro de gravedad y con el brazo interior se saca de encima la presión del rival.

 

Blitzeando

Los Jaguars están siendo capaces de atacar el pocket solo con los cuatro de delante. Pero ello no quiere decir que se olviden por completo del blitz. En downs situacionales, como puedan ser terceros y largos o simplemente cuando quieren sorprender al ataque rival, pueden enviar a la presión a algún jugador más que no sea de la línea defensiva.

Está destacando en este apartado otro nombre. Alguien del que se esperaba mucho cuando fue seleccionado en el draft de 2016 y del que cada vez vemos mejores cosas sobre el campo. Se trata de Myles Jack, linebacker por el que yo tenía especial predilección de su etapa universitaria. Cierto es que en UCLA no destacaba por tumbar asiduamente al QB. Pero ésa no era su función, y de hecho solo sumó un sack en sus poco más de dos años (el tercero lo pasó prácticamente lesionado) durante su trayectoria colegial. Sin embargo, esta temporada con los Jax está implementando en su juego la faceta de lanzarse en blitz. Y lo está haciendo a la perfección.

Las incursiones de Myles Jack

En el video de abajo podemos observar uno de los paquetes de blitz que usa Todd Wash. Un defensive back y un linebacker, Myles Jack, atacarán el pocket desde el gap C (exterior del tackle ofensivo). El blitz tiene éxito porque el defensive end que se sitúa en ese mismo lado ataca la zona interior. Así, desplaza al tackle y provoca confusión en el guard, que no encuentra un par al que bloquear. El running back se queda también en el pocket bloqueando, pero sale a tapar al defensive back de forma que se abre el espacio necesario para que Jack llegue sin oposición al QB.

La gran labor que está haciendo el front four, ayudados por los blitzes de Jack y del resto de compañeros, está facilitando mucho el trabajo a una de por sí muy buena secundaria. El equipo de Florida lidera la liga en otro apartado estadístico de extrema importancia: los takeaways. En total son dieciséis los balones arrebatados al contrario. En especial destacan las diez intercepciones que han conseguido, liderando también la NFL en esta faceta.

 

La llegada de Ramsey

Y es que esta pieza me he querido centrar en el enorme trabajo que está haciendo la defensiva a la hora de atacar y presionar al quarterback. Pero no quiero olvidarme de un jugador llamado a ser una estrella, si no lo es ya. Jalen Ramsey es cornerback especial. De ésos capaces de dominar y secar a cualquier receptor que se le plante enfrente. En su primer año como profesional ya mostró buenas maneras, sin duda. Pero en esta su segunda temporada se está posicionando entre la élite. Podemos comprobar cómo los quarterbacks lanzan cada vez menos a su lado debido al temor de ser interceptados. Ramsey se está convirtiendo en lo que llamamos un shutdown corner. Es decir, en un jugador capaz de negar por completo el lado del campo donde está defendiendo.

Ramsey en acción

En el siguiente vídeo tenemos una de las intercepciones que ha sumado Ramsey esta temporada. El cornerback defiende off-man (le da separación al receptor) en outside leverage (concediendo la zona interior). Cuando salta el snap vemos cómo en ningún momento deja de mirar al QB. Y lo hace sin perder la marca sobre su hombre. Esto le permite leer el pase y anticiparse al receptor. Los ball skills que posee y su habilidad para atacar el balón hacen el resto. Así, consigue una intercepción de enorme mérito.


No sé si los Jaguars terminarán entrando en la postemporada. Yo, de momento, sigo creyendo que los Texans son aún un equipo con mayor enjundia. Pero lo que sí sé es que están siendo capaces de dejar atrás ese el pasado. Ése tan negro que les perseguía desde hace casi una década. Y ello gracias a una defensa que permite soñar a equipo/aficionados con cotas que hace unos meses parecían imposibles. Una defensa diseñada para aplastar.

Por Stéfano Prieto (@Stefano_USA)