24 de abril, es el tercer día del draft del año 2010 y los Carolina Panthers están al reloj para seleccionar a su próxima promesa. Con dicho pick eligen a Greg Hardy, un edge rusher de la universidad de Ole Miss, defensor que destacaba por su poderío físico y gran velocidad pero con una irregularidad pasmosa, poca cabeza y amplio historial de lesiones a pesar de su corta edad. Greg Hardy era, como se suele decir en estos casos, o todo o nada, o tenía carrera de estrella o se desmoronaba estrepitosamente: no había término medio.
No tuvo grandes problemas en hacer roster y en su primer año jugó quince partidos, todos ellos de suplente en los que logró 30 placajes, 3 de ellos para sack, dos fumbles forzados y un safety. Sus números fueron mejorando año a año hasta llegar a la temporada 2013. Ese verano Greg Hardy marcó, ante los medios el objetivo de lograr 50 sacks. Estaba convencido de su meta pero obviamente, ni se acercó a la cifra. Aun así logró unas meritorias 15 capturas (su récord personal en la NFL) que le valieron para que los Carolina Panthers le colocarán el franchise tag, garantizándole un buen porvenir en la NFL. Parecía que la moneda había caído de cara.
Pero solo lo parecía… Meses después de conseguir el tag, Greg Hardy fue arrestado y condenado por violencia de género. Roger Godell no se quedó de brazos cruzados y colocó al jugador en la Exempt List, lo que le costó perderse toda la temporada y ser cortado por Carolina al final de la misma. A pesar de tantos problemas extradeportivos, la calidad del jugador seguía vigente por lo que los Dallas Cowboys decidieron darle una última oportunidad y ficharlo. No tardó en darles la razón a los que depositaron su confianza en él, consiguiendo unos más que meritorios números en sus nueve primeros partidos, pero desapareciendo como un azucarillo en los últimos compases de la temporada. Tras tan horrible final de año, Dallas decidió no renovar su contrato: la carrera NFL de Greg Hardy había llegado a su fin.
Con la decisión de los Cowboys de no renovar al defensa, Greg Hardy desapareció de la vida pública hasta que nos sorprendió, en octubre del 2016, al anunciar que se estaba entrenando para debutar como luchador de artes marciales mixtas (MMA). De hecho el ex-jugador no tenía ningún tipo de experiencia previa en luchas ni base en deportes de combate. Su objetivo, para nadie realista, era llegar a la mayor compañía de MMA del mundo: la UFC. Para formarse, Greg Hardy se rodeó de mejor equipo posible, entrenando en el prestigioso gimnasio American Top Team, cuna de campeones y aspirantes al título como Tyron Woodley, Jorge Masvidal o Joanna Jedrzejczyk. Su debut como peleador estaba programado para el 4 de noviembre de 2017 ante un desconocido Joe Hawkins.
Llegó el día de su debut. Hawkins era un luchador bajito y fondón, la víctima propicia para el debut de Hardy. A escasos segundos del inicio del combate, el antiguo Panther se paseaba de izquierda a derecha, con una mirada asesina, esperando la señal del árbitro que daría comienzo a las hostilidades. La contienda comenzó con un Greg Hardy cauteloso, echándose hacia atrás ante los ataques de su rival, buscando el momento idóneo para soltar los puños.
Demostraba inteligencia y que se había tomado en serio los entrenamientos. Sin embargo, el primer contratiempo llegó cuando Hardy tropezó escapando de los ataques de su rival y cayó al suelo. Joe Hawkins aprovechó para acribillar a su oponente con puñetazos, pero Hardy, con gran criterio, logró levantarse y agarrar rápidamente a su rival para protegerse; el primer bache se había solucionado. Tras volver la pelea al boxeo, Hardy soltó dos derechazos letales que noquearon a su rival, logrando así su primera victoria en MMA. El combate había durado 32 segundos.
Después de su espectacular debut, Greg Hardy tuvo un par de peleas más como amateur, todas ellas ganadas antes de llegar a los dos minutos de combate. No tardó en captar la atención de Dana White, presidente de la UFC, que le ofreció la posibilidad de participar en DWCS, el programa en el que varios luchadores de MMA compiten por la posibilidad de hacerse con un contrato de UFC. Greg Hardy había dado un paso más en su nueva carrera.
Su próxima pelea sería ya como profesional. Su primer rival fue Austen Lane, un especialista en boxeo que llegaba con un inmaculado récord de 4 victorias, todas ellas por KO, y ninguna derrota. El combate comenzó con un Greg Hardy muy agresivo, que ganó el centro de la jaula y buscó acorralar a su rival contra la reja. 25 segundos después el ex-Panther había noqueado a su oponente consiguiendo así su primera victoria como profesional y una nueva oportunidad de luchar en la UFC. Su carrera como luchador ya se podía empezar a tomar en serio.
Dos meses después de su impresionante debut, volvió al ring para enfrentarse a Tabaris Gordon, un luchador desconocido que le duró al defensa quince segundos. Este combate fue el que le dio por fin el billete a Greg Hardy para pertenecer a la plantilla de luchadores de la UFC. Como luchador de UFC ha tenido altos y bajos, actualmente posee un récord de 7 victorias y 4 derrotas y un combate sin resultado, que explicaré más tarde.
Quien no conozca la carrera de Greg Hardy como luchador puede pensar, tras leer esto, que por fin ha asentado la cabeza, que ahora se toma en serio su trabajo y que ya se ve su potencial, aunque sea en otro deporte distinto al que estaba destinado. Nada más lejos de la realidad. En sus nueve peleas, hemos visto mil caras diferentes de Greg Hardy, algunas, que nos recuerdan a su pasado como jugador de fútbol americano y sus locuras.
Su primera pelea como luchador oficial de la UFC fue contra Allen Crowder, un artista marcial veterano que por aquella época gozaba de un récord de 9 victorias y 3 derrotas. Tras la primera ronda en la que Hardy fue totalmente dominado, el caza mariscales salió al segundo asalto con síntomas de desesperación, descentrado y enrabietado, como consecuencia de esta falta de concentración. Finalmente, Hardy soltó un rodillazo ilegal que le costó la descalificación y la primera derrota en su historial.
No tardó en recuperarse de la derrota y en encadenar un par de combates ganados por KO, hasta llegar a su siguiente rival, Ben Sosoli, oponente al que dominó de cabo a rabo para conseguir la victoria por decisión unánime de los jueces. Victoria revocada unos días después a “sin resultado” por usar un inhalador en los descansos entre asaltos, algo que no está permitido.
La última desventura (hasta el momento) de Greg Hardy ocurrió el 30 de octubre de 2020. El día del pesaje previo al combate Greg Hardy superó las 260 libras permitidas, siendo el primer heavyweight de la historia en fallar el peso.
Las lesiones, pero sobre todo su cabeza, nos han impedido disfrutar de un ser humano con unas grandes capacidades físicas, un hombre que podría haber sido uno de los mejores pass rush de lo que va de siglo. En enero de 2022, Greg Hardy tendrá una nueva oportunidad de demostrar sus capacidades en el octágono. Será ante el veterano Aleksei Oleinik, veremos que cara nos muestra esta vez.