No es ficción, ojalá lo fuese pero no lo es. Cada vez que los Cowboys parecen tomar vuelo de una vez por todas, la realidad los golpea directo en la nuca. Dejándolos tendidos y con cara de póker. Tanto a los jugadores y coaches, como a los propios fanáticos. Esto no habla de otra cosa mas que de ineptitud.
A los Cowboys les pasó lo mismo frente a Seahawks, y en el partido de Sunday Night Football frente a Texans. Venían de una victoria en casa (frente a Giants en semana 2 y frente a Lions en semana 4), con altas expectativas de tener un récord positivo, con Zeke jugando a un gran nivel y con Dak cumpliendo sus tareas. Pero insisto, la realidad golpeó fuerte en semana 3 y en la 5.
En las previas de ambos partidos, se decía que el poderoso Pass Rush de Dallas iba a dominar a las pobres líneas ofensivas de Seattle y de Houston, pero esto no pudo estar más lejos de la verdad. Ambos equipos pudieron jugar cómodamente en ofensiva. Sus mariscales tuvieron tiempo suficiente para hacer un asado y tomar unos mates en casi todas las jugadas. Y cuando no lo tenían, simplemente se deshacían del balón en cuestión de, máximo, dos segundos. Aún así, la defensa no es ni de cerca el peor de los males de este equipo.
El enemigo de este equipo es su propia ofensiva. Se llegó a la temporada hablando de que con la renovación de casi todo el staff de coacheo, renovación del cuerpo de receptores y renovación del cuerpo de alas cerradas, todo iba a ser genial para Prescott. El objetivo era armar una ofensiva más acorde a sus habilidades… lo que no está resultando para nada.
Receptores
Durante el training camp se vio a Dak creando química con sus receptores. Recordemos que Dez Bryant fue cortado, precisamente, por su falta de química con Prescott (entre otras cosas). Los jugadores no querían que la historia se repitiese, por lo que se enfocaron en crear química. El punto de todo esto, es que la química no sirve si tus receptores no pueden luchar por atrapar un balón dividido, o si el pase les golpea justo en las manos, y esto deriva no en una, no en dos, sino en cuatro intercepciones. Si, las cuatro intercepciones de Prescott en la temporada, fueron producto de que los WRs no pueden atrapar un balón.
Tampoco es que el juego de Dak esté siendo bueno. Al ver el film de los partidos anteriores podemos notar que no confía en sus instintos, a veces no ve jugadores claramente abiertos y cuando se siente presionado su puntería es simplemente desastrosa. Igualmente el chico tiene flashes de grandeza, como el escape de dos capturas recordándonos a Romo en 2014. Esto me hace pensar que con un coacheo adecuado, proveniente de un coach de verdad (Kellen Moore, esto es para vos) puede mejorar bastante.
A todo esto, quizá Jerry Jones y compañía se dieron cuenta de que SÍ necesitan a Dez Bryant después de todo. Quizá dejen el orgullo de lado y lo llamen. Quizá de una vez por todas se interesen más por el equipo que por sus bolsillos y su ego.
Linehan y Garrett
A pesar de contar con varias temporadas 8-8, y hasta una 4-12, Jerry Jones siempre se mantuvo firme en conservar a Jason Garrett. ¿Es que no ve que simplemente no tiene lo necesario para ganar?. En 2015, cuando los Cowboys terminaron 4-12, parecía que nuestras plegarias al fin iban a ser respondidas. Pero no. Jerry Jones se apegó a Garrett. Quizá si en 2016 los Cowboys volvían a tener un récord negativo, ahí si Garrett iba a ser despedido. Pero esto no sucedió. Ni cerca. Tony Romo ayudando a Prescott y actuando como coordinador ofensivo le salvaron el pellejo a Garrett y Linehan, llevando al equipo a un récord de 13-3, lo que les aseguraría el puesto a ambos. ¡Y hasta ganó el premio al entrenador del año!
Finalmente en 2017, la verdad volvió a salir a la luz (aunque el GM no quiera verla). Linehan y Garrett simplemente se mostraron incapaces de establecer un esquema de juego acorde a las habilidades de Dak. Y no solo eso, sino que también se mostraron incapaces de poder hacer ajustes mínimos durante los partidos, como pueden ser enviar un TE al lado de tu tackle izquierdo que está siendo vapuleado sin piedad por un pass rusher desconocido. Desde el partido contra Atlanta en 2017, estos dos entrenadores fueron desenmascarados, pero nunca admitieron sus errores. Simplemente comenzaron a usar la frase «we need to execute better«. Por supuesto que la siguen utilizando, sin admitir que su planteo de juego es obsoleto y predecible. Que pudo haber funcionado en 2016 cuando nadie había jugado contra Dak y Zeke, pero que YA NO SIRVE.
Yo me pregunto… cortaron a Dez y la ofensiva funciona igual de mal, ¿entonces quién va a ser el próximo culpado por el desastre ofensivo?
Ahora podemos observar lo que habrá tenido que hacer Romo en 2014 para sacar a esta ofensiva adelante (sin una defensa como esta y sin Sean Lee fuera casi toda la temporada)
Breaking Point
Uno simplemente se olvida de lo malos que son en su trabajo estos dos hombres al ver una victoria con números tan buenos como los de la semana pasada. Aunque esta victoria fue en su totalidad gracias a Zeke. Uno pensaría «bueno, ahora sí están haciendo lo que deben y de una manera eficaz» pero no. Siempre se vuelve a lo mismo.
Ayer, al ver lo horrible que jugamos en el ataque, pensé que si ganábamos nadie se iba a acordar de criticar a las dos mentes ofensivas. «Por suerte» perdimos y estamos un partido más cerca de que estos dos pierdan su trabajo. Para ser honestos, ni siquiera «deberían estar más cerca» sino que deberían perder el puesto instantáneamente. Recordemos: 4ta&1, en la yarda 42 del equipo contrario, en tiempo extra. ¿En qué cabeza cabe despejar el balón sabiendo que en todo el partido no pudiste detener a la ofensiva contraria? Y además de todo eso, con un gol de campo perdías el partido. Simplemente no me entra en la cabeza como estos tipos están dirigiendo un equipo en la NFL.
Para Jerry Jones, los partidos contra Texans son muy importantes, él mismo lo dijo. Y perder de esta manera debe haberle tocado el orgullo, así que esperemos que más pronto que tarde, se produzca un punto de quiebre y haya un nuevo staff ofensivo en el equipo.