La nueva cara “hollywoodense” de la ofensiva de Seattle

Dentro de la lluvia de rumores que merodean en el entorno de Russell Wilson ha habido dos importantes movimientos en el staff ofensivo de los Seattle Seahawks que no deben pasar desapercibidos. Hablamos de las llegadas de Shane Waldron como offensive coordinator (reemplaza al multiples veces cuestionado Brian Schottenheimer)  y la de Andy Dickerson como nuevo run game coordinator ambos provenientes de los Rams.

En esta nota analizaremos los aportes que estos pueden realizar a la ofensiva comandada a dia de hoy por Russell Wilson.

 

 

Si no puedes con ellos, úneteles

Ya son cuatro los años que Sean McVay y sus ofensivas llevan haciendo miserable la vida de los Seahawks. En cada uno de los cuatro años de su mandato han sido una de las 10 mejores ofensivas de la liga. A esto se le suman dos campeonatos divisionales y uno de la NFC. Derrotaron a Seattle en 6 de 9 enfrentamientos propinándoles al menos 28 puntos en cada partido. 

Para sumar al curriculum, en 2017 y 2018 fueron una ofensiva top-10 tanto por tierra como por aire. En 2019 y 2020 fueron top-10 por aire y por tierra respectivamente. Seattle decidió entonces intentar incorporar parte de su kryptonita a su arsenal, contratando a 2 coaches de esa prolífica ofensiva. Shane Waldron, quien era el passing game coordinator y Andy Dickerson, quien ejercía la tarea de assistant offensive line coach.

Desafortunadamente para Seattle, ya un gran número de coaches ha desmentido el mito de que los nuevos coaches divulgan la totalidad del playbook de su antiguo equipo. Sin embargo, no deja de ser cierto que Waldron lleva 4 temporadas trabajando con los Rams y 5 junto a McVay, mientras que Dickerson por su parte era uno de los miembros de mayor antigüedad en todo ese staff ya que llevaba 9 años trabajando para los Rams. Por lo que está claro que estos pueden aportarle a Seattle un gran conocimiento del rival divisional que más los ha dominado en los últimos años. 

 

 

Shane Waldron

Cada año en que Pete Carroll despidió a su OC (2010-2017-2020), los Seahawks estuvieron por encima del promedio de jugadas de pase en 1er y 2do down en la NFL, suceso que solo ocurrió en 4 de sus 11 temporadas como HC. Seguramente entonces, muchos seguidores de la franquicia que discrepan con su filosofía conservadora temían que el nuevo OC fuera un obsesionado del juego terrestre, lo que ciertamente parecía lo más probable tras escuchar a Carroll afirmar en conferencia que quiere correr la pelota más y mejor en 2021 y ver algunos de sus entrevistados para el puesto. Analicemos entonces qué significa esta contratación.

Los Rams fueron la ofensiva terrestre número 10 de la liga en la pasada temporada. Sin embargo, también son el décimo equipo que pasa con mayor frecuencia en primer y segundo down en situaciones neutrales del marcador. Es decir, que si bien están más orientados al juego aéreo, son sumamente efectivos por tierra. En los 4 años de Waldron en Rams, rankearon número 25 en uso de dropback y fueron el equipo que más play actions utilizó durante la pasada campaña.
Por último, los Rams utilizan muchísimas jugadas de Bootleg. Esto puede ser sumamente beneficioso para un Russell Wilson que es un mago fuera del pocket y siempre es increíblemente preciso cuando está en movimiento.

Los logros de Waldron como Passing Game Coordinator son incuestionables. A los ya mencionados podemos sumarle la tarea, para nada sencilla, de llevar al muy cuestionado Jared Goff a nada menos que 2 Pro Bowls.

Algo posiblemente cuestionable sobre Waldron es que en sus 15 años de experiencia en coaching, nunca tuvo la responsabilidad de ser el playcaller.

Por lo tanto, si bien definitivamente no será el primer OC en la historia en asumir un cargo sin esta experiencia, deberá aprender la parte más importante del trabajo sobre la marcha.
Tal como a Schottenheimer y los Seahawks se les puede cuestionar no adaptarse con el tiempo, lo mismo se puede decir de los Rams. En los últimos 3 años su producción ofensiva ha ido disminuyendo, promediando 33 puntos por juego en 2018, 24,6 en 2019 y 23,3 en 2020. Esto se puede extrapolar también a la temporada 2020, donde promediaron más de 24 puntos por partido en la primera mitad de la temporada y tan solo 21,5 en la segunda.

 

Andy Dickerson / latimes.com

 

 

 

Andy Dickerson

Todo seguidor de la NFL sabe que el juego de carrera nace y muere con la línea ofensiva. Es por eso que el ex asistente de la línea ofensiva de los Rams será el nuevo coordinador del juego terrestre de Seattle. Desde 2017, los Rams han sido uno de los 10 equipos que menos sacks permitieron en la NFL en todas y cada una de las temporadas. Incluso en 2019 fueron la mejor de todas en la categoría, permitiendo solo 22. Ya he mencionado en esta nota que fueron una ofensiva terrestre top-10 en 3 de los últimos 4 años, pero eso no es todo. En 2020 lograron esto sin un solo corredor que superara las 625 yardas en la temporada, lo cual podría considerarse una hazaña.

A falta de conocer lo que nos depara en cuanto al puesto de corredor (Chris Carson ya es agente libre) podríamos decir que el juego de carrera será al menos distinto al desgastante juego de inside zone tras inside zone al que nos tenía acostumbrados Schottenheimer.

Sumado a esto, Dickerson y sus casi diez años de experiencia trabajando la línea ofensiva también pueden ser de ayuda en el juego aéreo. Según el ESPN Pass Block Win Rate, los Rams tuvieron la séptima mejor línea de la liga en el pasado año con un 63%.

 

 

¿Importaciones de los Rams?

Si hay algo que ha distinguido a los Rams durante el ciclo McVay es su utilización del Personal 11 (1 RB, 1 TE, 3 WR). En 2017 y 2018, lideraron a la liga en el uso de este personal con 80% y 89% de los snaps respectivamente. En 2019 este porcentaje se redujo al 73%, rankeando terceros, ya rompiendo notoriamente con la tendencia en 2020, rankeando 12 con un 65%. Optaron mayormente por el personal 12 y podemos asumir que este cambio se debió al pobre rendimiento de Goff, apostando por el juego terrestre. La ofensiva de los Rams se basa en el engaño, al presentar tantas variantes dentro de la misma imagen, las defensas no saben qué esperar. Dependiendo de si los Seahawks quieren inclinarse mayoritariamente por un juego terrestre o de pase, es probable que veamos alguno de estos dos personales repetidos en varias ocasiones. 

 

 

¿Qué esperar? 

Identidad y Skill positions

Los Seahawks no borraron su identidad ofensiva con la llegada de Schottenheimer. Es muy esperable que en una offseason que seguramente se vea recortada por el Covid nuevamente no se arriesguen a hacer cambios drásticos y en su lugar simplemente mantengan la misma esencia con ciertas marcas registradas de la ofensiva de McVay.
Lo cierto es que no sabemos cuánto de la ofensiva de los Rams va a llevar Waldron a Seattle o si va a inventar una nueva, pero creo que vale la pena analizar lo que hacen los Rams e intentar adivinar cómo esto se podría ver reflejado en Seattle.

En primer lugar, cabe destacar la gran importancia que tiene en la ofensiva de los Rams la amenaza de la “wide run”. Utilizan muchísimo Play Action, Jet-Sweeps y constantemente intentan dejar a sus receptores abiertos y con espacio para transformar pases cortos en grandes ganancias.
Las ofensivas de los dos equipos son radicalmente diferentes. Mientras que la de Seattle es muy vertical, la de los Rams es sumamente horizontal. Además, en Los Angeles utilizan muchísima pre-snap motion, algo que los Seahawks prácticamente no han implementado en los últimos años. 

Asumiendo que Waldron decida realizar un cambio mayor a la ofensiva orientándola hacia lo visto durante los últimos años en Los Angeles, podríamos ver a Lockett en un rol mucho más protagónico, y tal vez mayor influencia de los TEs. El problema con esto es que Seattle simplemente no tiene un TE que pueda ser un receptor confiable. La única opción lógica podría ser Dissly pero sus lesiones lo han limitado mucho desde su llegada al equipo.

Los WRs de los Rams son route-runners muy precisos y nunca tuvieron un jugador del estilo de DK, por lo que habrá que ver cómo incorpora Waldron a este último a su ofensiva. No debería descartarse el que Seattle salga a la búsqueda de un WR del estilo de Van Jefferson o de Reynolds en el próximo draft, para así cerrar finalmente la posición de tercer WR que tantos dolores de cabeza nos trajo la pasada campaña.

 

Las trincheras

Por último, el mayor interrogante surge al mirar las líneas ofensivas de ambos equipos. Los Rams usan un esquema de wide zone que requiere linieros mucho más pequeños y ágiles que los de Seattle. Para ilustrar esto podemos ver a los 6 linieros drafteados en los años en los que Waldron estuvo en Los Angeles. Con un peso promedio de 312 libras, el más liviano pesa 298 y el más pesado 321. El destacado novato de Seattle, Damien Lewis, por su parte, pesa 327 libras. Si bien es cierto que su combine fue muy positivo, en los partidos mostró múltiples problemas de ejecución en este tipo de jugadas que le requerían un mayor desplazamiento.

Siguiendo por la línea, vemos que tanto Brandon Shell como Duane Brown cuentan con las capacidades atléticas para este esquema, pero el peso de Shell y la edad de Brown generan dudas. Por otro lado, el retiro de Iupati deja un gran hueco que deberá ser cubierto de forma obligatoria durante la offseason (Joe Thuney podía haber sido el recambio perfecto aunque conocemos el destino definitivo que ha elegido).

También existe la posibilidad de firmar como free agent a Austin Blythe, el ex center de los Rams, ya que Pocic parece estar más fuera que dentro para la próxima temporada.

Los interrogantes son muchos y la offseason es muy larga, no tendremos ninguna garantía de absolutamente nada hasta septiembre. Sin embargo, estas contrataciones dan motivos para ilusionarse de cara a la temporada 2021.

 

Luciano Chatelain

@SeahawksArgent1