Y llegó el final de temporada para estos Cardinals. Una temporada que todos podemos dividir en dos partes. La primera parte vimos al mejor equipo de la NFL durante las primeras 8 semanas, hasta el bye.
Al volver hemos encontrado un equipo que, a pesar de ganar sin apuros a Chicago Bears, ha visto enormemente reducido su rendimiento. Para entenderlo vamos a analizar los diferentes motivos.
Kingsbury cae en las segundas mitades de temporada
Es sorprendente ver como en todos los equipos de Kliff Kingsbury, desde su etapa colegial, muestran una gran imagen y nivel en la primera mitad de la temporada. En las segundas partes de la temporada los equipos se caen. Esto puede deberse a desgaste de jugadores, lesiones o poca capacidad de ajuste cuando te pillan el truco.
No creo que el motivo este año no haya tenido capacidad de ajuste, pues es algo que ha mejorado en esta su tercera temporada NFL. Creo que se debe a la falta de consistencia por la poca concentración del equipo y lo mal que ha entrado en los partidos. Hemos visto muchos errores individuales incomprensibles, así como penalizaciones, que no deben producirse y antes no pasaba.
Mala defensa del juego de carrera
Vance Joseph se ha convertido en unos de los grandes DC en esta liga por méritos propios, mejorando progresivamente al equipo. Sin embargo este año y, especialmente en la segunda mitad de la temporada, le han generado una grandísima cantidad de yardas.
Bien, aunque es difícil señalar a un jugador, no hay duda del gran peso que había tenido JJ Watt en esta parte del juego hasta su lesión. Pero el gran problema ha sido que los LB no han conseguido hacer un buen trabajo en esta faceta y creo que no toda la culpa es de Hicks y Simmons. Esquemáticamente el equipo no ha conseguido generar situaciones de ventaja que haga que los LB puedan placar o llegar de forma eficiente a parar la carrera.
Los equipos saben que el principal run stopper es Jordan Hicks y los ataques van a bloquearle evitando que haga que haga su trabajo. No han encontrado apenas soluciones a esto desde la banda.
Un ataque que ha bajado su producción
Los Cardinals han tenido un gran plan al principio de temporada con un gran número de armas que hacía que las defensas no pudiesen parar todo. Sin embargo las lesiones y ciertos fallos en la planificación han hecho que el equipo no encuentre soluciones en muchas ocasiones. La baja de Hopkins ha sido muy dura, en las dos lesiones, puesto que nadie ha sabido ocupar con garantías ese puesto de WR1 no lo ha ocupado nadie.
Todos habían sumado y aportado cuando los principales focos estaban en DHop. En este caso AJ Green es el que debería haber dado un paso al frente pero se ha mostrado muy inconsistente.
En lo referido a la carrera no hemos conseguido mantener sanos al mismo tiempo a Conner y Edmonds en las últimas semanas. Ninguno de los dos pueden llevar solos el juego de carrera de un equipo. Edmonds tiene un promedio de 5 yardas por carrera y juega mejor en carreras zonales, mientras Conner ha sido clave en jugadas de yardas cortas para conseguir primeros downs y red zone.
Por último un Kyler Murray que tras su lesión tuvo alguna mala actuación y que en muchas ocasiones se sigue empeñando en buscar la zona media o profunda cuando tiene mejores opciones en corto con el RB o Zach Ertz.
Razones para creer en los playoffs
Después de todo los Cardinals son un equipo con muchas armas y que va recuperar una gran cantidad de jugadores lesionados que son clave como Cb Marco Wilson, RB Chase Edmonds, WR Rondale Moore, DL Jordan Phillips y, el más importante de todos, JJ Watt.
El equipo fuera de casa (8-1) es mucho mejor que en casa (3-5) y ya ha ganado de manera contundente a los Rams en Los Ángeles, lo que acabó con la racha negativa de Cardinals contra McVay. Además Rams tampoco llega en su mejor momento de forma.
Tras 6 años es momento de disfrutar del premio de los playoffs y el equipo debe salir a por todas, porque sigue teniendo potencial para ganar a cualquier equipo en esta liga.
GO CARDS!
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