Los 50 Mejores Jugadores de la Historia de los Saints

¿Qué aficionado de la NFL no conoce a Drew Brees? ¿O a Michael Thomas o Alvin Kamara? Estos tres jugadores son solo un ejemplo del talento que, desde su fundación el 1 de noviembre de 1966, ha brillado entre las filas del equipo de la fleur-de-lis. Para hacer un repaso a algunos de los grandes jugadores que han vestido de oro y negro he preparado un listado, organizado por posiciones. Dentro de cada una de ellas conoceremos a sus tres representantes más destacados (con ligeras excepciones, pues en alguna posición serán cuatro, y en alguna serán dos), y los he ordenado cronológicamente por la fecha de su incorporación a la franquicia de Louisiana. Desempolvemos el DeLorean para iniciar este viaje en el tiempo. Let’s geaux!


Archie Manning (Quarterback, 1971-1982)

 

© Malcolm Emmons (US Presswire)

 

En su día, Archie Manning, o “Mr. Saint”, fue el rostro de la franquicia. Fue la segunda elección, en primera ronda, del draft de 1971, y jugó diez temporadas en los Saints, con un total de 134 partidos (129 como titular). Para los estándares actuales de la NFL, sus números distan mucho de ser buenos. Recibió 340 sacks, completó 1.849 de 3.335 pases (55,4%), lanzó 115 pases de touchdown frente a 156 intercepciones, pasó para un total de 21.734 yardas, y su registro final fue de 35 victorias, 91 derrotas y 3 empates.

El problema era la falta de talento a su alrededor. Los Saints eran por aquel entonces un pésimo equipo, y en muchas ocasiones la responsabilidad del ataque recaía exclusivamente en Manning. Más allá del wide receiver Danny Abramowicz, no disponía de armas en las que confiar a la hora de pasar, y las líneas ofensivas que le protegían eran un auténtico coladero (recordemos otra vez, ¡340 sacks!).

Pese a todo, Manning cimentó su status de leyenda de la franquicia, al cargar sobre sus espaldas al equipo en sus peores momentos. Fue seleccionado para la Pro Bowl en 1978 y 1979, y nombrado jugador ofensivo de la NFC en 1978. Era un icono en New Orleans. Cuando los Saints inauguraron su Hall of Fame en 1988, Manning y Abramowicz fueron los primeros en ingresar en él, y en 2013 también inauguró el Ring of Honor. Nadie ha vuelto a llevar el número 8 desde 1982, y no se espera que eso cambie en el futuro.

 

 

Bobby Hebert (Quarterback, 1985-1989 y 1991-1992)

 

© Allen Steele (Getty Images)

 

Hay una tabla que no lidera Drew Brees, al menos en los Saints, y es sorprendente. Bobby Hebert, “The Cajun Cannon”, ganó 49 de los 75 partidos en los que jugó como titular (.653), y junto a Brees (133-83, .615) son los dos únicos quarterbacks que han sido titulares en 20 partidos o más, y han conseguido un registro ganador. Hebert lanzó para 14.630 yardas y 85 touchdowns (el cuarto mejor de la franquicia), completando 1.202 pases de 2.055 intentos.

Arrancó su estancia en los Saints compartiendo la titularidad con Dave Wilson en sus dos primeras temporadas. En 1987 se afianzó como el primer quarterback del equipo, y consiguió el logro histórico de clasificar por primera vez a los Saints en playoffs. Sports Illustrated le dedicó una portada en esa temporada inolvidable para la franquicia. Una disputa ocasionada por su contrato le privó de jugar durante toda la temporada de 1990, volviendo a jugar en la siguiente.

Hebert también fue un jugador propenso al error. A sus 85 pases de touchdown hay que enfrentar la nada desdeñable cifra de 75 intercepciones. En 1993 fichó por los Falcons, y aunque firmó un registro de 3 victorias y 1 derrota frente a su antiguo equipo, la franquicia de New Orleans no se lo tuvo en cuenta. En 1999 ingresó merecidamente en el Hall of Fame de los Saints junto a su receptor favorito, Eric Martin.

 

 

Aaron Brooks (Quarterback, 2000-2005)

 

© Al Messerschmidt (Getty Images)

 

Habrá quien se sorprenda por ver en esta lista a Aaron Brooks. Es el quarterback que en su última temporada en los Saints firmó un registro de 3 victorias y 10 derrotas como titular, y lanzó 13 pases de touchdown por 17 intercepciones. Es el quarterback que llegó a pasar el balón hacia atrás en un partido ante los Chargers en un 3&10, perdiendo 24 yardas en la jugada. Pero también es el quarterback que lideró la primera victoria de los Saints en playoffs, en la temporada del año 2000.

Brooks derrotó a los claramente favoritos St. Louis Rams, lanzando cuatro pases de touchdown para un marcador final de 31-28. Es el quarterback al que Drew Brees ha arrebatado casi todo los récords que ha conseguido en la franquicia, como el de 120 pases de touchdown, el de mayor número de remontadas en el último cuarto con 12, y el de mayor número de drives para ganar un partido, con 18.

Su mejor temporada en los Saints llegó en 2003, donde lanzó 24 pases de touchdown frente a 8 intercepciones, y dirigió al equipo a un registro de 8-8. Aunque nunca alcanzó los playoffs cuando jugó toda la temporada como titular, el equipo nunca fue terrible bajo su dirección. Sí, Brooks tenía defectos. Sin embargo, hay quien también le considera como una parte minusvalorada de la historia de los Saints, y en 2014 fue seleccionado por el Hall of Fame de los Saints junto con el kicker John Carney.

Drew Brees (Quarterback, 2006-presente)

 

© Ronald Martinez (Getty Images)

 

No sería una exageración decir que Brees salvó el football profesional en New Orleans. Desde su llegada, ha liderado el equipo hacia su primera victoria en la Super Bowl, ha logrado numerosas selecciones de Pro Bowl y nombrado una vez All Pro, ha roto innumerables récords de la franquicia y de la Liga, y ha sido una fuerza impulsora en la comunidad. Tras el desastre del huracán Katrina, se dedicó en cuerpo y alma a la ciudad.

Después de una lesión en el hombro que amenazó con poner fin a su carrera, dejó a los por aquel entonces San Diego Chargers, para firmar como agente libre en 2006. Brees necesitaba a New Orleans, y la ciudad de New Orleans necesitaba a Brees. Ha sido una unión perfecta desde el primer día, construyendo una de las más grandes historias de la NFL en las dos últimas décadas. Y aunque el camino no ha estado libre de baches, observando el conjunto de su carrera en los Saints, se hace muy evidente que ha sido el mejor jugador que haya vestido alguna vez de oro y negro.

Brees se irá con prácticamente todos los récords de pase del equipo en los libros, como prueba de todos sus esfuerzos. Y lo más impresionante de todo es que aún no ha terminado, a sus 41 años va a seguir siendo uno de los quarterbacks titulares más destacados de la NFL. Cuando definitivamente cuelgue las botas, no le costará mucho ser designado candidato del Hall of Fame de la NFL, e ingresar en el Anillo de Honor y el Hall of Fame de los Saints.

 

 

Dalton Hilliard (Running Back, 1986-1993)

 

© Rick Stewart (Getty Images)

 

Uno de los más ignorados e infravalorados running backs que jugaron en los Saints, Dalton Hilliard tuvo que soportar constantemente el argumento de que no estaba hecho para jugar en la NFL. Para cuando terminó su carrera, nadie dudaba que era una estrella. En los 108 partidos que jugó, récord absoluto entre los running backs de los Saints, también se las arregló para ser el cuarto jugador con más yardas de carrera, y el tercero en touchdowns de carrera.

Hilliard solo fue el primer running back del equipo en una temporada, pero fue sensacional. Convirtió sus 16 titularidades de 1989 en 344 carreras para 1.262 yardas y 13 touchdowns, además de 52 pases recibidos para 514 yardas y 5 touchdowns. Gracias a esa actuación se ganó también un viaje a la Pro Bowl, y fue seleccionado en el segundo equipo del All Pro. No es de extrañar, fue el running back con más touchdowns totales esa temporada, y el segundo en yardas totales.

Hilliard tal vez no tenga un nombre tan grande como el de otros running backs de la franquicia de New Orleans, pero echando un vistazo a los ocho años que jugó con los Saints queda claro que fue una incorporación bienvenida, y un espectacular activo para el equipo. En 1998 ingresó en el Hall of Fame de los Saints junto al legendario linebacker Sam Mills.

 

 

Deuce McAllister (Running Back, 2001-2008)

 

© Chris Graythen (Getty Images)

 

Si se tuviera que señalar al running back que ha causado el mayor impacto en la franquicia, ese sería Deuce McAllister. Habiendo disputado sus ocho temporadas en la Liga con los Saints, este jugador seleccionado en la primera ronda del draft de 2001 acabó convirtiéndose en pieza clave del juego de ataque.

En el periodo de 2002 a 2006 consiguió superar las 1.000 yardas de carrera en cuatro temporadas, además de ser un arma temible como receptor. En aquellos años fue seleccionado dos años consecutivos para la Pro Bowl. Ayudó a los Saints a llegar al Campeonato de la NFC, donde fueron derrotados por los Chicago Bears. Muy castigado por las lesiones, que le forzaron a retirarse tras finalizar la temporada de 2008, tuvo sin embargo mucho peso en los playoffs de 2009. Fue capitán honorario del equipo en el primer partido, disputado ante Arizona Cardinals. Pese a no haber jugado, recibió un anillo de campeón de la Super Bowl.

McAllister no era una súper estrella en el sentido estricto de la palabra, pero sí fue lo que los Saints necesitaban en ese momento. Era un corredor productivo y fiable, que poco a poco se fue abriendo paso hacia los récords de la franquicia en yardas y touchdowns de carrera, que ostentó hasta su retirada. Todavía permanece su imagen asaltando una multitud de defensas de los Philadelphia Eagles sobre la línea de gol, sin casco, y venciéndoles. Su talento único fue premiado con el ingreso en el Hall of Fame de los Saints en 2012 junto al propietario Tom Benson.

 

 

Pierre Thomas (Running Back, 2007-2014)

 

© Derick E. Hingle (USA Today)

 

Reggie Bush tenía un talento especial actuando como receptor. Deuce McAllister fue un corredor fascinante. Mark Ingram y Alvin Kamara han combinado estos talentos, en ocasiones. Pero ningún running back de la época reciente ha destacado en ambos roles con tanta facilidad como Pierre Thomas. Fue un jugador tan fiable como el que más, sus 40 touchdowns combinados entre pase y carrera frente a sus 7 fumbles es una proporción que supera los lanzamientos de la mayoría de los mejores quarterbacks cada año.

Pierre Thomas fue el standard de lo que los agentes libres no drafteados significan para los New Orleans Saints. Tras no ser seleccionado por ningún equipo en el draft de 2007, se le trajo a bordo gracias al entrenador de equipos especiales Greg McMahon, quien coincidió con Thomas en la Universidad de Illinois. Habiendo seleccionado a un running back en cuarta ronda, el futuro de Thomas en los Saints no parecía muy halagüeño, pero se ganó su sitio en el roster ocupando la plaza del corredor drafteado, que fue cortado. El resto es historia.

Thomas brilló primero como retornador de kicks, para destacar después como corredor y receptor. Fue un elemento clave en la carrera por la Super Bowl en 2009, con un puñado de jugadas memorables en la temporada regular y en los playoffs. La “PT Screen” fue esencial en el juego de ataque de Sean Payton, y el juego de screen no ha producido mucho éxito desde que se fue. Thomas ingresó en el Hall of Fame de los Saints en 2018, junto al wide receiver Lance Moore.

 

 

Wayne Wilson (Fullback, 1979-1986)

 

© George Rose (Getty Images)

 

Wayne Wilson es otro de los jugadores más infravalorados en la historia de los New Orleans Saints. Era un fullback de lo más completo, que afrontaba con el mismo éxito las tareas de bloquear, de correr y de recibir, haciendo cualquier cosa que el equipo precisara de él a lo largo de sus ocho temporadas en él. Durante ese periodo participó en 102 partidos, 34 de ellos como titular.

Fue un elemento diferencial en el juego de los equipos especiales, retornando kickoffs tanto con asiduidad (68 veces en ese centenar de partidos), como con éxito (obteniendo 1.565 yardas, nada menos que 23 por retorno). También aportó grandes números en el juego ofensivo. Como corredor consiguió 2.462 yardas y 16 touchdowns, en las 658 carreras que intentó.

Tampoco tuvo malos números recibiendo pases. Acumuló 179 recepciones, para 1.517 yardas y 14 touchdowns. Wilson lideró el equipo en carrera en 1985, con 645 yardas, y ese ni siquiera fue su mejor año en ese aspecto del ataque. Fue absolutamente eficaz en 1983, cuando los Saints se quedaron a una sola jugada de conseguir por primera vez una temporada ganadora en su historia, y de clasificarse para los playoffs. Consiguió hacer 199 carreras con un total de 787 yardas y 9 touchdowns, además de capturar 20 pases para 178 yardas y 2 anotaciones más.

 

 

Hokie Gajan (Fullback, 1982-1985)

 

© George Rose (Getty Images)

 

Hokie Gajan fue el tipo que se suponía que no lo conseguiría, y al que todo el mundo apoyaba por eso. Nacido en Baker, Louisiana, fue parte de la organización de los Saints a lo largo de cuatro décadas, primero como jugador, después como ojeador, y por último como locutor. Jugador destacado en LSU, Gajan fue seleccionado por New Orleans en la décima ronda del draft de 1981 (en el puesto 249), pero estuvo toda una temporada en la lista de lesionados.

Cuando regresó, pese a haber sido contratado como running back, se trabajó con él para que jugara como fullback, posición a la que se adaptó extraordinariamente bien. En sus cuatro temporadas con el equipo, entre 1982 y 1985, Gajan consiguió 1.358 yardas en 252 intentos, promediando 5,4 yardas por carrera, una de las mejores cifras en la historia de la franquicia. A sus 11 touchdowns de carrera sumó 2 más de pase, fruto de sus 63 recepciones para 515 yardas.

1984 fue un año espectacular para Gajan. Acumuló 615 yardas de carrera, liderando la NFL con una media de 6 yardas por intento. Convertido en una estrella para los aficionados de los Saints, sufrió una importante lesión de rodilla en el séptimo partido de la temporada de 1985, de la que nunca se pudo recuperar. Finalmente se retiró en 1987, y se convirtió en ojeador de la organización, pasando más adelante a ser un reconocido analista en la emisora de radio de los Saints.

 

 

Danny Abramowicz (Wide Receiver, 1967-1973)

 

© Focus On Sport (Getty Images)

 

Todos en pie. Danny Abramowicz fue la primera estrella de los New Orleans Saints. Quién lo hubiese dicho al verle seleccionado en la decimoséptima ronda del draft de 1967, en el puesto 420. Los informes decían de él que no era rápido, y sus opciones de convertirse en un gran receptor eran demasiado cercanas a cero, hasta el punto de que la franquicia le quiso cortarle. Él se negó a marcharse y pidió una segunda oportunidad, y cuando se la dieron la aprovechó, y de qué manera.

Abramowicz estuvo siete años en los Saints, en los que disputó 85 partidos, 81 de ellos como titular. En ellos recibió 309 pases para 4.875 yardas y 37 touchdowns, a lo que añadió 6 carreras para 95 yardas. Fue el líder del equipo en recepciones y yardas en sus primeras cinco temporadas, y tampoco le fue nada mal en las estadísticas de la Liga. En su año rookie capturó 50 pases para 721 yardas y 6 touchdowns, y en la temporada siguiente mejoró hasta las 54 recepciones para 890 yardas y 7 touchdowns, siendo el tercer jugador de la competición en pases recibidos.

En 1969 Abramowicz brilló con luz propia, liderando la NFL con 73 capturas para 1.015 yardas y 7 touchdowns, y en 1970 con 55 recepciones volvió a ser tercero de la Liga. En 1971, habiéndose marchado casi todos los veteranos del primer año, su producción bajó, pese a encontrar un nuevo socio en Archie Manning. En 1973, cansado de perder, solicitó un trade y recaló en San Francisco tras jugar los dos primeros partidos del campeonato con los Saints. Con el tiempo regresaría a la franquicia para trabajar en su emisora de radio, y también fue el Coordinador Ofensivo del equipo a las órdenes de Mike Ditka entre 1997 y 1999. Abramowicz tuvo el honor de estrenar el Hall of Fame de los Saints en 1988 junto a Archie Manning.

 

 

Eric Martin (Wide Receiver, 1985-1993)

 

© George Rose (Getty Images)

 

Antes de Joe Horn y Marquise Colston, estaba Eric Martin, que fue el jugador que hizo funcionar el ataque de los Saints a finales de los ochenta y principios de los noventa. Sin ser el receptor más rápido, más fuerte o más alto, triunfó a pesar de todo eso, dando a los aficionados de New Orleans mucho que celebrar. Jugador destacado de LSU, fue seleccionado en la séptima ronda del draft de 1985 en el puesto 179, y jugó nueve temporadas en los Saints.

En ellas disputó 143 partidos, 118 como titular, y consiguió 532 recepciones para 7.854 yardas y 48 touchdowns. Superó las 1.000 yardas de recepción en tres temporadas, y fue elegido para la Pro Bowl en 1988. Martin fue un wide receiver extremadamente versátil, capaz de hacer las recepciones más difíciles con mucha cobertura, y de estirar el campo. Como objetivo favorito del quarterback Bobby Hebert, consiguió varios récords de recepción de la franquicia, antes de ser superado por Colston.

Martin fue un modelo de regularidad en un equipo al que le costaba sumar victorias a su casillero. Lideró el equipo en recepciones durante siete temporadas seguidas, forjándose una reputación como uno de los mejores receptores de su época. Fue seleccionado para la Pro Bowl en 1988, y en la siguiente temporada ayudó a los Saints a conseguir su primera clasificación para los playoffs. Si se le compara con los atletas de élite y los exitosos receptores de hoy en día, Martin no parecía nada especial. Pero su buen par de manos y su presencia en el juego de pase le hicieron ganarse un lugar en la historia de la franquicia, lo que se refrendó son su introducción en el Hall of Fame de los Saints en 1999, junto a su quarterback Bobby Hebert.

 

 

Joe Horn (Wide Receiver, 2000-2006)

 

© Chris Graythen (Getty Images)

 

Joe Horn puede ser muy conocido por la famosa celebración de un touchdown con un teléfono móvil, pero fue un receptor realmente bueno en los 102 partidos que disputó con los Saints. Sus 523 recepciones para 7.622 yardas y 50 touchdowns se sitúan en el tercer lugar de la historia de la franquicia, y solo cabe especular hasta dónde hubiera llegado de haber igualado los partidos que jugó el primer clasificado. Horn no acabó encajando en la cultura de fomentar el espíritu de equipo que instituyó Payton a su llegada en 2006.

Llegó al equipo como agente libre, tras cuatro años muy difíciles como suplente en los Kansas City Chiefs. Y desde su primera temporada, jugando como titular, no decepcionó a nadie. Fue seleccionado para la Pro Bowl en 2000, 2001, 2002 y 2004, año en el que estableció el récord de la franquicia en yardas de recepción con un total de 1.399 (también fue la segunda mejor marca de la temporada en la NFL), y el récord de touchdowns de recepción con 11 (más tarde empatado por Colston). Su media global de yardas por partido (74,7) es la segunda mejor de los Saints, solo por detrás de un tal Michael Thomas.

Siendo un jugador que tras salir de la Universidad no despertó interés en la NFL, y que decidió probar fortuna en la CFL antes de conseguir su oportunidad en la Liga, Horn dio su mayor rendimiento cuando los Saints le ficharon. Poseedor del segundo mayor número de partidos con más de 100 yardas de recepción con 27, siempre será recordado por sus contribuciones a la ciudad de New Orleans tras el desastre del huracán Katrina. Fue un portavoz destacado de los esfuerzos por la restauración tras los daños ocasionados por la tormenta, llegando a desafiar al entonces Comisionado Paul Tagliabue por la falta de apoyo de la NFL al respecto. En 2010, menos de un lustro después de dejar el equipo, ingresó en el Hall of Fame de los Saints.

 

 

Marques Colston (Wide Receiver, 2006-2015)

 

© Joe Robbins (Getty Images)

 

Draft de 2006. Final de la séptima ronda. Solo quedaban cuatro selecciones para cerrar el espectáculo hasta el siguiente año. Y los Saints escogieron a un receptor proveniente de Hofstra, universidad que pocos años después cerraría su programa de football. ¿Qué se podía esperar de este pick? Fuese lo que fuese, Marques Colston lo superó. Con creces. No hay forma de decir hasta qué punto, excepto apuntando que se convirtió en el mejor receptor de la historia de la franquicia.

Colston, la “Tormenta Silenciosa”, se convirtió en el objetivo favorito de Drew Brees, dominando a cada rival con su tamaño y con un estilo de juego tremendamente físico, que obligaba a los oponentes a darlo todo en cada jugada para intentar detenerlo. Nunca dado a las celebraciones o a levantar la voz, Colston firmó las 711 recepciones, 9.759 yardas y 72 touchdowns más silenciosos de la historia de la NFL. Además de todos esos datos, que son récords de la franquicia, también mantiene los de más temporadas con más de 1.000 yardas de recepción, con 6; más partidos con más de 100 yardas de recepción, con 28; y más partidos jugados como receptor, con 146.

Marques Colston no acumuló un gran número de reconocimientos a lo largo de su carrera, toda ella vestido de oro y negro. Sorprendentemente, no fue seleccionado ni una vez para la Pro Bowl ni para el All Pro. Como premio por todo su trabajo “solo” tiene un anillo de la Super Bowl. En 2019 ingresó en el Hall of Fame de los Saints junto a su compañero del equipo campeón de 2009 Reggie Bush. La organización debería considerar retirar su número 12 en el futuro, como gran homenaje por parte de un equipo y de una ciudad que siempre amarán a Marques Colston.

 

 

Henry Childs (Tight End, 1974-1980)

 

© New Orleans Saints Hall of Fame

 

Mucho antes de que los Saints fuesen honrados con la presencia de Jimmy Graham y muchos otros grandes tight ends, estuvo Henry Childs. En la década de los 70 del siglo pasado, Childs combinaba capacidad atlética y finura, ayudando a construir el ataque de la joven franquicia. Como receptor era una amenaza a la altura de los mejores de la época. Los Saints eran conscientes de esto, y por ese motivo le enviaron una enorme cantidad de pases, que él convirtió en 207 recepciones, 3.224 yardas y 27 touchdowns.

Childs llegó a New Orleans en 1974, tras haber sido seleccionado en el draft esa temporada por los Atlanta Falcons, con los que disputó seis encuentros. Participó en un partido de esa temporada después de llegar traspasado, pero entre las dos franquicias no acumuló ni una sola recepción. Pero cuando dejó atrás su año rookie, las cosas cambiaron radicalmente. En los seis años completos que perteneció a los Saints disputó 87 partidos, 63 como titular. 1978 fue su año más productivo, con 53 recepciones para 869 yardas y 4 touchdowns. Cuando en 1979 hizo un año prácticamente igual al anterior, con 51 recepciones para 846 yardas y 5 touchdowns, fue seleccionado para la Pro Bowl.

Nunca promedió menos de 13,4 yardas por recepción en su carrera con los Saints. Por si fuera poco, Childs poseía la innata habilidad de realizar una “big play” cuando más lo necesitaba su equipo. En muchas de estas ocasiones, se encontraba perfectamente cubierto cuando Archie Manning se veía forzado a deshacerse del balón antes de lo que tenía planeado, y aun así era capaz de hacer la recepción. En 1994 fue introducido en el Hall of Fame de los Saints, junto con el antiguo General Manager Jim Finks.

 

 

Hoby Brenner (Tight End, 1981-1993)

 

© George Rose (Getty Images)

 

Es una pena que los tight ends no fuesen utilizados principalmente para el juego de pase en la época en la que Hoby Brenner era titular con los Saints. Tenía un talento natural para las recepciones, además de demostrar que era un experto bloqueador, y no perderse apenas titularidades (157 de los 175 partidos que jugó con el equipo). Seleccionado en la tercera ronda del draft de 1981, en el puesto 71, jugó sus 13 temporadas como profesional en la franquicia de Louisiana.

A lo largo de su carrera acumuló 267 recepciones y 3.849 yardas, sendos récords de la franquicia hasta le llegada de Jimmy Graham, y también 21 touchdowns. Fue seleccionado para la Pro Bowl en 1987. En ese año, Brenner ayudó a que la franquicia consiguiera su primera temporada ganadora, y su primera clasificación para los playoffs, en la vigésimo primera participación en la Liga de los Saints, nada menos.

En su faceta de bloqueador, Brenner dio lo mejor de sí. Era como jugar con un hombre más en la línea ofensiva, y de su excelente trabajo salieron muy beneficiados jugadores como George Rogers, Reuben Mayes y Dalton Hilliard. Aún tuvo la oportunidad de disputar los playoffs tres temporadas más antes de su retirada, e ingresó en el Hall of Fame de los Saints en 2001, junto al línea defensiva Jim Wilks, quien estuvo en el equipo los mismos años que él.

 

 

Jimmy Graham (Tight End, 2010-2014)

 

© Chris Graythen (Getty Images)

 

Se puede decir tranquilamente que Jimmy Graham es el mejor tight end que ha pasado por la franquicia de los Saints. Nunca sabremos hasta dónde podría haber llegado, lo que es una pena. De los jugadores que están en el top 5 de recepciones, yardas y touchdowns de pase, él es el único que no alcanzó los 100 partidos con los Saints. En sus 78 apariciones de oro y negro, Graham realizó 386 recepciones para 4.752 yardas y 51 touchdowns.

Seleccionado en la tercera ronda del draft de 2010, en el puesto 95, no tardó en despuntar. En su primer año como titular, en la temporada 2011, se convirtió en el primer tight end de la franquicia en superar las 1.000 yardas de recepción. Fue seleccionado para la Pro Bowl en 2011, 2013 y 2014, y fue All Pro en 2013. Llegó a ser tan imparable que se discutía si era en realidad wide receiver en lugar de tight end, dado que solía jugar en el slot para aprovechar su talento como receptor. Básicamente, Graham se situaba en el mejor lugar posible para que Brees le pasara el balón.

Desafortunadamente, un conflicto con el front office condujo a su salida camino a los Seattle Seahawks en 2015, a cambio del center Max Unger. Fue un final desagradable para lo que parecía un emparejamiento hecho en el cielo. El impacto que Graham dejó será siempre recordado por los aficionados Saints de la era moderna, habiendo sido un talento único en la posición de tight end.

 

 

Stan Brock (Tackle, 1980-1992)

 

© Mike Powell (Getty Images)

 

Los Saints no hicieron muchas cosas bien en 1980, pero Stan Brock fue la excepción. Si se mira desde la distancia, Brock no parece nada especial. Nunca fue seleccionado para la Pro Bowl, no tiene ningún premio sofisticado asociado a su nombre, y no tiene pinta de que la NFL considere introducirle en su Hall of Fame en un futuro, próximo o no. Pero no hay que dejarse engañar por todo esto. Brock fue seleccionado en la primera ronda del draft de 1980, en el puesto 12, y en las trece temporadas que jugó en los Saints, lo hizo de titular en 182 de sus 186 partidos de oro y negro.

Stan Brock fue, por tanto, pieza integral de la franquicia, siendo un ejemplo de consistencia y un auténtico líder en el vestuario. Los Saints no podían pedir nada más a un línea ofensivo titular. Fue uno de los mejores bloqueadores de su época, era reconocido por mantener a raya a los pass rusher rivales. Fue el líder de la línea ofensiva de los Saints en 1992, que solo permitió 15 sacks en toda la temporada, lo que fue la mejor marca de la Liga ese año.

Era uno de los protectores de quarterback a nivel élite, pese a no recibir el reconocimiento que merece. Tras sus trece temporadas en los Saints todavía jugó a gran nivel otras tres en los San Diego Chargers, donde llegó a disputar una Super Bowl. Y, sin embargo, es fácil que fuera de las aficiones de Louisiana y California, no mucha gente se acuerde de él o de su impresionante trabajo. Los Saints no se olvidaron de él, y fue seleccionado para el Hall of Fame de la organización en 1997, junto a Rickey Jackson.

 

 

Willie Roaf (Tackle, 1993-2001)

 

© Stephen Dunn (Getty Images)

 

Willie Roaf, o “Nasty”, es el mejor línea ofensiva de la historia de los New Orleans Saints, y posiblemente uno de los mejores del football profesional. Seleccionado en primera ronda del draft de 1993, en el puesto 8, jugó todos sus partidos como titular, 131 de 144 posibles, perdiéndose solo 13 en las nueve temporadas que fue parte del equipo. Fue fundamental bloqueando tanto para el pase como para la carrera, y su labor quedó refrendada con las siete selecciones consecutivas para la Pro Bowl de 1994 a 2000, y además formó parte del All Pro en 1994 y 1995.

Haciendo honor a su apodo, fue devastador bloqueando rivales como left tackle, la posición más importante de la línea ofensiva. Una lesión en la rodilla acabó prematuramente su temporada en 2001, y posteriores discrepancias con el Head Coach Jim Haslett condujeron a uno de los peores movimientos de la franquicia, cuando se produjo su salida y firmó con los Kansas City Chiefs. En las cuatro temporadas que jugó allí antes de retirarse, fue seleccionado cuatro veces para la Pro Bowl, y dos para el All Pro.

Su impacto fue tremendo, y alcanzó más allá de la franquicia de los Saints. Solo dos o tres jugadores en la historia del equipo pueden considerarse más importantes que él, y en todos los casos estuvieron más temporadas que él en el equipo. Formó parte del Equipo de la Década de la NFL en los 90 y en los 2000. En 2008 entró a formar parte del Hall of Fame de los Saints, y esto fue solo el principio. En 2009 ingresó en el Louisiana Sports Hall of Fame, y en 2012 lo hizo en el Hall of Fame de la NFL. Por último, en 2013 inauguró el Saints Ring of Honor, estatus que actualmente solo comparten otras cinco personas con él.

 

 

Jon Stinchcomb (Tackle, 2003-2010)

 

© Matthew Sharpe (Getty Images)

 

Jon Stinchcomb fue seleccionado en la segunda ronda del draft de 2003, en el puesto 37, y tuvo unos primeros años difíciles en la franquicia. Jugó seis partidos en su año de rookie, y dos menos en su segunda temporada, ninguno de ellos como titular. Una lesión de rodilla provocó que se perdiera toda la temporada de 2005, pero tras la llegada de Sean Payton como Head Coach de los Saints, su situación dio un vuelco inesperado para muchos aficionados.

En sus siguientes cinco temporadas antes de retirarse como un “one man club”, Stinchcomb jugó absolutamente todos los partidos, y siempre como titular. Fueron 80 en temporada regular, y otros 6 de playoff, incluidos los que culminaron con la Super Bowl XLIV en Miami. Esa temporada, la de 2009, recibió su única selección para la Pro Bowl.

Jon Stinchcomb se convirtió en uno de los líderes del equipo bajo los mandos de Payton, y cimentó una fuerte presencia por el lado derecho. Como dificultad añadida, y muestra de su buen hacer en la línea ofensiva, destaca el dato de que, antes de empezar su última temporada con los Saints, a Stinchcomb tan solo le habían pitado un holding en 74 partidos. En la temporada final empeoró esta estadística, al cometer otros cuatro en los 16 partidos que disputó.

 

 

Jim Dombrowski (Guard, 1986-1996)

 

© George Rose (Getty Images)

 

¿Saben quién fue el último jugador que en su temporada rookie disputó partidos como titular en la posición de left tackle en los Saints? Correcto, Jim Dombrowski. Seleccionado en la primera ronda del draft de 1986, en la sexta posición, fue uno de esos jugadores que disputaron toda su carrera deportiva en un mismo equipo, en su caso a lo largo de once temporadas. Empezó jugando como left tackle hasta que, a mitad de su cuarto año, cambió de posición y se situó en el left guard, espacio que ocupó hasta su retirada.

Dombrowski disputó 151 partidos vestido de oro y negro, de los cuales fue titular en 137 de ellos. Jugó los 16 partidos de cada temporada durante ocho años consecutivos, entre 1988 y 1995. Esa constancia se reflejó en el terreno de juego, donde se convirtió en uno de los protectores más destacados del equipo. No se puede negar que fue parte importante de la línea ofensiva de los Saints durante su estancia en la franquicia.

También es otro de esos jugadores que nunca fue seleccionado para la Pro Bowl o el All Pro, pese a formar parte del equipo que llevó a la franquicia por primera vez a disputar los playoffs, en 1987. Repetiría más adelante experiencia en los años 1990, 1991 y 1992, pero él recordaba con especial cariño el electrizante ambiente del Superdome en la primera ocasión que los Saints disputaron un partido de postemporada. Dombrowski ingresó en el Hall of Fame de los Saints en 2003, junto a Wayne Martin.

 

 

Jahri Evans (Guard, 2006-2016)

 

© Justin K. Aller (Getty Images)

 

No hay jugador en la historia reciente de los Saints con mejores credenciales para ingresar en el Hall of Fame de la NFL que Jahri Evans, aparte del quarterback al que protegió durante once temporadas. Drafteado en la cuarta ronda de 2006 en el puesto 108, Evans se hizo con el puesto de right guard titular desde el primer partido, condición que se repitió a lo largo de sus 169 partidos en la franquicia.

Evans fue seleccionado para la Pro Bowl durante seis temporadas consecutivas entre 2009 y 2014, y en las cuatro primeras fue además All Pro. Fue un sólido protector del pase, y un despiadado bloqueador en las jugadas de carrera, marcando el nivel a sus compañeros de línea ofensiva que jugaron junto a él, y después que él. Sin Evans, el juego de ataque de los Saints no hubiera conseguido el éxito del que disfrutó, Super Bowl incluida.

Al acabar la temporada de 2015, fue cortado y fichó por los Seattle Seahawks, para regresar a New Orleans a tiempo para disputar la temporada completa de 2016. Simplemente, Evans estaba a otro nivel. En un momento dado fue el guard mejor pagado de la NFL, cimentando su estatus como un talento extraordinario en una de las posiciones más menospreciadas de la Liga. Este es uno de los motivos por lo que es fácil pasar por alto que es uno de los mejores jugadores de la historia de la franquicia.

 

 

Carl Nicks (Guard, 2008-2011)

 

© New Orleans Saints Hall of Fame

 

Carl Nicks fue seleccionado en la quinta ronda del draft de 2008, en el puesto 164. En sus cuatro temporadas en los Saints, jugó en los 64 partidos que las compusieron, siendo titular en 61 de ellos. La primera temporada en la que fue titular en todos los partidos fue la de 2009, donde repitió condición en todos los partidos de playoff que le condujeron a ser campeón de la Super Bowl.

Ese partido es un estupendo ejemplo de su gran labor como left guard. Los Saints acumularon 332 yardas de ataque, y Nicks y sus compañeros de la línea ofensiva solo permitieron un sack sobre Drew Brees, en un partido que se tuvo que remontar tras el descanso, para acabar venciendo a los Indianapolis Colts 31-17. Nicks estaba en su cumbre como jugador, en lo mejor de su juego, siendo posiblemente el mejor left guard del momento en la competición.

Es fácil decirlo a toro pasado, pero la salida de Nicks del equipo en la agencia libre fue una de las peores decisiones que ambas partes podían haber tomado. Llegó al mercado tras la temporada 2011, habiendo sido seleccionado dos veces para la Pro Bowl en 2010 y 2011, y siendo nombrado All Pro en la última. A los Saints les costó encontrar un reemplazo de garantía en su posición, y Nicks solo jugó nueve partidos más en las dos temporadas que estuvo en Tampa Bay antes de retirarse, debido a una lesión en un dedo del pie que se le infectó mientras se la trataba. En 2017 ingresó en el Hall of Fame de los Saints junto a Jonathan Vilma.

 

 

John Hill (Center, 1975-1984)

 

© New Orleans Saints

 

Después de tres años sin pena ni gloria en el equipo que le drafteó, los New York Giants, John Hill llegó a los Saints en su cuarta temporada en la NFL. Y el cambio le sentó estupendamente. Se asentó inmediatamente como titular en el puesto de center, y se estableció en esa posición a lo largo de las diez temporadas que jugó vestido de oro y negro. Participó en un total de 138 partidos, siendo titular en 134 de ellos.

Fue uno de los líneas ofensivos favoritos de Archie Manning, y entre ambos se forjó una gran amistad. John Hill fue un pilar en la línea ofensiva, siendo un estupendo bloqueador para muchos running backs a lo largo de su carrera en los Saints. Ya en los ochenta, las lesiones le impidieron jugar tantos partidos como él hubiera querido, pero Hill se enfundaba el uniforme cada vez que la organización no le ponía muchos impedimentos para jugar debido a su estado físico.

En la década que estuvo jugando en los Saints, Hill llegó a tener seis entrenadores distintos, y aunque alguno de ellos ocupase el puesto de manera interina, dice mucho de su regularidad el hecho de que ninguno se plantease deshacerse de él y poner a otro center que le diera más confianza. John Hill formó parte del grupo de jugadores que grabó el primer canto del “Who Dat!” en 1983, con Dave Waymer o Reggie Lewis entre otros. En 1992 ingresó en el Hall of Fame de los Saints, junto a George Rogers y Jake Kupp.

 

 

Joel Hilgenberg (Center, 1984-1993)

 

© Stephen Dunn (Getty Images)

 

Joel Hilgenberg fue seleccionado por los Saints en la cuarta ronda del draft de 1984, en el puesto 97. Jugó toda su carrera completa en New Orleans, participando a lo largo de diez temporadas en 142 partidos, 97 de ellos como titular. Y eso que le costó llegar a esa situación con regularidad, puesto que en sus tres primeros años solo fue titular en siete ocasiones. Hilgenberg fue la excepción a la regla, pues suplía su falta de tamaño con una sólida técnica, acompañada de una gran inteligencia.

En 1987 las cosas cambiaron drásticamente. El año que terminó siendo el primero en el que los Saints acabaron con un registro victorioso y se clasificaron para playoffs, fue también el año en el que se hizo con la titularidad, que no dejaría salvo en once ocasiones hasta su retirada, al acabar la temporada de 1993. Repitió presencia en los playoffs en 1990, 1991 y 1992. En este último, fue seleccionado para la Pro Bowl.

Su compromiso con el equipo fue tal que, en 1988, ayudó a que la línea ofensiva desplegase a sus mejores bloqueadores trasladándose esa campaña a la posición de right guard, sin queja alguna, pese a que eso le supusiera perder seis titularidades ese año. Como colofón a su carrera deportiva, en 1993 tuvo la oportunidad de jugar junto a su hermano Jay Hilgenberg, siendo uno de los pocos casos que se han dado en la NFL de un dúo de hermanos jugando en la misma línea ofensiva. Ambos se retiraron juntos al finalizar esa temporada. Joel Hilgenberg ingresó en el Hall of Fame de los Saints en 2006.

 

 

LeCharles Bentley (Center, 2002-2005)

 

© The Sporting News (Getty Images)

 

LeCharles Bentley fue seleccionado por los Saints en la segunda ronda del draft de 2002, en el puesto 44. Pese a que en la Universidad de Ohio State jugó de center, sus dos primeras temporadas en el fútbol profesional las pasó en el puesto de right guard. Su ingreso en el equipo no se hizo esperar, y cuando lo hizo, siempre fue de titular. A lo largo de sus cuatro temporadas en New Orleans disputó 57 partidos. Su primer año fue reconocido con el nombramiento de Rookie Ofensivo del Año por parte de la revista Sports Illustrated, y en su segundo año fue seleccionado para la Pro Bowl.

Ya en su tercer y cuarto año, Bentley regresó a su posición de center, logrando brillar también allí. En 2005 se ganó su segunda selección para la Pro Bowl. Desgraciadamente, lo que funcionaba bien sobre el campo, no lo hacía tanto fuera de él. Una agria discusión con la organización se zanjó con su salida del equipo, para poner rumbo a la franquicia de su ciudad natal, los Cleveland Browns. La ESPN lo etiquetó como el mejor jugador de la agencia libre de ese año.

Sin embargo, sufrió una gravísima lesión de rodilla en la primera jugada del primer entrenamiento de la pretemporada, y tras varios pasos por el quirófano, y un par de feas infecciones en la pierna, anunció definitivamente su retirada en 2009. Hoy Bentley dirige un centro de entrenamiento específico para jugadores de línea ofensiva, que es frecuentado por actuales Saints como Terron Armstead, Ryan Ramczyk y Erik McCoy.

 

 

Jim Wilks (Defensive End, 1981-1993)

 

© New Orleans Saints

 

Jim Wilks es otro de esos jugadores que jugaron toda su carrera deportiva en los New Orleans Saints. Y con unas cifras nada desdeñables: trece temporadas, con 154 titularidades en sus 183 partidos, 45,5 sacks, 545 tackles, 7 fumbles recuperados y 5 kicks bloqueados. Jugó los 16 partidos en ocho de sus trece temporadas. ¿Y a qué viene tanto bombo con sus estadísticas? Pues a que las expectativas depositadas en Wilks eran menos que pocas. Los Saints le seleccionaron en la 12ª ronda del draft de 2001, en el puesto 305.

No tuvo mucho crédito más allá de New Orleans, tal vez por quién tenía a su alrededor. Nunca fue seleccionado para la Pro Bowl o nombrado jugador All Pro. Pero él tenía muy claro que su objetivo no era recibir galardones. Su mayor número de sacks en una sola temporada fue de 8, así que nunca fue una súper estrella de la Liga. Pero sí era una presencia constante, fiable y productiva en la defensa de los Saints, ayudando al éxito que tuvo esa parte del juego durante los ochenta y los noventa.

Wilks era un caballero reservado que hacía lo que le pedían en su lugar de trabajo, independientemente de lo que fuese. Defensive end, defensive tackle, nose tackle, e incluso en los equipos especiales. Y lo hacía sin protestar, ni tratando de centrar la atención sobre sí mismo. Jugó en defensas 3-4 ocupándose de bloquear, y permitiendo que todos los parabienes recayesen en la mejor línea de linebackers de la NFL, la “Dome Patrol”, compuesta por Rickey Jackson, Vaughan Johnson, Sam Mills y Pat Swilling, que destrozaban a corredores, receptores o quarterbacks por igual. Con todo merecimiento, Jim Wilks ingresó en el Hall of Fame de los Saints en 2001, junto a Hoby Brenner.

 

 

Wayne Martin (Defensive End, 1989-1999)

 

© Allen Steele (Getty Images)

 

La selección de New Orleans en la primera ronda del draft de 1989, en el puesto 19, estaba destinado a la grandeza. En sus once temporadas como Saint, Wayne Martin registró unos números mareantes. Jugó todos los partidos de su temporada rookie, aunque no fue titular en ninguno de ellos. A partir de ahí, se perdió cinco partidos en su segundo año, pero jugó todos los demás hasta su retirada, y todos ellos como titular. En total, disputó 171 partidos, saliendo del inicio en 155 de ellos.

Martin registró la mareante cifra de 82,5 sacks, 597 tackles, 1 intercepción, 12 fumbles forzados y 13 fumbles recuperados. Sorprendentemente, solo fue seleccionado para la Pro Bowl una vez, en 1994, lo que es la mayor denuncia posible hacia ese partido de las estrellas. Ni siquiera fue su año más productivo, pues los 10 sacks que consiguió se ven eclipsados en sus estadísticas en otras cuatro temporadas donde consiguió mejorar esa cifra. En 2012, sin ir más lejos, firmó 15,5.

Wayne Martin era una persona discreta, incluso tranquila y reservada. Cuando pisaba el campo, era todo lo contrario. Hasta la fecha, Martin es el mejor jugador de línea defensiva de la historia de los New Orleans Saints, con el debido respeto a La’Roi Glover, Joe Johnson, Derland Moore, Will Smith, Jim Wilks, Frank Warren y Cameron Jordan. Aún se recuerda su impresionante actuación en el partido que los Falcons jugaron en el Superdome en 1992, donde le hizo cuatro sacks al futuro quarterback de los Saints Billy Joe Tolliver, además de realizar ocho tackles. Martin ingresó en el Hall of Fame de los Saints en 2003, junto a Jim Dombrowski.

 

 

Joe Johnson (Defensive End, 1994-2001)

 

© Jeff Gross (Getty Images)

 

Joe Johnson fue un jugador espectacular, una presencia disruptiva en la defensa de los Saints. Seleccionado en la primera ronda del draft de 1994, en el puesto 13, dejó rápidamente su impronta jugando como titular 14 partidos en su temporada rookie. Johnson fue de 5,5 sacks en 1995 a 7,5 en 1996, y 8,5 en 1997, siendo obvio que se había convertido en uno de los mejores defensive ends de la competición, al tiempo que le daba a los Saints una presencia intimidatoria con Wayne Martin jugando en el otro lado.

En 1998, Johnson consiguió realizar 70 tackles y 7 sacks, ganando la primera selección para la Pro Bowl de su carrera. Sin embargo, se perdió toda la temporada de 1999 por culpa de una grave lesión de rodilla que situó su carrera deportiva al filo del abismo. Mucha gente creyó que se retiraría, pero él no fue uno de ellos. Regresó en el año 2000 con una temporada para enmarcar, registrando la mejor marca de su carrera con 12 sacks, forzando 3 fumbles y recuperando otros 2, y jugando un papel crucial en la primera victoria de los Saints en un partido de playoff. Ese año no solo fue nuevamente seleccionado para la Pro Bowl, también fue nombrado Comeback Player of the Year.

Acabó su periplo en los Saints en 2001, con otros 9 sacks. Joe Johnson jugó un total de 106 partidos en la franquicia, siendo titular en todos salvo en dos. Dejó para los libros de estadística 50,5 sacks, 384 tackles, 13 fumbles forzados y 7 fumbles recuperados, convirtiendo uno de ellos en touchdown. Sus siete años se completaron con otros dos en Green Bay Packers, donde solo pudo jugar once partidos más antes de, esta vez sí, anunciar su retirada. En 2007 se produjo su ingreso en el Hall of Fame de los Saints.

 

 

Will Smith (Defensive End, 2004-2013)

 

© Barry Chin (The Boston Globe via Getty Images)

 

Will Smith fue seleccionado en la primera ronda del draft de 2004 por los New Orleans Saints en el puesto 18, y pasó en la franquicia los diez años de su carrera, aunque no jugó nada en 2013 por una rotura del ligamento cruzado anterior, que se produjo en el tercer partido de la pretemporada. Smith disputó 139 partidos, 120 de ellos como titular, consiguiendo 67,5 sacks, 463 tackles, 2 intercepciones, 20 fumbles forzados y 6 fumbles recuperados.

Fue seleccionado para la Pro Bowl en 2006, año en el que firmó 10,5 sacks, pero sorprendentemente no lo fue en 2009, año en el que fue campeón de la Super Bowl, habiendo realizado 13 sacks durante la temporada regular. Smith fue un jugador robusto y completo para la defensa de los Saints. Era un formidable pass rusher desde la posición de defensive end en un esquema 3-4, y su combinación de potencia y físico superaba a menudo a los bloqueadores rivales.

Su inesperada muerte como consecuencia de una trifulca con otro conductor en abril de 2016 causó un profundo impacto en la ciudad. A título póstumo, ingresó en el Hall of Fame de los Saints ese mismo año, y en 2019 fue también añadido al Ring of Honor en el Superdome. En la era moderna de atletas jugando en el defensive end, Smith destacó por utilizar su enorme constitución y explosividad para ganarse el respeto de la Liga.

 

 

Derland Moore (Defensive Tackle, 1973-1985)

 

© New Orleans Saints

 

Derland Moore es una gran historia acerca de cómo el trabajo duro y la perseverancia pueden ayudarte a triunfar. Siendo un jugador secundario en la Universidad de Oklahoma, su juego le valió una selección en la segunda ronda del draft de 1973 por parte de los New Orleans Saints, en el puesto 29. Aunque los entrenadores iban y venían durante los años oscuros de la franquicia, Moore fue una constante. A lo largo de trece temporadas jugó 170 partidos, de los cuales fue titular en 146.

Hacía falta una personalidad especial para para quedarse en los Saints de los años 70, y Moore la tenía. El defensive tackle fue un valor fijo en el vestuario, en medio de malos equipos, desgarradoras lesiones y temporadas desalentadoras, presentándose a diario en el trabajo y haciendo su parte para darle la vuelta a la situación. Fue un jugador que siempre brindaba su máximo esfuerzo en lo que hacía, pese a que con frecuencia salía a jugar arrastrando alguna lesión. Siempre fue un líder del equipo.

Hasta los primeros años de la década de los 80, los sacks no se contabilizaban en la estadística. Entre 1982 y 1984 consiguió realizar 12, pero de haberse recogido las cifras de toda su carrera, se habría situado entre los 40 y los 50. También consiguió 7 fumbles recuperados y 1 intercepción. Moore tenía un primer paso muy rápido, una explosión que le permitía lidiar con jugadores de línea ofensiva más grandes que él. En reconocimiento a todos sus años de excepcional trabajo, Moore fue introducido en el Hall of Fame de los Saints en 1991, junto a Tony Galbreath.

 

 

La’Roi Glover (Defensive Tackle, 1997-2001)

 

© Ronald Martinez (Getty Images)

 

Glover siempre tuvo que luchar contra la percepción de que no era suficientemente grande. De hecho, los Oakland Raiders prescindieron de él en 1997, tras haber jugado solo dos partidos en su año de rookie, y los Saints le contrataron al día siguiente. La apuesta del General Manager Bill Kuharich, del Director de Equipo de Profesionales Chet Franklin y del Head Coach Mike Ditka fue absolutamente ganadora. Glover demostró a todo el mundo que estaban equivocados, incluidos los entrenadores defensivos de New Orleans, que le veían demasiado pequeño para jugar en medio del sistema 4-3.

La’Roi Glover jugó todos los partidos excepto uno en sus cinco temporadas con los Saints. Un total de 79 partidos, de los que fue titular en 65. En ellos consiguió 50 sacks, 275 tackles, 1 intercepción, 11 fumbles forzados y 5 fumbles recuperados. Fue seleccionado para la Pro Bowl en 2000 y en 2001, fue incluido en el All Pro del año 2000, y la NFL lo incluyó en el Equipo de la Década del 2000.

Precisamente el año 2000 firmó su mejor temporada realizando 17 sacks, cifra que encabezó las estadísticas de la temporada en la Liga, y en su día fue la segunda mejor marca conseguida por un defensive tackle. Fue nombrado Jugador Defensivo del Año de la NFC, tras liderar a su equipo a un campeonato de División y a su primera victoria en playoffs.

Por algún extraño motivo, la franquicia decidió no extender el contrato de Glover más allá de 2001, citando preocupaciones con el límite salarial, y él continuó su exitosa carrera en los Dallas Cowboys, donde fue seleccionado para la Pro Bowl los cuatro años que jugó allí, y más adelante jugó otras tres temporadas para los St. Louis Rams. Pudo haber sido mucho más grande en New Orleans de lo que ya lo fue, pese a su pequeño tamaño, pero le queda la satisfacción de haber sido seleccionado para el Hall of Fame de los Saints en 2013.

 

 

Rickey Jackson (Outside Linebacker, 1981-1993)

 

© Stephen Dunn (Getty Images)

 

¿Quién es Rickey Jackson? Respuesta rápida, Jackson es New Orleans. Es el mejor jugador defensivo de la historia de la franquicia. Es uno de los pocos elegidos que ha tenido la fortuna de que su número se haya retirado. Fue el líder de la “Dome Patrol”. Y marcó la pauta desde el día 1. Seleccionado en la segunda ronda del draft de 1981 en el puesto 51, Jackson fue titular en el equipo desde el primer partido, jugando 195 en las 13 temporadas que estuvo en los Saints, siendo el tercer jugador con más partidos tras Brees y Mortensen.

De hecho, habría podido superar al kicker de no ser por un accidente de tráfico que le hizo perderse dos partidos. Volvió al campo tras la cirugía plástica que necesitó y con la mandíbula fijada por medio de alambres, debido a sus heridas. Así de duro era. En su primer año realizó 125 tackles (récord para un rookie aún imbatido en la franquicia), y prácticamente todas sus estadísticas son también récord en los Saints: 115 sacks (más 8 en 1981, cuando aún no se registraban), 1.104 tackles, 38 fumbles forzados, 27 fumbles recuperados y 7 intercepciones.

La lista de reconocimientos es igualmente impresionante. Pese a alcanzar varios años los playoffs, tuvo que irse a jugar los dos últimos años de su carrera a San Francisco para lograr ser campeón de una Super Bowl. Fue seleccionado seis veces para la Pro Bowl, y otras cuatro nombrado All Pro. Ingresó en el Hall of Fame de los Saints en 1997, junto a Stan Brock. Fue uno de los primeros Saints en ser incorporado al Ring of Honor en 2013. En 2010, Rickey Jackson ingresó en el Hall of Fame de la NFL, siendo el primer jugador que lo hacía principalmente por su contribución a los New Orleans Saints.

 

 

Pat Swilling (Outside Linebacker, 1986-1992)

 

© Mike Powell (Getty Images)

 

El segundo pilar de la “Dome Patrol”, Pat Swilling, fue seleccionado por los Saints en la tercera ronda del draft de 1986, en el puesto 60, y se convirtió en uno de los linebackers más respetados de la Liga. ¿Cómo era de respetado Swilling? Poco antes de un partido de playoff de los New York Giants contra Los Angeles Rams, el Head Coach Bill Parcells le dijo a Lawrence Taylor: “Quiero que vayas a New Orleans, encuentres a Pat Swilling, le des tu billete de avión y tu casco. Quédate allí y pásalo bien. Él jugará”.

Swilling disputó siete temporadas en New Orleans, en las cuales jugó en 107 partidos, 89 de ellos como titular. En ellos consiguió 76,5 sacks, 354 tackles, 3 intercepciones (una sirvió para anotar 1 touchdown), 24 fumbles forzados y 7 fumbles recuperados. En 1991 firmó 17 sacks, y fue nombrado Jugador Defensivo del Año en la NFL. La unión de Swilling con los New Orleans Saints parecía hecha en el cielo.

Jugando en el duro césped artificial del Superdome, Swilling era rápido como un rayo, y era una amenaza constante por el exterior de la defensa 3-4 de su equipo. Fue seleccionado para la Pro Bowl durante cuatro años consecutivos, sus últimos en la franquicia, y en los dos finales, además, fue nombrado All Pro. El colofón llegó en el año 2000, cuando ingresó en el Hall of Fame de los Saints, junto a su compañero de fechorías Vaughan Johnson.

 

 

Scott Shanle (Outside Linebacker, 2006-2012)

 

© Kevin C. Cox (Getty Images)

 

El año que los Saints ganaron la Super Bowl XLIV, Sean Payton dejó numerosas citas recordando esa temporada. Cuando le preguntaron por las particulares vías mediante las cuales algunos jugadores se unieron a esa plantilla (empezando por la recién difunta NFL Europa, contratando a agentes libres meses después de lesiones catastróficas, o drafteando jugadores de universidades como Hofstra y Bloomsburg), él solía decir que mientras muchos expertos miraban el roster y solo veían una perrera llena de chuchos, a él le gustaba verlos como una manada de galgos: agresivos, peleones y fiables.

Ningún Saint de esa época responde mejor a este perfil que Scott Shanle, quien llegó a la franquicia después de desgastarse jugando intermitentemente para los St. Louis Rams y los Dallas Cowboys. Sin ser el jugador con más talento sobre el campo, Shanle entendía muy bien el juego y siempre estaba en el lugar adecuado en el momento justo. Jugó 97 partidos en New Orleans, 94 como titular, y registró 490 tackles.

Shanle llegó en 2006 procedente de los Cowboys, habiendo coincidido en ese equipo con el nuevo Head Coach Sean Payton. En 2008 fue nombrado MVP Defensivo del equipo. En 2009 jugó todo el año de titular, pero se perdió los dos últimos partidos de la temporada regular por una conmoción. En los playoffs fue el líder del equipo en tackles, jugando ante quarterbacks como Kurt Warner, Brett Favre y Peyton Manning.

 

 

Sam Mills (Inside Linebacker, 1986-1994)

 

© Stephen Dunn (Getty Images)

 

El Head Coach Jim Mora dijo de Sam Mills que era el mejor jugador que había entrenado en su vida. Siendo un linebacker de 1,75 de altura, a Mills se le consideraba demasiado bajo para jugar en esa posición. De hecho, cuando Mora le entrenaba en la USFL estuvo a punto de cortarle por ese motivo. Pero eso nunca detuvo a Mills. Llegó a los Saints en 1986 desde la USFL, y en sus nueve temporadas jugó 133 partidos, 125 de titular.

Mills fue miembro de la letal “Dome Patrol”, y consiguió 10,5 sacks, 934 tackles, 4 intercepciones, 16 fumbles forzados y 17 fumbles recuperados. Fue capitán del equipo y ordenaba las jugadas de la defensa, pues tenía un toque especial para diagnosticar las del ataque rival, así como para encontrar el balón, encontrar al corredor y diagnosticar la mejor forma de ejecutar un tackle que se haya visto.

Fue seleccionado cuatro veces para la Pro Bowl durante su estancia en New Orleans, y otra vez más jugando con Carolina Panthers en 1996, temporada que también le valió para ser nombrado All Pro. Sam Mills ingresó en el Hall of Fame de los Saints en 1998 junto a Dalton Hilliard. Tristemente, tras dos años luchando contra un cáncer intestinal, falleció en 2005, a la edad de 45 años. Su legado perdura, y no será olvidado.

 

 

Vaughan Johnson (Inside Linebacker, 1986-1993)

 

© New Orleans Saints

 

Vaughan Johnson fue seleccionado por New Orleans en la primera ronda del draft suplementario de jugadores de la USFL y la CFL de 1984, en el puesto 15. Tras jugar dos años en la USFL, aterrizó en los Saints en 1986, y en sus ocho temporadas en la franquicia disputó un total de 120 partidos, 98 de ellos como titular. Johnson completó la “Dome Patrol” junto a Rickey Jackson, Pat Swilling y Sam Mills.

Tal vez fuese el menos mediático de los cuatro, su estatus de estrella no estaba al nivel de los demás. Pero mientras Mills destacaba por su inteligencia, Swilling por su velocidad y Jackson por su optimismo, Johnson metía el cuerpo en los rivales haciendo gala de su naturaleza física. Pocos jugadores golpeaban más fuerte que él en la competición, y desde luego ninguno lo hacía en su equipo. Fuera del campo era fácil de tratar, con su voz suave, y era muy apreciado por todos los miembros de la organización.

En las ocho temporadas que jugó en los Saints, Vaughan Johnson registró 12 sacks, 664 tackles, 4 intercepciones, 11 fumbles forzados y 5 fumbles recuperados. Johnson fue seleccionado cuatro años consecutivos para la Pro Bowl entre 1989 y 1992. En el año 2000 fue introducido en el Hall of Fame de los Saints junto a su compañero de la “Dome Patrol” Pat Swilling. En 2019 falleció a causa de una enfermedad renal, a la edad de 57 años.

 

 

Jonathan Vilma (Inside Linebacker, 2008-2013)

 

© Stacy Revere (Getty Images)

 

No cabe duda de que Drew Brees es el mejor agente libre fichado en la historia de la franquicia de New Orleans. Pero de la misma manera, también podríamos decir que Jonathan Vilma ha sido el mejor jugador adquirido mediante un trade. Provino de los New York Jets, donde estuvo cuatro años, en el último de los cuales fue apartado del equipo por una lesión. Con los Saints disputó 70 partidos en seis temporadas, siendo titular en todos salvo en dos. En su última temporada solo pudo jugar un partido, a causa de las lesiones.

Como Saint, Vilma consiguió 8 sacks, 439 tackles, 6 intercepciones (en una de las cuales anotó 1 touchdown), 21 pases desviados, 6 fumbles forzados y 8 fumbles recuperados (de nuevo, anotó un touchdown con uno de ellos). La unión de jugador y equipo no pudo ser mejor para ambos. Vilma se situó en la posición de linebacker central en un esquema 4-3, convirtiéndose en el auténtico líder del resurgir defensivo que condujo a los Saints a conquistar su primer Trofeo Lombardi.

Vilma puso su talento, dedicación y determinación al servicio de un equipo que acabó siendo campeón. Todo un líder del vestuario, lo demostraba siendo el que más esfuerzo y preparación invertía en cada partido. En reconocimiento a su trabajo, fue seleccionado para la Pro Bowl en 2009 y 2010. En 2017 ingresó en el Hall of Fame de los Saints, junto a Carl Nicks.

 

 

Dave Whitsell (Cornerback, 1967-1969)

 

© Canal Street Chronicles

 

Dave Whitsell fue otra de las primeras estrellas que tuvieron los New Orleans Saints. Miembro del equipo inaugural de 1967, fue escogido por la franquicia recién nacida en el draft de la expansión de la Liga, tras haber jugado tres temporadas en Detroit Lions y seis más en Chicago Bears, donde consiguió un Campeonato de la NFL en 1963 (la primera Super Bowl no se jugaría hasta enero de 1967, y por aquel entonces ni siquiera se le llamaría así).

Whitsell jugó todos los partidos de las tres temporadas que permaneció en los Saints, 42 (por aquel entonces la temporada regular constaba de 14 jornadas), de los cuales fue titular en 38. Consiguió 19 intercepciones, para 236 yardas y 2 touchdowns, y 2 fumbles recuperados. Solo en su primer año logró 10 interceptaciones, récord de la franquicia, lo que le valió la única selección para la Pro Bowl de toda su carrera deportiva. Whitsell se retiró tras la temporada de 1969, a la edad de 33 años, y después de haber jugado al football profesional 12 temporadas.

Después de comenzar la temporada inaugural con un registro de 0 victorias y 7 derrotas, los Saints conseguirían por fin su anhelada primera victoria de la historia de la franquicia en un partido jugado en el Tulane Stadium el 5 de noviembre de 1967, celebrando el primer aniversario de la organización, derrotando a los Philadelphia Eagles 31-24. Ese día, Whitsell retornó 41 yardas con un pase interceptado a Norm Snead para anotar un touchdown. Su ingreso en el Hall of Fame de los Saints se produjo en 1996, junto al de Dave Waymer.

 

 

Dave Waymer (Cornerback, 1980-1989)

 

© George Rose (Getty Images)

 

Dave Waymer fue seleccionado por New Orleans en la segunda ronda del draft de 1980, en el puesto 41. A lo largo de sus diez temporadas en la franquicia, jugó 149 partidos, de los cuales fue titular en 131. Sus 37 intercepciones todavía son el mejor registro logrado por un jugador de los Saints. Gracias a ellas retornó 395 yardas. También cuenta con 15 fumbles recuperados en su haber. Solo en 1986 consiguió 9 intercepciones, quedándose a una de la decena que logró Whitsell dos décadas antes (eso sí, con dos partidos menos de temporada regular).

A veces jugó también en la posición de safety, demostrando su versatilidad en la línea secundaria, de la que fue el mejor jugador en el periodo que condujo a la primera temporada ganadora de los Saints, en 1987. Era un jugador tremendamente listo, instintivo, que obtenía el máximo partido de su habilidad. Era confiable y resistente, jugó los 16 partidos de temporada regular en ocho de sus diez años en la franquicia.

Pese a su gran temporada en 1986, no fue seleccionado para la Pro Bowl, cosa que sí sucedió en 1987. Pese a perderse cuatro partidos, ese año consiguió 5 intercepciones y 3 fumbles recuperados, y es uno de los tres cornerbacks de los Saints que alguna vez han sido distinguidos con este honor. Waymer continuó jugando hasta su retirada en 1992, y falleció en 1993 a la edad de 34 años. En 1996 ingresó en el Hall of Fame de los Saints junto a Dave Whitsell.

Tom Myers (Safety, 1972-1981)

© New Orleans Saints

Seleccionado por New Orleans Saints en la tercera ronda del draft de 1972, en el puesto 74, Tom Myers pasó toda su carrera vestido de oro y negro, jugando 136 partidos, 120 de ellos como titular. Fue probablemente el mejor safety en la historia de la franquicia. Consiguió 36 intercepciones, 2 de las cuales convirtió en touchdowns, y 15 fumbles recuperados, dos de los cuales los convirtió en touchdowns. Ah, y está ese pequeño detalle, el del pase de touchdown que lanzó en 1981, algo que no se volvió a repetir por parte de un jugador principalmente defensivo hasta que Dontari Poe lo realizó en 2016 para los Kansas City Chiefs.

Si sus intercepciones son la segunda mejor marca de la franquicia tras Dave Waymer, las 621 yardas de retorno que hizo con ellas son la mejor. Inolvidable el partido inaugural de la temporada de 1978 ante los Minnesota Vikings de Fran Tarkenton, al que Myers interceptó tres pases. El último de ellos conseguido cuando los Vikings atacaban para empatar el partido, desde la yarda 10 de los Saints, y Myers cogió el lanzamiento de Tarkenton y lo retornó 97 yardas para touchdown, venciendo al final 31-24.

Considerado de pequeño tamaño para jugar de safety, él nunca se dio por aludido. Ningún defensive back de los Saints ha pegado jamás tan duro como él, que se fue dejando partes del cuerpo por todos los campos de la NFL, demoliendo tight ends y wide receivers rivales con frecuencia. Literalmente se quedaba sin sentido al lanzarse contra sus oponentes con temerario abandono. En consecuencia, solo jugó los 16 partidos tres veces en sus diez años en New Orleans. En 1979 fue seleccionado para la Pro Bowl, y en 1989 ingresó en el Hall of Fame de los Saints junto a Tom Dempsey.

 

 

Sammy Knight (Safety, 1997-2002)

 

© Matthew Stockman (Getty Images)

 

Sammy Knight superó todos los pronósticos, tras haber sido contratado por los Saints como agente libre no drafteado en 1997. De los 12 años que duró su carrera, jugó sus 6 primeros en New Orleans, perdiéndose solo 2 partidos. De los 94 que jugó, fue titular en 89 ocasiones. Pese a ser considerado lento para jugar como defensive back, y pequeño para ser linebacker, Knight tenía un sexto sentido para identificar las jugadas del rival, y parecía estar siempre en el camino del balón.

Sus números hablan por sí solos. Knight registró 570 tackles, 18 tackles para pérdida de yardas, 5 sacks, 5 fumbles forzados, 10 fumbles recuperados, 28 pases interceptados (es la tercera mejor marca de la historia de la franquicia), gracias a los que retornó 464 yardas y anotó 4 touchdowns, y 36 pases desviados. En 2001 logró 6 intercepciones, 10 pases desviados, 2 fumbles forzados, 5 fumbles recuperados, 1 sack y 98 tackles, lo que le valió para la única selección a la Pro Bowl de su carrera.

Sammy Knight estuvo presente en la primera victoria de los Saints en playoffs, cuando el 30 de diciembre de 2000 derrotaron a los St. Louis Rams, vigente campeón, en el Superdome. Knight interceptó dos pases de Kurt Warner, uno de ellos cogiéndolo a una sola mano. En el año 2011 ingresó en el Hall of Fame de los Saints, y siempre quedará la duda de cuál habría sido su techo si se hubiese quedado más años en la franquicia.

 

 

Roman Harper (Safety, 2006-2013, 2016)

 

© Sean Gardner (Getty Images)

 

Roman Harper fue seleccionado en la segunda ronda del draft de 2006 por los Saints, en el puesto 43. New Orleans no encontró en Harper un safety convencional, aunque a pesar de eso encontró el modo de dejar su impronta en el juego. Se mire como se mire, Harper no era experto en la cobertura del pase, con tan solo 7 intercepciones a lo largo de sus nueve años de estancia en los Saints. Pero era realmente bueno metiendo presión a los quarterbacks rivales.

Esas 7 intercepciones le permitieron a Harper retornar 105 yardas y anotar 1 touchdown. Además, acumuló 52 pases desviados, 15 fumbles forzados, 3 fumbles recuperados, 17 sacks, 685 tackles, 38 tackles para pérdida de yardas y 40 golpes a quarterbacks. Harper jugó 124 partidos con los Saints, de los cuales empezó 108 como titular.

Después de disputar ocho temporadas con New Orleans, Harper firmó un contrato de dos años con Carolina Panthers. A su término, regresó a los Saints para jugar una última temporada, ya con 34 años, tras la que se retiró. En las temporadas de 2009 y 2010 fue seleccionado para la Pro Bowl, además de ganar la Super Bowl XLIV en 2009, en la que aportó 7 tackles y un fumble forzado.

 

 

Morten Andersen (Kicker, 1982-1994)

 

© New Orleans Saints

 

Cuando seleccionas a un kicker en el draft, más te vale acertar. En 1979 los Saints hicieron un enorme salto de fe seleccionando a Russell Erxleben en la primera ronda, y ya sabemos cómo salió (si alguien no lo sabe, ahí mismo tiene también la respuesta sobre el impacto que causó). En 1982 seleccionaron a Morten Andersen en la cuarta ronda, puesto 86, y ya sabemos cómo salió. Bajo cualquier prisma, Morten Andersen es el mejor kicker de la NFL hasta la fecha.

“Mr. Automatic” o “El Gran Danés”, como se conocía a Andersen, lidera la NFL en partidos jugados (382) y es segundo en puntos marcados (2.544). Tras sus trece años en los Saints, lidera holgadamente la clasificación de puntos marcados con 1.318, además de los field goals (302) y extra points (412). Solo en los últimos años Drew Brees ha logrado arrebatarle el récord de partidos que jugó en la franquicia (196). Registró un 77,6% de field goals convertidos en los Saints, siendo su mejor temporada la de 1986, donde convirtió 26 de 30 intentos para un 86,7%, porcentaje solo batido por Wil Lutz en 2018 y 2019 (con un 93,3% y un 88,9%, respectivamente).

En sus años en New Orleans, Andersen fue seleccionado para la Pro Bowl en seis ocasiones (en 1985, 1986, 1987, 1988, 1990 y 1992), además de ser nombrado dos veces All Pro (en 1986 y 1987). Tras su retirada al acabar la temporada de 2007, con 47 años, Andersen ingresó en el Hall of Fame de los Saints en el año 2009, y en 2015 se convirtió en el cuarto integrante del Ring of Honor. En 2017 fue introducido en el Hall of Fame de la NFL, convirtiéndose en el segundo kicker de la historia que ingresa en Canton, Ohio.

 

 

John Carney (Kicker, 2001-2006, 2009-2010)

 

© Christian Petersen (Getty Images)

 

Uno de los kickers más prolíficos de la historia de la NFL, John Carney firmó un contrato con los Saints como agente libre antes de la temporada 2001, tras haber jugado los 13 años anteriores en Tampa Bay Buccaneers, Los Angeles Rams y San Diego Chargers. En los seis años de su primera etapa en New Orleans jugó en 95 partidos, para seguir camino a tres equipos distintos en los siguientes dos años: Jacksonville Jaguars, Kansas City Chiefs, y New York Giants. Cerró su carrera regresando a los Saints en 2009 y 2010.

En los 108 partidos que disputó con los Saints, Carney convirtió 168 field goals de 203 intentos, consiguiendo un 82,8% de efectividad, y anotó también 264 extra points. Ocupa la segunda posición en la lista de jugadores que más puntos han anotado de la franquicia, con 768. En toda su carrera jugó 302 partidos y acumuló 2.062 puntos, situándose en el quinto lugar entre los máximos anotadores de la historia de la NFL.

John Carney es recordado por varias cosas. El 21 de diciembre de 2003, los Saints perdían 20-13 con los Jaguars, y quedaban 7 segundos para el final. El balón fue pasando de jugador en jugador, hasta que el wide receiver Jerome Pathon anotó un touchdown. Carney pateó el extra point que hubiera supuesto la prórroga, pero se le fue desviado a la derecha. En 2005 anotó un field goal que supuso la victoria ante Carolina Panthers en el primer partido jugado tras el Katrina, y su foto abrazado a Aaron Brooks fue portada de la revista Sports Illustrated del 19 de septiembre. Carney y Brooks ingresaron también juntos en el Hall of Fame de los Saints en 2014

 

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Thomas Morstead (Punter, 2009-presente)

 

© Matt Hazlett (Getty Images)

 

Seleccionado por los New Orleans Saints en la quinta ronda del draft de 2009, en el puesto 164, Thomas Morstead ha jugado en 174 partidos hasta la temporada 2019, convirtiéndose así en el punter que más encuentros ha disputado en la historia de la franquicia. Junto a Drew Brees, es el único jugador que continúa desde la victoria en la Super Bowl XLIV, y en 2020 se les unirá Malcolm Jenkins, compañero de draft de Morstead, tras su periplo de 6 años en los Philadelphia Eagles.

Conocido por la Who Dat Nation como “La Pierna”, Morstead ha acumulado en sus once años en la franquicia 630 punts para 29.516 yardas (46,9 yardas de media), y antes de la llegada de Wil Lutz también se encargaba de los kickoffs, sumando 537, entre los cuales consiguió 259 touchbacks (un 48,2% de los intentos), y avanzó 35.015 yardas, obteniendo 65,2 yardas de media. Con estas cifras, y dado que aún van a seguir creciendo algún año más, tiene tantos motivos como cualquier punter de la historia de la competición para terminar ingresando en el Hall of Fame de la NFL.

Morstead se ha convertido en una voz respetada en el vestuario, gracias a su longevidad y a su todavía alto nivel de juego. Es otro arma más en el juego de los Saints a la hora de establecer la posición en el campo, colocando a menudo a los rivales muy dentro de su territorio. Morstead definitivamente sacó partido a su año de rookie. Siempre se le recordará por la “Emboscada” de la Super Bowl, un onside kick que ejecutó a la perfección al iniciarse la segunda parte que devolvió la posesión a los Saints. Era la primera vez en una Super Bowl que se intentaba un onside kick antes del último cuarto. New Orleans aprovecharía la ocasión para anotar un touchdown y ponerse por delante en el marcador por primera vez en el partido, y acabar ganando el Trofeo Lombardi.

 

 

Tyrone Hughes (Punt/Kick Returner, 1993-1996)

 

© Craig Jones (Getty Images)

 

Tyrone Hughes nació en New Orleans, lugar donde acudió al Instituto St. Augustine antes de ir a la Universidad de Nebraska, desde donde fue seleccionado por los Saints en la quinta ronda del draft de 1993, en el puesto 137. Jugó 63 partidos a lo largo de sus cuatro temporadas en la franquicia, dejando su marca desde el primer momento, pues fue seleccionado para la Pro Bowl en su año rookie, 1993. Ese año fue, simplemente, el mejor retornador de la NFL, liderando la Liga en yardas de retorno de punt con 503, y acumulando 753 yardas de retorno de kickoffs.

Todavía le fue mejor en 1994, cuando lideró la competición en yardas de retorno de kickoff con 1.556. Repitió liderato en 1995 con 1.617 yardas, y en 1996 con 1.791 yardas. También fue líder en el número de retornos de kicks en cada uno de esos tres años. En sus cuatro años en el equipo, retornó 2 punts y 3 kickoffs para touchdown, y en defensa sumó 4 intercepciones y 67 tackles, además de 3 fumbles recuperados que retornó para 128 yardas y 2 touchdowns.

Queda para el recuerdo su impresionante actuación ante Los Angeles Rams, el 23 de octubre de 1994 en el Superdome. Estableció el récord de la Liga de más yardas de retorno de kickoff en un solo partido, con 304, y el de más yardas combinadas de retorno de punt y de kickoff en un solo partido, con 347. Hughes retornó dos kickoffs para touchdown, igualando otro récord de la Liga. El primero de ellos fue de 92 yardas, y el segundo de 98. Por si eso fuera poco, añadió a su brillante actuación una intercepción, y los Saints derrotaron a los Rams 37-34. Hughes ingresó en el Hall of Fame de los Saints en 2015, junto a Michael Lewis.

 

 

Michael Lewis (Punt/Kick Returner, 2001-2006)

 

© Matthew Stockman (Getty Images)

 

Michael Lewis, o “The Beer Man”, natural de New Orleans, nunca jugó al football universitario. Como su velocidad no podía ser ignorada, los Philadelphia Eagles le dieron una oportunidad en 2000, pero no duró mucho. Le cortaron antes del inicio de la temporada regular, y Lewis trabajó conduciendo un camión de reparto de Budweiser en su ciudad natal. Los Saints decidieron contratarle y le enviaron a jugar al Rhein Fire de la NFL Europa en 2001. Cuando regresó a casa para la segunda mitad de la temporada regular de ese año, hizo historia.

En sus seis temporadas en los Saints entre 2001 y 2006, Lewis jugó 63 partidos, en los que retornó 142 punts para 1.482 yardas y 1 touchdown, y 243 kickoffs para 5.903 yardas y 3 touchdowns. Como wide receiver, capturó 28 pases para 553 yardas y 1 touchdown, y jugando en defensa consiguió 6 fumbles recuperados y 40 tackles. Lewis se convirtió en el mejor retornador de kicks de la Liga en 2002, cuando estableció el récord de yardas combinadas de retorno de punt y de kickoff con 2.432, liderando ambas categorías con 1.807 yardas de retorno de kicks y 625 de retorno de punts.

Ese año también lograría 3 retornos para touchdown, uno de un punt y dos de sendos kickoffs. Una temporada de ese calibre no pasó desapercibida para nadie, y fue seleccionado para la Pro Bowl, e incluido en el All Pro. Lewis es el líder histórico de la franquicia en número de retornos y en yardas de retorno, tanto para punts como para kickoffs. “El hombre de la cerveza” ejerce actualmente como embajador de los Saints, e ingresó en el Hall of Fame de la franquicia en 2015, acompañado por Tyrone Hughes.

 

 

Reggie Bush (Punt/Kick Returner, 2006-2010)

 

© Chris Graythen (Getty Images)

 

Vale, es un poco de trampa situar aquí a Reggie Bush. También es verdad que Bush, en principio running back, acabó recorriendo más yardas como wide receiver. Y como en ninguna de ambas posiciones entraba entre los tres o cuatro mejores jugadores de la historia de la franquicia, aprovechemos el hueco que ha quedado aquí para hablar de él. Porque, ¿cómo no íbamos a incluir a Reggie Bush en esta lista? Seleccionado en la primera ronda del draft de 2006, en el puesto 2, el Trofeo Heisman de USC jugó 60 partidos en sus cinco temporadas en los Saints.

Tras finalizar la temporada 2005 con un registro de 3-13, los Saints acometieron una completa reconstrucción. Con adquisiciones clave en la agencia libre como Drew Brees, se buscó en el draft las piezas que faltaban para empezar de nuevo tras el Katrina. Bush no resultó ser el dinámico corredor que se esperaba cuando se le seleccionó con la primera elección, pero aún así contribuyó con 524 carreras para conseguir 2.090 yardas y 17 touchdowns.

Sin embargo, se destapó como un especialista en el juego de pase, registrando 294 recepciones para 2.142 yardas y 12 touchdowns. En los equipos especiales también tuvo importancia. Retornó 92 punts para 720 yardas y 4 touchdowns, y 1 kickoff para 32 yardas. Entre todas sus posiciones, Bush sumó 4.984 yardas y 33 touchdowns. Bush forjó un papel en el ataque que desde entonces ha perfeccionado Alvin Kamara. Reggie Bush ingresó en el Hall of Fame de los Saints en 2019, junto a Marques Colston.

 

 

Fred McAfee (Special Teams, 1991-1993, 2000-2006)

 

© Joe Robbins (Getty Images)

 

Fred McAfee fue seleccionado por los Saints en la sexta ronda del draft de 1991, en el puesto 154. Jugó en la franquicia en dos etapas separadas en el tiempo, convirtiéndose en el primer jugador de la historia en participar en tres títulos de División para el equipo, en 1991, 2000 y 2006. McAfee valía para todo. En sus diez temporadas corrió, recibió pases, realizó retornos y jugó en los equipos especiales. De hecho, su año 2002 en los equipos especiales fue tan destacado que fue seleccionado para la Pro Bowl.

En los 122 partidos que jugó como Saint, dejó para los registros todo tipo de logros. Realizó 209 carreras como running back, para 897 yardas y 5 touchdowns. Como receptor capturó 3 pases para 27 yardas. Retornó 106 kickoffs para 2.233 yardas. Y en defensa consiguió 5 fumbles recuperados y realizó 90 tackles. Destacó en sus labores como running back en su año rookie, donde sumó 494 yardas y 2 touchdowns a partir de 109 carreras.

Cuando dejó New Orleans en 1993, estuvo en Arizona Cardinals, Pittsburgh Steelers y Tampa Bay Buccaneers, donde solo jugó un partido, antes de regresar al equipo que le drafteó, en el año 2000. En esas siete temporadas fue declarado agente libre y volvió a firmar un nuevo contrato en varias ocasiones. Era reconocida su ética de trabajo, y se le consideraba un líder dentro y fuera del campo, aportando mucha camaradería al vestuario. Cuando se retiró, la franquicia anunció su contratación para el staff, y en la actualidad ostenta el cargo de Director de Desarrollo de Jugadores.

Steve Gleason (Special Teams, 2000-2006)

 

© Michael DeMocker (The Times-Picayune)

 

La mera sugerencia de que Steve Gleason no tiene un sitio especial en el corazón de todo fan de los New Orleans Saints, en cualquier lugar del mundo, no se sostiene. Después de firmar por los Indianapolis Colts como agente libre no drafteado en el año 2000, fue cortado antes del inicio de la temporada regular, y los Saints le contrataron en noviembre de ese año para el equipo de entrenamiento. Gleason pasó los siete años de su carrera en New Orleans, donde jugó 83 partidos, principalmente en los equipos especiales.

A base de constancia y trabajo duro, y poniendo todo su corazón en el campo, fue uno de los especialistas más destacados del equipo. Registró 98 tackles, 2 fumbles recuperados y 4 punts bloqueados. El 25 de septiembre de 2006 bloqueó uno pateado por el punter de los Atlanta Falcons Michael Koenen al principio del partido, que recuperó Curtis Deloatch en la end zone de los Falcons para anotar un touchdown. Era la primera anotación del primer partido de los Saints en New Orleans en casi 21 meses, tras la devastación provocada por el huracán Katrina. Y siempre se recordará como el momento del “Renacimiento” por la ciudad de New Orleans.

Al terminar la temporada de 2006 Gleason decidió retirarse y disfrutar de la vida en una ciudad que le amaba, y que él a su vez amaba también. En 2011 se le diagnosticó Esclerosis Lateral Amiotrófica (ELA, o la enfermedad de Lou Gehrig), y no se le dio mucha esperanza de vida. Decidido a mejorar la calidad de vida de los pacientes de ELA, creó una fundación conocida como Team Gleason, y no solo ha conseguido alargar su vida y la de mucha gente, sino también las condiciones en las que esa vida se desarrolla, permitiendo por ejemplo que la enfermedad no deje al paciente incomunicado con el resto del mundo. En 2019 se reconoció su esfuerzo por concienciar sobre la enfermedad y recibió la Medalla de Oro del Congreso de Estados Unidos, el más alto reconocimiento que un civil puede recibir en su país.

 


 

Y ya hemos llegado al final de la lista. Es posible que hayáis echado en falta algún nombre, y es normal. Son muchos los jugadores que han dejado una huella indeleble en la franquicia de los New Orleans Saints, y una relación de cincuenta nombres se queda corta para incluirlos a todos. También hay jugadores que actualmente continúan creciendo, camino de convertirse en leyendas de este equipo. En futuras revisiones, quién sabe si habrá que hacer sitio a los Cameron Jordan, Michael Thomas, Ryan Ramczyk o Wil Lutz. Incluso Alvin Kamara tiene todavía tiempo para devorar yardas y anotar touchdowns que seguirán levantando a los aficionados de los Saints de sus asientos. Mientras llegue su momento, disfrutemos de su talento como tantos aficionados lo hicieron de los jugadores que han pasado por aquí.

Who Dat!

Alfonso Félez

 


Bibliografía:

Datos estadísticos extraídos de Pro Football Reference (https://www.pro-football-reference.com/).