Los Atlanta Falcons se encuentran a las puertas de una temporada que puede ser la decisiva para Dan Quinn y su proyecto deportivo con el equipo. La pasada temporada dejó un conjunto de sensaciones que disgustaron tanto a los jugadores como a los aficionados, al ver que el equipo no daba los resultados que se esperaban. Es por eso, que la temporada 2018-2019, ha marcado un punto de inflexión en las decisiones del equipo y del mismo staff técnico.
Con la llegada de un nuevo coordinador ofensivo en Dirk Koetter, la incorporación del nuevo entrenador de equipos especiales Ben Kotwica y el establecimiento de Dan Quinn como coordinador defensivo, los Atlanta Falcons cuentan con una serie de elementos clave que pueden dar un salto en el liderazgo de los jugadores además de la perfección de sus habilidades.
Trabajo en el War Room
Por esa misma razón, la edición del draft de la NFL del 2019, ha sido una oportunidad para los directivos de los Falcons de hacerse con las piezas clave para llevar al equipo de Atlanta, otra vez a la cúspide de la NFL.
En general, este draft ha sido enfocado con un único propósito, y es, ante todo, corregir aquellos aspectos que, en un principio, causaron la mala actuación del equipo en la pasada temporada. Se tratan de picks que buscan cubrir las necesidades básicas que los Falcons precisaban de cara a la próxima campaña de la NFL.
En un principio parecía verse a Christian Wilkins como el jugador que iba a ocupar ese pick 14, pero los Miami Dolphins fueron los que se hicieron con los servicios del jugador. Los Falcons, pero, parecieron dar señales de no querer invertir sus picks en jugadores de la línea defensiva al contratar al indisciplinado Rashede Hageman, los ex-falcons Chris Odom, y Adrian Clayborn, y al defensive tackle de Saints Tyeler Davison.
Estos fichajes parecen haber dado la profundidad al cuerpo de líneas defensivos de Atlanta que su Head Coach y nuevo coordinador defensivo Dan Quinn quería para la nueva temporada. Los Falcons parecen haber querido ir sobre seguro y han decidido draftear a jugadores de la línea ofensiva en la primera ronda, para así dotar de profundidad y talento una posición que causó tantos quebraderos de cabeza durante la temporada pasada.
La primera ronda y la disparidad de sensaciones
Este draft ha dejado, para algunos aficionados, un sabor agridulce de su desenlace y los picks que los Falcons han realizado en la primera ronda. En un draft, en el que se asume de estar repleto de talento orientado a la línea defensiva/pass rushers, que los Falcons no draftearan una pieza defensiva con sus picks, no ha sido una decisión muy bien recibida por algunos seguidores de los Falcons.
Y no es para menos, ya que el hecho de que los pass rushers de Atlanta no lograran intimidar a las ofensivas rivales la pasada temporada, es un punto importante que explica esa reacción por parte de algunos sectores de la afición. Es por eso, que un conjunto de fans en el que me incluyo, pensábamos que los Falcons avanzarían un par o tres de picks para draftear un jugador como Christian Wilkins o bien Ed Oliver, jugadores con un talento defensivo muy prometedor y que podían dar ese X Factor al pass rush de Atlanta. Fue entonces, al ver los picks de Christopher Lindstrom y Kaleb McGary, que el desconcierto se apoderó un poco de mí, y también pareció abordar las opiniones de los seguidores de los Dirty Birds en las redes sociales.
Desde mi humilde punto de vista, los picks 14 y 31 (el último de ellos adquirido a través de Los Ángeles Rams), que se utilizaron en el guard de Boston College y el right tackle de Washington College, pueden hacerse entender teniendo en cuenta las declaraciones que Dan Quinn hizo hace un par de meses, en las que aseguraba que tan sólo estaba a gusto con 2 posiciones de las 5 que tenía la línea ofensiva (Center y Left Tackle), ocupadas por los Pro Bowlers Alex Mack y Jake Matthews.
El resto de jugadores titulares que la formaban parecía tener los días contados, y así ha sido. La marcha del right tackle Ryan Schraeder y la reciente salida del guard Brandon Fusco, nos permite ver una remodelación de una línea de ataque que la pasada temporada permitió un total de 204 presiones al quarterback (solo por delante de los Vikings). También, y teniendo en cuenta su historial de lesiones, Andy Levitre podría ver sus días contados en el equipo del estado del melocotón.
La llegada de Jamon Brown, anteriormente guard en Los Ángeles Rams, James Carpenter, ex guard de los New York Jets, y a los veteranos Adam Gettis (guard) y John Wetzel (tackle), parecían aminorar un poco la carga de tener que invertir picks de primera ronda en múltiples jugadores de la línea ofensiva en un draft claramente cargado de talento defensivo.
Pero la selección del guard Christopher Lindstrom parece haber sido el pick más curioso de todos los que se han realizado en el draft. Teniendo en cuenta las nuevas incorporaciones en la posición de guard, la cabida de Lindstrom podría indicar una disminución de sus minutos de juego, una decisión que aún está por determinar y que quedará en manos del head coach Quinn o bien del coordinador ofensivo Dirk Koetter.
Una cosa es clara, y es que los Falcons han querido partir de una base de jóvenes jugadores que puedan dar una longevidad a una línea de ataque que tiene la difícil tarea de proteger a Matt Ryan, el quarterback franquicia de Atlanta. Además, el añadir jugadores más veteranos como Wetzel o bien Carpenter a la plantilla, indica también la voluntad de los Falcons de hacer de los dos linieros ofensivos drafteados, piezas importantes del juego de Atlanta.
Resumen de los picks y sus posibles funciones
En palabras del periodista Vaughn McClure: “uno no utiliza un pick de primera ronda en un jugador que vaya a estar sentado (en el banquillo)”. Y es que el reportero da, en mi opinión, en el clavo asegurando que un jugador como Lindstrom, que jugó su temporada 2017 como tackle, vaya y deba ser un jugador de “impacto inmediato” en la línea ofensiva de Atlanta. Al fin y al cabo, el pick de dos jugadores ofensivos en la primera ronda del draft, reside en la premisa que ya he mencionado de querer rejuvenecer un equipo, de forma completa.
Por lo que respecta a Kaleb McGary, las sensaciones que transmite este right tackle de la universidad de Washington, son más sólidas, a mi parecer, que las de su ahora compañero de equipo, Christopher. Según el jugador, el hecho de ser un línea ofensivo es un hecho que le “enorgullece”, una frase que pocas veces se puede oír en jugadores que compiten la posición de McGary.
Es, además, un aspecto en el que los aficionados de los Falcons nos deberíamos regodear y sobretodo, lucir a la hora de hablar de un draft que, para ser sinceros, los Falcons no han destacado por las incorporaciones de jugadores muy promocionados. También, es importante remarcar una frase del mismo Kaleb McGary que, preguntado sobre qué es lo que le identifica como jugador, el tackle de Washington respondía: “Mi quarterback y mi tailback son como mi familia. Nadie hiere a esas personas”. ¡Queda apuntado Kaleb!
Debido a la adquisición del pick 31 de la primera ronda por parte de los Falcons, Los Ángeles Rams recibieron a cambio los picks de segunda y tercera ronda (45 y 79 respectivamente). Además, Atlanta rascó, a parte del pick 31, una sexta ronda a su arsenal de elecciones también de los Rams.
Ya en la cuarta ronda, los Atlanta Falcons seleccionaron a Kendall Sheffield y John Cominsky (picks 111 y 135, respectivamente). El primero es un cornerback de la Universidad de Ohio State, característico por su velocidad explosiva, se une a una secundaria diezmada y falta de componentes. Y es que tras la marcha de Brian Poole a los New York Jets, y el corte de Robert Alford del roster, los Falcons necesitaban una nueva pieza para poder gestionar esas rotaciones de cornerbacks y dar descanso a los titulares dentro del terreno de juego.
Por otra parte, Sheffield parece un jugador diferente, que puede aportar un poco más de versatilidad a una defensa ya joven y que está en aras de convertirse en una de las mejores de la liga si logra hacer encajar todos sus engranajes.
Además, encontramos a John Cominsky, un pick cuanto menos curioso debido a que se trata de un defensive end, salido de la Universidad de Charleston de segunda división. Se trata de un jugador que puede lograr reiniciar el fuego en los pass rushers de Atlanta, ya que se trata de un jugador que debe demostrar y debe ganarse un lugar en el equipo y su energía competitiva puede influir en ese proceso de “reactivación”. Cominsky podrá aprender además de jugadores veteranos como por ejemplo el llegado de New England, Adrian Clayborn, de quien puede intentar recibir algunas lecciones de como atacar a los tackles de los equipos rivales, sobre todo si juegan contra los Dallas Cowboys.
Avanzando en el draft, los Atlanta Falcons seleccionaron en los picks 152 y 172, de la quinta ronda, primero al runningback de Pittsburgh Qadree Ollison, y segundo a otro jugador de Washington, y esta vez cornerback, Jordan Miller. Por lo que respecta a Ollison, su manera de involucrarse en el equipo y el juego puede ser clave para unos Falcons que deben suplir la doble amenaza que era Tevin Coleman y Devonta Freeman, ahora que el primero jugará bajo las órdenes de Shanahan en San Francisco.
Su potencia a la hora de correr puede aportar una variante a unos runningbacks muy veloces y escapistas, para así aportar un ariete ofensivo al juego de carrera. Por lo que respecta a Jordan Miller, se trata de un cornerback alto y hábil, veloz y que mantiene su función inicial para los Falcons de aportar profundidad a la secundaria de los Dirty Birds.
Ya en la última selección de los de Quinn en el draft, y utilizando el pick de sexta ronda de los Rams, los Atlanta Falcons eligieron al jugador Marcus Green, receptor de la Universidad de UL Monroe. Su función en un inicio parece estar destinada a poder retornar punts y kickoffs, en un intento de lograr que el recién llegado coordinador de equipos especiales, Ben Kotwica, logré hacer de los Falcons, un equipo mucho más competitivo en las tareas del posicionamiento de campo.
https://www.youtube.com/watch?v=ekb3ez3JrQs
En resumen, y qué esperar de los Falcons
En definitiva, los Atlanta Falcons parecen satisfechos de su draft, la incorporación de jugadores jóvenes a su roster y la voluntad del equipo de triunfar, parecen haberse plasmado en esta edición del draft de la NFL. A pesar de las distintas sensaciones que los primeros picks pudieran haber generado, una cosa es clara, y es que el proyecto de Quinn con el equipo, parece tener la voluntad de revestir a los Atlanta Falcons de un cuerpo joven de atletas, que aseguren un futuro al equipo.
De cara a la próxima temporada, creo que podremos ver mejoras muy características, sobretodo en la ofensiva de los Dirty Birds, que tendrán la posibilidad de establecer esa máquina anotadora que una vez fuere el año que se perdió la Super Bowl. Bajo Dirk Koetter en la ofensiva, y Dan Quinn organizando la defensa, aquella faceta de los Falcons como equipo anotador y a la vez, equipo muy veloz y explosivo en defensa, podría verse materializada.
De un modo u otro, los Falcons del 2018 quedan atrás, y junto a las nuevas incorporaciones tanto en ataque como en defensa, el equipo del estado del melocotón tiene por delante una oportunidad de oro de hacerse con su primer trofeo Lombardi, uno que se escabulló por poco en 2016, y que, desde mi punto de vista, ya va siendo hora de que abandone New England para quedarse en Atlanta un tiempo.