Los Bucs necesitan la defensa en su ADN

El ADN de un equipo es vital. Es lo que marca a fuego para todo el devenir del equipo. Y el de Tampa es la defensa. Bueno, realmente lo fue. Ahora lo ha perdido, se ha ido difuminando, se ha evaporado, no está.

Vayámonos unos meses atrás, casi un año. En el último día del Training Camp de los Bucs del año pasado, Gerald McCoy estaba notablemente enfadado. Había mucho bombo por las nuevas adquisiciones de los Bucs en la Linea Defensiva. Comentaba que se trataba del equipo, que todo el mundo decía que las adquisiciones del veterano Jason Pierre-Paul y el novato Vita Vea iban a ayudar a McCoy. Postulaba porque realmente van a ayudar al equipo, no a él en cuestión.

Hasta este momento

El caso es que ha habido muchas incorporaciones el año pasado en esta línea, pero no parecen haber sido suficientes o al menos del todo correctas. Jason Pierre-Paul sí hizo su parte con 12,5 sacks y 20 QB Hits. Los Bucs añadieron desde los waivers de Browns a Carl Nassib, y jugó más que correctamente con 6,5 sacks. Pero luego tenemos a Beau Allen, a Vinny Curry, Mitch Unrein… incluso Vita Vea sólo consiguió 3,5 sacks en 13 partidos.

Este año parece cada vez más claro que Gerald McCoy no va a volver con los Bucs. A sus 31 años sobrepasa los 13 millones de salario y no se ha presentado al programa de entrenamientos. Es posible que los Bucs traten de venderlo o hacer un trade durante el propio día del Draft.

La historia nos demuestra ADN defensivo.

Simeon Rice y Warren Sapp – Fuente: blacksportsonline.com

Desde que los Bucs ganaron la Superbowl XXXVII en la temporada de 2002, sólo han acabado en el Top 10 de sacks en tres ocasiones. La más alta, con 45 sacks en 2004, siendo terceros. Las más bajas, con 22 den 2017 y 23 en 2011, quedando últimos en la liga. De ahí la pérdida del ADN.

Bill Walsh, ex entrenador de los 49ers llegó a decir: «el pass rush a final del partido, el la clave del Football«. Pues los Bucs han perdido esa llave, desde hace tiempo.

De hecho, sólo se ha vuelto a vislumbrar el año pasado con JPP. Desde aquellos años, 13 en concreto, en los que Warren Sapp y Simeon Rice marcaban dobles dígitos de sacks en las temporadas, nadie lo había repetido. Pero claro, JPP tiene 30 años y ha ganado 12,5 millones este último año. Su llegada dice mucho de cómo estaban los Bucs en este aspecto.

Últimos años en Bucs.

Pero en cinco temporadas, el GM Jason Licht ha elegido en el Draft sólo a tres Líneas Defensivos: el DT Stevie Tu’ikolovatu, séptima ronda en 2017; el DE Noah Spence, segunda ronda en 2016; y Vita Vea, que fue en primera ronda el año pasado. Esto no ha funcionado para recuperar ese ADN.

Noah Spence ha tenido serios problemas en su hombro las dos primeras temporadas. El año pasado, le costó ganar snaps. Apareció principalmente en equipos especiales con 3 tackles y 1 QB hit.

Noah Spence – Fuente Monica Herdom – Times

Y aquí viene la gran pregunta: ¿Cómo han llegado los Bucs aquí?, es decir, cómo una franquicia con enormes momentos en su historia, véase el Campeonato de la NFC de 1979, o las apariciones en Playoffs en la época de los 90´s y principios de los 2000, sin contar con la gloriosa temporada de la Superbowl, ha perdido su seña de identidad, su ADN.

Quizá sea tan simple como encontrar un QB franquicia y rodearlo de grandes jugadores. Además, el juego del Football está cambiando. Las reglas lo están cambiando. Con todas las reglas que limitan el contacto con receptores y protegen de sobremanera a los QBs, la NFL se ha convertido en una oferta explosiva de ofensivas y abultados marcadores.

En el Draft de 2015, los Bucs eligieron a Jameis Winston, y lo rodearon de jugadores: Ali Marpet enorme Guard, el LT, D(C)onovan Smith, actualmente renovado. De hecho, Kwon Alexander fue el único jugador defensivo que se eligió en ese Draft.

En el Draft de 2016, los Bucs confiaron en el DB Vernon Hargreaves III en su primera elección, y en Noah Spence en segunda. Luego ya vino la catastrófica elección del Kicker Roberto Aguayo.

En el Draft de 2017, se volvió a apostar por la ofensiva con dos de las tres primeras elecciones: el TE OJ Howard y el receptor Chris Godwin.

Y ahora…

Con los Bucs cambiando hacia una formación de 3-4, Noah Spence seguramente cambie de posición a Outside Linebacker para los pases exteriores. Los Bucs también firmaron con el LB Shaq Barrett con la esperanza de que haya mayor fuerza en el Pass Rush. Ya que Bruce Arians ha dejado que Todd Bowles el Coordinador Defensivo que brinde de flexibilidad a los rushers en este roster.

Hay necesidades en este Draft, ya lo hablamos en otro artículo de Spanish Bowl.

William Gholston a aumentado su peso, y hará su trabajo natural. Por otro lado, Carl Nassib todavía no sabe que posición tendrá, vale para un roto y un descosido. Pero JPP jugará, todo indica, contra los Guards rivales, y le puede llegar a gustar y mucho. Es decir, hay muchas piezas ahí que tienen que encajar correctamente. Shaq Barrett no sólo es elusivo, jugará mucho en terceros downs y en equipos especiales.

Nick Bosa – Fuente: athlonsports.com

Pero todo esto no es suficiente para recuperar ese ADN de la defensa. Los Bucs creen saberlo. Y con esta elección número 5 del Draft los Bucs tienen la posibilidad de elegir a un verdadero líder en la defensa. Si como se puede esperar, antes del #5 caen un par de QBs, los Bucs se verían con un elenco de jugadores para su elección. Puede llegar incluso el DE de Ohio State, Nick Bosa, o el DT de Alabama Quinnen Williams, o incluso el DE de Kentucky Josh Allen.

Ahora llega otra de las grandes preguntas. Qué será mejor, tener pass rushers o secundaria potente. La respuesta se hace fácil. Los Pass Rushers, llegan primero y hacen la vida de los Backs mucho más fácil. Tener dos o tres Rushers que no dejen aire a la ofensiva, es clave.

Es verdad que los Bucs han dejado muy aparcado su interés por el Linebacker de LSU Devin White, pero se hace difícil imaginar que si les llega puedan pasar de él. Y más difícil todavía pensar que los Bucs salgan de este Draft sin uno o dos pass rushers puros.

Conclusión.

La verdad es que es un buen año de Líneas Defensivas, como los casi últimos ocho. Pero es en esta ocasión donde los Bucs han de reflexionar si quieren recuperar ese ADN defensivo que tanto les caracterizó durante tanto tiempo. Los Bucs tienen que añadir pass rush potente en una liga que se está convirtiendo en ofensiva pura y dejar de permitir casi 30 puntos por partido.