Con la temporada 2022 cerrada y la Super Bowl ya asentada en nuestros hipocampos, es tiempo de centrar nuestra atención en las principales líneas argumentales de la postemporada. Offseason
Me encanta la offseason de la NFL. Lo admito, sin ningún tipo de vergüenza. Si consideramos la temporada como la “táctica”, la pura ejecución de un plan; la postemporada es la fase estratégica. Las decisiones que guiarán el medio y largo plazo de cada franquicia se están tomando mientras lees esto. Aunque lo leas en tu móvil desde el váter.
Así que es momento de virar el foco, apartar la mirada de las Xs y Os, de las victorias y derrotas de cada semana. Es tiempo de hablar de extensiones de contrato y de salary cap. De jugadores cortados y de trades. De agentes libres sobrevalorados por el mercado. De la Combine y del draft. Y por supuesto, de “cap casualties”.
Y dentro de la interminable madeja de narrativas que nos brindarán estos meses de febrero a mayo, las de algunos equipos me interesan más que las de otros. Por varios motivos. Sin ser ni mucho menos el menos relevante mi propio gusto personal por determinados culebrones de postemporada.
Así que sin más preámbulos, estos son los equipos que más me interesará seguir en esta offseason 2023.
Philadelphia Eagles
Quizás la más obvia y canónica de las entradas de este irrelevante listado. Tras el anticlimático final de temporada de los Eagles, los de Philadelphia afrontan un periodo con muchas decisiones por tomar. a
La más evidente es la extensión de contrato de Jalen Hurts. El QB deja atrás una temporada de gran progresión y con el dudoso honor de protagonizar una de las mejores actuaciones (¿la mejor?) de un quarterback perdedor en una Super Bowl. Lo que también dejará atrás será su contrato de rookie, pasando a un salario anual que empezará por 4.
Más preocupante para Philadelphia es la horda de jugadores que se convierten en agentes libres. No puedo resistirme a enumerarlos, especialmente en la defensa: Javon Hargrave (DL), James Bradberry (CB), Chauncey Gardner-Johnson (CB), TJ Edwards (LB), Kyzir White (LB), Brandon Graham (Edge), Fletcher Cox (DL), Marcus Epps (S), Robert Quinn (Edge), Ndamukong Suh (DL), Linval Joseph (DL). Por traducirlo en números, perderían jugadores que suman 8.467 snaps en 2022, incluyendo 7 de los 10 jugadores con más snaps defensivos de la plantilla. Casi nada.
En ataque, serán agentes libres Miles Sanders (RB), Isaac Seumalo (G), y otros tantos nombres menos relevantes.
Howie Roseman (General Manager de Philadelphia y nombrado Executive of the Year), no se va a aburrir, y con él seguro que nosotros tampoco. Roseman demostró el año pasado saber moverse en este terreno, y ahí esta Haason Reddick como prueba. Los Eagles serán agresivos y estarán en el centro de muchos movimientos en los próximos meses. El listón está alto.
Chicago Bears
Tengo tantas dudas de que la offseason de los Bears vaya a ser buena, como certeza de que va a ser divertida. El cocktail formado por Justin Fields, la elección número 1 del draft, y casi 100 millones de espacio en salary cap puede generar una onda expansiva de dimensiones bíblicas. Y estaré tremendamente decepcionado si no sucede con altas dosis de drama.
En lo que respecta al quarterback, todas las opciones son posibles:
- «Tradear» a Justin Fields y elegir en el #1 a un QB, presumiblemente Bryce Young, de Alabama.
- Confirmar a Justin Fields como su QB Franquicia y «tradear» la elección 1 para conseguir más elecciones en este y/o el próximo draft.
- La más improbable y jugosa, una mezcla de las dos anteriores: Quedarse con Justin Fields, y hacerle competir con un rookie que eligieran en el #1.
Sea como fuere, el estar 100 millones por debajo del tope salarial añade mucho picante a la offseason de Chicago.
Y es que el salary cap no solo marca el máximo que se puede gastar en salarios de jugadores, sino que también establece un mínimo: un 90% del total del salary cap en un periodo de tres años (en este caso del 2021 al 2023). Este tema daría para un artículo en sí mismo, pero en resumen: los Chicago Bears no solo “pueden” gastar en esta postemporada. Es que TIENEN que gastar, y tienen que pagar a alguien.
Las estimaciones dicen que los Bears tendrán que tener una masa salarial “contable” en 2023 de unos 240 millones de dólares para llegar al mínimo exigido en el trienio. Actualmente tienen 93 millones. La diferencia es una auténtica salvajada. Es cierto que vía draft, y especialmente si mantienen la elección número 1, podrán ir completando ese gasto, pero aún así el número es enorme.
No he seguido la trayectoria de Ryan Poles como para predecir sus movimientos, pero la experiencia me dice que en Chicago se va a derrochar dinero a espuertas. Si eres un agente libre en la NFL, tener una oferta de los Bears esta primavera va a ser una buena noticia. Y para nosotros la buena noticia es que estaremos atentos para disfrutarlo, y para echarnos las manos a la cabeza en twitter.
Tampa Bay Bucanneers
La situación de los Bucs me resulta interesante por motivos casi voyeristas. Por usar una analogía menos turbia, diré que ya tengo el bol de palomitas listo para ver como los de Tampa gestionan una situación dramática.
La retirada de Tom Brady deja una cifra de “dead cap” (es decir, un impacto en la masa salarial del equipo, aún sin estar en la pantilla) de 35 millones de dólares. Esto es un 15% del salary cap total. Si lo sumamos a otros 8 millones de dead cap que los Bucanneers acumulan de operaciones pasadas, un 19% del salary cap total se esfumará en el éter de la contabilidad y no aportará ni un solo snap en 2023. 1 de cada 5 dólares no se verá en el campo.
Sí, sí, sí…es cierto que existe la opción a una reestructuración del contrato de Brady que permitiría dividir ese impacto de 35 millones en dos años (11 millones en 2023 y 24 en 2024), pero me niego a minimizar lo dramático de la situación, y mucho menos a quitarle jugo a esta línea narrativa.
Además, me pregunto si a los Bucs les interesará alargar esta agonía pasando parte del problema a 2024. Deberían morder la bala, sufrir esta temporada con Kyle Trask como quarterback, y encarar el 2024 con los libros limpios y, muy presumiblemente una buena posición en el draft. En cualquier caso, tendrán que hacer virguerías para entrar en el tope salarial.
Pero que no se me malinterprete. La apuesta que hicieron los Bucs ya ha pagado. Desde el momento en el que ha hecho que te lleves un trofeo Lombardi a casa, todo este caos financiero ya está amortizado. Pueden ponerse a reconstruir el equipo desde la perspectiva del que se la jugó y ganó.
Los Angeles Rams
Otro equipo que apostó fuerte, fue campeón, y ahora satisface nuestras más bajas pasiones de disfrute del sufrimiento ajeno. Los Rams han entrado en modo supernova antes de lo previsto, implosionando en 2022 para cerrar la peor temporada de la historia para un vigente ganador de la Superbowl (5–12).
Es cierto que el año de los Rams ha estado enormemente influido por las lesiones, teniendo que presentar alineaciones irreconocibles en varias jornadas. Pero no es menos cierto que las señales que nos manda la franquicia de Los Ángeles no son las de un equipo que espera ganar en 2023, por mucho que desde el Front Office se empeñen en hablar de “remodelar” y no de “reconstruir” el equipo. ¿Quizás se refieren a que ni tan siquiera tienen las herramientas necesarias para reconstruir?
El primer movimiento de su offseason, ha sido cortar a Bobby Wagner, élite dentro de la élite de los linebackers, que deja 7 millones de dead cap en los libros y ninguna compensación a la franquicia.
El segundo ha sido poner en el mercado a Jalen Ramsey, otro puntal de su defensa. Parece que es su baza para obtener un botín de elecciones del draft con las que comenzar a “remodelar”. Y es que los Rams encaran el que sería su séptimo año consecutivo sin elecciones en primera ronda del draft.
La franquicia angelina tendrá que reencontrar su identidad, empezando por Sean McVay, un Head Coach, niño de oro de la NFL, que ahora parece desquiciado y que es reincidente en coquetear con la retirada.
Más dudas aún me genera la situación de Matthew Stafford. Un QB que no tiene nada que demostrar, pero con serias dudas en cuanto a su estado de salud, que ha cerrado su peor temporada como profesional, y que firmo un contrato hace menos de un año con 63 millones garantizados, del que los Rams no podrían escapar ni aunque quisieran.
Les Snead (General Manager de los Rams) es consciente de que es hora de empezar a pagar los intereses de los éxitos pasados. Tendrá que cambiar de estrategia, pero desde luego que se ha ganado el beneficio de la duda.
Cleveland Browns
La offseason de los Cleveland Browns será muy interesante si, y sólo si, eres fan de los Cleveland Browns. Algo me dice que no será el caso de la mayoría (o de nadie) de los que lleguéis a este artículo. Un número ya de base reducido.
Así que por hacer un favor a todo el mundo, haré un post separado y exclusivo de los Browns, para poder «autoflagelarme» en condiciones idóneas. Por el momento, la reestructuración del contrato de Jakeem Grant es un mal augurio de lo que se avecina.
Bonus: Historias de Quarterbacks
Sus equipos no cumplen los requisitos de jugosidad de este exigente listado, pero no puedo dejar de mencionar dos nombres que protagonizarán los grandes titulares de esta offseason: Aaron Rodgers y Lamar Jackson.
Aaron Rodgers acaba de salir del retiro en la oscuridad en el que supuestamente decidiría su futuro. Nadie se toma en serio la opción de la retirada, así que yo tampoco. Los rumores dicen que en Green Bay tampoco le quieren de vuelta, por lo que solo nos queda jugar a la quiniela del trade. Los Jets parecen el destino de consenso de los expertos. Qué bien, otro Top QB en la AFC.
Los Ravens por su parte siguen sin renovar a Lamar Jackson, que quiere un contrato 100% garantizado, una vez sentado el precedente de Deshaun Watson. Parece que todo empezará por ponerle el franchise tag y buscar un trade. Independientemente de donde termine jugando, me interesa mucho verle en el mercado intentando conseguir ese contrato 100% garantizado.
Mi apuesta es que nadie se lo dará y que Deshaun Watson será una aberración en la historia contractual de la NFL.
Mi instinto me dice que el grupo de Whatsapp de los propietarios de los equipos de la NFL ha estado muy activo para asegurar que nadie le ofrece esos 5 años garantizados. Aunque solo hace falta un disidente. Veremos.
Mientras, los Burrow, Hurts, Herbert y compañía — los próximos en la cola de renovación de contrato — van haciendo hueco en la cartera.
Cómo no va a gustarme la offseason. Menos mal que acaba de empezar. Offseason Offseason
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