(O como se explica la locura de pre season en Kansas).
No es más alto que nadie. No es más rápido que nadie. No se va de nadie a base de quiebros «after catch». No deja atrás en sus rutas al cornerback. Evita el contacto. No tiene recepciones imposibles en su haber.
«Solo» tiene unas buenas manos (yo diría excelentes) y bastante inteligencia para encontrar el espacio. Sobretodo el espacio entre la línea de linebackers y la de safetys. Cortando de fuera hacia dentro. Ahí, Kelce también es un maestro.
(Clásica ruta de maclin en Kansas. Por el centro. Al espacio en defensas zonales).
En realidad si le analizas y observas sus jugadas, intentando escoger alguna para destacar. No encuentras demasiado. Diría que no es un jugador de YouTube. Pero es un receptor serio. O lo que es lo mismo, no es un Green o un Jones, o un Beckham. Su inteligencia es lo que le ha dado su posición actual. Y su sueldo.
Es fácil verle realizando diversos quiebros en la salida de la ruta, pero no se desengancha. Es mucho mejor recibiendo en comebacks o recepciones similares en las que recibe el balón un segundo después del corte. Si no, vuelve ha ser alcanzado por su perseguidor. Y, por lo menos en chiefs, cuando mejor rinde es cuando se rompe la jugada. Ahí su inteligencia cobra valor y se convierte en un objetivo a seguir.
Pero si somos sinceros, nada que no pueda hacer Albert Wilson, o Chris Conely… y por supuesto Tyreek Hill. Por lo menos en el sistema diésel de Kansas.
Creo que Baltimore se lleva un buen receptor, sí. Pero no creo que Kansas pierda demasiado. Sobretodo si Alex Smith cree un poco más en estos tres receptores que tan a menudo corren bien sus rutas, pero no cuentan con la complicidad del QB de Utah.
(Aquí vemos señalado a Wilson, solo. El pase fue para Maclin, señalado de azul)
Si la vida fuera maravillosa yo me lo quedaría. Pero no lo es tanto. Me explico.
Con todas esas premisas anteriores, y el problema económico que arrastran los Chiefs, Jeremy Maclin se convirtió sin querer en la pieza exacta para vender. Un hombre con mucho cartel en la NFL y que representa una pérdida para el equipo, pero no determinante.
La renovación millonaria de Eric Berry así lo demuestra. Los chiefs han hecho un esfuerzo económico importante con algunas piezas claras de lo que es un equipo, un bloque.
Berry, Kelce, Peters, Houston, Johnson… Esas son las piezas claves que consideran Reid y compañía como inegociables. Poca estrella mediática y grandes jugadores de bloque.
Y éste cuerpo técnico confía en su olfato. Por eso hace dos años cazaron a Marcus Peters, el año pasado a Hill y este año esperan sacar tajada en la faceta ofensiva.
Los informes sobre el nuevo runningback Kareem Hunt son muy, muy esperanzadores. Yo no descartaría la presencia activa del WR drafteado Chris Jones. Y tendremos que seguir de cerca la evolución de Patrick Mahomes. Un QB que a priori no encaja con la filosofía Reid, pero que nos enseña la patita de lo que puede estar ocurriendo en el medio oeste. Y concretamente en la cabeza del experimentado Andy Reid.
Soltar el lastre de Poe, Charles, y Maclin es una apuesta arriesgada. De esas que criticaremos o alabaremos a final de temporada. Pero es sin duda un síntoma de cambio.
Los Chiefs se han querido quedar con la columna vertebral. Aumentar su poder económico y sumar nuevos argumentos distintos a los ya habidos. Que tan buenos resultados les han dado, pero que no son suficientes para superar la ronda divisional.
Y ahí va el cambio.
Creo sinceramente que alguien ha decidido en Kansas que el formato es bueno, pero no suficiente. Y que las reconstrucciones desde cero son una penitencia innecesaria.
Por eso, recapitulando, lo entendemos todo así.
Dinero para fichar en uno o dos años alguna estrella confirmada. Equipo base solvente. Proyección en las elecciones del draft. Y un QB para un cambio de mentalidad.
Es fácil que alguna de esas patas de la «reconstrucción» falle. Es posible. Pero me gusta pensar que por fin en Kansas no se conforman con ser un equipo de wild card y poco mas…
O eso me gusta pensar…