Mock-Draft Bengals 2019

Cuando ya empezamos a contar el tiempo de espera para el anhelado draft en horas, es buen momento para recapacitar sobre lo que se nos avecina. Imitando las reflexiones previas a la batalla, puestas de moda por nuestra serie favorita, conviene saber cómo hemos llegado hasta aquí. La agencia libre siempre permite una oportunidad de minimizar la ansiedad ante el sorteo colegial. Como suele ser desgraciadamente habitual, nuestro equipo no hizo un adecuado uso de ella.

Descifrando la inexplicable agencia libre bengalí

Las maniobras bengalíes en la agencia libre pueden resultar incomprensibles para los extraños, pero no para los propios. El cambio en la dirección técnica, de Lewis por Taylor, no ha venido acompañado de una nueva política de fichajes. La chequera sólo se abre para contratar medianías o renovar veteranos, a precios poco acordes a su calidad real. El viejo dicho de “más vale malo conocido” llevado a sus últimas consecuencias.

 

En 2018 se firmaron al RT Hart y al LB Brown sendos contratos por un año para «demostrar su valía». Ambos naufragaron en sus cometidos. Hart fue para profootballfocus el 54º OT de 61 cualificados en toda la liga. Cometió 14 penalizaciones, y permitió 39 presiones y 10 sacks. Como “recompensa”, le hicimos uno de los 10 right-tackles mejor pagados, con un acuerdo por 3 años. Por su parte, Brown tampoco cumplió las expectativas durante los pocos partidos que no estuvo ausente por lesión. Como “premio”, también recibió un contrato por 3 años y sueldo de titular.

 

Más comedidas fueron las renovaciones de los tight-ends Uzomah y Eifert. El primero como consecuencia de su condición de suplente y el segundo por sus reiteradas lesiones. El resto de fichajes, jugadores de perfil bajo que tampoco despertaban demasiado interés: Wynn (DE), Webb (CB) y Miller (OG). Al menos, en el apartado de cortes, nos desprendimos del conflictivo (y propenso a lesiones y baja forma) LB Burfict.

 

En definitiva, idéntico plan de austeridad semejante al seguido años anteriores, con los paupérrimos resultados obtenidos. Lejos de despejar necesidades cara al draft, han conseguido, si cabe, generar más.

 

 

Previsiones para el draft

Vaya por delante que este ejercicio del mock-draft no es más que un simple juego. No pretendo aquí evaluar los jugadores, sino tratar de analizar cómo encajarían las necesidades de Bengals en función de la calidad de los jugadores que puedan estar disponibles en ese punto del sorteo colegial. Además, estoy convencido que habrá muchos intercambios de elecciones, y el resultado final poco se parecerá a éste.

 

 

1ª Ronda, pick#11: Devin Bush, linebacker, Michigan

Foto: youtube.com

La defensa de Bengals en 2018 fue un completo desastre. Tiene todo el sentido que la primera elección vaya enfocada a reforzar esta unidad. Especialmente humillante fue el triste rendimiento de los linebackers. Ni los veteranos estuvieron a su nivel, ni los jóvenes dieron el paso adelante que se precisaba. Además, esta unidad ha adelgazado desde que acabó la liga tras la marcha de Burfict y Rey. Hace falta un titular para el puesto de WILL, así como fondo de banquillo para equipos especiales en rondas posteriores.

 

La prioridad aquí sería el “tiger” Devin White. Pero como todo apunta a que ya habrá salido elegido cuando llegue nuestro turno, Bush sería la segunda opción. Incluso es posible que el propio “wolverine” tampoco esté disponible. En tal caso, la opción que suena con más fuerza es la del offensive-tackle Andre Dillard.

 

 

2ª Ronda, pick#42: Kaleb McGary, offensive-tackle, Washington

Foto: M. Samek, 247Sports

El siguiente agujero negro de la plantilla atigrada es su línea ofensiva. El LT Glenn es un continuo abonado a la enfermería, y las carencias del RT Hart son sangrantes. Cincinnati no puede permitirse el lujo de salir sin un OT en los dos primeros días de draft. De poco servirá un head-coach y un coordinador ofensivo cuyas experiencias sean entrenar QBs si no protegemos adecuadamente a Dalton.

 

 

3ª Ronda, pick#72: Khalen Saunders, defensive-tackle, Western Illinois

Foto: youtube.com

En un draft que viene cargado de magníficos jugadores de línea defensiva, sería un crimen dejar pasar la oportunidad. Los Bengals han dilapidado los mejores años del excelente DT Atkins sin encontrarle un compañero a su nivel. Ojala aún estemos a tiempo de adquirir un liniero defensivo de técnica-1 que sea capaz de frenar la carrera del rival, aprovechando los dobles bloqueos que repetidamente sufre el citado Aktins.

 

 

4ª Ronda, pick#110: Foster Moreau, tight-end, LSU

Foto de Roy K. Miller/Icon Sportswire vía Getty Images

Durante la agencia libre se dejó marchar a Kroft, el tight-end especialista en bloqueos. Ni Uzomah ni mucho menos Eifert son fiables en esta misión. Además, éste último sólo firmó por un año y su propensión a las lesiones es bien conocida. Cincinnati debería reforzar esta posición en una ronda no demasiado baja, para tratar de conseguir la mayor calidad posible. El perfil a localizar estaría orientado a un joven cuya principal cualidad sea bloquear, dejando la recepción en segundo término.

 

 

5ª Ronda, pick#149: Brett Rypien, quarterback, Boise State

Foto: USA Today

No creo que éste sea el año en que Cincinnati busque un relevo a Dalton. Entre otras razones, la mediocridad de la promoción lo desaconseja. Parecería lógico pensar que Taylor pretenda analizar lo que tiene en casa antes de decidir si le vale o no. Si finalmente el pelirrojo no resulta de su agrado, en 2019 tendrá una mejor oportunidad de encontrarle sustituto. Además, todos sabemos que un nuevo QB siempre es la bala que guarda en la recámara un nuevo entrenador para asegurarse su continuidad en caso de fracaso. Dudo que quiera gastarla en su primer año.

 

No obstante, la lesión de Dalton puso de manifiesto la necesidad de contar con un QB2 de garantía. Por esta razón, considero que al comienzo de la tercera jornada caerá algún quarterback para ir formándole como suplente.

 

 

6ª Ronda, pick#183: Ryquell Armstead, running-back, Temple

Foto de Maddie Meyer/Getty Images

El periodo de off-season nunca está exento de sobresaltos para la parroquia bengalí. Este año ha sido Walton, RB escogido en 4ª ronda el año pasado quien, como consecuencia de sus delictivas vacaciones, ha sido puesto de patitas en la calle. Aplaudo estas medidas disciplinarias de tolerancia cero, cuya laxitud tan mala fama nos granjeó en el pasado. Sin embargo, su despido nos origina un hueco en la posición de corredor.

 

Esta vez, deberíamos aprovechar la circunstancia para sumar un runningback que fuese un complemento a los indiscutibles titulares Mixon y Bernard, y no un clon de ambos como era Walton. Aunque pueda parecer pasado de moda, yo apostaría por un tradicional RB Norte-Sur, que percuta contra la línea rival, y asegure las yardas difíciles, bien en situaciones de goal-line, o para conseguir el primer down.

 

 

6ª Ronda (de Dallas), pick#198: Darius West, safety, Kentucky

Foto de Andy Lyons/Getty Images

De manera inexorable, las defensas en la NFL cada vez alinean de forma más frecuente 5 defensive-backs simultáneamente. Por tanto, las secundarias deben ir bien surtidas de jugadores de probada versatilidad. En este sentido, ya que el año pasado acertamos con el free-safety Bates, sería cuestión de buscar un strong-safety. La defensa contra la carrera agradecerá la presencia de un placador duro y fiable, que pueda jugar cerca del box, casi como si fuese un linebacker más.

 

 

6ª Ronda compensatoria, pick#210: Derrek Thomas, cornerback, Baylor

Foto: USA Today

Como decía anteriormente, nunca se tienen suficientes jugadores de secundaria. Pese al fichaje de Webb, y a la renovación de Dennard, nunca está de más añadir competencia al roster. Por otro lado, el titular Kirkpatrick podría ser cortado en 2020 víctima de su edad, pobre rendimiento y elevado salario. En estas elecciones de últimas rondas, el objetivo se enfoca en jugadores con proyección que se formen desde el Practice-Squad.

 

 

6ª Ronda compensatoria, pick#211: Alex Bars, guard, Notre Dame

Foto de Rick Kimball/ISD

Otro objetivo de rondas bajas consiste en intentar pescar un chollo que por alguna razón haya caído hasta aquí. Una causa puede ser una lesión importante, por ejemplo, como el caso que cito. Bars procede de un buen programa de formación de linieros ofensivos y reforzaría una posición donde nos escasea la calidad. En estas elecciones, la relación riesgo/beneficio está más que amortizada.

 

 

6ª Ronda compensatoria, pick#213: Dillon Mitchell, wide-receiver, Oregon

Foto de Eric Evans

Durante la combine surgió la noticia de que Cincinnati quería poner en el mercado al WR Ross. Desmentida por la directiva después, ya sabemos que cuando aparecen estos rumores suele haber algo de cierto detrás. Evidentemente, el rendimiento de la 9ª elección del draft 2017 está siendo decepcionante. Si finalmente es traspasado o no, parece oportuno jugar a la lotería de las rondas bajas por si obtenemos premio. Bien sea Mitchell, o un jugador de similares características, necesitaríamos un receptor con capacidad para estirar el campo de juego.

 

 

7ª Ronda, pick#223: Anree Saint-Amour, defensive-end, Georgia Tech

Foto: Georgia Tech Athletics

A estas alturas del draft, lo que se intenta ya es asegurar jóvenes que pudiesen entrar en disputa como undrafted. Proyectos con los que experimentar los entrenadores. Jugadores versátiles con la mirada puesta más en los equipos especiales. En este caso, estaríamos ante un chico cuya limitada constitución física le obligará a reconvertir su posición a linebacker exterior. Otra opción sería ganar peso y quedar como pass-rusher en situaciones puntuales. Carne de Practice-Squad para ayudar en los entrenamientos, sin otras aspiraciones más allá de que suene la flauta por casualidad.

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