El incesante pitido del despertador hace a mi mente abandonar el vaporoso mundo de los sueños y regresar a la penumbra de mi habitación. Por un instante no recuerdo dónde estoy. No soy capaz de discernir entre lo real y lo imaginario. Mientras mis ojos se acostumbran al resplandor que traen a mi cuarto los rayos de sol de un amanecer en España mis pensamientos siguen en los aledaños del Tottenham Stadium londinense. Recorro, con el automatismo que aporta la rutina diaria, la distancia que me separa del baño. Miro de soslayo los cuadros del pasillo, pero mi cabeza evoca sonidos y olores de la capital inglesa. Las expresiones Duuval y Fins Up! se repiten sin descanso en mi inconsciente mientras acciono el grifo de la ducha. Sigo transitando por la delgada línea que separa el mundo real del onírico en un estado de modorra matutina. El efecto terapéutico del agua sobre mi cuerpo me hace cerrar nuevamente los ojos y aparecen ante mí imágenes de hace cinco días… sueño sueño sueño sueño sueño sueño sueño sueño sueño sueño sueño sueño sueño sueño sueño sueño sueño sueño sueño sueño sueño sueño sueño sueño sueño
Jueves 14 de Octubre de 2021
Zaragoza 22:30 h
Repaso, con una mezcla de incredulidad y nerviosismo, los enseres de mi pequeña maleta. Oculta e invisible entre mis pertenencias me acompaña a Londres una valiosa mercancía. No es ilegal y no hace falta declarar su transporte en aduanas y fronteras. Tiene, eso sí, un valor incalculable. Entre los calcetines, camisetas y ropa de abrigo he guardado los recuerdos de mis universitarias noches en vela animando a un equipo «del rugby ese que se juega con cascos«. Junto al pequeño neceser deposito las memorias, distorsionadas por el inevitable paso del tiempo, de los últimos coletazos de un mito como Dan Marino, que mis ojos miraban sin comprender la grandeza de lo que ante ellos acontecía. He metido en el fondo de la valija las emociones vividas con los tackles y sacks conseguidos por Zach Thomas y Jason Taylor. Viajan conmigo también, muchas ilusiones de draft que terminaron convertidas en fracasos. Largos años de afición y pasión incomprendida entre familiares y amigos, por un extraño deporte y un equipo de la lejana ciudad de Miami. Cierro la metálica cremallera con la plena convicción de que no me olvido nada indispensable para este viaje porque el elemento más importante de mi equipaje está guardado a buen recaudo en lo más profundo de mi ser.
Me miro en el espejo del baño tras salir de la ducha. He regresado a casa. El mismo hogar en el que tantas veces he sufrido con las derrotas de los Miami Dolphins. Esta mañana todo es distinto, me invade un aura de optimismo y felicidad. Tengo que pestañear varias veces para cerciorarme de que las imágenes del Hanbury Manor Marriott Hotel and Country Club que me devuelve el cristal son recuerdos recientes que afloran a la superficie consciente de mi cabeza….
Viernes 15 de Octubre de 2021
Londres 13:15 h británica
Londres me recibe con su apabullante inmensidad de largas distancias y el cabalgar frenético de gente por la calle. Rellenar el insufrible passenger locator es un juego de niños si lo comparamos con intentar descifrar con premura el galimatías de colores del mapa de metro de la capital inglesa en mitad de la estación Victoria. Empiezo a impacientarme ante la posibilidad de perderme uno de los eventos más importantes del fin de semana. Me enfrento a un titánico desplazamiento de casi dos horas de duración que incluye un trayecto en Underground (metro), dos transbordos en Overground y un recorrido en taxi para llegar desde el corazón de la capital a mi anhelado destino, un lujoso resort de cinco estrellas ubicado en Ware, Hertfordshire. Empiezo a pensar que, la tan alabada “puntualidad británica”, se asemeja sospechosamente a la española, cuando cada tren que debo tomar llega sistemáticamente tarde. Con diez minutos de retraso sobre el horario previsto la seguridad del hotel detiene el coche que me traslada. En un honroso spanglish le doy al empleado del resort mi nombre y el medio de comunicación al que represento. Me siento protagonista de una película del agente secreto británico más famoso cuando el hombre trajeado comprueba por su “pinganillo” la información que le he dado y tras la confirmación de su superior me dice que puedo bajar del coche y acompañarlo. Salgo, tras pagar el importe correspondiente, del vehículo con una expectación incontrolable . No me puedo creer lo que estoy viviendo. Me recibe el responsable de prensa del evento. Expreso mis disculpas y tras comprobar mi certificado de vacunación, me incorpora a una marea humana de periodistas que se disponen a cubrir el entrenamiento de los Miami Dolphins. De repente, me siento extraño, pequeño y desubicado. Rodeado de periodistas de diversas nacionalidades que portan poderosas cámaras de lentes interminables y micrófonos imponentes. Durante el trayecto a pie siento «vergüenza» al mirar el “palo de selfie” que he traído desde España para la ocasión. Me reconforta, no obstante, pensar que mi desbordante pasión y conocimiento de la franquicia me inmuniza de todo aquello. Caminamos por un estrecho sendero pedregoso, encontrar entre la multitud una cara conocida ayuda a serenarme. Saludo a José Villelabeitia que con sus certeras indicaciones telefónicas me ha ayudado enormemente a llegar hasta aquí.
Aseado y perfumado abro el armario del vestidor de mi cuarto. Empiezo a ser plenamente consciente de que lo experimentado en los últimos cinco días es real y no un producto de mis fantasías nocturnas. Miro el chaleco granate que utilicé en Londres y vuelvo a tener visiones inglesas….
Viernes 15 de Octubre de 2021
Hanbury Manor Marriott Club, Ware 15:50 h.
El camino desciende y toma una ligera curva a la izquierda. El sol del mediodía baña con su luz y calor el campo de entrenamiento de los Dolphins que emerge ante nuestra vista tras ese recodo del camino. La realidad me golpea sin preaviso. He pasado en pocas horas de mi acogedor hogar en Zaragoza a estar a escasos metros de Flores, Grier, Tua y compañía. Me olvido de todo y solo pienso en disfrutar de la experiencia. Extiendo, ahora orgulloso, mi “palo selfie” para inmortalizar el momento.
Observo el trabajo por grupos de running backs y tight ends, la cuestionada línea ofensiva está a escasos metros de mi posición y me sobrecoge el tamaño de los jugadores. Veo a Tua lanzando en solitario y a Brissett y Sinnett entrenando juntos y comienzo a intuir que las costillas han dejado de ser un problema y podré ver al jugador hawaiano el domingo sobre el césped del antiguo White Hart Lane.
Pierdo la noción del tiempo durante los quince o veinte minutos que nos dejan observar la sesión de los Dolphins
En la rueda de prensa posterior empiezo a entender el poderoso magnetismo atrayente que desprende Tagovailoa, me contagio de la espontaneidad y alegría desbordante de Wilkins, descubro la honestidad de Where’s my Mama? (Jerome Baker) y puedo confirmar la envergadura de Gesicki.
Terminado el evento llega, por casualidad, el premio gordo, aparece por la zona de prensa Christian Wilkins y accede amablemente a hacerse unas fotos con nosotros. Al acercarme para la instantánea le digo: soy un seguidor tuyo desde tu etapa en Clemson, eras mi Power Ranger favorito, el blanco. Where are you from? (¿De dónde eres?) me pregunta el jugador. Al nombrar España puedo ver la sorpresa y extrañeza en sus ojos. Great bro! me contesta antes de retirarse.
Miro el reloj. El tiempo se me echa encima. Perdido entre recuerdos que todavía me cuesta identificar como veraces, esta mañana hago las cosas con mayor lentitud y distracción. Necesito el estimulante poder de la cafeína para terminar de activar mis conexiones cerebrales. El aroma tostado que desprende mi taza me traslada a la zona de prensa del Tottenham Stadium…
Domingo 17 de Octubre de 2021
Tottenham Stadium, Londres. 10:30 h
Después de un día intenso de turismo por la magnífica urbe londinense, de visitar la tienda del estadio y fotografiarme con Maurice Jones-Drew, de interminables paseos por Oxford street, Piccadilly Circus y de conocer a seguidores y paisanos de los Dolphins (Anxo, David, Adrian y Bittor) y de Cowboys (Alex y Raúl) ha llegado el gran día. Esta vez sí, la puntualidad británica hace acto de presencia y a las diez y media empiezan a entregar las acreditaciones de prensa en la puerta del estadio habilitada para tal efecto. Dentro de la sala siento ganas de pellizcarme para comprobar de primera mano que no estoy inmerso en uno de mis sueños. Todo tiene un halo de irrealidad. Me encuentro rodeado de muchos periodistas a los que leo normalmente a miles de kilómetros casi compulsivamente para informarme de la actualidad de la franquicia. Joe Schad, periodista del Palm Beach, saborea, impecablemente vestido para la ocasión, un café mientras pulsa la pantalla de su teléfono. Decido imitarlo y ocupo una mesa libre con un «cortado» (si a lo que hacen en Londres puede llamarse café o algo parecido) en la mano junto al resto de «periodistas» españoles.
Quedan horas para el pitido inicial, Abandono la zona de prensa para vivir de primera mano el ambiente en los alrededores del campo . Me pongo mi camiseta de Tagovailoa y me infiltro entre el gentío que empieza a aglutinarse en torno al estadio. Paseo entre miles de Trevor Lawrences, Marinos, Tagovailoas y Bradys. Hasta Jhonny Manziel hace acto de presencia en el desfile de escudos y estampados textiles que pasean cerca del antiguo White Hart Lane. Se respira una pasión desbordante por la NFL y me siento realmente afortunado de ser partícipe de este evento.
Cojo las llaves del coche y reviso minuciosamente la pequeña bandolera que utilizo para llevar los materiales necesarios para mi trabajo. En un bolsillo interior encuentro, olvidado por las prisas del regreso a casa, una cartulina con el depth chart de Dolphins y Jaguars que me dieron al acceder al terreno de juego. Mi mente sucumbe nuevamente al embrujo de los recuerdos recientes …..
Domingo 17 de Octubre de 2021
Tottenham Stadium, Londres. 14:30 h
La zona de prensa es un espacio abierto al campo en una grada del estadio. Dispone de asientos y pequeñas pantallas en las que visualizar las repeticiones de las jugadas del encuentro. Vuelvo a sentirme un «intruso», un usurpador de derechos periodísticos que no me corresponden. Los prolegómenos del partido me hacen ser plenamente consciente de la grandeza de la liga. Tengo que contener la emoción y las lágrimas cuando escucho los himnos y el sonido de los aviones que tantas veces he visto por televisión. Deportivamente el partido tiene pocas sorpresas para los seguidores de Miami. Observamos el regreso triunfal de Tua en un primer drive maravilloso, un Lawrence maniatado y encorsetado en la primera mitad , unos Dolphins inconsistentes en los drives siguientes, lastrados por su paupérrima línea ofensiva y la ausencia de juego terrestre. Los Jaguars saben aprovechar sus oportunidades y cuando Trevor suelta el brazo, su conexión con Jones hace el resto. Vemos pañuelos lanzados por Flores infructuosos, errores groseros de Tua a los que se sobrepone y un Kicker «local» convertido en el héroe del envite con su golpeo victorioso en el último suspiro.
Terminado el encuentro continúa mi periplo, mi pequeño teléfono, apoyado en el ya carismático «palo de selfie», es testigo de la tensión que se respira en la sala de prensa de Miami. Observamos a Brian Flores sentirse acorralado ante las incómodas preguntas de la prensa, a Tua cabizbajo y seriamente afectado y a un Mike Gesicki aún más parco en palabras que de costumbre. Siento que la cosa es extremadamente sería cuando veo que hasta Wilkins ha perdido su natural optimismo.
Cierro la puerta de casa con la irónica torpeza que otorga la prisa del que llega tarde. Mientras giro la llave mi mente tiene otra conexión inconsciente. Me acuerdo del personaje de Cleopatra en la maravillosa obra de Terenci Moix y pienso, en todo lo que he vivido en un fin de semana mágico, repitiendo en mi cabeza las palabras de la mítica reina egipcia en la fabulosa novela : «Si alguien quiere saber qué es el amor, no diga nunca que fue un sueño»