De no querer ganar a ganarlo todo

A día de hoy los Houston Texans ponen sobre el campo uno de los peores productos que se pueden ver en la NFL. En gran parte, por sus múltiples jugadores en injured reserve, lista que semana a semana no para de aumentar. Por otro lado, dos de sus rivales divisionales están asentados en puestos de Playoffs, y el otro está por reincorporar a uno de los quarterbacks más talentosos de la liga. Además tiene muchísimo dinero para invertir en la agencia libre.

Los Texans no eligen hasta tercera ronda en el próximo draft. No saben ni ellos mismos si el staff que dirige al equipo lo hará en el próximo training camp. Desde las oficinas no hacen sino transmitir la sensación de negarse a competir este año. Sin embargo, podrían ser tan contenders como el que más en 2018… Y eso, no debería sorprender a nadie.


La NFL es una de las competiciones más impredecibles que existen. Un excelso draft ha sido clave para que los Saints pasen de vivir en mitad de la tabla a ser uno de los grandes equipos del campeonato. Un par de offseasons en que los Jaguars han enlazado aciertos en la parcela defensiva les ha convertido en uno de los pocos equipos verdaderamente serios que puedes encontrar en la AFC. El lavado de cara del staff de los Rams ha hecho del equipo de Los Angeles uno de los más peligrosos de su conferencia. Cuando hace menos de un año concluyeron la temporada, entre otras muchas desdichas, con un ataque más indigno que el de los Texans de Osweiler.

Los equipos de esta liga no pueden hacerse una idea del desenlace de sus temporadas futuras. Ni siquiera del de la inmediatamente posterior. Esto, en el deporte de alta competición, es menos habitual de lo que nos gustaría. Y hace de las excepciones a esa “naturaleza” de este deporte poco menos que auténticos milagros. Y sí, los Patriots son unos genios.

La cuestión es que, pese a todas esas circunstancias adversas que vienen acompañando a los Texans, este roster tiene la materia prima necesaria para ser uno de esos equipos. Y que el año que viene se posicione como contender viniendo de la «nada.» Porque que el football sea imprevisible no significa que las cosas ocurran por casualidad. Tiene que haber una base detrás. Sin ella, los rookies de los Saints no habrían sido determinantes para hacer de ellos un contender. O Sean McVay y su staff no habrían podido hacer lo propio con sus Rams. Por mucho que en ambos casos estos hechos hayan tenido suma importancia, los Drew Brees, Cameron Jordan, Todd Gurley o Aaron Donald de turno ya estaban ahí.

La base de estos Texans de cara al año que viene la dividiría en tres aspectos fundamentales: talento, decadencia muy limitada y flexibilidad.

 

Talento

Deshaun Watson

No se me ocurriría empezar este apartado hablando de otro que no fuera Deshaun Watson. No recuerdo a quién leí decir, tras una de las exhibiciones del QB formado en Clemson, que era ya uno de los cinco jugadores más valiosos de la liga. Y considerando todos los factores (posición, edad, salario, rendimiento), incluso tras la lesión, tiene bastante sentido. Watson es magia. Es puro show. Y, además, resulta que es buenísimo.

Podría recitaros las estadísticas y récords que hizo en su breve temporada pero, a estas alturas, os las sabréis de memoria. Así que prefiero recalcar el hecho de que seguimos teniendo uno de los 10 ataques más anotadores de la temporada. Sí, esa unidad disfuncional que vemos ahora que, entre otras cosas, anotó 7 puntos contra la peor defensa de la liga (Colts) sin dos de sus jugadores más talentosos (Hooker y Davis). Que esa ofensiva siga contando en las estadísticas con uno de los promedios anotadores más abultados, me parece fascinante.

Watson no es perfecto, evidentemente. Su rendimiento pasando en largo tiene mucho margen de mejora. Tiene el vicio de querer hacer demasiado, costándole más de una pérdida tonta y golpes innecesarios. Pero, tras una línea ofensiva de dudosa calidad (¿os gusta mi sinónimo para “mala”?), le valieron un par de semanas para pasar de ver desde la banda cómo Calais Campbell destrozaba a Tom Savage sin demasiados miramientos a convertirse, por méritos propios, en el eje sobre el que va a girar la franquicia. Esperemos durante la próxima década y más allá. O’Brien dijo de él que te da la oportunidad de ganar cada partido. Quien haya visto cada una de sus actuaciones sabe que eso es cierto.

 

Receptores

Evidentemente lo que ha hecho Watson hasta ahora con los Texans no lo consiguió sólo. DeAndre Hopkins ha vuelto a demostrar que pertenece a la mega-élite de la posición de receptor. A su lado, Will Fuller es una amenaza en profundo como pocas hay en la liga. Entre ellos se complementan de maravilla y, junto a Watson, forman un núcleo que, por puro talento, te garantiza una producción ofensiva difícil de parar.

A eses núcleo se les unen piezas interesantes como Bruce Ellington. Cortado a principios de verano por los Jets tras no pasar un examen médico, se ha destapado como el receptor en el slot que llevábamos años buscando. Fiedorowicz y Griffin son una pareja de tight ends muy fiables. Habrá que estar muy atentos a la situación del primero, que ha entrado dos veces en injured reserve por conmoción cerebral esta temporada y ha sufrido hasta cuatro en el último año y medio. Otros dos jugadores en claro ascenso, Anderson y Braxton Miller, completan un cuerpo de objetivos en el pase para Watson realmente bueno.

En la pareja Watson-Hopkins los Texans tienen uno de los dúos ofensivos más prometedores. (Michael Ciaglo-Houston Chronicle)

 

Backfield

Otra gran arma en el pase es Lamar Miller. El corredor no frecuenta los highlights, los tops estadísticos o los rankings de su posición, pero es una máquina de constante producción. Por tierra, por aire o bloqueando para su QB. Quizás no va a romper un partido a base de big plays, ni es el más fiable para situaciones de tercera y corto (¿hola, O’Brien?), pero dándole balones te garantiza yardaje. Además de que protege a su pasador como pocos.

Como backup de Miller, el rookie D’Onta Foreman empezó muy bien. Tras bajar mucho su rendimiento, fue recuperando una productividad bastante interesante para, justo a continuación, lesionarse, because Texans 2017. Habrá que ver cómo y cuándo vuelve. Porque si su recuperación no se adelanta a los plazos previstos, llega muy justo a la temporada que viene. No ha dado la sensación de ser de los que empiezan como un tiro desde el primer día, pero ha dejado detalles para ser optimista de cara al futuro.

Por detrás de ellos, Ervin empezaba a dejar detalles de poder ser un arma realmente polivalente al estilo de Miller. Hasta, por supuesto, lesionarse. Lo mismo pasa con el veterano Andre Ellington, que dejó muy buen sabor de boca en su debut (especialmente en el pase). De seguir así ni mucho menos vería con malos ojos renovarle. Cuantas más variantes, mejor. Por último, Blue apenas ha contado con oportunidades este año y teniendo en cuenta que acaba contrato no creo que el año que viene continúe en el equipo.

 

La offensive line

A pesar de contar con un gran repertorio de jugadores en las skill positions, con Watson bajo centro y producir más puntos que nadie, hay un claro punto negro en el apartado ofensivo. Sí, la línea ofensiva de dudosa calidad. Un coladero del que sólo libro a Nick Martin, el center, y, quizás, a Greg Mancz, un guard suplente bastante polivalente. Mancz cada vez que sale me deja mejor sabor de boca que aquel al que sustituye.

Más allá de ellos, Allen es ahora mismo el peor contrato del equipo. Va a haber que aferrarse a que haya descubierto que estaba jugando en la posición equivocada porque no estuvo mal de left tackle el otro día. Giacomini, Su’a Filo y Clark son un horror. El rookie Davenport ha dejado algún que otro buen partido, pero lleva arrastrando molestias todo el año y todavía no sabemos realmente bien qué tenemos en él. Esperamos con ansias a Derek Newton. Con un poco de suerte no se le habrá olvidado jugar a esto.

Lo bueno de Watson es que puede rendir a pesar de la OL. Lo malo, por otro lado, que eso no quita que jugar detrás de la línea que más presiones concede hace no sólo que limite su rendimiento, sino que también peligre su salud. Y si no tuviéramos a Watson, creerme, no estaría escribiendo este artículo.


Clowney y la línea

En la parcela defensiva es de sobra conocido el talento de primer nivel con el que cuenta Houston. Clowney es ahora mismo una fuerza imparable que, con el resto de amenazas en el pass rush fuera para todo el año, está condicionando los partidos como nunca. Él es el único peligro para alcanzar al quarterback rival, los rivales lo saben y planifican el partido de acuerdo a eso. Y, a pesar de ello, termina alcanzándole tarde o temprano. Ah, y parando la carrera es de lo mejor que hay.

No esperéis más, Jadeveon Clowney ya es lo que prometía. (Matthew Emmons-USA TODAY Sports)

Detrás de él aparecen Watt, Mercilus y Covington. Todos volverán de lesión. Mientras que con los dos últimos no se duda de que puedan llegar al 100% para la próxima temporada, sí parece que Watt podría llegar más justo. Pero volverá. Bien sea en la semana 1 o en la semana 6, volverá. Y quien no quiera creerlo lo siento por él y por el quarterback de su equipo.

A Clowney y Watt atacando por los costados, se les suma el sorprendente y polivalente recurso de emergencia procedente del practice squad de los Titans: Angelo Blackson. Es él quien ha estado sustituyendo a Watt. Haciendo lo propio este año con nada menos que Mercilus (en palabras de Tom Brady, uno de los jugadores más infravalorados de la liga): Scarlett, junto a el propio Covington, DJ Reader o Carlos Watkins, rookie que va dejando detalles interesantes en cada partido.

Nunca se pueden descartar las lesiones, pero si tenemos un mínimo de suerte, la vida del QB que se enfrente a los Texans volverá a ser un infierno a partir del año que viene.

 

Linebackers

Y la cosa no acaba aquí. McKinney sigue progresando año a año y conforma, con los muy convincentes rookies Cunningham y Cole, un cuerpo de linebackers increíblemente polivalente. Puede ser capaz de hacer olvidar a un decaído Cushing, reincorporado recientemente al grupo tras una suspensión. Debería tener las semanas contadas en el equipo dado que se le puede liberar al acabar la temporada.

No obstante, la realidad es que la defensa no sólo no ha estado a la altura de la de los últimos años sino que, directamente, ha jugado mal. Se puede culpar a la salida de Bouye. O a la ausencia de pass rush, con una secundaria que, más allá del prime de Joseph, no ha tenido una figura de la verdadera élite. Pero el trabajo del coordinador defensivo Vrabel, en su primer año, no ha sido bueno.

Tengo bastante claro que, si a partir del año que viene contamos con todo el pass rush posible, volveremos a ser lo suficientemente buenos como para que la unidad no que nos cueste partidos. Básico justo ahora que, con Watson, el ataque tiene un potencial altísimo. Y lo pienso así porque contra la carrera ya somos buenos ahora mismo. Sobretodo con un Clowney ya asentado como uno de los mejores jugadores defensivos de la liga. Además, casi todas las grandes figuras de la que hace menos de un año fue una de las mejores defensas están ahí.

 

La secundaria

Donde sí se necesitan refuerzos en la secundaria, todo empieza con la secundaria. Joseph ha sido el cornerback que ha rendido a mayor nivel y acaba contrato. Dada su edad, no tengo claro ni que vayan a intentar renovarle, y menos por el dinero que posiblemente pida. Jackson ha ido claramente de más a menos (a principio de temporada teníamos pass rush) y no terminan de moverle al slot, donde parece rendir más.

Por otro lado está Johnson. A pesar que empezó su carrera como profesional rindiendo a un grandísimo nivel y siendo el mejor de la unidad, enlaza una lesión tras otra. No parece probable que vuelva a recuperar su mejor versión. Confío, eso sí, en que, con una offseason totalmente sano de por medio, vuelva mostrando una faceta mucho más positiva. Tras su enésimo retorno al equipo, parece perdido ahora mismo.

Treston Decoud se está ganando un hueco para el año que viene gracias a su buen papel en equipos especiales. Espero que en estas últimas jornadas le den más snaps en la defensa porque ha protagonizado jugadas realmente interesantes.

En el cuerpo de safeties está completando una decente temporada mi protegido: Hal. Lástima que falló estrepitosamente en las dos grandes citas que hemos tenido esta temporada (y que perfectamente pudimos ganar): en New England y contra Seattle. También contamos con Gilchrist o Pleasant. Éste está yendo claramente a más en la temporada. Ambos acaban contrato y ninguno parece un safety de garantías.

 

Equipos especiales

No sé qué comentar sobre los equipos especiales. Fairbairn parecía the real deal como kicker. Lo mismo que con Chris Thompson como retornador. Al segundo dejaron de utilizarle como tal por algún motivo que no termino de entender. Al pateador se le desvió el punto de mira justo en la semana en la que cayó Watson. Igual Deshaun era quien le colocaba los balones para las patadas y yo sin enterarme.

Por lo demás, Shane “the GOAT” Lechler acaba contrato, lo cual no mola. En cuanto a los retornos rivales, creo que lo hemos hecho sorprendentemente bien. Excepto si quien retorna es Kansas claro. A eso no le veo solución.

 

Las lesiones y el schedule

Cuesta creer que un equipo que este año ha llegado a tener el 30% de sus salarios en injured reserve vaya a pasar medianamente limpio de lesiones una temporada completa de un año para otro. Pero creo que tendremos el talento suficiente como para sobrevivir a alguna importante en caso de que ocurra.

Este año, a estas alturas, siete de los doce encuentros disputados han acabado con 10 puntos o menos de diferencia en el marcador. El último contra Tennessee acabó a 11 de «aquella manera». Dos de las “palizas” fueron a nuestro favor. Entre las otras tres, Watson jugó un total de dos cuartos viniendo de entrenar la friolera de cero snaps con los titulares. Con un calendario duro. Cleveland, Indianápolis y Arizona son los únicos rivales que hemos tenido hasta ahora que ni están en playoffs. Del resto, hasta ocho lo están ahora mismo.

A pesar de las lesiones, con dos unidades ya de por sí muy pobres y bajo la batuta de Watson, ya se ha demostrado que podíamos competir contra cualquiera. Que no nos vamos de los partidos. Y sólo debería ir a más. El talento está allí.

 

Decadencia muy limitada

Este equipo es joven. Tiene a sus mejores jugadores atados para mínimo otros dos años. Y varios rookies ya se han hecho con un hueco importante en el equipo. Watson, Clowney y Hopkins, la base de todo de cara al futuro, tienen 22, 24 y 25 años respectivamente.

Del resto, de los 40 jugadores que el año que viene están bajo contrato, sólo Jeff Allen (27), Ryan Griffin (27), Whitney Mercilus (27), JJ Watt (28), Kareem Jackson (29), Jon Weeks (30) y Derek Newton (30) superan los 26 años de edad. La mayoría están en su prime. Y tres de los siete no son, precisamente, irreemplazables. Jackson entra en año de contrato y ya no es demasiado diferencial y Weeks es el long snapper.

Lesiones aparte, que no entienden de edades, sólo se me ocurre Watt al pensar en un jugador verdaderamente importante que pueda bajar su nivel. Aunque ya este año no rindió como el tres veces DPOY que es, no dejó de ser de los más diferenciales de su equipo y de su posición en general. Este hombre no es normal.

No hay mejor manera de construir equipo que saber que puedes contar con que tus jugadores clave sigan rindiendo como tal por varios años.

 

Flexibilidad

Como hemos dicho esta liga es impredecible. Y si algo ha demostrado esta temporada es que, una vez que tienes esa base, una offseason puede cambiarlo todo. Vuelvo al caso de Jacksonville. Los Jaguars llevan una década sin entrar en playoffs y jamás han ganado la AFC South. Sobre una unidad defensiva descomunal y un juego de carrera muy fiable, pueden conseguir que ambas rachas acaben.

Y este hecho, teniendo muchas de las piezas ahí ya el año pasado, no se entiende sin los fichajes de Bouye y Campbell. Ni sin la elección de Fournette con el pick #4 del pasado draft. Ve ahora a decirle a un aficionado de los Jaguars que “sobrepagaron” por los dos primeros y que la elección del tercero fue un capricho porque “puedes sacar corredores de rondas más bajas”. Verás qué rato más bueno echan riéndose. Cuando un jugador funciona, cuando contribuye al éxito de tu equipo, ni está sobre pagado ni está mal elegido.

 

El futuro

Los Texans no tienen elecciones en las dos primeras rondas del próximo draft, cierto. Pero no las tienen por tener a Watson en el caso de la primera ronda. O por poder renovar, entre otros, a Hopkins quitándose el contrato de Osweiler en el caso de la segunda. Firmo 100 de cada 100 veces. Sí que contamos con tres terceras rondas, más una segunda de Seattle del año que viene gracias en parte al traspaso de Duane Brown. Traspaso que cada día que pasa me parece mejor. Con eso solamente, ya se podrían hacer muchas cosas en este draft.

Pero es que cuentan también con mucho dinero para gastar en la agencia libre. Contando con el corte de Cushing, sólo tienen menos que Niners, Browns, Colts, Jets y Bucs. Parece bastante claro quién de todos ellos está mejor posicionado a nivel de talento actualmente para traer grandes agentes libres.

Cuando tienes un núcleo de grandes jugadores como el de Houston, muy pocos de ellos en su año final de contrato, y mucho dinero para reforzar posiciones de necesidad, estás bien situado de cara al futuro. Evidentemente esto significa que más pronto que tarde va a haber que renovar piezas importantes, con Clowney y McKinney como prioridades. Pero la ventana que se nos presenta teniendo un buen QB con contrato rookie no se abre todos los días. Hay que sacar el mayor provecho de ella. Bien lo sabe Philadelphia, y no parece que les esté yendo mal, la verdad.

 

Refuerzos en FA

Hay aspectos concretos del equipo que necesitarán ser reforzados. Como bien se ha demostrado este año, nunca sobran pass rushers. Y el tema del QB suplente va a tener que tratarse con suma atención. Pero está claro qué dos unidades necesitan refuerzos por encima de todas.

 

Línea ofensiva

En la OL se produce un factor que no sabría si considerarlo bueno o malo. De los titulares, sólo Martin y Allen están bajo contrato. Lo malo es que Allen, el «peor» contrato del equipo, es casi el único que vuelve. Si ya de por sí la unidad es floja, contar con menos cuerpos para afrontar la agencia libre no parece un buen plan. Lo bueno es que el mejor jugador de la unidad es el otro que está bajo contrato. Siendo una unidad tan mala, no sé hasta qué punto podríamos echar de menos a los Clark o Giacomini de turno. Además debería volver Newton.

Echando un vistazo a los agentes libres te das cuenta de que ningún nombre salta a la vista como auténtica élite. Los hay que están completando una temporada bastante correcta: como los tackles Compton (Bears) o Solder (Patriots) o los guards Berger (Vikings), Evans (Packers) y, sobretodo, Norwell (Panthers). Éste es quien, para mí debería, ser una prioridad.

No es la offseason ideal para entrar en ella con problemas en la línea ofensiva, pero un par de aciertos y un Newton sano podrían suponer un auténtico lavado de cara a la unidad. Al fin y al cabo nunca vas a contar con todas las unidades perfectas. Esta liga no está construida para eso.

 

Secundaria

En cuanto se refiere a secundaria, especialmente en el puesto de cornerback, tampoco hay nombres excesivamente mediáticos. Más allá de Butler (Patriots), de quien no soy especial fan, o Trumaine Johnson (Rams). Este último es uno de los CB que mejor está rindiendo esta temporada.

Sí me parece que hay jugadores de un perfil algo más bajo, bastante buenos, que serían de una ayuda inmensa para nuestro equipo. Robey-Coleman, compañero de Johnson en LAR, está teniendo un papel importante en ese espectáculo de defensa que, de nuevo, ha montado Wade Phillips. Colvin ha sido desde el slot el tercero en discordia detrás del dúo de CB más imponente de la liga: Bouye y Ramsey, y está completando un gran año en Jacksonville. Robinson llegó por cuatro duros a Philadelphia y está rindiendo como pocos. A menor nivel, lo mismo pasa con Claiborne en los Jets o incluso Grimes, de lo poco rescatable de la defensa de Tampa Bay este año.

Si se hace del puesto de safety una prioridad: Joyner (Rams), Burnett (Packers) y Branch (Cardinals) deberían ser los primeros de la lista.

Nombres hay. La cuestión es acertar.

 

Acertar y el factor Rick Smith

Si hay un factor por encima de cualquier otro que puede hacer de este optimismo una quimera, ese es un mal uso de esta flexibilidad. Vamos, que si la cuestión es acertar, la gran probabilidad de no hacerlo es lo que más me hace ser prudente.

En otras palabras: Rick Smith.

Confío en que del draft saquemos, mínimo, un par de joyas interesantes. Básicamente porque lo hacemos cada año. Confío también en el talento que a día de hoy hay en el roster, que es mucho. Pero cuesta confiar en una gerencia que año tras año acumula un nuevo gran fallo en cada agencia libre. Bien sea fichando o dejando marchar. Por mucho que acierten en otras facetas, sus errores en el mercado han lastrado mucho. En un proyecto que, entre otras cosas, ha contado con uno de los mayores talentos defensivos que se ha visto jamás.

 

Aprender del pasado

¿Ejemplos? Muchos. Y no necesito irme muy atrás. Nuestro pick Brandon Brooks es uno de los mejores guards de la liga, en Philly. Mientras nosotros estamos pagando poco menos a Allen. El contrato de Osweiler, dado al parecer sin que el jugador  convenciese a O’Brien, impidió ofrecer a Bouye lo que Jacksonville le ofreció. Ahora mismo un cornerback élite mientras nuestra secundaria se cae a pedazos. Glover Quin (y si me apuras también DJ Swearinger) salió en su día por la puerta de atrás para ser a día de hoy uno de los safeties más en forma. No cabe recordar que nuestro cuerpo de safeties es cuanto menos inconsistente.

Con dinero para hacer grandes cosas, si de cuatro o cinco fichajes notables sólo acaba saliendo uno bueno, que nadie se extrañe. Y eso puede no sólo tirar por los suelos la próxima temporada, sino también hipotecar la antes mencionada ventana del QB en contrato rookie.

Capaces somos incluso de no cortar a Cushing. Quien lleva años siguiendo a los Texans sabe que, con Rick Smith, todo es posible cuando comienza la agencia libre. Generalmente en el peor de los sentidos. Dando por hecho que no se les puede ni pasar por la mente no pagar a Clowney, ¿debería sorprendernos a estas alturas que el año que viene dejen marchar a un talentazo como McKinney? Yo digo no.

Es verdaderamente difícil ser optimista cuando quien toma las decisiones es Rick Smith. (Scott Halleran)

O’Brien

Un tema espinoso donde los haya es la continuidad del staff. Para saber mi opinión al respecto quiero retomar dos aspectos que nombré anteriormente: lesiones y competitividad.

 

Lesiones

Sí, el football es lo que tiene. Pierdes jugadores. Todos lo hacen. ¿Pero a este nivel? Watt, Watson, Mercilus, Covington, Foreman, Fiedorowicz, Bruce Ellington, Griffin, Clark, Scarlett o Ervin han sufrido lesiones que les han apartado para lo que resta de temporada. Newton no la pudo ni empezar. Fuller ha ido enlazando lesiones hasta posiblemente acabar disputando no más de la mitad del curso. Kevin Johnson, Dylan Cole, Braxton Miller o Julien Davenport se han perdido un buen tramo del mismo. Y Cushing se sumó vía suspensión. Por variar, supongo.

Quiero decir, aquí hay dieciocho nombres que estaban destinados a contribuir en el equipo. Incluídos no menos de cinco de los diez mejores de todo el roster. ¿De verdad pasan por esto todos los equipos? Me parece que no. Y sin embargo ahí han estado. Compitiendo, hasta día de hoy. En todos los partidos excepto en uno. Habiendo jugado en su mayoría contra contendientes a puestos de playoffs.

 

Competitividad

O’Brien ha montado un circo tras otro en el puesto de quarterback. Tiene decisiones de clock management cuanto menos cuestionables. Y su conservadurismo en los partidos lo lleva en muchas ocasiones demasiado al extremo. Pero al final del día, ha tenido temporadas ganadoras en sus tres primeras temporadas, llevándose la división en dos de ellas. Y ha conseguido mantener a sus jugadores unidos.

Siempre a pesar de no tener quarterback. Y en el breve período en el que lo ha tenido, montó el ataque más productivo del campeonato. Llevó a su equipo a ser considerado como un dark horse para ser contendiente a pesar de, cómo no, contar ya con lesiones. Lo que vimos con Deshaun bajo centro no fue sólo producto del QB de Gainesville.

Se ha llevado mil palos por mi parte y por la de prácticamente todos los aficionados de los Texans. Muchos merecidos, por supuesto. Como se los lleva el 95% de los entrenadores. Pero es capaz de dirigir un equipo. Y es quien ha preparado un esquema hecho para que Watson brille. No sé si me apetece demasiado arriesgar eso.


Dale el año que viene un roster sano y con pequeños refuerzos y quizás el equipo desangelado que son ahora mismo los Texans pasa a ser uno de los más serios de la competición. Porque, como dijo Watt en una reciente entrevista para Sports Illustrated:

Tenemos un futuro realmente brillante. Las piezas están ahí.

 

@TexansSpain