La Offensive Line de Rams ya no es ofensiva a la vista

Todo aficionado de la NFL se plantea cierta pregunta alguna vez en la temporada. ¿Cómo ha pasado mi equipo de dar absoluta pena a, semana a semana, tenerme pegado a la pantalla? O, en más casos, a la inversa. ¿Cómo mi equipo ha pasado de tenerme completamente embobado a la agonía que supone verlo? En LA ha pasado la primera de ellas. Los Angeles Rams han pasado de ser un equipo infumable de ver a, sencillamente, un equipo que nadie quiere perderse. ¿O acaso alguien hubiese dicho que quería ver a los Rams? Y todo ha empezado con el cambio de staff


Un soplo de aire fresco

Seamos sinceros: los Rams llevaban 15 años dando pena. Sólo se salvaban algunos jugadores, como Torry Holt, Steven Jackson… Y de la última época, la «era Jeff Fisher», mejor ni hablar, ¿no creéis? Recordad el trade que nos hizo temblar con Washington Redskins para que éstos consiguieran a Robert Griffin III. O los ataques que no atacaban (perdónenme por la redundancia), que podría decirse que jugaban para el rival por lo mal entrenados que estaban. O la gestión de Sam Bradford, las malas selecciones en el draft… Desgraciadamente ésa es la única época que yo he vivido, y era desesperante.

Hastiado como estábamos de los equipos de Fisher, del quiero y no puedo constante, los «7-9 bullshit», el ataque en coma constante… Vamos, que su despido vino como agua de mayo para los aficionados de Rams. El 12 de enero, justo cuando se cumplía un año de la vuelta del equipo a Los Ángeles, se hizo oficial la contratación de Sean McVay como nuevo Head Coach. Con él venían Wade Phillips de Defensive Coordinator, Matt LaFleur de Offensive Coordinator y una miríada de asistentes y entrenadores. De todos estos entrenadores, la inmensa mayoría nuevos en la franquicia californiana, hay un nombre que se eleva por encima del de todos. Alguien que ha ayudado a transformar una de las líneas. Y, por ende, el rendimiento del equipo.

 

El experimentado Aaron Kromer

Aaron Kromer (Imagen de therams.com)

Otro entrenador de Ohio, como nuestro HC, aunque en este caso de Sandusky. Nacido en 1967, lleva toda su vida entrenando desde que salió de la universidad. Jugó como offensive tackle para la Universidad de Miami (Ohio) entre 1987 y 1989. En esa misma universidad empezó a entrenar, primero para running backs y luego para tight ends. Poco después, en 1997, empezó en esa universidad como offensive line coach. Dos años más tarde pasó a Northwestern y con el cambio de siglo los Oakland Raiders le contrataron para ese mismo puesto.

Tras ellos pasó tres años en Tampa Bay como asistente y entrenador otra vez de offensive line. En 2008 pasó a ser runningback coach de New Orleans Saints y entre 2009 y 2012 fue offensive line coach (e incluso actuó como Head Coach de forma interina). Chicago Bears le contrataron como Offensive Coordinator, puesto en el que se mantuvo entre 2013 y 2014. En 2015 los Buffalo Bills lo firmaron para el puesto de offensive line coach pero fue suspendido sin sueldo los primeros seis partidos al pegarle a un menor en una discusión en la playa durante el mes de julio.

Los Rams lo trajeron como parte de su plan para mejorar la Offensive Line, algo que a todos los aficionados del equipo nos parecía prioritario. ¡Y vaya si lo ha hecho! Pero claro, también ayudan las modificaciones hechas en la propia línea.

 

Los cambios

→ Bajas

Greg Robinson

El que fuera segunda selección global del Draft de 2014 se marchó del equipo vía trade con los Detroit Lions. Los aficionados de los Rams celebramos esta marcha casi tanto como la de Jeff Fisher. Era desesperante verle defender el lado ciego del QB. Cuando no se le iba el defensor cometía una penalización que destruía una ganancia de yardas que, debido a la forma de jugar de Fisher, nos costaba mucho conseguir. Desde su llegada a la liga en 2014 fue el jugador que más penalizaciones cometía. Algo sangrante en todos los niveles.

Greg Robinson al ser seleccionado en el Draft de 2014 (Imagen de Elsa/Getty Images)

Así que cuando, el 15 de junio (bendito día) los Detroit Lions nos ofrecieron una sexta ronda para el siguiente Draft ni nos lo pensamos. Le pusimos un lacito y ahí se marchó. Y menos mal. ¿Una sexta ronda por un jugador en último año de contrato que ha sido una decepción y un lastre desde que llegó al equipo? Mil gracias.

 

Tim Barnes

El center, un Undrafted Free Agent del Draft de 2011, no lo hizo «mal» en su época en los Rams. Pero en 2016 firmó un contrato por valor de más de 5 millones de dólares en dos años (más de tres completamente garantizados) que no se correspondió con su rendimiento, así que se decidió desprenderse de sus servicios. Al principio firmaba contratos de forma anual, con salarios no garantizados, que le hacían ganarse el puesto. Sin embargo, tras este último contrato con la franquicia californiana el rendimiento bajó notablemente.

Ahora mismo se encuentra como Free Agent tras haber pasado el verano en los San Francisco 49ers y no ser elegido entre los 53 que componen el roster NFL.

 

→ Las altas

John Sullivan

El que, para mí, ha sido la sorpresa de lo que va de año. No sabía a qué atenerme cuando se le contrató. Y sin duda, ha superado mis expectativas. Vino con contrato de un año y un sospechoso historial de lesiones. De momento, aunque tocado, está jugando y haciéndolo bien. ¿Volverá el año que viene? Si continúa como hasta ahora estoy seguro que se le volverá a firmar.

 

Andrew Whitworth

El left tackle vino como la gran adición a la Offensive Line y el gran movimiento de la Free Agency. Por fin los Rams tienen a alguien que merece el nombre de left tackle desde la marcha de Orlando Pace. Ha jugado ante algunos de los mejores Defensive Line de la liga y siempre les ha frenado. Es, junto a Aaron Kromer, el mayor culpable de la mejora de la Offensive Line.

Aquí frena a Chandler Jones, uno de los mejores pass rushers de la liga, como si nada. Provocando lo que casi es un touchdown de los Rams.

Aunque parece que le ha vencido Clark… no es tan sencillo irse de Andrew.

Y otra jugada más en la que Whitworth muestra su calidad. El total de 35 millones en 3 años me está pareciendo hasta poco (por mucho que casi tenga 36 años).

Vale que esta es training camp pero, ¿no veis a Melvin Ingram y sentís como pena por él?

¡Qué bonita se ve la vida con un buen left tackle!


Una mejora contagiosa

Éstas son, sin duda, las claves de la mejora del ataque en general y, en parte, del resurgimiento de Jared Goff y Todd Gurley.

Tras 7 partidos la temporada pasada, Jared Goff había recibido 27 sacks. Repito, ¡27 sacks en 7 partidos! ¡Impensable! ¿Esta temporada? 10 sacks. Jugando frente a líderes de la liga en este apartado como Chandler Jones, DeMarcus Lawrence o Calais Campbell.

Todd Gurley, en 7 partidos, ha superado los touchdowns anotados la temporada pasada (e incluso lidera la tabla en este apartado), y está a menos de 200 yardas de superar sus yardas terrestres totales de toda la temporada. Ah, y lleva 5 partidos con más de 100 yardas terrestres. ¿La temporada anterior? 0.

Una Offensive Line mejorada hace maravillas, oiga.