- ¡Muy buenas noches queridos espectadores! Esta noche tenemos el honor de que nos visite en nuestro plató de “Spanish Bowl Night” el auténtico protagonista de la temporada en la NFL. Su nombre está en boca de todos. Las redes sociales arden con cada intervención suya. Los números hablan por sí solos. Nada menos que 3183 yardas en su haber y todavía queda un tercio de competición. ¡Recibamos con un fuerte aplauso a Pass Interference!!!!
Entre una estruendosa ovación del público asistente al programa, hace su entrada en el estudio Pass Interference. Sus andares son chulescos, sobrado. Sonríe con soberbia y gesticula los brazos para fomentar los aplausos. Una cadena de oro adorna su cuello. Su vestimenta, incalificable. Más que sentarse, se deja caer en el sofá de los invitados.
- En primer lugar –apunta el presentador– déjenos decirle que estamos encantados de que haya aceptado la invitación a nuestro programa. Sabemos que su disponibilidad es limitada ya que nos encontrarnos a mitad de temporada, por lo que es muy de agradecer su presencia para confirmar o desmentir todo lo que se dice sobre usted. La mayoría, críticas, como podrá suponer.
- ¡Oh, vamos, siempre es así! A los buenos se nos persigue continuamente, ¿sabes? No sólo no me reconocen el mérito, sino que hablan de mí sin siquiera darme la opción de defenderme. Así que soy yo quien te agradezco que me ofrezcas esta oportunidad.
La interferencia defensiva de pase en la historia del football
- Pues vayamos al lío. Se dice que usted ha matado el espíritu del futbol americano.
- ¡Guau, empiezas fuerte! Sí, sí, conozco el argumento. Que si tras un pase incompleto todo el mundo presiona a los árbitros para que lancen el pañuelo, que si ha fomentado el “teatro” como si esto fuera el vulgar soccer, que si hay jugadas especialmente diseñadas para provocar la falta y no la recepción… bla, bla, bla. Desde que en 1906 se legalizó el pase adelantado, yo he estado presente prácticamente desde el inicio, así que no me vengan con cuentos. Precisamente mi aparición permitió que las defensas no ganasen ventaja cometiendo impunemente faltas a los receptores, y que el football sea tan grande como es hoy en día.
- Eso es cierto, pero ¿no cree que se ha desvirtuado un poco su finalidad?
- ¡Eh, tío, es que todos tenemos que evolucionar! Fíjate en mí, por ejemplo. Al principio, la falta únicamente suponía 10 yardas de penalización, ¡y solo si se producía en las primeras 20 yardas! Mi vida no ha sido nada fácil, ¿sabes? Hasta la década de los 50’s no suponía primer down automático. Hará unos 40 años, se decretó que si los árbitros consideraban que el pase era inatrapable no había falta, ¡ya me gustaría que revisaran esta norma con los atletas que hay ahora como receptores! Y en cuanto a aplicar la penalización en el punto de la falta, data de 1984. No me trates como un “millennials” más, que llevo mucho tiempo en esto.
El Pass Interference en la actualidad
- Ya, pero a lo que me refiero es que, sin duda, ahora vive su época dorada. Desde aquellos playoffs de 2004 en que los Patriots interceptaron 4 veces a Peyton Manning y los Colts promovieron que los árbitros fuesen más estrictos en la aplicación de la regla.
- ¡Oh, me acuerdo de aquello –sonrío Pass Interference-! Y cómo paradójicamente, se les volvió en contra, ya que no sólo evitaron que los Patriots les volvieran a derrotar al año siguiente, sino que esta rigurosidad fomentó en gran medida la dinastía de Brady. Desde entonces, no han dejado de insultarme. Quizá me gustaría recordar que la admirada “legion of Boom” de Seattle tenía la consigna de hacer falta siempre, que todas, todas, no iban a pitarlas. Lo que dan por lo que quitan, pero siempre termino siendo yo el malo de la película.
- ¡Por favor, no se haga la víctima! Cualquier contacto, impida o no la recepción, ya es susceptible de ser pitado. Cuando hay un forcejeo, siempre se culpabiliza al defensor cuando ambos bracean uno contra el otro. Es la falta más punible de todas, ya que se penaliza en el punto de la acción, que puede ser más de 15 yardas. ¡Y si es en la end–zone es balón automático en la yarda 1! Hay un conocido dicho de football americano que afirma que cuando se lanza un pase pueden ocurrir 3 cosas, y 2 de ellas son malas. Habría que añadir que en realidad son 4: 2 buenas y 2 malas.
- Bueno, no olvides la interferencia ofensiva, por lo que realmente hay 5: 2 buenas y 3 malas. Esta expresión sigue equilibrada en mi perjuicio. Si los árbitros se han vuelto más tiquismiquis, o carecen de personalidad para soportar la presión y deciden pitarla, ¡no es culpa mía!
La importancia del Pass Interference
- No obstante, convendrá conmigo en el protagonismo que está tomando en la actualidad. De las 2092 faltas pitadas en lo que va de año, 195 han sido pass interference contra la defensa. Es la tercera infracción más penalizada tras el holding ofensivo y la salida falsa. ¿No le parece que su presencia es demasiado relevante?
- Amigo, vivimos en la era del quarterback. Año a año, el porcentaje de pases es cada vez mayor. ¿No te parece lógico que mis números también crezcan? Si a la NFL llegan receptores más atléticos y difíciles de marcar, lo que deben hacer los entrenadores es formar mejor a sus defensive backs para evitar que les penalicen.
- Por supuesto, pero la subjetividad de su señalización por parte del equipo arbitral genera disparidad de criterios, y de ahí, lo injusto de su aplicación.
- ¿Ya se te ha olvidado que en la temporada 2019 hicieron revisable esta jugada? ¿Cuánto duró la norma? ¡Apenas un año! Ni siquiera la cuarta parte de las jugadas revisadas se revirtieron. ¿Y los challenges? Ninguno resultó favorable a los entrenadores. ¿Acaso crees en una confabulación arbitral? ¿No será que quienes estáis confundidos sois los opinadores y no los colegiados?
El Pass Interference comparado con otras faltas
- En cualquier caso, no puede negar que la polémica que genera a su alrededor se le está yendo de las manos.
- No te creas. Últimamente, “taunting” está muy crecidito también. El comité ha pedido que se haga hincapié en estos comportamientos y se está pitando cada cosa… Además, la falta “estrella” es el holding ofensivo, que se pita más del doble que interferencias de pase. ¿Nadie reclama por qué unos se pitan y otros no? ¿Y qué me dices de la “violencia innecesaria”? ¿Se puede sobreproteger, de forma a veces incluso hasta ridícula, a los quarterbacks, pero los receptores deben quedan indefensos? O si crees que los árbitros tienden a beneficiarme, ¿qué te parece la impunidad con que dejan sin sanción “intentional groundings” donde en ningún momento existía la intención del QB de realizar el pase? Creo que existe en los medios una persecución injustificada hacia mí. ¡Déjame disfrutar, hombre! A medida que avance la competición, los árbitros, como siempre, elevarán el listón y señalizarán menos.
Se regule de forma estricta o atenuada, nunca estará exenta de debate
- Sí, todo lo que dice es cierto, pero hoy de quien estamos hablando es de usted, y su relevancia en finales de partidos apretados, donde la necesidad de pasar con urgencia por parte de un equipo, y de defender a toda costa por parte del otro, genera una controversia no resuelta. Tanto ahora como en el pasado. Y tanto si se pitan como si no. La final de la NFC de 1984 entre Redskins y 49ers, la de 2018 entre Saints y Rams, … ¿No cree que una reducción en la penalización que supone, adaptándose al modelo de la NCAA donde se limita a 15 yardas como máximo, rebajaría el nivel de polémica que provoca?
- ¡Sí, claro! Y el año que viene estaríamos otra vez aquí sentados, reclamando entonces el abuso de los cornerbacks por lo ínfimo del castigo recibido en comparación con evitar una big-play. Mira, he venido a tu programa de buen rollo, pero ya veo de qué vas. Eres como los demás, culpándome de todos los males de la NFL. No pienso consentirlo. Me voy.
Y tras estas palabras, Pass Interference se quitó el micro, se levantó airado del sofá y salió enfurruñado del plató. En su salida, rozó ligeramente una de las cámaras, y se fue al suelo con estrépito.
- Lo habéis visto todos, ¿no? –reclamó dirigiéndose al público-. Ha sido una falta clarísima. Os va a caer una demanda al programa que os vais a enterar.