Los Bengals elegirán en el número nueve de la primera ronda en el próximo draft. Llevaban sin escoger tan alto desde 2011, cuando se hicieron con los servicios de A.J. Green, uno de los mejores wide receivers de toda la liga. Tienen la oportunidad ahora de añadir otro arma más a un ataque que sufrió de lo lindo en 2016 con el receptor Corey Davis. Sin embargo Cincinnati también necesita otro pass rusher imperiosamente, asi que vamos a razonar por qué el de Western Michigan.
Ante todo voy a advertir que mis conocimientos de CFB son muy limitados, parte porque no disfruto igual viéndolo y no tengo filias con ninguna universidad y parte porque no tengo ninguna revista sobre draft de hace 30 años. Con todo sí puedo escuchar a los que saben y estudiar sus análisis y Davis me ha llamado ciertamente la atención. El natural de Chicago tiene las condiciones físicas, con 1,91m. de altura y físico superlativo, para ser un tremendo jugador, y además ofrece justo lo que los Bengals no tuvieron el año pasado.
Cincinnati se quedó muy cerca en 2015 de, por fin, superar el Wild Card, empezando la temporada de forma espectacular y ganando los primeros ocho encuentros, incluyendo meritorias victorias como ante Seahawks en casa y en la prórroga tras ir perdiendo de 17 puntos o a Ravens en Baltimore con un pase de touchdown de Andy Dalton a Green en los momentos finales. Luego se lesionó el quarterback de los Bengals en una estúpida jugada contra Steelers y el resto ya es historia. Pero ese equipo, y en concreto ese ataque, estaba rindiendo de manera brillante, y Dalton hasta sonaba para el MVP. La clave era, por supuesto, la multitud de opciones que tenía disponible el gurú ofensivo Hue Jackson, con Marvin Jones Jr., Tyler Eifert, Giovani Bernard y Mohamed Sanu complementando a Green.
Este verano marcharon Jones y Sanu, y Eifert comenzó el curso rehabilitando una lesión sufrida en el Pro Bowl – lo sé. El ataque sufrió, con reemplazos que si bien puedan igualar las estadísticas de los que se fueron, no llegaron al nivel en cuanto a impacto. Si los Bengals se quedaron fuera de los Playoffs por primera vez en seis años fue en gran parte por los dos pasos atrás dados por la ofensiva, en reminiscencia a aquel 2014 en el que Andrew Hawkins marchó a Cleveland y Jones y Eifert se perdieron todo el año. Esa temporada Cincy se clasificó para la postemporada con un récord de 9-7-1, no tan lejos del 6-9-1 de 2016, en el que fueron lastrados por su desastroso kicker y no poder ganar partidos apretados – 1-6-1 en encuentros resueltos por una sola posesión.
¿Cómo conseguir un cambio rápido y firme como el acontecido en 2015? Dando al ataque otro jugador capaz de espaciar las defensas rivales verticalmente otra vez. Los Bengals necesitan una vertical threat y Davis es el candidato idóneo.
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Wanted to add some ball skills, body control, catch-point and contested catch shots of Corey Davis. pic.twitter.com/42iRGPbbmY
— Goodberry (@JoeGoodberry) January 23, 2017
No sólo Davis le daría a Dalton otro arma más en el exterior, sino que con él las defensas rivales se lo pensarían dos veces antes de doblar a Green, dando por tanto a los Bengals su enfrentamiento 1vs1 favorito. El efecto dominó sería inmediato, liberando a Eifert por dentro y proporcionando más espacio para Bernard, tanto como receptor como acarreando la pelota. Dalton no es un quarterback de élite, y necesita estar rodeado de talento para tener éxito, como ocurrió en 2015. De hecho, sobre su gran temporada escribí esto en CincyJungle, analizando este factor, y otros más.
Es verdad que Bengals también necesitan velocidad en defensa, tanto en la posición de linebacker como otro pass rusher que acompañe a Carlos Dunlap, igual que ocurrió en 2014. Los expertos dicen que hay edge defenders de nivel que valdrían más la pena que un receptor con el número nueve de la primera ronda, y si así hiciese Cincinnati no estaría opuesto, pero tener un ataque capaz de anotar en cualquier posesión es demasiado tentador como para dejar pasar la idea. No sólo puedes levantar cualquier resultado, también pones mucha presión sobre el rival y obligas a que modifique su gameplan ofensivo, dando ventajas a tu retaguardia y mayores oportunidades de llegar al quarterback.
Davis es para la mayoría de draftniks el wide receiver número uno de esta promoción, y los Bengals necesitan un receptor de élite.