Hablar de lo que voy a hablar a continuación es muy complicado para mí. Primero, porque siempre me he considerado pro John Harbaugh. Me parece un gran entrenador y sobre todo un mejor gestor del vestuario y segundo por la presión que conlleva tratar de explicar este asunto tanto a aficionados córvidos como aficionados de otras franquicias que no siguen día tras día la actualidad de este equipo.
Vamos a empezar a ser claros. Los Baltimore Ravens están sumergidos en una crisis interna que muy pocos quieren ver. John Harbaugh llegó a Baltimore en 2008 tras la destitución de Brian Billick, un hombre que aportó mucho a una franquicia prácticamente nueva y a la que hizo campeona apenas 4 años después de su fundación en 1996. El comienzo de John Harbaugh en ‘Charm City’ no pudo ser mejor. En sus primeras 7 temporadas sólo una se quedó fuera de playoffs, en 2013, justo el año después de ganar la Superbowl.
Aquello no parecía nada serio. La maldición de la Superbowl lo llaman algunos (Excepto que seas los New England Patriots, claro está). El problema llega cuando a partir de 2015 se empieza a coger una tendencia negativa y que a día de hoy no se ha podido solucionar y sigue presente en el equipo. En realidad el problema llegó cuando Gary Kubiak dejó el equipo como coordinador ofensivo para irse a los Denver Broncos como Head Coach.
El impacto de Gary Kubiak
Kubiak llegó a los Ravens reemplazando a Jim Caldwell, que se fue a los Lions como Head Coach un año después de hacer campeones a los Ravens en 2012. El propio Kubiak instauró en Baltimore la tan de moda en la NFL West Coast Offense. Había cierta preocupación, pues la ofensiva córvida había perdido a una de sus mayores estrellas en la historia en un escándalo de violencia machista, al RB Ray Rice.
Durante esa temporada el ataque córvido brilló. ¿Cuál fue la clave de ello? Que, a pesar de haber perdido a su RB estrella, Gary Kubiak confió de pleno en el juego terrestre y en Justin Forsett. De hecho, Justin Forsett logró su mejor temporada como profesional ese mismo año y Joe Flacco parecía disipar las dudas que habían empezado a aparecer entorno a su mega contrato tras proclamarse MVP de la Superbowl. Una combinación de jugadas de carrera, playactions efectivas y creíbles que ayudaban a potenciar el juego profundo de Flacco eran la tónica de ese ataque.
Finalmente, tras esa temporada, John Elway cogió el teléfono y ofreció a Kubiak un trabajo irrechazable. Ser head coach de los Denver Broncos, el equipo donde se formó. Obviamente Kubiak aceptó el puesto de trabajo. A partir de aquí, los Ravens iban a perder tanto su identidad ofensiva como defensiva.
Incapaces de tapar el agujero que dejó Kubiak
Y aquí, creo yo, que está todo el kit de la cuestión de uno de los grandes problemas a los que se enfrentan los Ravens durante todos estos años. Para intentar tapar el agujero que dejó Kubiak tras su marcha a Denver, John Harbaugh decidió que su coordinador ofensivo iba a ser el gurú ofensivo procedente de los Chicago Bears, Marc Trestman. Un enamorado del juego de pase. Junto a él iba a llegar Marty Mornhinweg como entrenador de Quarterbacks.
Marc Trestman no entendió lo que teníamos en Baltimore. Él, fiel a su estilo instauró un estilo de juego que se basaba en el ataque aéreo. Joe Flacco debería llevar los galones de los encuentros y no funcionó. Se mostraron, aún más, las carencias del quarterback si es él el que tiene que llevar el peso del ataque.
¡Pero si es el quarterback! ¿Cómo no va a llevar el peso del ataque un jugador al que se le conoce como mariscal de campo? Se preguntarán muchos. Pues no, señores, Joe Flacco no es un QB capacitado para eso y parece que John Harbaugh, tras 8 años junto a Joe Flacco fue el único que no lo vio. Finalmente, Trestman fue despedido al año siguiente y en un alarde de conservadurismo, John Harbaugh decidió que Marty Mornhinweg iba a ser el OC durante esa temporada. El ataque, simplemente no funcionaba, y lo peor es que la defensa tampoco lo hacía bajo las órdenes de Dean Pees. Es mismo año los Ravens se quedaron a las puertas de los playoffs debido a una magnífica jugada individual de Antonio Brown en el último partido de la temporada.
La irregularidad, la tónica general de estos últimos años
Algo parecido pasó la temporada siguiente, otra vez bajo las órdenes de Mornhinweg en ataque y Dean Pees en defensa incomprensiblemente. Última jugada del último partido y los Ravens conceden un touchdown en 4&12 de los Bengals. Pero… ¿realmente los Ravens perdieron los playoffs en esas jugadas?
Mi respuesta es un rotundo NO. Los Ravens no pierden los playoffs por esas dos jugadas en concreto. Lo pierden por la incapacidad del staff de hacer que sus jugadores encadenen una racha positiva de victorias. De hecho, recuerdo cuando hace un par de años empezamos la temporada 3-0 y las quinielas nos daban como líderes de división y acabamos llegando al bye week con un récord de 3-4. Partidos que, como aquella temporada frente a New York Jets, New York Giants o Washington Redskins acabas perdiendo porque tus jugadores ni siquiera saltan al campo son los que te hacen quedarte a las puertas de los playoffs.
Y no es cosa de una temporada, porque el año pasado volvimos a vivir algo parecido. La única ventaja de 2 victorias que tuvimos durante toda la temporada nos duró dos semanas. Precisamente la week 1 y la week 2. A partir de entonces, una de cal y otra de arena. Y esta temporada más de lo mismo.
Al final, durante estos últimos años de la era Harbaugh los Ravens daban un paso hacia adelante y tres hacia atrás. Estoy de acuerdo en que, respecto a lo mostrado estos dos últimos años, el equipo ha mejorado tanto en ataque como en defensa, pero no lo suficiente y ya son muchos años así.
John Harbaugh, un hombre chapado a la antigua
Bien, hemos descubierto que Joe Flacco no es el quarterback ideal para liderar este ataque pero… ¿Por qué no buscamos algo fuera de casa? ¿Y si, la solución a todos los problemas no está en Baltimore? Se fue Trestman y todos pedíamos sangre nueva. Alguien de fuera, que no estuviese involucrado en ese staff y pudiese aportar ideas nuevas y se optó por renovar a Marty. Se ‘retiró’ Dean Pees para luego acabar en los Titans y teníamos la oportunidad de traer a alguna mente defensiva que supiese aprovechar el talento de una defensa que estaba siendo desperdiciado por el propio Pees y su maldita prevent y se volvió, una vez más, a optar por alguien de la casa. Esta vez John Harbaugh nombró DC a Don Martindale, el hasta entonces entrenador de LB. Y el pobre no tiene la culpa de mucho la verdad, que está haciendo que la defensa rinda a un gran nivel.
Pero volvemos a lo de siempre. ¿Qué le pasa a John Harbaugh que no quiere confiar en nadie que no haya estado en su staff? Estoy de acuerdo en que es una manera de premiar a la gente que trabaja día tras día contigo pero si sabes que tu puesto pende de un hilo lo mejor sería ser atrevido y jugártela con una mente joven y que entienda cómo ha evolucionado la NFL y sus ataques en estos días.
Al final ese exceso de conservadurismo y falta de asumir riesgos es lo que está matando poco a poco a estos Ravens en general y a John Harbaugh en particular.
¿Falta de talento en el campo o en la banda?
Interactuaba con muchos fans de Ravens en Twitter tras la derrota ante los Panthers. Respecto a este tema hay división de opiniones. Muchos son de los que piensan que el problema está en la banda y sin embargo otros prefieren mirar al campo y, consecuentemente al front office.
¿Hay falta de talento en el campo o en la banda? Bajo mi punto de vista, los Ravens tienen un roster bastante competitivo. Está claro que no pueden hacer maravillas debido al contrato de Joe Flacco que ha tenido atado durante todo este tiempo a este Front Office pero a John Harbaugh se le han brindado armas en la agencia libre que son para darse con un canto en los dientes. Una defensa con nombres como Brandon Williams, Michael Pierce, Terrell Suggs, CJ Mosley, Eric Weddle, Jimmy Smith o Tony Jefferson tiene calidad suficiente como para hacer mucho más. Lo mismo pasa con ese ataque. Este año los receptores no son moco de pavo, y Alex Collins demostró de lo que es capaz durante la temporada pasada.
Obviamente no es un roster mega competitivo como puede ser el de Los Ángeles Rams o el de los Minnesota Vikings, pero sin duda alguna es un roster con el que se puede aspirar claramente a algo más que lo que nos están ofreciendo estos días. El sistema de Harbaugh no funciona y punto. Su tiempo en Baltimore se ha acabado y es hora de buscar sustitutos. Es hora de renovarse o morir. No podemos seguir viéndolas venir y desaprovechando años de contrato de grandes jugadores que a día de hoy están en el roster porque luego pasa lo que pasa. Que nos sale un Osemele de la vida y sólo lo podemos aprovechar 4 años.
Otro de los problemas de este staff ha sido la falta de desarrollo de jugadores jóvenes. Y el claro ejemplo está en los linebackers, quizá la unidad que más ha crecido con jugadores jóvenes y donde mejor se ha trabajado estos años. El caso de ZaDarius Smith y Matt Judon resume perfectamente lo que está matando a este equipo, la inconsistencia. No son capaces de jugar dos años seguidos a un alto nivel. Lo mismo pasa con los receptores. ¿Cuál fue el último WR joven que los Ravens han desarrollado? De hecho, este año se han drafteado a 2 WR y uno ya está fuera del equipo y otro ni siquiera ha disputado un snap esta temporada. Sobre Lamar Jackson no voy a hablar porque eso es otro tema.
Así que, a mi la excusa de que no hay talento en el campo no me sirve. Porque para mí un buen es el que sabe sacar el máximo partido a sus jugadores y a día de hoy, John Harbaugh no lo está haciendo. Aunque tengo que romper una lanza a favor de Harbaugh y es que, como he dicho antes, me parece un excelente gestor de vestuario. En una liga de egos como la NFL es muy importante que reine el buen ambiente en un vestuario y eso no es nada fácil. Durante los años de Harbaugh como entrenador eso nunca ha sido un problema en Baltimore.
Me encantaría, de verdad, que Harbaugh triunfase de nuevo en la NFL. De hecho, lo que más me gustaría es que lo hiciese de nuevo en los Ravens porque me parece un tío encantador. Pero en la NFL no vale simplemente con eso y hay que ser más arriesgado. Al final, como he dicho antes, el conservadurismo de John Harbaugh es lo que le está matando poco a poco. No sería una sorpresa ver que Eric DeCosta quiera empezar su nueva andadura como GM de Baltimore Ravens con un nuevo entrenador. Y hay nombres interesantes como John DeFilippo, OC de los Vikings.