Semana 2 y el botón del pánico ya parpadea.
Después de abrir la temporada con una ajustada derrota delante de los subcampeones del año pasado, las sensaciones que habían quedado entra la afición de Chicago fueron que este año el equipo había ganado en competitividad. Evidentemente no es un proyecto consolidado, pero se vieron cosas interesantes.
En ataque el juego de carrera funcionaba, la OL aguantaba bien y abría buenos huecos. En defensa la presión del front seven no permitía el lucimiento de dos runnings top en la liga como son Davonte Freeman y Tevin Coleman. La presión sobre Matt Ryan hizo que salvo en un par de ocasiones, no pudiera hacer pases cómodos a Julio Jones y Mohamed Sanu.
Pues bien, todo esto se desintegró justo ayer por la tarde en el Raymond James Stadium, hogar de los Tampa Bay Buccaners. Una semana ha tardado en aparecer el fantasma de las últimas campañas. Lo hizo en forma de inoperancia en ataque y faltes de concentración que provocaron 8 penaltis que supusieron 59 yardas de penalización. Esto para un equipo que cada yarda le cuesta un mundo es puro veneno.
El partido empezó con un drive sostenido de Tampa que finalmente la defensa de Bears consiguió parar forzando un Field Goal que sería transformado. Tres a cero en el marcador y posesión para Glennon y su ofensiva. Las primeras jugadas de carrera ya dejaron ver que no era el día para los runnings de Chicago. La DL y los LB de Tampa tenían claro que para ese juego era la clave para ganar el partido, y ejecutaron a la perfección su plan.
Jordan Howard había estado toda la semana con prácticas limitadas debido a una lesión en el hombro, pero todo y así el staff ofensivo pensó que sería buena idea darle carreras por el centro de la línea. Decisión más que dudosa que acabó con Howard abandonado el estadio con el brazo en cabestrillo.
El otro corredor Tarik Cohen se alineaba en el slot para salir a recibir los chechdowns que tanto se criticaron en la era Trestman y que parecen haber vuelto de la mano de un inoperante D. Loggains (OC) para desesperación de la afición.
Con este juego ultraconservador de yardaje garrapo los seis primeros pases fueron completados. Pero todo fue un espejismo.
En primero y diez Glennon buscó al TE Dion Simms, pase interceptado por K. Alexander y nueva posesión para Tampa. La defensa, todavía fresca hizo su trabajo y forzó un 3 y fuera. El punt de Bucs llegó a la yarda 13 donde Cohen que debió dejar acabar la jugada allí quiso retornar cuando estaba rodeado de dos contrarios. El fallo del rookie provocó un fumble que dejó una situación inmejorable para el ataque de Winston que acabó conectando con Mike Evans para sumar el primer TD. 10-0 y final del primer cuarto.
El segundo cuarto, que sería la confirmación del desastre. Empezaba con posesión de Chicago que después de siete jugadas acabaría con un fumble de Glennon recuperado nuevamente por Tampa. La falta de movilidad del QB es realmente alarmante, incapaz de escalar el pocket o hacer un roll out, se queda estático viendo llegar la presión y es incapaz de lanzar o simplemente comerse el sack asegurando el balón.
De nuevo Winston y su ofensiva conseguían llegar a la end zone y anotar otro touchdown con su correspondiente extra point. Lo siguiente era otro drive de Chicago que otra vez acabaría con un pick six gentileza de Mike Glennon que después de telegrafiar el pase ya desde el pre snap acabó lanzado un pase que se quedaba corto y daba toda la ventaja al defensa R.Mc.Clain. El extra point no fue bueno.
A partir de aquí el partido ya estuvo finiquitado. Chicago continuó con su total inoperancia en ataque y la defensa acabó sumándose al festival. A todo esto, se le sumaron diversas lesiones que acrecentan el desbarajuste en el que se está convirtiendo, una vez más, el equipo.
Un par de Field goals de Tampa y un touchdown en los últimos instantes de partido por parte de Chicago que solo serviría para maquillar el bochorno.
Quedó claro que, si el juego de carrera no funciona, como ayer sucedió (20 yardas de carrera en todo el partido) jugar con Glennon es una forma efectiva de suicidio. Esperemos que aquí empieze el final de la broma Glennon.
El futuro a corto plazo pinta mal,
Todo y estar solo en la jornada dos, viendo el calendario que queda por delante se hace difícil ver que este equipo tal y como está ahora mismo sea capaz de ganar más de tres o cuatro partidos.
John Fox parece estar cada día más desubicado y su staff tampoco da muestras de mucha lucidez. La próxima semana visitan el Soldier Field los Pittsburgh Steelers que con un 2-0 se enfrentarán a un equipo mermadísimo por las bajas y con la moral por los suelos. Veremos como reacciona la afición, pero si ya en el primer partido hubo abucheos para Glennon todo hace pensar que a la primera ocasión volverán a mostrar su más que justificado enfado.
Todo hace pensar que el cambio de coaching staff a final de temporada está más que justificado, otra decisión que no fuera esta sería inexplicable. Es más, creo que hoy mismo gran parte de la afición entendería que el coordinador ofensivo y algunos de sus ayudantes fueran puestos en la calle sin esperar a jugar el próximo partido. Pero esto merece un análisis más detallado.
BEAR DOWN!!!!