Continuamos nuestro repaso al equipo durante esta off-season y ahora lo hacemos dándoos nuestro punto de vista sobre cómo rindió el ataque de los Titans en 2017:
Comencemos primero por los números generales, donde hay datos algo preocupantes.
En un principio, podríamos decir que el rendimiento del juego de carrera fue bueno. 114.56 yds/partido de carrera son un buen dato. Pero la realidad no es tan brillante. El juego de carrera nunca llegó a estar fino del todo y, de hecho, son 22 yds/partido menos que la temporada pasada. Muchos factores influyeron en esta caída, como las lesiones de DeMarco Murray, el bajo rendimiento de la OL o la predictibilidad del play-calling. En cualquier caso, y por sacar algo positivo, podemos decir que tenemos un juego de carrera sólido.
En el otro lado, el ataque aéreo tampoco tuvo unos resultados muy satisfactorios. Las 199,44 yds/partido de pase son un número insuficiente que nos colocan en la parte baja de la NFL. De nuevo podemos hablar de muchas circunstancias, como las lesiones de Mariota o Corey Davis o, una vez más, el mal play-calling. Pero son 23 yds/partido menos que la temporada 2016. Además el número de Int. creció (de 11 a 17) y el de TD bajó (de 46 a 33), en parte lastrado por el mal rendimiento en la Red Zone.
Otro mal dato del ataque es el porcentaje de 3os Downs convertidos. Mientras que en 2016 era del 46.08%, en 2017 cayó en picado hasta el 35.15%, lo que implica, más drives finalizados antes de tiempo y muchos puntos que nos dejamos por el camino.
En general podemos decir, sin temor a equivocarnos, que el ataque de los Titans en 2017 fue malo. Se añadieron piezas (Corey Davis, Taywan Taylor o Jonnu Smith) pero los números fueron para abajo. De acuerdo, las circunstancias no ayudaron, pero nos esperábamos mucho más de este ataque, y más teniendo uno de los calendarios más sencillos de toda la NFL.
Parte de esa responsabilidad recaía (nótese el pasado) sobre nuestro HC Mike Mularkey. A pesar de que él no era el play-caller, admitió varias veces estar muy implicado con él y con el desarrollo y evolución del ataque y las jugadas. Su exotic smashmouth se hundió en 2017 y su negativa a dar un soplo de aire fresco a un ataque que era inconsistente y se ahogaba a la mínima le acabaron costando el puesto.
Pero si hay un gran responsable de todo, seguramente sea el OC y play-caller, Terry Robiskie. En 2016, y tras más de 10 años sin cantar jugadas, Mularkey le dio esa responsabilidad. Los números no eran espectaculares, pero parecían una base sólida tras tanto tiempo en el dique seco. Confiábamos en que aprendiera de los errores y en 2017 se maximizaran las fortalezas. Nos equivocamos. El play-calling seguía siendo plano y predecible, sin chispa. Sólo cuando jugábamos en no-huddle (y nos llevó hasta la Week 16 hacerlo) y con Mariota como play-caller, encadenábamos buenos drives, muestra de que algo en la banda no funcionaba. Por el encallamiento e infrautilización del ataque, su despido estaba más que justificado.
Vamos ahora con el análisis individual de nuestros jugadores ofensivos (los números son sólo de Regular Season):
Quarterback:
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Marcus Mariota 281/453 (62.0%) para 3232 yds. 13 TD y 15 Int. + 60 carreras para 312 yds. (5.2 yds/car) y 5 TD.
2017 no fue el año de Mariota. Lo dio todo y más (el stiff arm a Jacksonville, el bloqueo en Kansas City,…), jugándose el tipo. Llevó un ataque inútil a lograr 9 victorias (comandando un total de 5 drives ganadores en el 4º Cuarto) y a meterse en Play-Offs a pesar de las lesiones o el play-calling. Si estamos en esta posición es por él. Cierto es también que marcó sus peores números en la NFL, pero el sistema que jugaban Mularkey y Robiskie le obligaba a ser perfecto y, aunque nos dejó algunos pases preciosos, no siempre podía serlo, de ahí el elevado número de Int. Por quedarnos con algo bueno, corriendo logró marcar más TD (5) que en 2015 y 2016 juntos (4). Mariota tiene las capacidades para brillar, lo ha demostrado, pero aún no han sido explotadas del todo.
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Matt Cassel 25/42 (59.5%) para 162 yds. 1 TD y 2 Int.
Cassel vino como un teórico “suplente de calidad” y no ha sido el caso. Jugó un partido y medio, lo que Mariota estuvo lesionado, y su actuación fue muy pobre. Su puesto en 2018 podría estar incluso en riesgo.
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Brandon Weeden –
Vino cuando Mariota se lesionó pero ni olió el campo. Mejor.
Nota: 6/10
Runningback/Fullback:
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Derrick Henry 176 carreras para 744 yds. (4.2 yds/car) y 5 TD + 11 recepciones para 136 yds. y 1 TD.
Comencemos con Derrick “el Tractorcito” Henry que, quizás, es una buena muestra del devenir del equipo bajo Mularkey y Robiskie. Con un Murray lesionado/tocado y cuya producción iba de capa caída, prefirieron insistir con él antes que dar más balones a Henry. Sólo al final de la temporada, cuando la rodilla de Murray dijo basta, Henry empezó a tener protagonismo. Y tampoco en demasía. En 3 de los 16 partidos su media fue de menos de 2.0 yds/car. Pero en 4 de 16 fue mayor de 6.0 yds/car. Recibiendo fue infrautilizado y bloqueando sigue demostrando algunas carencias. En resumen, parecemos ver algo en él, pero tiene demasiados altibajos. Como el ataque en general.
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DeMarco Murray 184 carreras para 659 yds. (3.6 yds/car) y 6 TD + 39 recepciones para 266 yds y 1 TD.
Murray por su parte tuvo un 2017 para olvidar. Marcó números similares a los de aquel triste 2015 en Philadelphia. Tocado la mayor parte de la temporada, tampoco ayudó que los entrenadores apostaran una y otra vez por él hasta la extenuación. Acaba de cumplir 30 años y se notan las muchas carreras en sus piernas. Su edad, su salario y su rendimiento juegan en su contra.
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David Fluellen 4 carreras para 21 yds. (5.3 yds/car)
Fluellen fue la sorpresa del roster al quedarse como RB#3. Cierto es que en pretemporada brilló, pero de ahí a ser medianamente productivo en NFL hay un trecho. No dudamos de su entrega y su ayuda en ST, pero creo que había mejores salidas.
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Khalfani Muhammad –
Muhammad fue elegido en 7ª ronda como un RB ágil y veloz. Se pasó gran parte de la temporada en el PS y sólo fue repescado cuando la lesión de Murray se agravó. No jugó un snap. No sabemos lo que hay en él.
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Jalston Fowler (FB) 2 carreras para 4 yds. (2.0 yds/car) y 1 TD (Cortado)
Y cerramos con Fowler. Otro “gran” pick de Ruston Webster. Nuestra 4ª Ronda de 2015 pasó de ser protagonista en una run-first, a jugar esporádicamente, luego a estar inactivo y por último a ser cortado. Sigo pensando que podríamos haberle aprovechado mejor, pero ya es tarde.
Nota: 5/10
Wide Receivers:
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Rishard Matthews 53 recepciones para 795 yds. y 4 TD.
Vino un WR reconocido como Eric Decker. Vino todo un #5 del Draft como Corey Davis. Pero Matthews no se dejó amilanar. Demostró, un año más, ser el mejor y más fiable WR del equipo a pesar de la competencia y de las dificultades del ataque aéreo para brillar. Sus buenas manos (le perdonamos aquel clamoroso drop contra los Bengals) y su sobriedad le colocan como el líder de la unidad y un seguro para Mariota.
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Eric Decker 54 recepciones para 563 yds. y 1 TD.
Su fichaje se celebró por todo alto. Un WR contrastado, aún con football en él, que debería aportar su experiencia y calidad en Red Zone para ayudar al equipo a dar el salto de calidad que le faltaba. No fue así. 1 TD (en la Week 9) en toda la Regular Season. Cierto es que Mariota desarrolló buena química con él y ha acabado siendo el WR con más recepciones (sorpresa), pero algunos drops en los últimos partidos han cuestionado su posible continuidad, ya que es FA.
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Corey Davis 34 recepciones para 375 yds.
El rookie aterrizó como el flamante #5 del Draft y con la esperanza de aportar desde ya. Las lesiones musculares le frenaron y se perdió toda la pretemporada y 5 partidos de Regular Season. Cuando volvió tras el bye pudimos ver destellos de calidad, pero también bastante inconsistencia. Su rendimiento en Play Offs, sin embargo, fue muy bueno y deja la puerta abierta de par en par para que en 2018 demuestre lo que en 2017 no pudo.
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Taywan Taylor 16 recepciones para 231 yds. y 1 TD + 8 carreras para 43 yds. (5.4 yds/car)
El otro WR rookie que llegó al equipo venía con la premisa de aportar velocidad y amenaza profunda. Y en un principio así pareció ser. Hasta el bye (Week 8), amasó 178 de sus 231 yds. de recepción, 1 TD y además fue usado como RB o en situaciones de end-around o jet-sweep para aprovechar su velocidad y sorprender. Luego… desapareció. Desconocemos el motivo, pero su presencia en el ataque cayó en picado. Vale, cometía algún error de rookie, pero estando en la banda no va a aprender.
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Harry Douglas 1 recepción para 8 yds.
Douglas se pasó hasta la Week 11 en IR. Entonces fue repescado. Atrapó un balón. Luego cometió un drop. No volvió a pisar el campo. A sus 33 años, y viendo su aportación, creo que es hora de encontrar a alguien nuevo.
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Eric Weems 1 recepción para 5 yds.
Vino para aportar en ST, no en ataque, aunque, por algún motivo, Mularkey y Robiskie creyeron oportuno usarle en ataque, donde demostró que no tiene la calidad para sumar.
Nota: 6/10
Tight Ends:
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Delanie Walker 74 recepciones para 807 yds. y 3 TD
Le costó arrancar. Su primer TD no llegó hasta la Week 11. Obviamente, los rivales ya le conocen, y muchas veces se enfrentaba a dobles, tripes e incluso cuádruples coberturas (en parte patrocinadas por el play-calling de Robiskie). Aun así demostró su calidad volviendo a liderar al equipo en recepciones y yardas, y siendo el objetivo favorito de Mariota en situaciones complicadas. Cualquiera diría que empezará la temporada 2018 con 34 años.
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Jonnu Smith 18 recepciones para 157 yds. y 2 TD
Su evolución fue similar a la de Taywan Taylor. Hasta el bye fue una grato protagonista, con 107 yds. y 2 TD. Tras el bye, y por motivos que sólo Mularkey y Robiskie entenderán, su producción desapareció por completo. Se le comenzó a usar más como bloqueador, donde sacó a relucir que aún está verde en esta faceta. A pesar de ello, se vieron algunos destellos que, con trabajo, pueden convertirle, como muchos proyectaron, en el sucesor de Delanie Walker.
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Phillip Supernaw 4 recepciones para 39 yds y 1 TD
El rol de Supernaw estaba claro: TE bloqueador y ayudar en ST. Y ninguno de los dos terminó de ser tan bueno como se esperaba. Sorprendió atrapando su primer pase de TD en la NFL en su 5ª temporada, pero por lo demás, dejó bastante que desear, en especial tras el corte de Fowler.
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Luke Stocker 1 recepción para 12 yds.
Llegó con la temporada en su recta final (Week 13), pero se adaptó rápidamente y comenzó a contribuir como TE bloqueador y FB, quitándole tiempo de juego a Supernaw y rindiendo bastante mejor que él. Acabó ganándose el respeto en un rol poco lustroso.
Nota: 7/10
Offensive Line:
El análisis individual de la OL es más complicado, así que lo haremos grupal. Sobre la cuestión de protección al QB, el rendimiento fue mejor. En 2017 permitimos 35 sacks por los 40 en 2016, un número que pinta aún mejor si sabemos que 6 de esos 35 sacks le cayeron a Cassel en el mal partido general en Miami. En cuanto a abrir huecos para la carrera, la cosa fue algo peor. Muchos equipos comenzaron a amontonar hombre en el box y se nos complicó el correr de manera cómoda.
- Ben Jones cumplió en el Center. Sobrio, pero sin mucho brillo. Aunque un aspecto a mejorar sería sus snaps en shot-gun, que tenían tendencia a quedarse bajos. Destacar que fue el único Titan (y uno de los 32 jugadores de la NFL), que jugó todos los snaps en su lado del balón. Durabilidad asegurada.
- Los Guards Quinton Spain y Josh Kline también cumplieron. No son lo mejor de la NFL, pero saben hacer su trabajo, en especial para la carrera (Kline es un maestro saliendo en pull). La lesión de Spain hizo que Schwenke jugara algún partido como LG sin que se notara en exceso la diferencia.
- Y en los Tackles, tanto Taylor Lewan como Jack Conklin brillaron. Hubo momentos de inconsistencia, en especial de Lewan, pero son una gran pareja. Y Denis Kelly como 6º OL y T suplente también cumplió su rol a la perfección.
Nota: 7/10
En resumen, el ataque parece tener, más o menos, todas las piezas pero, por un motivo o por otro, nunca terminaban de encajar o funcionar y el resultado fue el que fue. Ojalá el nuevo staff le dé la vuelta de tuerca que necesita.
Adrián de Blas Ruiz, @titans_esp.