Hay que ver los sustos que se lleva uno con esto de las redes sociales. Como buen friki de los deportes americanos que soy, intento estar lo más atento posible a twitter y demás aplicaciones de las redes sociales para estar lo mejor informado que se pueda de todo lo que rodea al football y a otros deportes de más allá del charco. Pero como se suele decir, “twitter lo carga el diablo”. Eso es lo que pensé hace unos días cuando empecé a ver mensajes que decían que Russell Wilson había sido tradeado. El fantasma del infarto estuvo rondando muy cerquita. “¿Pero esto que es? ¿Se han vuelto locos? Ay, que me da algo.”.
Durante las últimas semanas los movimientos en casa de los Seahawks han sido constantes, especialmente en lo que se refiere al staff. Pero esto era ya demasiado. Cargarse al único jugador imprescindible en ataque y uno de los pilares del proyecto deportivo era una cosa de locos. Por suerte no tardé en darme cuenta que la noticia tenía trampa. No habíamos tradeado al Russell Wilson quarterback, sino que se había traspasado al Russell Wilson jugador de baseball. “Buf, qué susto. Menos mal. Casi me da algo”, pensé. “Ya está otra vez el pesado de Russell con el baseball. A ver cómo acaba esto”.
Russell Wilson y el baseball
Lo de Russell Wilson y el baseball viene de lejos. De hecho casi más que el propio football. Es más, Wilson podría haberse dedicado profesionalmente al deporte del bate desde el 2007. Cuando los Baltimore Orioles le draftearon justo al finalizar su estancia en high school.
Sin embargo decidió iniciar sus estudios universitarios y se incorporó a la Universidad de North Carolina State donde compaginó ambos deportes. Y es aquí donde empezaron los primeros problemas. En enero del 2010, cuando todavía pertenecía a la universidad de NCS, Wilson fue drafteado por los Colorado Rockies de la MLB. Ese verano jugó como segunda base en uno de los equipos filiales de la franquicia de Denver. En enero del 2011 anunció su intención de participar en los entrenamientos de primavera de los Rockies. Eso no gustó nada a Tom O’Brien, entrenador de los Wolfpack. Dijo haber sido muy respetuoso durante esos años con la decisión de Wilson de alternar ambos deportes pero que ahora le requería un máximo compromiso con su programa de football.
La cosa no acabó bien y los de Carolina del Norte decidieron prescindir del jugador que recaló en la Universidad de Wisconsin donde jugó su último año de football universitario en la temporada 2011. En el verano de este mismo año volvió a participar en la liga de baseball de otro equipo filial de los Rockies y fue en abril del 2012 cuando fue seleccionado por los Seahawks en el draft de la NFL.
Football y baseball ¿Buenos amigos?
Su incorporación al football profesional no ha hecho que Wilson deje de filtrear con el baseball. En diciembre del 2013, los Texas Rangers adquirieron sus derechos y participó con ellos en los entrenamientos de primavera del 2014 y 2015. Todo este ir y venir entre ambos deporte ha tenido su último acto (hasta el momento) con la irrupción en escena de los todopoderosos New York Yankees. A estos, Wilson llega tradeado y ya está participando en los entrenamientos de primavera aunque ha sido asignado oficialmente a un equipo filial de los del Bronx.
Russell Wilson nunca ha escondido su amor por el baseball. En recientes declaraciones a la prensa, ha admitido que “El football es mi pasión y mi forma de vida. Sin embargo el baseball representa mucho de lo que soy ahora. He aprendido mucho de este juego y he sido capaz de trasladarlo fisca y mentalmente a la posición de quarterback.”.
¿Qué piensan en Seattle?
Que tenemos quarteback para rato parece claro. Wilson va a seguir como profesional del football, es evidente. Lo del baseball no es más que un “divertimento». Además hay que tener en cuenta que, según los analistas del baseball, Wilson no está ni muchos menos al mismo nivel que en el football. Sin embargo hay que admitir que esta situación no es muy del agrado especialmente de los aficionados de los Seahawks. Un profesional de un deporte tan exigente a nivel físico y mental como el football corre un evidente riesgo a la hora de participar en otro deporte. Aunque no sea a nivel ultracompetitivo.
El fantasma de las lesiones siempre estará ahí. Un segunda base en el baseball es un jugador al que se le exige movilidad, atleticismo y habilidad en el brazo. Sí, esa movilidad y ese brazo del que tanto depende el ataque de los de Carroll. Durante estas últimas temporadas está siendo evidente el riesgo físico que está corriendo este jugador. Esto es debido básicamente a la deficiente protección de su línea ofensiva. Vamos, que está vivo de milagro. Por este motivo, algunos nos ponemos a temblar cuando vemos que el jugador sigue con su empeño de ponerse en riesgo practicando otros deportes a un alto nivel. Tendría bemoles que, tras conseguir sobrevivir a su offensive line, nos quedáramos sin Wilson por culpa de la pelotita y el bate.
GO HAWKS!!!
Pablo Miralles (@seattlefspain)