Antes de empezar a desvelaros más acerca de esta nueva edición de «Sabías que…» me gustaría que echaseis la vista atrás. Y que recordaseis la de veces que os han dicho «Eres hombre, no eres capaz de hacer dos cosas a la vez…». Y sí, en la mayoría de los casos puede que ese gran tópico tenga razón; pero no en el caso de nuestro protagonista de hoy, Justin Tucker. Aunque claro, no estamos hablando de un hombre sino de un superhombre.
¿Porque acaso sabías que…
…el kicker de Baltimore Ravens, Justin Tucker, uno de los mejores kickers en la historia de la NFL, además de saber pegarle al balón también es capaz de actuar en un concierto de opera?
Descubriendo sus virtudes
Justin Tucker siempre ha estado muy relacionado con el mundo de la música. Empezó a tocar la trompeta a los 10 años. Se preparaba rigurosamente para dar conciertos y no sentía miedo ante la presión que esto podía suponer a niños de su edad. Es más, según el propio jugador, esto «era algo terapéutico». No fue hasta que cumplió 12 años cuando Tucker se empezó a aficionar por el football. En ese momento el jugador supo que algo raro tenía este deporte, pues le hacía sentir de la misma manera que cuando estaba tocando un instrumento musical. Y vaya que si tenía algo especial este deporte para él. Doce años después está considerado como el mejor kicker de la NFL.
Pero es que Tucker no sólo tocaba la trompeta, también la guitarra, que aprendió a tocarla con videotutoriales de Youtube. Sí, como leéis. La primera canción que tocó Justin Tucker con la guitarra fue ésta, de una anuncio de TV americana.
Una difícil elección
Dada la pasión que Tucker tenía tanto como por la música como por el football, Justin, se decidió a practicar ambos hobbies a la vez. Y en principio no había problemas. Con una buena planificación esto se puede llevar de una manera que te permita dar el 100% en ambos ámbitos. Y su entrenador de football no tenía problema con esto siempre y cuando Justin rindiese bien en el campo. Sin embargo su homónimo en el ámbito musical no estaba tan de acuerdo con esto y puso a Tucker en una difícil situación. Justin tuvo que elegir entre la música, que llevaba practicando desde pequeño o el football, el deporte que le enamoró y que se le daba tan bien.
Todos sabemos el final de la historia. Justin Tucker eligió el football (gracias a Dios) y acabó jugando en la Universidad de Texas Longhorns. Allí pasó sus dos primeros años como punter y los dos últimos como kicker con un 83.3% de acierto. En 2012 los Baltimore Ravens le firmaron como rookie UDFA y ese mismo año se proclamó como campeón de la Super Bowl con la franquicia córvida. Sus números después de 5 años en la NFL son asombrosos. Tiene un rating de 89.4% de aciertos, lo que le ha convertido en el kicker mejor pagado de toda la liga.
Sus inicios en la ópera
Como acabamos de decir, Justin Tucker siguió con su prometedora carrera deportiva y aceptó una beca de la Universidad de Texas. Allí decidió estudiar periodismo pero enseguida se dio cuenta de que eso no estaba hecho para él. Quería algo que le hiciese sentir mejor, algo relacionado con la música. ¿Qué si no?
Estuvo asistiendo durante varios meses a clases de canto en la Academia de Música de Butler, que estaba en la Universidad de Texas. Ahí fue cuando descubrió que él era bajo-barítono y fue la primera vez que mantuvo el contacto con este estilo musical. Justin Tucker aprendió a cantar ópera durante sus años en la universidad y no sólo en inglés. También lo hacía en español, ruso, italiano, alemán, checo, latín… Además, claro, de compaginar todo esto con sus entrenamientos en el equipo de football. Recordáis eso que dije al principio de que Justin Tucker era un superhombre, ¿no? Pues eso.
La música le ayudó en sus inicios en la NFL
¿Qué narices tiene que ver que a Justin Tucker se le de bien cantar o tocar algún instrumento musical con chutar un balón a palos? Pues bien, el caso es que Justin Tucker, gracias a sus estudios musicales, aprendió la importancia que tienen los pequeños detalles a la hora de perfeccionar su técnica. Esto lo aplicó al football y durante su primera preseason, donde se tuvo que enfrentar a Cundiff (kicker de Baltimore Ravens por aquel entonces) por un puesto en el roster.
Sus entrenadores estaban asombrados. Rosburg, su entrenador de aquélla, había trabajado con grandes kickers como Steven Hauschka o Graham Gano. Ninguno se adaptó tan rápido a la forma de chutar en la NFL como Justin Tucker. Su long snapper, Morgan Coxx, también estaba alucinado con él: «Tiene la capacidad de hacer exactamente lo mismo todo el rato. Es lo que le hace realmente bueno, su técnica es perfecta».
.@jtuck9‘s turn on the keys ? pic.twitter.com/iyxUYOAUdX
— Baltimore Ravens (@Ravens) December 13, 2017
Justin Tucker seguía haciendo uso de su prodigiosa mente y lo que había aprendido durante sus años en la música. Si Tucker tuvo que estudiar durante la universidad las técnicas de cantantes como Plácido Domingo o Pavarotti, durante su llegada a la NFL Justin pasó gran parte del tiempo estudiando la forma de chutar de los grandes kickers del momento como Adam Vinatieri, Stephen Gostkowski o Phil Dawson.
Palabras de sus profesores
Uno de sus profesores en la universidad, Nikita Storojev, no se extrañó de su éxito. «La técnica depende de la coordinación que tengas con los músculos», decía. «Es por eso que la música clásica es muy parecida al deporte y ayudó a Justin Tucker. Es difícil cantar alto durante muchas horas. Tienes que saber como soportarlo, necesitas usar todo tu diafragma y varios músculos internos. Esto ayudó a Justin a perfeccionar su técnica a la hora de chutar».
Su primer gran concierto
Justin consiguió lo que se propuso, acabar jugando en la NFL. Pero aún tenía una espinita clavada por culpa de ese profesor que no le dejó compaginar el football y la música durante el instituto. Justin Tucker quería dar un concierto de ópera ante un gran público y aún no lo había hecho.
En diciembre de 2016 lograría otro de sus sueños. Iba a dar un concierto en la basílica de Baltimore durante el Catholic Charities Christmas Festival. La gente llegó a pagar hasta 125$ por ver al exitoso kicker de los Ravens cantar ópera en el altar.
«Estaba más nervioso en la previa del concierto que en la previa de la Super Bowl», llegó a declarar el jugador. La cita era muy importante para él. Finalmente todo salió bien y Justin Tucker dejó constancia de que la música se le da tan bien como chutar balones entre los tres palos.
Sin duda alguna, Justin Tucker es un superhombre. Además de todo esto, es un jugador comprometido con la comunidad y que su comportamiento en los terrenos de juego es todo un ejemplo a seguir. ¿El mejor kicker de todos los tiempos? Para mí, sin duda alguna, sí lo es.