La temporada NFL 2019 llega a su fin. Nos ha dejado momentos espectaculares y surrealistas. Irrepetibles. Sirva este artículo sobre el enfrentamiento entre 49ers y Chiefs como recuerdo y homenaje a 4 meses inolvidables. Que nadie se lo tome a mal. El único objetivo es conseguir arrancar una sonrisa.
Super Bowl LIV – Hard Rock Stadium – Miami (Florida) – 2 de Febrero de 2020
Amanece una mañana espléndida en Miami. Sin embargo, de repente unas nubes ennegrecen el cielo y empieza a descargar una potente lluvia, que cesa pasados unos instantes. A continuación, un vendaval terrible hace volar paneles publicitarios y hojas de palmera por las calles, que en breve amaina a débil brisa y vuelve a brillar con fuerza el sol. Son los efectos del cambio climático en su máxima expresión, cuya influencia sobre el juego puede ser determinante.
Desde primera hora de la mañana, los aficionados locales acuden con fluidez al Hard Rock Stadium. Podemos apreciar a seguidores ataviados con indumentaria de los Chiefs que, sin embargo, animan a los 49ers; mientras que otros con parafernalia niner animan a los de Kansas City. Está claro que la filosofía de querer que pierda el equipo propio ha calado hondo entre la afición de Miami.
Los pronósticos están muy igualados para esta final. Lo único que parece claro, como ha quedado patente en el último CIS de Tezanos, es que ganarán los rojos.
La noticia en estos momentos es que nuevamente, los Chiefs han extraviado el equipaje y sus equipaciones no van a llegar a tiempo al partido. En su lugar, han comprado en un puesto de souvenirs unas camisetas con la leyenda “welcome to Miami” y los números pintados a rotulador.
Invitados ilustres
La NFL ha invitado a diversas personalidades al palco de honor. Podemos ver a Minshew, cuyo bigote se lo ha dejado crecer y le llega ya a la altura del pecho; así como a Arcega-Whiteside, invitado porque el resto de jugadores de Eagles estaban enfermos. Odell Beckham se ha presentado oculto bajo un disfraz de Mayfield: afeitado, con una cinta en el pelo y agachado para parecer más bajito, ya que aún sigue en busca y captura por la policía de Louisiana tras los incidentes en el vestuario durante la final de la NCAA.
También aparece Antonio Brown, ataviado con una curiosa vestimenta… no, en realidad es el uniforme de una empresa de pizzas a domicilio, ya que no ha encontrado otro trabajo. Le entrega una de pepperoni a Jameis Winston y éste le lanza un billete de 10$ que es (¡cómo no!) interceptado. Se lo queda Prescott argumentando que él lo necesita más, y que ya se lo devolverá si Jerry jones le renueva algún día. Cuando falta muy poco para que arranque la Superbowl llega corriendo (no podía ser de otra manera) Lamar Jackson a ocupar su asiento.
Prolegómenos de la superbowl
Salen ambas escuadras precedidas por sus respectivos quarterbacks. El paseíllo de Garoppolo es saludado por un griterío ensordecedor de todas las féminas asistentes al encuentro y jalonado por una lluvia de sujetadores. Por su parte, Mahomes salta al emparrillado melena al viento, agitando sus rizos, demostrando por qué es la nueva imagen de una famosa marca de champú, y sonriendo provocador a Saleh, el coordinador defensivo de los 49ers, quien se rasca con desesperación su calva.
El himno nacional es interpretado con pasión y potente chorro de voz por la cantante Demi Lovato, quien entona enardecida las estrofas más emotivas. Se la ve muy puesta. No obstante, siguiendo directrices de Trump, se apaga la megafonía del estadio por ser la intérprete una reconocida activista por los derechos del colectivo LGTB, opuesta la política presidencial. El público reconoce que su interpretación debe haber terminado cuando deja de mover los labios y rompe en aplausos.
Con el ánimo exaltado, la cantante toma un balón y profiere una proclama contra la utilización del cuero de pobres animales indefensos en su fabricación y solicita que sea sustituido por materiales sintéticos. A continuación, protesta ante la sobreexplotación de productos de plástico. Consciente de su contradicción, abandona abatida el escenario. Para su consuelo, nadie ha escuchado nada.
En ese instante sobrevuela el estadio una formación de cazas de la aviación estadounidense. Sin embargo, el presidente Trump, queriendo emular a su idolatrado Putin, aprovecha para organizar una parada militar, y no es una escuadrilla, sino toda la Fuerza Aérea quien surca los cielos de Miami. La exhibición es grandiosa, pero larga. Tras quince minutos de ver pasar aviones (algunos da la impresión de haber pasado varias veces para parecer así que son más) los espectadores pierden interés y solicitan con abucheos que comience ya el encuentro.
Sorteo inicial y kickoff
En su intento de modernizar la NFL, Goodell ha decidido que el ganador del sorteo inicial se fundamente en las redes sociales. Como deferencia hacia el presidente, el ganador será el que acierte a quién insultará Trump en su próximo twitt. Los 49ers apuestan por el presidente chino Xi Jinping, mientras que los Chiefs por el ayatolá iraní Alí Jamenei. Ganan los californianos que deciden recibir el oval en la segunda parte. La primera posesión de la superbowl será para los de Missouri.
Wishnowsky patea el balón hacia la zona de marca chief. El vuelo del oval es captado por los miles de espectadores que cuelgan el evento en Instagram, Twitter o Facebook. Ante la avalancha de entradas, las redes sociales se caen, para desesperación de media humanidad y alivio de la otra media. Por su parte, el balón bota en la end-zone y el retornador Hardman, para dejar patente su intención de pedir touchback, y que el árbitro no se lleve a confusión como en el wildcard Texans-Bills, no solo hinca ambas rodillas en el suelo, sino que se santigua y, poniendo los brazos en cruz, reza 3 avemarías. Touchback.
Sale al campo el ataque de Chiefs. Su primera jugada es un pase a Watkins, pero el receptor se deja caer un pase fácilmente atrapable. En 2ª y 10 vuelven a buscar el aire, y esta vez es Robinson quien comente un imperdonable drop. Tercera oportunidad y repiten jugada de pase, siendo esta vez Hill quien no asegura un pase que iba directo a sus manos. El primer ataque de Kansas es un tres y fuera. Se nota nerviosos a sus jugadores. Los drops que han martirizado a Chiefs durante los playoffs aparecen de nuevo en la situación más inoportuna. Los 49ers no les van a perdonar errores.
Primera posesión para los 49ers
Oportunidad ahora para la ofensiva minera. Fieles a su filosofía, la primera jugada es una carrera de Mostert para 4 yardas. En segundo down, otra de Coleman para 3 yardas. En 3ª y 3, es Breida quien corre y consigue el primer down. Esta secuencia se repite con constante precisión, ante la incapacidad de la defensa de contener al monstruo terrestre de 3 cabezas criado por Shanahan. Buscando alguna solución, Spagnolo, el coordinador defensivo de Kansas City, decide sobrecargar el box. Primero con 8 jugadores, después con 9, y al final con todo el equipo, yendo más lejos que la “cover 0” e inventando la defensa “cover -1”.
Ante esta situación, Shanahan ordena un play-action. Tras el amago de hand-off, Garoppolo se queda el balón y ve a Sanders absolutamente desmarcado en la zona profunda. Pero justo cuando va a enviarle el oval, distingue en la banda a la periodista Erin Andrews. El apuesto QB le guiña un ojo y le dirige una pícara sonrisa, momento que aprovecha Clark para hacerle un sack y provocarle un fumble, recuperado por la defensa. Balón para Kansas en su propia yarda 30.
De nuevo con la posesión, Kansas insiste en su propuesta agresiva. Sabe que sus opciones pasan por adelantarse en el marcador y forzar a 49ers a jugar a su ritmo y no a la inversa. Esta vez el peso del ataque lo vuelca Mahomes sobre Kelce, su receptor más fiable. El tight-end le responde con una fantástica galopada pegado a la banda. Sin embargo, cuando va a ser placado, no se le ocurre mejor idea que hacer un pase lateral a Williams como si fuera un partido de rugby. El runningback no se lo espera y pierde el oval. Balón recuperado por San Francisco en su propio campo.
Los 49ers intentan rentabilizar el turnover
Inician una nueva secuencia ofensiva los californianos cuando de pronto, una espesa niebla se adueña del campo. No se ve más allá de un palmo, lo que imposibilita el juego de pase. Tampoco a la carrera le favorece, porque los runningbacks mineros ni encuentran huecos ni saben si chocan contra los suyos o contra el rival. A los árbitros no les va mucho mejor, y ponen el máximo avance del oval donde les apetece. Bajo estas circunstancias, Shanahan decide no arriesgar y ordena chutar un punt. Se oye caer el balón pero nadie lo ve. 10 minutos después, una vez disipada la niebla, por fin aparece en la yarda 40 de Kansas City.
Así, sin apenas juego efectivo, se llega a la primera pausa de la superbowl. Tras un primer cuarto sin anotaciones, el público comienza a protestar con un sonoro abucheo. Desde su butaca en el palco, Andrew Luck se indigna pensando que le están abucheando a él otra vez por su decisión de retirarse.
En un banco de primera fila, Brees, Roethlisberger y Eli Manning echan pan a las palomas mientras comentan entre sí que los quarterbacks de hoy en día no saben hacer bien las cosas. Esta juventud está perdida, se lamentan, ya no hay quarterbacks como los de antes. A paso cansino, se les aproximan Brady, Rivers y Flacco para concretar con ellos la fecha de su próxima partida de petanca.
Segundo cuarto. Chiefs y 49ers aún empatados a cero
Se reanuda el encuentro ya con la niebla disipada y los Chiefs entrando en ritmo. Para protegerse del incómodo pass-rush de 49ers, Mahomes suelta rápido el oval en pases cortos o jugadas de jet-sweep. En tercera y pocas yardas, sorprende con un pase profundo, pero una potente ráfaga de viento lo aleja de las manos de Hardman, quien había superado a Sherman, más enfrascado en discutir por Twitter que de seguir a su par.
Aunque la distancia es larga, confiado en el viento a favor, Reid ordena chutar un field-goal. Sin embargo, justo en el momento de patear Butker, el vendaval rola de dirección y la patada queda corta. Nuevamente, como ha sido constante esta temporada, los kickers son incapaces de poner para su equipo puntos decisivos en el marcador.
San Francisco reinicia su ataque nuevamente enfocado a la carrera, con formaciones de múltiples tight-ends. La táctica es efectiva y fuerza a Chiefs a volcarse sobre la línea de scrimmage. Aprovechando la despoblación a la espada de la defensa, Garoppolo suelta el brazo en largo y se conecta con el novato Samuel, quien totalmente desmarcado, entra en la zona de marca. Touchdown.
El receptor se encontraba absolutamente sólo. Un terrible fallo de cobertura del safety Mathieu, quien enfadado consigo mismo, golpea el suelo con su casco y arranca trozos de césped a patadas. Sus compañeros le piden que cese en su actitud, pero el defensor no tiene consuelo y prosigue su destructiva protesta. Los árbitros amenazan con pitarle conducta antideportiva, pero ni por esas consiguen detener su rabioso comportamiento. Sin otra opción para que deje de dañar el medio ambiente, deciden llamar a Greta Thunberg. Ante la furiosa mirada de la joven activista sueca, Mathieu depone de inmediato su actitud pidiendo disculpas y retirándose avergonzado. Su retorno es cuestionable.
Primera anotación de la superbowl, para los 49ers
Ha tardado, pero por fin se inaugura el marcador. El luminoso del Hard Rock Stadium refleja un San Francisco 49ers 7 – New England Patriots 0. Extrañados, le piden explicaciones al responsable del estadio. Compungido, el hombre confiesa que, como la costumbre era que los de Massachusetts fuesen los representantes de la AFC en el Superbowl, adquirieron el marcador ya configurado así en verano para que resultase más barato, y no les ha dado tiempo a cambiarlo.
Con la defensa niner exultante, la ofensiva chief se atasca y Mahomes debe tirar de ingenio y de sus inesperados lanzamientos más propios de béisbol que de football. Para complicar las cosas, cae un intenso chaparrón sobre Miami. En un scramble, los defensores de San Francisco demuestran no ser tan permisivos como los de Tennessee, y Armstead golpea a Mahomes quien, debido a lo resbaladizo del balón por la lluvia, pierde la posesión, siendo recuperado por Alexander para los 49ers.
Polémica arbitral
En el palco, vemos a Trump quejarse del escaso ritmo anotador, en su opinión, consecuencia de que la SuperBowl la estén disputando un quarterback mulato, y otro tan negro como Antonio Banderas. «Esto no pasaría con mi buen amigo Cousins, a quien suelo telefonear a menudo«, protesta el presidente. Profundamente molesto, exige al árbitro que inicie un proceso de “impeachment” contra ellos, y ordene a ambos equipos a alinear a los quarterbacks suplentes Moore y Mullens, de la raza correcta.
El colegiado Bill Vinovich, después de las formaciones de receptores encubiertamente elegibles de los Patriots en la Final Divisional de 2014, la jugada de pase de Seattle interceptada en la red-zone en la Super-Bowl XLIX, y la no interferencia de pase en la final de Conferencia del año pasado entre Saints y Rams, afirma que esto ya es demasiado para su debilitado corazón y decide abandonar el partido. Su regreso es dudoso.
El resto del equipo arbitral, en solidaridad con su líder, también se retira del encuentro. Contrariamente a lo podría pensarse, la ausencia de árbitros provoca que dejen de producirse jugadas conflictivas, y todo el juego transcurre en la más asombrosa tranquilidad. Este hecho hace reflexionar a Goodell sobre la imprescindibilidad de la labor arbitral de cara al nuevo convenio.
Las dificultades agudizan el ingenio de los entrenadores
El diluvio convierte el encuentro en épico. En tales circunstancias, los mineros se desenvuelven mucho mejor. Los choques en la trinchera son brutales. El barro impide distinguir unas camisetas de otras. Shanahan, fino estratega, entiende que es el momento de sorprender a su rival. Alinea a Kittle abierto la banda y frente a él, a Sanders simulando ser un cornerback. La táctica confunde a los Chiefs quienes, creyendo que ya está cubierto por un compañero, se despreocupan del tight-end.
Kittle recibe el balón en la yarda 20 de Kansas City y se dirige hacia la end-zone desembarazándose de cuantos rivales le salen al paso una vez descubierta la estratagema. Por fin tiene el camino franco hacia la anotación cuando por su lado se le acerca un jugador de línea defensiva. De pronto, duda entre ir a la zona de marca o bloquear al defensa. Finalmente, le puede su instinto y opta por la segunda opción, saliendo atacante y defensor fuera del campo. Será 1ª y goal para SF desde la yarda 5.
Los 49ers van con todo. Juszczyk ataca por el centro, pero Jones le responde haciéndole perder yardas. Insiste San Francisco con otras 2 carreras que le dejan a una yarda de la goal-line. Se juegan el 4º down. Mostert se alinea muy alejado de la línea de scrimmage. Toma carrerilla y se deja deslizar por el suelo encharcado hacia el pilón. Nadie puede bloquearle. Cuando atraviesa la línea de marca, ya sin nadie alrededor, Garoppolo le manda mansamente el balón a sus manos. Touchdown.
Nos vamos al descanso con los 49ers por delante en el marcador
Con el resultado 14 a 0 para los de San Francisco, y sin árbitros que controlen el reloj, los jugadores de ambas escuadras, totalmente empapados, se ponen de acuerdo para dar por concluida la primera mitad e ir al vestuario a secarse. Como suele pasar, nada más abandonar el emparrillado el último jugador, cesa la lluvia.
En la actuación del intermedio, se alternan canciones de Jennifer López y de Shakira. Sin embargo, tras la interpretación de “Me gusta”, la artista colombiana se viene arriba y continúa interpretando su repertorio sin dejar paso a J.Lo. La astuta newyorkina recurre entonces a gritar que se acerca un inspector de hacienda. Inmediatamente, el escenario queda para ella sola tras salir en estampida la de Barranquilla.
Una vez dueña del estrado, J.Lo interpreta su conocido tema “¿y el anillo pa’ cuando?” coreado por todo el estadio. De pronto el público estalla en aplausos cuando sube a cantar con ella el exquarterback Mark Sanchez. Por primera vez se juntan en escena los dos personajes más famosos gracias a un culo.
De pronto, la organización decide cancelar el concierto. La agencia meteorológica confirma que los gruñidos que se escuchaban no correspondían como imaginábamos a los aullidos de las intérpretes, sino a los truenos de una tormenta eléctrica que se avecina. En cuanto cesa la actuación, la tempestad se aleja de Miami, para alivio de todos, por doble motivo.
Las conversaciones en el palco de autoridades dan mucho juego
Mientras desmontan el escenario, la retransmisión se centra en las personalidades del palco. Podemos observar a Gerard Piqué, esposo de la cantante Shakira, tratando de convencer a Goodell de un nuevo formato para los playoffs consistente en disputarlos al mejor de tres partidos, jugados de manera consecutiva, y todos los contendientes en terreno neutral, a imagen de su nueva Copa Davis. Por su lenguaje corporal, el comisionado no parece muy convencido.
También se aprovecha estos instantes de asueto para intentar formalizar negociaciones. El manager de Los Angeles Chargers está intentando convencer a Mike Brown de que canjee su pick#1 del draft para conseguir a Burrow como relevo de Rivers, a cambio de 4 picks de primera ronda, el traspaso de Joey Bosa, localidades de primera fila para los Oscars, y la promesa de que todos los hijos de Rivers comprarán entradas para los partidos como local de Cincinnati, con lo cual, el propietario de Bengals verá cumplido su deseo de ver por fin lleno el estadio.
Los periodistas de Spanish Bowl entrevistan a las personalidades
Fitzgerald confiesa que ha decidido volver un año más porque el tema de las pensiones no está nada claro. Preguntado Rhule sobre cómo revitalizará a los Panthers y cubrirá la retirada de Kuechly, responde que ambas cuestiones tienen la misma solución. En su opinión, se ha utilizado poco a McCaffrey, quién con él será también quarterback, linebacker, kicker y aguador.
Rodgers, para refrescarse el gaznate, pide un botellín de agua; pero al igual que la cerveza, tampoco es capaz de bebérselo de un sólo trago, ante el abucheo del público en general.
Garrett y Rudolph se reconcilian tras su desagradable incidente al final del partido que enfrentó a Steelers y Browns en la jornada 11. El quarterback le ofrece una coca-cola al defensive-end, pero le recuerda que le debe devolver el casco.
Marshawn Lynch confirma que no ha tardado nada en recuperar su forma (redonda) una vez concluida la competición, después de hincharse a comer caramelos skittles.
Acurrucado bajo una manta en una esquina del palco, Darnold se aferra a un crucifijo asegurando que en ocasiones, está viendo fantasmas.
Jon Gruden nos informa en exclusiva de que los Raiders van a ampliar su departamento de “analytics” dado su reciente auge. Comenzarán con una sección dedicada al “blackjack” y después ampliarán con otra de ruleta, de cara a su traslado a Las Vegas.
Se reanuda el partido
Justo cuando entran de nuevo los jugadores al campo, empieza a caer una copiosa nevada. El emparrillado se transforma en un manto blanco. Sin embargo, la realización de la FOX genera por efectos especiales los hash-marks, los números, las líneas de yardas, e incluso elimina toda la nieve creando un terreno florido, para desesperación de los puristas.
El partido entra en una fase donde es complicado avanzar para las ofensivas. Se suceden los 3 y fuera, y empiezan a jugar un papel fundamental los equipos especiales en la batalla territorial. Al recibir un punt, el balón se le escurre a Hill. Jugadores de ambos equipos se lanzan a por él y se forma una montonera. Nadie se mueve, pugnando por el oval. La nieve cae sobre ellos, y los sepulta en una montaña nevada. Lentamente, uno a uno, van saliendo cuando no pueden soportar más el frío. El OLB Nzeocha, disciplinado alemán, es el último en salir, con el balón en su poder. Posesión para 49ers dentro de la red-zone de Chiefs.
Bajo tales condiciones atmosféricas, el field-goal no es una opción. San Francisco sabe que aquí puede sentenciar la superbowl y va a por todas. Penosamente, en power-formations los 49ers consiguen avanzar. Muy cerca ya de la zona de marca, Breida empuja la pila humana y parece que rompe el plano de la goal-line. Existen dudas sobre si cuando lo consigue estaba “down-by-contact” por haber tocado su rodilla en el suelo. Para esclarecer la situación, llaman al mayor experto de la NFL en arrodillarse: Colin Kaepernick. El jugador, que se encontraba sin nada que hacer porque pese a sus esfuerzos ningún equipo quiso contratarle, se deja llevar por su corazón minero y decreta Touchdown. Los 49ers se adelantan 21-0.
Los Chiefs, obligados una vez más a una remontada heroica.
Todo está en contra, así que Mahomes decide ponerse la capa de superhéroe. Bienemy, el coordinador ofensivo de Kansas City, le da completa libertad de acción. Mahomes saca a relucir todo su repertorio. Carreras imparables por su movilidad, pases inverosímiles cuando la jugada parecía concluida, bombas a las manos de sus receptores… absolutamente mágico.
Saleh manda todo lo que tiene contra él: Bosa, Armstead, Greenlaw, full-blitz… hasta al gato negro del Giants-Cowboys por si lo puede maldecir. Nada puede con él. En un scramble, cuando parecía que iba a salir del campo, suelta el oval a la esquina de la end-zone, donde la baja Kelce para un asombroso Touchdown. Con los Chiefs reduciendo la ventaja a 21-7, llegamos al fin de tercer cuarto.
Último cuarto
Kansas comienza a creer en la remontada y su defensa sale embravecida. San Francisco teme que el encuentro no está cerrado y decide dar un golpe de autoridad. Garoppolo se juega un pase profundo, pero no hay ningún jugador de los suyos en las proximidades. El balón lo atrapa cómodamente Breeland. Interceptado. El cornerback de los de Missouri elude a todos sus rivales en un espectacular eslalon (nunca un símil fue más oportuno por lo nevado del terreno) hasta llegar a la zona de anotación. Touchdown. El extra-point es bueno y los Chiefs se acercan en el marcador 21-14.
De camino al banquillo, Garoppolo se excusa culpando de su mal pase a la equivocada ruta del receptor. “Este Bourne es un caso”, se desespera el quarterback minero. Por su parte, la afición de Chiefs comienza a creer en la remontada e inicia sus cánticos de ánimo haciendo el gesto del tomahawk. El ataque niner se vuelve más conservador. El ruido les provoca una salida falsa que complica el drive. La defensa chief se crece. 3 y fuera. Kansas recupera el oval. El griterío ya es ensordecedor. La temperatura ambiental sube, hasta el punto de llegar a derretir la nieve.
La adversa climatología da una tregua. Cesa de nevar y los cielos se abren. Parece que en la remontada de los Chiefs hubiese una intervención divina para favorecer a Mahomes. Sólo un ser protegido por fuerzas celestiales hubiese reducido la maldición del Madden a únicamente un par de semanas de ausencia.
Kansas City ataca para empatar la superbowl
En esta secuencia ofensiva, es el wide-receiver Hill quien destaca, espoleado por hacerse perdonar su muff–punt anterior. Se mueve incansable por cualquier zona, volviendo loca a la secundaria niner. Sus end-arounds, ahora por la derecha, ahora por la izquierda, no encuentran quien le frene. El cornerback Whiterspoon, sin aliento después de perseguir por todo el campo al receptor, le pregunta: “¿es que tú nunca te Kansas?”, ante la impasibilidad de Hill que no termina de pillar el chiste.
Ya dentro de la red-zone, Kansas City juega una bubble-screen retrasada hacia la izquierda sobre Kelce. El tight-end amaga con avanzar, pero lanza un pase lateral hacia Hill, alineado en la derecha. ¡Es una jugada de engaño! Este año hemos visto muchas acciones imaginativas. Hill pasa otro lateral que cruza el campo horizontalmente hacia Robinson en la derecha, éste se la devuelve. La jugada es un improvisado partido de tenis de banda a banda, con la defensa niner en medio tratando de cortar los pases haciendo de supuesta red. Finalmente, el balón le cae a Mahomes, quien lo lanza hacia la end-zone al RT Schwartz que era receptor elegible y estaba desmarcado. Touchdown. ¡Los gordos estamos de moda! Este año se ha batido el record de touchdowns por jugadores “no convencionales”. Los Chiefs empatan el encuentro a 21.
La superbowl alcanza el punto de máxima emoción
El marcador está igualado, pero Kansas siente que éste es su momento. Llevado en volandas por el público, Reid sorprende con un inesperado onside-kick. Como con la nueva normativa es casi imposible recuperarlo, los equipos especiales de San Francisco no se habían molestado en defenderlo y Kansas recupera la posesión para ponerse por delante.
El ataque rojigualdo está efervescente, pero la defensa rojo y oro, picada en su orgullo, responde con una buena actuación. Warner detiene a Kelce antes de llegar al primer down, pero los Chiefs ya están en field-goal range. Sale Butker a chutarlo, temblando de miedo ante la amenaza (absolutamente real) de Reid de comérselo si vuelve a fallar. Se concentra y patea con fuerza. Para su alivio, el oval entra entre palos sobrado de fuerza. Los Chiefs se adelantan 21-24.
Los 49ers, contra las cuerdas, obligados a anotar
Shanahan mira el reloj. Para el final quedan 3:28. El destino no puede ser tan cruel de volver a jugarle otra mala pasada. Las cámaras enfocan a su padre Mike en la grada. La remontada permitida por su hijo ha originado que su rostro se ponga rojo de vergüenza. Ah, no, es que él es así de normal.
Butker está tan eufórico por haber anotado que lo celebra chocando palmas y haciéndose selfies con los aficionados de la grada. Tan entusiasmado está que, como le pasó a Haskins, el QB de Washington, no recuerda que debe volver al campo. Enfurecido, Reid se dirige hacia él con ansia de comérselo. El kicker sale huyendo. Su retorno es muy dudoso. Como el tiempo se agota, el kickoff lo debe ejecutar el punter Colquitt quien, al no estar acostumbrado, lo chuta muy corto. San Francisco tendrá una buena posición de campo para intentar dar la vuelta al resultado.
Herida en su orgullo, la ofensiva minera comienza a carburar. Juszczyk no hace prisioneros. Breida empuja como un poseso. Sanders pelea por cada pulgada tras la recepción. Pero entre todos emerge la grandiosa figura de Kittle. El Hawkeye recibe el oval y se marcha implacable hacia adelante. El cornerback Fuller le agarra la pierna, el safety Sorensen se engancha a su máscara, pero ni así consiguen frenarle y se lleva puestos a ambos hasta la end-zone. Touchdown. Los 49ers vuelven a ponerse por delante 28-24 dentro ya de los dos últimos minutos.
Two-minutes-warning
Reid no quiere que los 49ers tengan una nueva posesión, y ordena un ritmo cansino a su ataque. Kansas City recupera el mini-football. La defensa les deja avanzar, encantada de que consuma el cronómetro. Sin apenas darse cuenta, deben pedir tiempo muerto porque sólo faltan 5 segundos para la conclusión y únicamente han llegado a la yarda 40 de San Francisco. La única solución ya es un pase largo. Snap. Mahomes presionado. Con el tiempo agotado, se juega a la desesperada una mandarina hacia Watkins, pero el pase es incompleto.
Los jugadores de Kansas City dicen que ha habido interferencia de pase. Los de San Francisco, que nada de eso. Como este año, esta jugada es revisable, piden las imágenes para comprobarlo. Sin embargo, ninguna cámara de la FOX ha captado la jugada con claridad. Así las cosas, deciden consultar con Belichick, quien como todos saben, siempre graba todo. En el video de los Patriots se ve claramente cómo Moseley sujeta a Watkins. Será 1ª y goal en la yarda 9 con el reloj a cero.
Shanahan, fino estratega, hace que el vendedor de perritos calientes se pasee por la banda de los Chiefs. Andy Reid no puede resistirse al olor y sale en su persecución para comprarle una docena. Es el momento más importante de la final y Kansas City debe afrontarlo sin su entrenador en jefe.
Nick Bosa, nieto de mafiosos, pasa junto a Mahomes y le advierte que le hará una oferta que no podrá rechazar como complete el pase. Es la última jugada del partido. Aquí se decide el campeón de la NFL. Todos expectantes. Mahomes en shot-gun con backfield vacío. Tiene varios receptores desmarcados, pero el asustado QB lanza el balón fuera. Final. Los San Francisco 49ers ganan la superbowl por un ajustado 28-24.
Los 49ers se proclaman ganadores de la Superbowl LIV
Los jugadores del conjunto californiano se abrazan bajo la tradicional lluvia de confeti. Más que de alegría, su sentimiento es de alivio, puesto que ya los Simpsons habían predicho su triunfo.
Sorprendentemente, es elegido MVP del encuentro un miembro del equipo perdedor: Patrick Mahomes. Pero el quarterback tejano está tan abatido en el vestuario, que no acude a la tribuna a recoger el premio. En su lugar, el periodista mexicano Mauricio Ortega se ofrece generosamente a llevárselo. Creemos que en sus manos estará seguro.
Llega el esperado momento de la entrega del trofeo Lombardi. En esta ocasión, es Joe Montana quien sube al estrado y cede el balón plateado a John Lynch, el manager general de los 49ers. “Sabía que ganaría mi “exequipo”, afirma el legendario quarterback. El preciado galardón de vencedor de la temporada del centenario de la NFL pasa a John York, el propietario, quien lo besa y alza ante la algarabía de su parroquia.
Los fuegos artificiales preparados para la ocasión no pueden ser lanzados porque como consecuencia del enorme chaparrón caído, la pólvora mojada los ha inutilizado, para descanso de todos los propietarios de mascotas. Así se pone punto final a la temporada 2019 de la NFL. Desde @TheSpanishBowl esperamos que este (largo) relato os haya entretenido.
Me he reido un montón, sobre todo con lo de Montana