Sean Taylor, una leyenda en nuestro recuerdo

Hoy, hace 10 años, unos delincuentes entraron en la casa del joven safety de los Washington Redskins, Sean Taylor. Éste se encontraba en su cuarto con su mujer y su hija cuando escuchó unos ruidos y unas voces en su casa. Taylor sacó un machete y se disponía a enfrentarse a los asaltantes, pero antes de poder hacer nada recibió varios disparos. Uno de ellos fatal, en la arteria femoral. Fue trasladado a un hospital, pero no consiguió salir de esa situación.

Así se truncó la carrera de uno de los defensas más talentosos y con más proyección de toda la liga.


Brillando desde College

Sean Taylor fue elegido en la quinta elección del draft por los Washington Redskins, procedente de la Universidad de Miami, con 21 años. Era apodado Meast, »half man, half beast», debido a esa agresividad y pasión con la que jugaba.

Como estudiante de primer año en la universidad, Taylor se hizo un hueco en la secundaria de Miami, siendo utilizado sobretodo en dime y nickel. Durante la temporada, Taylor fue nombrado Jugador de la Semana de Big East por su actuación contra los Pittsburgh Panthers. Los Hurricanes ganaron el campeonato nacional en 2001, su quinto campeonato nacional desde 1983.

En 2002 consiguió ser titular, y fue seleccionado en la All-Big East para el second All-Team por los head coaches de la liga. Fue tercero en placajes de su equipo, con 85 (53 solo). Además, 15 incompletos forzados, 4 intercepciones, forzó un fumble, bloqueó un FG y y retornó un punt para TD. Lideró a todos los DB de Miami en intercepciones, defensas de pase y tackles. Hizo 11 placajes, su career high en college, 2 intercepciones y se llevó una victoria frente a Ohio State en la Fiesta Bowl.

2003 fue el año de la consagración de Sean Taylor, donde tuvo una temporada histórica. Nombrado por decisión unánime primer equipo All American, y jugador defensivo del año de la Big East. Además, fue finalista para el Jim Thorpe Award, premio al mejor DB del curso universitario. Lideró el país en intercepciones (10), y su conferencia en placajes. A lo que hay que añadir actuaciones espectaculares, como contra la universidad de Pittsburgh. Ante ellos secó a la superestrella universitaria Larry Fitzgerald, dejándole en 26 yardas y 3 recepciones.

 

Una estrella que se apagó muy temprano

Tras estos 3 años, saltó a la gran liga, donde estaba llamado a brillar. Pero os quise hablar sobre su estadía en college, peleando por los colores de su alma máter, los Hurricanes, al ser la parte menos conocida de su admirable carrera.

Taylor era una persona reservada, con un círculo reducido de amistades. Apenas concedía entrevistas y escapaba de la prensa. En algunas ocasiones con una sonrisa, en otras con un empujón. Pero tras las cámaras, Taylor se había vuelto un chico responsable, amable y un líder del vestuario. Su vida cambió el día que nació su hija, como declaró el gran Clinton Portis:

«Cuando tuvo al bebé nació un nuevo Sean. Siempre estaba sonriendo, siempre feliz, siempre pensando en su crío y hablando de él».


Os recomiendo a los que no hayáis visto nada sobre él que busquéis, porque no tiene desperdicio.

Hoy, recordamos a la figura de Sean Taylor. Y nos preguntamos, ¿hasta dónde habría llegado? Eso es algo que nunca podremos saber, y sólo nos queda regocijarnos en el pasado de quien podría haber sido una leyenda en toda regla.

#DEPSeanTaylor

Gone, but no Forgotten.