Superbowl LIV: táchense las que no procedan.

Una vez definidas las finales de Conferencia, las matemáticas nos dicen que con cuatro únicos equipos supervivientes, sólo existen cuatro posibles superbowl. Favoritos o cenicientas, lo cierto es que el partido del próximo 2 de Febrero volverá a representar el máximo exponente de nuestro deporte preferido, independientemente de quiénes se enfrenten. Estaremos durante dos semanas saturados a información sobre la final definitiva. Pero, ¿qué pasaría con aquellas otras posibilidades que se fueron al limbo? En este artículo me gustaría dar una oportunidad a aquellas superbowls que pudieron ser y no serán.

 

Superbowl LIV: San Francisco 49ers vs Kansas City Chiefs

Posiblemente la superbowl más esperada, y también quizá la más probable por la condición de anfitriones de sus respectivas finales de Conferencia. La denominada “Joe Montana Bowl”, por ser éstas las dos franquicias donde jugó el genial “Joe Cool”. Una superbowl que estaría marcada por sus quarterbacks. Garoppolo y Mahomes están llamados a liderar la renovación generacional de la posición para los años venideros.

 

Garoppolo, el apuesto dios romano amamantado a los pechos de la loba Belichick, tuvo como ejemplo a Brady, probablemente el mejor representante del “gamemanagerismo” progresado hasta elevarse a la condición de leyenda. El quarterback minero sabe que más importante que ganar un partido es no perderlo. Consciente que la fortaleza de su equipo es el juego de carrera, no pretende convertirse en héroe por su cuenta.

 

No obstante, salvando algunos lanzamientos un tanto erráticos, en líneas generales ha respondido bien cuando su equipo ha debido descansar en su brazo las opciones de victoria. Sigue haciendo de Kittle el mejor tight-end de la liga. También ha sabido aprovechar las virtudes del novato Samuel, que quiere comerse el mundo; y del fichado Sanders, quien ya conoce qué sabor tiene, como ganador de la superbowl 50.

 

Enfrente tendrá al insumiso Mahomes. El chico de la sonrisa y los pases imposibles. De las jugadas ilimitadas y las remontadas impensables. El arma de destrucción masiva programada por Andy Reid. Ha perdido un runningback de bandera pero se ha inventado otros. Hill sigue siendo un demonio para las secundarias rivales, y Kelce tiene algo que decir sobre mi afirmación anterior del mejor tight-end de la competición.

 

El pass-rush de los niners no se lo pondrá nada fácil, pero el vigente MVP (hasta que nombren oficialmente a Jackson) sabe evadirse de la presión como pocos. Maestro de las jugadas rotas, castiga con dureza las defensas que no mantienen la concentración. Mahomes es un completo espectáculo, a cuya brillantez sólo le falta el fulgor del anillo de campeón de la NFL.

 

El duelo Mahomes-Garoppolo es el que más probabilidades tiene de producirse según las casas de apuestas (foto de Getty Images).

 

Superbowl LIV: San Francisco 49ers vs Tennessee Titans

La NFL moderna es juego de pase. Rápidas anotaciones, altos resultados. Pim, pam, pum, para mayor gloria televisiva. Sin embargo, como los irreductibles galos del poblado de Asterix, firmes antes el invasor, hay dos franquicias entregadas a la carrera y el juego de defensa. Maravilloso anacronismo para los fanáticos del football más clásico. Un corredor contra un muro. Un muro contra todos. ¿Puede haber cosa más bella?

 

Seguramente, a Goodell le salgan salpullidos de pensar en otra superbowl de baja anotación como la anterior. Pero quizá sea él mismo, en su afán por evitarlo, quien haya provocado este resurgir del juego tradicional. Las defensas ganan campeonatos, se decía. Nunca esta verdad dejó de ser cierta. Quien controla el reloj, maneja el partido. Otra sentencia incuestionable, con el juego de carrera como máximo valedor.

 

Como afirmaban los Monty Python sobre la inquisición española, nadie esperaba a los Titans. Entraron en playoffs por la puerta trasera, sin hacer ruido. Víctimas propiciatorias de los intratables Patriots primero, y de los invencibles Ravens después. Sólo tienen una bala en ataque, pero es de cañón. Todos saben que su estrategia es darle el oval a Henry, pero nadie le ha podido parar.

 

El juego terrestre californiano es más plural, pero no por ello menos efectivo. Un monstruo de tres cabezas, Coleman-Mostert-Breida, cuyo potencial no es tanto su combinación, sino el aprovechamiento de quién tiene el mejor día. Burdo resumen para minimizar que en realidad, el entrenador Shanahan sabe perfectamente quién tendrá el mejor día por su cuidada preparación de los partidos.

 

Duelo de trincheras, no se hacen prisioneros. La calidad se mide sobre el emparrillado, no en el marcador. Sólo falta que el cielo de Miami nos regale una lluvia como durante la inolvidable “purple rain” de Prince para convertir la cita en épica.

 

Pese a unos inicios titubeantes, Vrabel ha conseguido por fin que sus Titans sean un equipo rocoso, a su imagen y semejanza; y nadie le va a apartar del camino a la gloria. Ni siquiera los árbitros.

Superbowl LIV: Green Bay Packers vs Tennessee Titans

Si alguien apostó por esta superbowl en Las Vegas, ahora debe estar frotándose las manos. Por descontado, Titans es el invitado más inesperado, pero tampoco los Packers parecían destinados a la última etapa del peregrinaje. El año que menos se habla de Rodgers es el año en que puede estar más cerca de su segundo anillo. La terapia del coach LaFleur, poniendo más énfasis en el juego terrestre, sin duda ha sentado de maravilla a los queseros.

 

Pero no nos quedemos en que Rodgers ha hecho una temporada mediocre. Nada de eso. Nuevamente ha superado las 4000 yardas aéreas, con un cuerpo de receptores, digamos discreto más allá de Adams, su objetivo prioritario. Y como siempre, con una total protección del oval (quien menos intercepciones ha sufrido entre los quarterbacks que han disputado las 16 jornadas). La experiencia es un grado, y esta superbowl le da la oportunidad de doctorarse.

 

Para su némesis Tannehill, la superbowl LIV tiene un sabor especial, el de la venganza. Se disputa en el estadio de los Dolphins, de donde salió poco menos que a empujones. No tuvo la suerte, ni quizá la confianza que merecía. Lesiones, continuos cambios en el cuerpo técnico, sistemas inadecuados… complicado triunfar en ese entorno. El karma le da la oportunidad de ahuyentar esos fantasmas justo donde se generaron. No habría nadie más sonriente levantando el trofeo Lombardi.

 

Pero estoy convencido que Vrabel, viejo pupilo de Belichick, se guarda una carta en la manga. Una llamada Mariota. No será su baza principal, sino el recurso al que acudir para sorprender. Y no será la única. Si Henry consigue llamar la atención de la defensa packer, las jugadas de play-action sobre el novato A.J. Brown pueden llevar mucho peligro. Los Titans pueden tener más armas de las aparentes. Y saben que la NFL, amante de las historias de cenicientas, les debe una superbowl.

 

En la superbowl XXXIV, los Titans se quedaron a una yarda escasa de forzar la prórroga frente a los Rams (foto de www.theramswire.usatoday.com).

 

Superbowl LIV: Green Bay Packers vs Kansas City Chiefs

La NFL cierra el círculo. El año del 100º aniversario lo celebra con la reedición del SuperBowl I. Ya no están Len Dawson ni Bart Starr, pero pocos quarterbacks se nos ocurren más espectaculares que Mahomes y Rodgers. Veterano contra aprendiz. El viejo rockero que se conoce todos los trucos contra el triunfito insolente sin temor a nada. Duelo de pistoleros, festival de fuegos artificiales,… todas las metáforas que se os ocurran tienen cabida.

 

En aquella primigenia superbowl se impusieron los queseros 35-10. Pero 1967 queda muy lejos, vayámonos a este año. Los Packers arrancaron un valioso triunfo en Arrowhead por 31-24, pero ahora será muy diferente: esta vez estará Mahomes. El equipo del estado Missouri es temible con él, pero ha sabido reinventarse en su ausencia. La defensa ha dado un importante paso adelante. Todos hablan, y con razón, de los 41 puntos consecutivos que le endosaron a los Texans para remontar el playoff divisional; pero no olvidemos que el vuelco al marcador no se hubiera producido sin que la defensa les frenase en 5 drives, solamente dejándoles anotar cuando ya la inercia del partido era claramente favorable a los rojigualdos.

 

Ahora bien, no pueden cometer errores infantiles como contra Houston. Los de Green Bay no se los van a perdonar. Esta campaña, los Packers han aprendido a fajarse en el filo de la navaja de los resultados apretados. Arrinconando la estética en favor de la resiliencia, superando situaciones adversas con soluciones hasta ahora descuidadas. Los Chiefs necesitarán un partido perfecto, porque estos empacadores son capaces de sobrevivir en cualquier entorno.

 

Andy Reid empezó a trabajar en la NFL en Green Bay, siendo durante dos años entrenador de Brett Favre, antecesor de Rodgers en los Packers (foto de Mike Roemer para The Associated Press).

 

¿Con cuál de estas 4 superbowls os quedarías vosotros?

Cuatro vibrantes finales potenciales se avecinan para poner la guinda a la temporada 2019. Cualquiera de ellas asegura emoción, calidad, y semanas de análisis. Si al final corona al mejor equipo de la competición o no, quedará a criterio de cada cual. En todo caso, nadie podrá decir que se trate de una gloria injusta.