Tennessee y la búsqueda del apodo

Las franquicias de la NFL no son totems inamovibles. Como muchas empresas, están en constante cambio, buscando siempre el mayor beneficio deportivo y económico. Y, en algunas ocasiones, ese beneficio lleva a una relocalización. El paso de los Houston Oilers a Tennessee fue, quizás, uno de los más traumáticos. Además, el equipo que hoy conocemos como Titans pudo, por un momento, no haberse llamado nunca así.

Salida de Houston

La historia comienza un 26 de octubre de 1986. Los Houston Oilers llevaban jugando en el Astrodome, un estadio pensado y usado principalmente para el béisbol, por 18 años. A pesar de que el Astrodome fue el primer estadio techado en el mundo y también el primer estadio de  las “Grandes Ligas” en adoptar una superficie de césped sintético, lo cierto es que era uno de los peores estadios de la NFL para mediados de los 80.

Por ello, ese día de finales de octubre, “Bud” Adams, dueño de los Houston Oilers y miembro del Houston Sports Association, solicitó que el Astrodome fuera renovado. El estadio era para béisbol y se podía convertir a un estadio de football. “Bud” Adams quería que fuera un estadio de football que se pudiera convertir a uno de béisbol. Para ello, pedía aumentar en unos 10.000 asientos y 65 suites la capacidad del estadio, además de quitar el marcador tradicional de béisbol y eliminar la suite de Roy Hofheinz, dueño de los Houston Astros. Si esto no sucedía, “Bud” se llevaría al equipo de la ciudad. 

Era un desafío en toda regla, tanto al equipo de béisbol como a la ciudad de Houston, pues Roy Hofheinz había sido diputado estatal de Texas y alcalde de la ciudad en los años 50. Además, su hijo, Fred Hofheinz, también había sido alcalde de Houston en la década de 1970. Tras más de un año de tira y afloja entre “Bud” Adams y los dueños del Astrodome, finalmente se aprobó una reforma parcial del estadio, valorada en 67 M de $.

 

El Astrodome tras la reforma de 1988-1989 / pinterest.com

 

Esto calmó a “Bud” Adams durante un tiempo, pero no demasiado. Tras ganar la división en 1991 y 1993, “Bud” Adams exigió entonces la construcción de un nuevo estadio en la ciudad, dedicado únicamente al football y hogar de sus Oilers. Tanto la cúpula política de la ciudad como los votantes se negaron a aprobar fondos públicos para construir un nuevo estadio cuando habían hecho una importante inversión en la renovación del Astrodome apenas 5 años antes. Ni la oferta de “Bud” Adams de pagar de su bolsillo el 25% de los costes de construcción convenció a la ciudad.

Así, convencido de que la ciudad de Houston no le iba a dar el estadio que quería, “Bud” Adams comenzó a buscar una nueva casa para su equipo lejos de Houston. Las negociaciones fueron rápidas y Nashville pronto se hizo con los derechos, prometiendo un nuevo estadio para la temporada 1998.

Tras terminar la temporada 1995, “Bud” Adams anunció oficialmente que se llevaba al equipo a Nashville. Para 1996, los fans de Houston abandonaron a los Oilers. En el último partido de la temporada, poco más de 15.000 fans acudieron al Astrodome. Abochornado, “Bud” Adams pidió permiso tanto a la NFL como a la ciudad de Houston para marcharse de allí en 1997, aun cuando el estadio de Nashville no estuviera terminado. Ambas partes aceptaron el 8 de mayo de 1997. Los Houston Oilers se marchaban a Nashville un año antes de lo previsto.

Tennessee Oilers

Al no estar el estadio terminado (las obras habían comenzado el 3 de mayo de 1997), “Bud” Adams tuvo que buscar un estadio temporal para el equipo. Las ofertas fueron el Vanderbilt Stadium, estadio de la Universidad de Vanderbilt o el Liberty Bowl, estadio de la Universidad de Memphis. El primero estaba en Nashville, pero sus 40.550 asientos se antojaban demasiado pequeños para “Bud” Adams y, además, no se podía vender alcohol. El estadio de Memphis, a pesar de estar a 320 Km de Nashville, contaba con algo más de 62.000 asientos. Para “Bud” Adams, la decisión fue sencilla: el equipo tendría base en Nashville y jugaría los partidos en Memphis.

A sus ojos, la decisión era un gran movimiento de marketing para el equipo. Aunque se habían trasladado a Nashville, “Bud” Adams quiso que el nombre del equipo fuera el del estado, Tennessee, y no el de la ciudad. Con ello esperaba que el recién llegado equipo despertara simpatías regionales/estatales y se pudiera hacer con una amplia fan-base rápidamente. Además, jugando en Memphis, esperaba que la ciudad, que llevaba años buscando tener un equipo profesional de las “Grandes Ligas” se entusiasmara con el equipo y llenara el estadio, logrando así beneficio económico. 

El movimiento de “Bud” Adams salió mal. Muy mal. Aunque la idea de llamar al equipo “Tennessee” era buena, la rivalidad entre Nashville y Memphis era mayor. Nadie de Nashville quería viajar casi 5 horas (la autovía estaba en obras) para ver un partido y nadie de Memphis quería ir a ver a un equipo que, tras dos años, se iba a marchar a otro lugar. O mejor dicho, se iba a marchar a la ciudad rival del estado. Mientras, las noticias en Nashville tampoco eran buenas y el estadio se retrasaba para la temporada 1999.

 

Memphis nunca acogió bien a los Oilers y sus gradas solían estar desiertas / es.sports.yahoo.com

 

Así con todo, la afluencia de fans al Liberty Bowl de Memphis fue menor incluso que en la temporada 1996 en Houston. “Bud” Adams tuvo que tragarse su orgullo y jugar la temporada 1998 en el “pequeño” estadio de la Universidad de Vanderbilt.

Nuevo nombre

Tras su fallida maniobra, mandando al equipo a jugar a Memphis, “Bud” Adams necesitaba reconectar con su nuevo público. Para ello, el 29 de julio de 1998 anunció que iba a cambiar el nombre del equipo. El apellido “Oilers” tenía sentido en Houston, cuya principal actividad económica era el petróleo, pero no en Tennessee.

La gente no se identificaba con él y los comentaristas solían hacer bromas sobre lo poco apropiado del apellido para un estado como Tennessee. Por ello, “Bud” Adams quiso escuchar las peticiones de los fans y renombrar al equipo para que conectara mejor con la identidad de Nashville y de Tennessee, su nuevo hogar.

El cambio de nombre tampoco era sencillo para “Bud” Adams, pues su familia se había dedicado durante décadas a la industria petrolera y el apellido “Oilers” llevaba con su equipo 39 años. Sin embargo, el cambio era necesario.

“Los fans nos han demostrado un tremendo apoyo. Se lo merecen. Quieren su propio nombre y lo tendrán en 1999. Un nombre verdaderamente de Tennessee. La parte emocional sobre los Oilers está acabada. Estamos mirando al futuro y este es un equipo de Tennessee.”

Cuando “Bud” Adams anunció en 1996 que iba a trasladar el equipo, también prometió un cambio de nombre. Sin embargo, Earl Campbell, leyenda de los Oilers, declaró tener dudas de qué iba a pasar con el legado del equipo y el propio si el equipo cambiaba de nombre. Por ello, “Bud” Adams dio marcha atrás temporalmente en su idea.

En 1998, cuando “Bud” Adams se aseguró por parte de la NFL que el equipo mantendría el récord, historia y méritos de los Oilers, anunció la búsqueda de un nuevo apellido para el equipo de Tennessee. De hecho, Paul Tagliabue, Comisionado de la NFL, declaró:

El movimiento permite a la franquicia de Tennessee retener la tradición del equipo en Houston. El nombre de Oilers será retirado.”

“Bud” Adams formó entonces una comisión de expertos que buscaran el apellido apropiado para el equipo. El objetivo era que reflejara los valores de su nueva casa, Tennessee. La comisión, formada por historiadores, empresarios, académicos y políticos de todo el estado, elaboró una lista con 39 nombres.

 

Lista completa de los 39 nombres propuestos por la comisión / @ToddRadom

 

Con la lista elaborada para finales de octubre, “Bud” Adams, con el visto bueno de la NFL, tomaría la decisión final y la anunciaría el 14 de noviembre de 1998.

Tennessee ¿Copperheads?

Uno de los nombres que se quedaron en la “criba final” fue el de Copperheads o “Cabeza de cobre” en castellano. Este nombre tiene su origen en la serpiente cabeza de cobre (Agkistrodon contortrix), un crótalo venenoso característico del sureste estadounidense, incluido Tennessee.

 

Diseño conceptual para los Tennessee Copperheads / @EarlesDesign

 

La campaña por este nombre fue relativamente fuerte. De hecho, se llegaron a crear, como se ve en la imagen, prototipos de entradas, logotipos y equipaciones. Algunas de ellas llegaron incluso a ser presentadas oficialmente ante la NFL. Los colores pasarían a ser cobre, negro y blanco, a imitación de la piel de la serpiente.

Además de ser reptil típico de Tennessee, la idea de “Copperheads” gustaba bastante por la naturaleza de la serpiente. Como la mayoría de los crótalos, la serpiente cabeza de cobre basa su caza y depredación en el sigilo, el camuflaje y la emboscada. Prepara con astucia su posición y espera a que su presa caiga en la trampa para atacar. Trasladar esta mentalidad al terreno de juego sería sencillo.

Sin embargo, la idea de un reptil como nombre nunca terminó de encajar. Y acabó siendo desechada.

Tennessee ¿Pioneers?

Otro de los nombres que se puso rápidamente a la cabeza entre las posibles elecciones fue el de Tennessee Pioneers, en referencia a los pioneros estadounidenses que migraron hacia el oeste y colonizaron nuevas tierras en el s. XVIII.

Con este nombre, “Bud” Adams pretendía conectar directamente con Nashville y es que era una clara referencia a “Major” John Buchanan, uno de los fundadores de la ciudad de Nashville en 1779. Buchanan, de origen escocés, había nacido en 1759 en Harrisburg, Pensilvania. A la edad de 20 años, él y su familia (padres y otros 6 hermanos) llegaron orillas del río Cumberland y fundaron Fort Nashbourough.

Fort Nashbourough fue fundado en territorio cherokee y tras la Land Grab Act de 1783, la población del fuerte creció rápidamente. El propio John Buchanan tuvo 14 hijos y varias expediciones, como la de James Robertson, tenían su base en Fort Nashbourough.

Sin embargo, seguía siendo un territorio fronterizo y peligroso. El fuerte sufrió varios ataque de los nativos americanos, siendo el más destacado el ataque cherokee de 1792. Armados con armas españolas, los cherokees asaltaron con varios cientos de hombres Fort Nashbourough.

 

Placa en recuerdo de la defensa de Fort Nashborough por Buchanan. / waymarking.com

 

Las casi 60 familias de Fort Nashbourough, dirigidas por Buchanan, defendieron con éxito el fuerte del ataque cherokee y permitieron el florecimiento de la ciudad de Nashville. Este espíritu de resistencia aplicado al terreno de juego y la conexión con el origen de la ciudad eran dos grandes puntos a favor. De hecho, era el nombre favorito de “Bud” Adams y todo parecía indicar que así se anunciaría.

Sin embargo, la noticia se filtró a la prensa días antes. Los medios de Memphis se ensañaron con el nombre supuestamente escogido. Criticaron duramente que fuera basado en el origen de Nashville, la ciudad “enemiga”. Esto hizo a “Bud” Adams dar marcha atrás y tachar el nombre de Pioneers de la lista.

Tennessee ¿qué?

Otro de los nombres que gustaban mucho a “Bud” Adams era el de Tennessee Cherokees. La relación con el estado de Tennessee, es clara, pues era territorio cherokee antes de la expansión hacia el oeste. Sin embargo, las reticencias raciales y las dudas sobre el derecho de usar el nombre de un pueblo nativo hicieron que la idea no prosperara.

El nombre de Tennessee Tornadoes cobró mucha fuerza en las últimas etapas de la decisión. El sobrenombre de “Tornados” viene por la presencia del estado de Tennessee en el conocido como “Tornado Alley”, un corredor entre los montes Apalaches y las montañas rocosas donde se dan las condiciones ideales para la formación de tornados.

En Tennessee ha habido numerosos tornados, destacando los de 1933 y 1998. El nombre sugería, sobre el campo, la fuerza y el ímpetu imparable de los tornados, arrasando todo, rivales incluidos, a su paso. Además, se podría utilizar como homenaje a las víctimas de los tornados. También la aliteración “Tennessee Tornadoes” era un factor a tener en cuenta. Sin embargo, la generalidad del nombre y el respeto a las víctimas pesaron demasiado en contra de este nombre.

En 1997 el estado de Tennessee recibía por parte de la NHL un nuevo equipo de hockey. El nombre elegido fue el de Nashville Predators. En segundo lugar, quedó el apellido “Fury”. “Bud” Adams recogió esta idea y fue planteada entre los nombres posibles. Tennessee Fury nunca fue un nombre considerado seriamente.

El resto de nombres tampoco fueron nunca una verdadera opción. La relación con Tennessee siempre estaba presente, pero era complicado que enganchara a la gente. El sobrenombre “Vipers” por ejemplo, era muy similar al de “Cooperheads”, significando lo mismo. El de “Sound” era casi calcado al de los Nashville Sounds, equipo de MiLB desde 1978.

Tennessee Titans

Finalmente, el 14 de noviembre de 1998, “Bud” Adams anunciaba que el nombre del equipo sería el de “Tennessee Titans”. Tanto el alcalde de la ciudad como el Comisionado de la NFL estuvieron presentes en el anuncio.

El nombre, en un principio, no partía entre los favoritos. El hecho de que el nombre original de los New York Jets fuera “New York Titans” hizo dudar de que fuera posible, por derechos, obtener ese nombre. Sin embargo, la gerencia de los Jets dio permiso oficial para que “Bud” Adams usara el nombre si así lo consideraba y sin ninguna condición ni requisito.

 

Anuario de 1961 de los New York Titans. / pinterest.com

 

Tras “fracasar” la idea de “Tennessee Pioneers”, el nombre de Titans ganó fuerza rápidamente. Representaba fuerza, liderazgo y cualidades heroicas como conocimiento o excelencia, valores que gobernaban el mundo durante la “era dorada de los titanes”. Esto no sólo era aplicable al terreno de juego, sino también a los ciudadanos de Nashville y Tennessee, presentes y pasados.

Además, los titanes están englobados en la mitología griega y Grecia y Nashville tenían muchas cosas en común: un gran número de instituciones de enseñanza, arquitectura clásica, bibliotecas, democracia (3 presidentes de EEUU eran de Tennessee) incluso una réplica a escala real del Partenón de Atenas. No es por tanto casualidad que Nashville sea conocida como la “Atenas del Sur”.

 

Réplica del Partenón de Atenas en Nashville / wikipedia.com

 

Sin embargo, la relación histórica no es tan clara. En la mitología griega, el titán Urano, personificación del cielo, y la titánide Gea, personificación de la tierra y a la vez madre de Urano, tuvieron 12 hijos, 6 hombres y 6 mujeres. Titanes como Océano (agua salada), Tetis (agua dulce) o Crono, el más joven, eran hijos de Gea y Urano. Sin embargo, Urano se volvió un gobernante rencoroso y despótico, ejerciendo su poder a través de los cíclopes. Por ello, Crono, apoyado por su madre Gea, derrocó a Urano, castrándole con una hoz y encerrando a los Cíclopes en el Tártaro. Comenzó así la era dorada del gobierno de los Titanes sobre la tierra.

Crono y su hermana Rea engendraron de nuevo 12 hijos, 6 hombres y 6 mujeres. Sin embargo, Crono descubrió que, al igual que él hizo con su padre, su hijo menor le derrocaría a él. Por ello, según nacían, Crono se comía a sus hijos. Goya lo pintó en su obra “Saturno devorando a su hijo” y es que Saturno es el nombre romano de Crono. Rea, sin embargo, logró ocultar a un hijo suyo de las garras de Crono: Zeus. Cuando Zeus creció, cumplió la profecía. Tras lograr que su padre devolviera a sus hermanos, empezó una guerra, la Titanomaquia. Finalmente, Zeus y sus hermanos vencieron a Crono y sus hermanos titanes. Los titanes, que habían gobernado desde el monte Otris, fueron encerrados en el Tártaro y una nueva era comenzó desde el monte Olimpo: la era de los dioses.

Así, el Partenón, dedicado a Atenea, hija de Zeus o las referencias a la mitología y los dioses griegos son inexactas, ya que hacen referencia a aquellos que derrotaron a los titanes. Además, la democracia y la educación de filósofos como Platón o Aristóteles sucedieron durante la era de los dioses.

En cualquier caso, “Bud” Adams quería potenciar las virtudes de comportamiento de la gente de Tennessee, fuera y dentro del campo, y la relación de la ciudad con la Antigua Grecia. El logo sí es más exacto, representando en una bola de fuego bajando desde el cielo el mito de Prometeo. Zeus prohibió el fuego a los hombres y fue un titán, Prometeo, quien lo robó y se lo entregó a los hombres para que se pudieran calentar y les proporcionaba también así un medio para ganarse la vida.

¿Acertó “Bud” Adams con el nombre? Ahora, pasados más de 20 años, creo que poca gente diría que no.

 

Adrian de Blas representando a @Titans_esp para Spanish Bowl