Ataque (o el lastre del equipo)
Quarterback: como no podía ser de otra manera empezamos a hablar por el puesto más importante del equipo, el del quarterback. Comenzamos la temporada con tres jugadores en este puesto. Jared Goff (el bueno), Sean Mannion (el feo) y Case Keenum (el malo), como la película de Clint Eastwood.
A priori son nombres que, salvo el de Goff como pick 1 del draft, no generan ilusión. Y normal que no lo hagan. Durante la preseason se vio que Goff estaba más verde que un pimiento, Keenum era un quarterback correcto como mucho y Mannion hizo la mejor pretemporada de los tres.
Pues ya conocemos la historia de cómo ha ido la temporada. Últimos en yardas de pase por partido. Y eso con cambio de quarterback de por medio.
En esta posición todo depende de un chico (Jared Goff) que casi no ha cogido el balón bajo center, que tiene una línea de chiste (malo, por cierto) y que carece de receptores fiables, que cometen gran cantidad de drops (llevando incluso a dar intercepciones). Hemos puesto el futuro de la franquicia en manos (literalmente además) de un jugador que no estaba ni remotamente preparado para ser titular en la semana uno por lo que se vio en pretemporada y esa media temporada que estuvo sentado hasta la semana 12 le vino de perlas. Claramente no es una estrella, pero si conseguimos darle una OL que le proteja mínimamente y unos WR que no suelten cada balón que les lanza puede ser un muy digno titular si sigue evolucionando (y con McVay ahora esperemos que lo haga porque si llega a ser con el régimen Fisher/Boras…). Sus fallos, que claramente tiene, en su mayoría pueden achacarse a su juventud, es rookie y a sus compañeros.
Voy a poner de nota un cinco a la posición, siendo un 3 la nota que doy a Case Keenum y un 7 la de Goff, no por el mal hacer de los jugadores sino porque mucho han hecho con lo que tenían.
Offensive Line: el verdadero lastre del equipo. No ha funcionado en ningún momento de la temporada. Sus miembros: Greg Robinson en el Left Tackle, Rogerd Saffold en el Left Guard, Tim Barnes como Center, Jamon Brown como Right Guard y Rob Havenstein como Right Tackle. Greg Robinson va camino de convertirse en un bust histórico (bust es la denominación que dan los americanos a los jugadores que han sido seleccionados en una ronda alta y no han cumplido las expectativas, se traduciría como fiasco o fracaso) puesto que ni protege el pase ni abre huecos para la carrera (lo que se supone que era su especialidad en college) y además comete muchas penalizaciones, siendo el jugador que más ha cometido en la liga desde que fue drafteado (segunda selección global del draft de 2014). Además de éstos, Andrew Donnal y Cody Wichmann también han visto snaps de forma regular, ya sea por decisión técnica (Robinson se quedó dos partidos fuera del equipo por decisión técnica, como en el fútbol europeo, vaya) o por las lesiones. Además, es reseñable que Isaiah Battle, jugador por el que se dio una quinta ronda para elegirlo en el draft suplementario de la NFL aún no ha jugado un solo snap.
Cualquier persona que vea a esta unidad se desesperará. No les verá hacer nada bien. Y sin embargo es una línea que lleva ya dos años jugando juntos. Carecen de rookies. Entonces, ¿por qué no funciona la OL?
Es una buena pregunta. Yo lo achaco a una técnica deficiente pero sobre todo a una carencia de desarrollo en los entrenadores (que no han sabido desarrollar el talento ofensivo durante los cinco años que ha estado Jeff Fisher como Head Coach).
Una nefasta temporada por parte de toda la unidad (siendo el único salvable de toda la línea Rogerd Saffold) ha lastrado de forma muy clara al equipo. ¿Podrá Sean McVay y su staff mejorar esta unidad con entrenamientos, Draft y Agencia Libre?
Y más importante… ¿podrá disciplinar a esta línea, que provoca muchos pañuelos? ¿Qué será de Greg Robinson? ¿Seguirá siendo Left Tackle o le pasarán a la posición de Guard?
Le doy una nota general de 1, aunque Rogerd Saffold tendría una nota de 5 o 6.
Runningback: Todd Gurley, la estrella del ataque, ha dado un paso atrás respecto a su temporada rookie. Solamente 876 yardas por tierra, unas 400 yardas menos que en la temporada anterior con 50 intentos más. Su carrera más larga ha sido de 24 yardas. 6 tristes touchdowns. Con eso puede decirse todo.
Benny Cunningham con apenas 21 carreras ha conseguido 101 yardas. Su carrera más larga fue como la de Gurley, de 24 yardas. Y participó solamente en 11 partidos. Muy importante sobre todo en terceros downs.
Malcom Brown y Chase Reynolds tuvieron un papel de sin apenas relevancia.
Les doy un suficiente, un 6, siendo la nota de ambos esa misma.
Wide Receiver: KENNY BRITT. Y sí, lo escribo en mayúsculas. 1002 yardas de recepción. El primer WR de los Rams desde un tal Isaac Bruce en superar las mil yardas de recepción allá por el 2007. Aunque tuvo un final de temporada más deprimente pues cometió algunos drops clamorosos cuando saltó Jared Goff como QB. Tavon Austin al menos este primer año no se ha ganado la renovación que le firmamos por 4 años y 44 millones el pasado verano, contrato nivel WR1 del equipo. Brian Quick empezó fuerte, con varios big plays, pero poco a poco fue diluyéndose.
Los rookies Pharooh Cooper y Michael Thomas empezaron a entrar más en juego en la segunda parte de la temporada. La aportación de Thomas fue menor que la de Cooper, pero yo al menos le recuerdo dejando caer lo que hubiese sido un touchdown en las últimas semanas del campeonato, que sí consiguió alguna jugada digna de mención, llegando a amasar más de 100 yardas en 14 recepciones. Otros jugadores que también recibieron balones fueron Bradley Marquez (providencial su uso en equipos especiales hasta su lesión) y Paul McRoberts.
Mención aparte merece Nelson Spruce. El WR UDFA (Undrafted Free Agent) firmado por los Rams y natural del estado de California se hizo un hueco en el róster durante la preseason, con unos grandes partidos, aunque acabó lesionado en el pie, lo que finalmente no le ha permitido disputar ningún juego con los Rams este año, acabando el año en la IR. Una pena, en la preseason se mostró como un posible jugador muy interesante.
La nota media de la unidad sería un 6, con Kenny Britt destacado con una nota de 8, mientras que Austin recibiría un 6 y Quick un 4. Cooper aprobaría con un 6, Thomas se quedaría en el 3 y Marquez tendría un 5. McRoberts no lo califico al recibir tan solo un único pase.
Tight End: Lance Kendricks y Tyler Highbee. Tras la marcha de Cook con destino Green Bay, quedaba la posición cubierta con Kendricks (un tipo que personalmente nunca me ha gustado) y la adición del rookie en cuarta ronda (del que decían que podía ser el segundo mejor TE de la clase). Yo personalmente esperaba un gran uso de esta posición, sobre todo como válvula de escape del QB y sin embargo no ha sido así. Los pases que lanzaron a Quick y Cooper suman casi el mismo número que los que iban en dirección a los tight ends.
Kendricks comenzó muy bien el año, pero como muchos jugadores fue poco a poco diluyéndose, consiguiendo 499 yardas de recepción (quedándose a una yarda de recibir un bonus de 250.000$) en 50 recepciones, pero cometiendo drops clamorosos que nos impedían sumar puntos (un drop en 3&goal que era touchdown y estaba sólo, dejándola escapar por ejemplo).
De Highbee no sabía qué esperar, le vi poco en college y lo que he visto me ha dejado un poco frío. Alguna jugada suelta no lo hace nada mal pero las combina con alguna terrorífica.
A esta unidad le doy un cinco a ambos porque creo que los han infrautilizado.
Estos son dos de los jugadores que más quiero ver a las órdenes de McVay, que le gusta mucho usar TE.
En próximos días subiré un análisis de la defensa y los equipos especiales.
Podéis seguirme en Twitter en @RamsSpain, si os ha gustado el artículo no dudéis en comentar o mencionar en Twitter.
Pedro Tofé